Estar presente es vivir en el aquí y ahora, sin sufrimiento, sin enfermedad, sin preocupación, única posición en que el conocimiento puro del corazón se manifiesta, percibiendo directamente la Verdad. Vivimos lejos de esta posición, así que habremos de aprender a recuperar lo que olvidamos, lo que perdimos en la búsqueda de lo de lo que no somos, de lo que se proyecta hacía afuera, detrás de la incansable película que no nos hace feliz. Vivir en el presente es volver a nacer, nacer hacia adentro, reconectar en silencio con el corazón, con el poder que palpita la naturaleza, donde el mundo y el hombre son uno y el corazón del hombre el corazón del mundo: un solo Corazón.
Conocer el presente es aprender a sentir, crear una relación directa con la vida, donde el pensamiento es un límite que te separa de la experiencia, donde si piensas al pájaro en el momento que atraviesa la ventana te alejas de él, aprender el presente es aprender a ser pájaro, sentir el vuelo dentro de ti.
Aprender a vivir presente requiere un entrenamiento que te lleve a experimentar la relación sin límites ni separaciones contigo mismo y con lo otro, pues en esta relación ilimitada, uno y lo otro es lo mismo. En el espacio de conciencia y de unidad no existe afuera ni adentro, ni arriba ni abajo, todo sucede a la vez y lo conoces por lo que sientes, sentir te llevará a fundirte, a penetrar la existencia.
Estar Presente sana y transforma la enfermedad
Aprender a sentir despierta la sensibilidad de todo el organismo, expande el cuerpo energético y el cuerpo sutil. Sabrás sin pensar, sin crear mecanismos intermedios entre tú y la realidad, aprenderás a ser uno con lo que existe y el proceso se volverá intuitivo, fluido y sanador. Y esta posibilidad, que se abre más allá de lo personal y que se expande a través nuestro en un proceso de unidad con todo, posee en sí misma cualidades transformadoras, trascendentes y curativas.
Si permito la relación con un manzana, sin condicionarla y sin distracción, llegaré a ser la manzana, llegaré a sentir lo que hay en la manzana y enriqueceré su sabor al comerla. Si permito la relación con un paciente sin condicionarla, llegaré a ser uno con el paciente, a sentir lo mismo que siente el paciente, sentiré el dolor como un límite en el espacio presente y aprendiendo a transformar el límite lograré sanarlo. Si aprendo a sentir la vida sin límites, me fundiré en ella.
El Presente es la posición cuántica donde se inician todos los procesos conscientes curativos, llave de la transformación del ser humano y única posibilidad de vivir sano y en armonía continuada. En el presente está la puerta de la conciencia y de todas las dimensiones posibles, la curación, la felicidad y las vivencias infinitas. En el presente nos volvemos sanadores y personas en proceso de cambio, aprendiendo una posición donde la vida es un continúo en perfecta armonía, desde donde procesar los bloqueos y hacerlos desaparecer. En el presente eres el viento, el agua, el bosque, el árbol, el universo, la estrella, la luz y ese reflejo consciente penetra la realidad transformando la inconsciencia, pues en el presente todo lo unifica la conciencia y en este estado de perfección se percibe el finísimo tejido de luz que todo lo atraviesa.
Volverse firme, calmado, equilibrado
En el presente reconocemos que todo se sostiene solo, sin hacer más que observar y entender, pues todo lo hace la vida en un equilibrio perfecto único, eterno y fluido. Llegará el día en que reconozcamos conscientemente, sin dudas, la presencia del espíritu en su hacer transformador invisible y su reflejo en nosotros cuando nos volvemos estables, calmados, silenciosos y firmes.
Este proceso de acercamiento directo a la Realidad y la comprensión de esta experiencia es la base del trabajo de transformación y sanación del viejo paradigma, lo que hoy en día es un arte y el inicio del proceso de integración de la conciencia del espíritu.
Reconocerás que lo que te separa de vivir el presente son tendencias de un patrón finito creado por la humanidad en proceso repetitivo, heredado y bloqueador de la conciencia. Practicando el Arte del Estar Presente aprenderás a diluir esas tendencias enfermizas y liberándolas sanarás el patrón, y tu Vida se volverá un entrenamiento consciente en el uso de este Arte.
Ajustar el instrumento
Vivir en la conciencia te llevará a aprender a dejar atrás, a soltar lo que no es presente, dejar de llevar en tu espacio interno aquello a lo que te agarras, liberar lo denso: deseos, apegos, dolores, pensamientos, desconfianzas, objetos, condicionamientos, –adentro y afuera– pues en este proceso de apertura y mutación encontrarás un espacio propio liberado, amplio, real, que de forma natural se sostiene unido a todo lo demás. ¿Acaso el universo sostiene los planetas, se ocupa de girarlos, de que todo se mueva en armonía? Entrarás en el Nuevo Paradigma, desde el corazón, comprenderás el Universo sin entenderlo ni sostenerlo.
El presente es dejar de querer, dejar de accionar, de mover, de manipular, es aprender a no hacer, es observar, es quietud, aprender a afinarse hasta el grado de tocar solo cuando hay que tocar, sin apretar botones inconscientemente para dar con el que es, es aprender a «ver» el botón entre miles de ellos; el presente agudiza, vuelve intuitivo, sanador y sanado, preciso, certero.
Al volverse calmado, el ser humano deja de chocar contra las cosas, las personas, las circunstancias y contra sí mismo, porque en ese proceso de renacer al presente uno se vuelve el flujo de la conciencia y es llevado por la corriente, sin golpearse, hacia el origen, más profundo, libre, creativo, sano, feliz, hasta el centro puro del corazón.