La naturaleza nos brinda salud y bienestar en cada paso

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En los últimos años el interés de las personas por incrementar su salud y bienestar en todas las áreas de su vida ha aumentado considerablemente. En gran medida, se trata de un interés motivado por la crisis sanitaria que vivimos y que desde sus inicios nos ha expuesto cara a cara a situaciones de confinamiento y restricciones, no siempre fáciles de asimilar.

Este contexto de incertidumbre parece haber creado una nueva conciencia que nos obliga, en cierto modo, a revisar nuestros hábitos y todos los factores ambientales que nos rodean con el objetivo de mejorar nuestra calidad de vida y el conocimiento sobre nosotros mismos.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) apuntaba recientemente que la alimentación, el movimiento y la meditación son tres pilares básicos en los que nos podemos apoyar para transitar situaciones difíciles como la actual. Una recomendación a la que debemos añadir la necesidad de una nueva educación ambiental, que nos permita beneficiarnos de una exposición frecuente a la naturaleza y la integración de valores en nuestras vidas.

En general, la ciencia concuerda en los efectos beneficiosos que una educación basada en valores (como la gentileza, la empatía o capacidad de relacionarse) y en la meditación aporta a nuestro organismo, nuestra mente y a todo el bienestar psicofísico favoreciendo así nuestra salud, longevidad y rejuvenecimiento, llegando incluso a modificar nuestra biología. Algunos de los campos en los que se ha demostrado este impacto y beneficios para las personas son:

  • Influencia el ADN, modifica los genes y ralentiza envejecimiento.
  • Reduce el estrés, el dolor y las enfermedades crónicas.
  • Mejora el humor, la salud mental y aligera el ansia y la depresión.
  • Mejora la concentración, la capacidad de trabajar bajo presión y la memoria.
  • Mejora la empatía, las relaciones, la autoestima y reduce el aislamiento social.

Aprender desde pequeños a gestionar correctamente cada uno de estos pilares es, sin duda, una clave esencial para crecer como adultos coherentes. Con este objetivo nacen “Los 7 diálogos con la naturaleza”, un proyecto pensado para que los niños y sus familias aprendan a incrementar su salud y bienestar a través de una experiencia interior que integra hábitos que ayudan a adquirir un estilo de vida más consciente y una mayor interconexión con el entorno natural.

El proyecto, desarrollado a través de la metodología integrada My Life Design®, incluye 7 planes o niveles de acción: físico, vital, emocional, mental, causal (el pasado, la historia personal), la esfera espiritual (relativa al propósito, significado y finalidad de la propia vida) y conciencial (la pura conciencia de Ser, más allá de toda definición).

La actividades se realizan en itinerarios naturales en los que a través de caminatas conscientes; espacios para compartir conceptos, cuentos o experiencias relativas a un valor; ejercicios prácticos y, por supuesto, la puesta en común de las vivencias experimentadas, los niños aprenden a interiorizar fácilmente un estilo de vida consciente, enfocado en la salud y bienestar a todos los niveles.

Daniel Lumera
Sociobiólogo y experto mundial en ciencias del bienestar
www.danielumera.com/es