El 20 por ciento de las muertes que se registran en Europa podría evitarse con una intervención ambiental adecuada, según apuntó la diputada socialista María Luisa Carcedo, durante su participación en el seminario sobre disruptores endocrinos, sustancias químicas tóxicas sobre las que legislará próximamente la Unión Europea.
Son cifras de la Organización Mundial de la Salud, que ya en 2007 alertaba de los efectos en los sistemas hormonales de los organismos vivos de la contaminación química procedente del entorno.
La incidencia en la salud pública de la contaminación ambiental, agregó Carcedo, es relativamente fácil de controlar con la legislación adecuada, y cuestionó el relevo de competencias de la administración central a la autonómica y hasta municipal.
La Ley General de Salud Pública de 2011, subrayó, ya regula sobre salud pública y la importancia de la biomonitorización de las sustancias tóxicas.
Dolores Romano, del Instituto Sindical de Trabajo, Ambiente y Salud (ISTAS) de Comisiones Obreras, organizador del encuentro, recordó que el reto pendiente de la Unión Europea es mejorar la protección de la población ante sustancias tóxicas sin límite seguro de ingesta o contacto.
“Es necesario el apoyo a las propuestas parlamentarias mas progresistas que apuntan a identificar la innecesaria inclusión de éstos químicos en muchos de los productos alimentarios, de higiene y cosméticos que usamos a diario”, dijo a EFEverde.
Aunque hay una larga lista de sustancias tóxicas que se regulan en la Unión Europea, no se ha actualizado y muchos de los compuestos de desarrollo reciente se han incorporado a la cadena de consumo sin un estudio de toxicidad adecuado, agregó.
Romano, ingeniero agrónomo, recalcó la necesidad de que la legislación elimine o reduzca la exposición a estas sustancias que interfieren en los procesos hormonales y son cancerígenos, según han demostrado diversos estudios científicos.
Entre lo fácil y lo difícil por hacer, Romano puso como ejemplo la posible eliminación del bisfenol A en la alimentación de los niños, y la complicada erradicación de las resinas hipoxi de algunos entornos de trabajo.
La experta recordó la próxima revisión de la identificación y uso de los disruptores endocrinos en la Unión Europea y recomendó una legislación clara sobre el etiquetado de los productos que los contengan, como aquellos que ya se sabe que son cancerígenos, para que el consumidor tome las medidas pertinentes.
En Dinamarca, señaló a modo de ejemplo, los parabenos ya están prohibidos en cosmética y Francia está por ratificar en el Senado la prohibición total de bisfenol A y eftalatos (ambos alteradores endocrinos) en los productos de consumo.
Los disruptores endocrinos son en general sustancias químicas que se incorporan a productos tan dispares como perfumes y pesticidas para “plastificar” los fluidos y fijar los olores o la permanencia del producto en la superficie en la que se aplican y hacerlos más comerciales, pero pocas veces son componentes estructurales o que no se puedan sustituir.
Por eso ISTAS recuerda la plataforma de sustitución de sustancias químicas REACH, financiada por la UE, en la que se ofrecen alternativas a los insumos de toxicidad probada.
El secretario de Medio Ambiente de CCOO, Llorenc Serrano, puntualizó al final del encuentro, que se celebró en la sede del Ministerio de Agricultura, que los disruptores endocrinos son un riesgo oculto que afecta a los mas vulnerables y alertó de las consecuencias del desconocido “efecto cóctel”, cómo se relacionan en conjunto dentro del ser humano y su comportamiento multiplicado y residual.
Serrano destacó la importancia de la acción pública y la voluntad política para velar por la salud de la mayoría frente a las presiones de intereses privados que ven amenazada su industria.
Fuente: Efe.