Los síntomas manifiestos del Ébola dependen mucho del nivel de respuesta del sistema inmunológico de cada persona, es decir, de los anticuerpos que éstos creen frente a este terrible antígeno, el comienzo generalmente es agudo, caracterizado por fiebre, dolor muscular, abdominal y cefaleas.
A los pocos días aparece una erupción hemorrágica en todo el cuerpo y además se pueden presentar hemorragias en el tubo gastrointestinal, haciendo que el paciente sangre tanto por la boca como por el recto. En general en estos casos los pacientes fallecen por choque hipovolémico o hemorrágico, que es un cuadro sintomático complejo que se desarrolla cuando el volumen sanguíneo circulante baja a tal punto que el corazón se vuelve incapaz de impulsar o bombear la sangre al cuerpo por la pérdida de ésta.
Existen antecedentes de posibles formas de tratarlo y curiosamente en 1999, el Dr. Maurice Iwu anunció en el Congreso Internacional de Botánica, que el extracto de la fruta de Garcinia kola, un árbol de África Occidental utilizado por los nativos, era útil para detener el crecimiento del virus, pero nunca se hicieron realmente pruebas serias de laboratorios, ni en animales, ni seres humanos.
Según las informaciones de la medicina occidental el Ébola, como todos los virus «calientes», no tiene cura hasta el momento y no había ningún tratamiento específico que fuera capaz de detenerlo hasta hace muy poco tiempo. Esto es una Información muy importante a tener en cuenta, es decir que se podría conocer la naturaleza de este virus perfectamente «caliente».
Generalmente el tratamiento que se utiliza en la actualidad en hospitales, es de sostén, de apoyo cardio-pulmonar de la medicina intensiva, además del control epidemiológico, el aislamiento del paciente con un cuidado extremo con las secreciones, ya que es su vía mas contagiosa, incluso recientemente se plantea utilizar un suero que contiene 3 anticuerpos que bloquean al virus y que se obtienen de plantas similares al tabaco (planta de naturaleza fresca y que es muy útil según la clasifica la MTC). Según informaciones recientes ya se les había suministrado a pacientes infectados con Ébola y que habían provocado una mejora después del tratamiento llamado ZMapp.
Se sabe que en MTC las enfermedades «calientes» han sido tratadas desde hace siglos, pruebas documentadas están escritas y reflejadas en sus tratados clásicos de Medicina China, por ejemplo en el Su-Wen en su libro IX, ya se proponía cómo actuar ante tales enfermedades calientes y planteaban los principios terapéuticos principales como el de enfriar, purgar y dispersar el calor.
En este caso específico y dado las características virulentas sintomáticas del Ébola, se podría decir que en MTC se trata de un síndrome de «calor tóxico extremo» en la sangre que extravasa los vasos sanguíneos, en que se pierde la contención y el impulso de ésta, afectando los distintos órganos, principalmente en MTC, el bazo y el corazón.
Si analizamos la información que se dió en el Congreso de Botánica de 1999 sobre la planta utilizada que detenía el virus, vemos que ésta tiene propiedades purgantes, antiparasitarias y antimicrobianas, los expertos de MTC sabemos que son de naturaleza fresca, purgan la humedad y el calor.
Llegado a este momento la medicina oriental nos hace reflexionar qué debemos plantear a la comunidad científica y cómo ponerse a trabajar de forma integrada con los principios de la misma.
Hagamos las siguientes preguntas sugerentes en la terminología de la MTC: ¿Cuál sería el principio terapéutico ante este calor o fuego tóxico de la sangre? ¿Cuál sería el elemento a tonificar urgente ante este síndrome vírico de fuego tóxico intenso en la sangre? ¿Qué principio se debería aplicar con urgencia en los casos infestados? ¿Qué fitoterapia o plantas naturales sería la mejor indicada para restaurar el bazo (contener la sangre y dispersar el calor)? ¿Cuáles serían los tratamientos para restaurar los órganos afectados en MTC?
La primera propuesta es entre otras cosas que se hace necesario «nutrir, hidratar, contener y enfriar la sangre», además de purgar el calor tóxico y restaurar el bazo según la MTC.
Trabajé durante 2 años en una misión humanitaria en África desde 1991 a 1993, no vi personalmente al Ébola y no puedo asegurar una curación ante este terrible virus, pero si conocí y padecí las consecuencias de algunos «virus calientes», como el «dengue hemorrágico» o la desconocida «conjuntivitis hemorrágica», que muchos son desconocidos en Europa y hacen mucho daño a la salud de los seres humanos.
Invito a la comunidad científica para trabajar juntos en la búsqueda de posibles soluciones y recordar esto: la Medicina Tradicional China nos da las principales claves para comenzar: hidratar, nutrir, contener y enfriar la sangre.
Roberto Carlos Solis Carini
www.soliscarini.com