La bronquiolitis y el asma infantil

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Bronquiolitis y Asma infantil

Al llegar al pulmón, los bronquios se estrechan y ramifican en vías más pequeñas, llamadas bronquiolos. Cuando una infección respiratoria logra llegar hasta allí, se produce inflamación, y aumento de moco que dificultan la respiración, la llegada de aire a la porción terminal y así la entrega de oxígeno a la sangre. Por la mayor facilidad de obstrucción de sus vías aéreas, debido al tamaño reducido, esta infección suele afectar con mayor frecuencia a niños en etapa de lactancia, entre los tres y seis meses de vida. Los agentes causantes suelen ser virus, especialmente el virus respiratorio sincitial. La infección ocurre frecuentemente en invierno y al inicio de la primavera y se ve favorecida entre otras cosas por el inicio de la asistencia a la guardería (por el contacto con otros niños que pueden contagiar la infección), por la exposición al humo del tabaco, la prematurez es otro factor de riesgo, pudiendo favorecer también un cuadro más severo, al igual que la presencia de otras enfermedades que hayan requerido hospitalización y uso de medicamentos que debiliten el sistema inmune.

Ante la presencia del agente infeccioso, el sistema inmune, activa una serie de mecanismos para controlar su entrada, evitar su actuación y en lo posible eliminarlo. Para cumplir su misión, estrecha la vía aérea y aumenta la producción de moco para dificultar su paso y su avance, e informa a todas las células y factores de su presencia, guardando memoria de este evento y manteniendo todo el sistema alerta para que cada vez, con mayor eficacia y rapidez, detecte y controle una nueva infección si sospecha que puede producirse.

Estas acciones logran en muchos de los casos controlar la infección y estabilizar la condición del niño muy rápidamente. Mientras lo hacen pueden producir aumento de la temperatura (como un mecanismo de control del agente externo), malestar general, tos, aumento del moco. En otros casos no se logra la limitación del cuadro y hay necesidad de hospitalizar al paciente para suministrarle oxígeno, mejorar su hidratación, y en caso de que alguna bacteria haya aprovechado la condición para establecerse, podría requerir el uso de antibióticos.

El sistema inmune, ya alerta después de este primer episodio, puede volverse exageradamente reactivo ante los agentes que sospeche, puedan ser nocivos para ese aparato respiratorio ya vulnerado. La exposición al frío, al polvo, al polen, a algunos ácaros, puede entonces encender toda la reacción del sistema de defensas, quien activará nuevamente la producción de moco, la inflamación y estrechamiento del árbol respiratorio, observándose como síntomas, la dificultad respiratoria, la tos, la excesiva producción de moco, en ocasiones el silbido del aire al pasar por la vía estrecha, denominado sibilancias. La debilidad de la pared intestinal, con una mucosa permeable puede contribuir a estos eventos, permitiendo la absorción hacia la sangre de cantidades exageradas de porciones de proteínas (aminoácidos) que normalmente no pasan a ella, esto es favorecido por algunos hábitos alimentarios, algunos de estos aminoácidos sensibilizan aún más al sistema inmune provocando su reacción ante el más mínimo estímulo mucho más cuando hay una predisposición alérgica familiar.

Ya nos contaba la Medicina Tradicional China, y lo he podido corroborar una y otra vez en mis pacientes, que los factores emocionales, de lo cuales los que con más frecuencia he observado han sido la ausencia temporal o permanente de un ser muy querido, las dificultades relacionales entre los padres, son situaciones que pueden motivar un sentimiento de tristeza en el niño que se expresa a través de la producción exagerada de moco, tos o crisis de espasmo.

bronquiolitis infantil2Teniendo en cuenta todo lo que ha ocurrido para que este fenómeno se presente, podemos darnos cuenta de que el tratamiento de estos pacientes con inhaladores que disminuyan la reacción inflamatoria local, o dilaten la vía aérea, o con medicamentos anti-histamina, –uno de los agentes que participa en la respuesta alérgica–, o medicamentos esteroideos que disminuyen la acción de otros factores del sistema inmune, es apenas sintomático, si tenemos en cuenta que sólo se está disminuyendo su reacción por el tiempo que dure la acción del medicamento.

Una visión más global del paciente, de su entorno y de lo que le ocurre, se hace necesaria si lo que queremos es, más allá de calmar los síntomas, lograr que sane y con él, la familia, que se encuentra muy afectada en estos casos.

La cadena de eventos que provoca esta respuesta puede ser revertida si se logra «reeducar» al sistema, y no luchar contra él, y es posible hacerlo, logrando que el estado de hiperexcitabilidad que había alcanzado, vuelva a su nivel basal y que los agentes o eventos que para otros niños son normales y no generan reacción, para nuestro paciente también lo sean.

Esto lo conseguimos, eliminando cualquier interferencia energética producida por esa primera infección de los bronquiolos, si esa huella persiste, el sistema inmune raramente dejará de responder como lo está haciendo. En ocasiones, también quedan huellas en otras partes del sistema respiratorio como los senos paranasales. Estos focos interferentes pueden ser eliminados por resonancia por medio de la utilización de un láser blando de infrarrojos, como el utilizado en medicina sintergética.

Otra estrategia necesaria es fortalecer el sistema de mucosas, tanto las del intestino, como las respiratorias, a nivel local, existiendo muchos recursos desde la homotoxicología, la homeopatía, y también a través de los puntos de acupuntura correspondientes que se estimulan sin agujas, sin dolor, a través del láser. Los cambios en la dieta son fundamentales en algunos casos, encontrando en muchos pacientes intolerancias y alergias a los azúcares refinados y a los lácteos.

El uso de la auriculomedicina postulada por el Dr. Paul Nogier, con la utilización de filtros de sustancias, nos permite disminuir la sensibilidad del timo y de todo el sistema inmunológico a agentes como el polvo, el frío, pelos de animales, alimentos y un sin número de agentes más.

La auriculoterapia nos brinda también excelentes herramientas a través de los puntos de alergias, los puntos que comandan lo genético y puntos anti-inflamatorios, también la podemos realizar sin agujas, a través del láser.

En cuanto a lo emocional y relacional, las flores de Bach son un excelente aliado, aunque un acompañamiento a la familia para que puedan abordar las situaciones más concientemente, se hace fundamental. La Sintergética que engloba todas las técnicas mencionadas anteriormente y la Psiconeuroinmunoterapia nos aportan herramientas para esto.

¡Si se puede estar sano!

María del Pilar Salazar Cataño
Licenciada en Medicina. Médica integradora. Medicina Sintergética, M. Psiconeuroinmunoterapia.
pilisaca@medicinaconcienciayamor.com