EFT es la abreviatura comúnmente empleada para designar el procedimiento de gestión emocional, Emotional Freedom Tecniques (Técnicas de Liberación Emocional). El «tapping» se basa en los últimos descubrimientos que relacionan la mente con la energía sutil del cuerpo, las emociones y la salud, de acuerdo con los principios de la medicina tradicional china y con los recientes descubrimientos de la neurociencia.
EFT ha sido descrita como la «acupuntura sin agujas para las emociones», ya que consiste en estimular con los dedos, puntos de inicio y final de los meridianos de acupuntura china, a la vez que la persona se mantiene enfocada en la emoción o el asunto que quiere tratar.
Los principios en los que se fundamenta EFT fueron descubiertos por el doctor Roger Callahan, un psicólogo clínico con más de 40 años de experiencia, que dedicó muchos años de su vida a encontrar vías para curar a otras personas de miedos infundados, fobias y ansiedades, debido a que él mismo las había sufrido desde su infancia.
Como cuenta la ya muy repetida historia, este psicólogo tenía una cliente llamada Mary que sufría de una intensa fobia al agua: no podía mirar a ninguna zona con agua.
El Dr. Callahan había estado trabajando con ella durante 18 meses utilizando absolutamente todo lo que las técnicas habituales de psicología –e incluso las no habituales, como la hipnosis– podían ofrecer, pero ella continuaba con su terrible pánico al agua. Durante una sesión, él le pidió que se golpease suavemente con los dedos bajo uno de sus ojos, en un importante punto de acupuntura, y el miedo desapareció.
El Dr. Callahan llamó a su descubrimiento Thought Field Therapy (TFT), fundamentándose en que los pensamientos se relacionan con el campo energético corporal y que, al cambiar este campo de energía haciendo tapping en los puntos de acupuntura, se podían liberar las emociones negativas rápida y fácilmente.
Creo una serie de algoritmos, estableciendo los puntos que necesitábamos tratar para cada emoción.
Uno de los estudiantes del Dr. Callahan, Gary Craig, un ingeniero de Stanford, propuso la gran idea de hacer tapping en todos los puntos –después de todo sólo hay 13–, fuese cual fuese el problema, con lo que cualesquiera que fueran los puntos necesarios para el tratamiento siempre se acertaría con ellos.
De este modo creó una técnica que hasta un niño puede aprender y usar muy fácil y rápidamente, y que ni siquiera exige tener conocimiento del sistema energético corporal. Gary Craig llamó a su versión «EFT: Emotional Freedom Techniques».
EFT se sustenta en la premisa de que: «toda emoción negativa es un desequilibrio previo en nuestro sistema energético».
Cuando limpiamos el bloqueo que determinado pensamiento, creencia, recuerdo, etc., provoca en nuestro sistema energético, la percepción y la emoción cambian generando distancia con el problema y disminuyendo la intensidad de la emoción.
Con EFT aprendemos a tomar conciencia de nuestras emociones, a escucharlas, identificar dónde las sentimos en el cuerpo y, lo más importante, a aceptarlas por completo. Partimos de la base de que para poder cambiar algo, el primer paso es aceptar lo que estamos sintiendo.
No nos han enseñado a gestionar las emociones y existen muchas razones por las que decidimos no darnos permiso para expresarlas. Unas veces es porque nos asusta conectar con ellas, para no sufrir, las tapamos sin ser conscientes de que con el tiempo pueden dar la cara manifestándose como dolencias de tipo psicosomático; y otras porque tenemos creencias que entran en conflicto con sentir esa emoción: cuántas veces hemos escuchado frases como «los hombres no lloran» que tanto daño han hecho a generaciones enteras que han reprimido emociones como la tristeza.
Necesitamos, más que nunca, aprender a escuchar al cuerpo. Las emociones son parte de ese lenguaje que nos permite darnos cuenta de si nos sentimos coherentes y alineados, de si nuestra forma de estar en el mundo nos está sentando bien.
En realidad no existen emociones negativas o positivas, porque todas y cada una de ellas nos aportan información. Lo que es negativo es bloquearlas y taparlas, ya que en nuestro sistema energético se van quedando atrapadas. Me gusta utilizar una metáfora muy visual para explicar que de qué forma actúa el tapping.
Imagínate que cada meridiano de energía que recorre nuestro cuerpo es una cuerda de tender la ropa. A lo largo de la vida las experiencias que nos han afectado o traumatizado, las emociones que hemos bloqueado y no hemos sabido gestionar bien, se van quedando como pinzas de la ropa, pequeños pellizcos que bloquean y dificultan el correcto fluir de la energía.
Cuando hacemos tapping (suaves golpecitos con la yema de los dedos) en puntos de meridiano de acupuntura, a la vez que estamos conectados con la emoción que queremos liberar, lo que estamos haciendo es como si cogiéramos el extremo de cada una de esas cuerdas de tender y las sacudiéramos provocando que las pinzas se suelten.
La intención y la atención en esa emoción concreta que te provoca un hecho específico es lo que nos permite que esa pinza se suelte, por eso en EFT es importante ser específicos.
No es lo mismo conectar con un miedo a volar en general, que hacer tapping enfocados en el miedo que siento cuando hay turbulencias y se mueve el avión; los resultados son más rápidos cuanto más específicos somos a la hora de describir tanto la emoción como la sensación física que estamos sintiendo.
El Tapping o EFT es una técnica muy extendida por todo el mundo. Cada vez son más los profesionales de diferentes disciplinas (médicos, psicólogos, coaches, terapeutas manuales, etc.) interesados en conocerla.
Elena Mendoza de la Fuente
www.elenamendoza.com