La delgadez perjudica la masa ósea de las mujeres
Los modelos estéticos de delgadez y la falta de ejercicio físico
en parte de la juventud femenina española pueden provocar un aumento de
la osteoporosis en la edad adulta, una enfermedad que afecta de forma más
brusca a la mujer a partir de la menopausia.
El director de la Unidad de Gestión Clínica de Obstetricia y Ginecología
del Hospital Universitario Virgen de la Macarena de Sevilla, Javier Nogués,
informó en un coloquio con periodistas sanitarios de que es necesario incrementar
las campañas de prevención para que las mujeres consigan un “buen
capital de masa ósea”.
Para este especialista, la mala alimentación y la inactividad física
pueden llegar a provocar unas tasas de osteoporosis como las que se manifestaron
en España en las mujeres mal alimentadas durante la posguerra civil, que
han hecho que el número de osteoporóticas españolas sea superior
al de otros países europeos por esta causa.
En condiciones normales, la masa ósea experimenta un incremento progresivo
durante las tres o cuatro primeras décadas de la vida, hasta alcanzar alrededor
de los 35 años el denominado pico máximo de ósea, que constituye
un capital muy importante para la calidad del hueso en las siguientes décadas
de la vida.
A partir de esa edad, tanto en el hombre en la mujer comienza una pérdida
ósea de forma progresiva durante toda la vida, que oscila entre el 0,25%
y el 1%.
El problema en las mujeres es que con la desaparición de las hormonas femeninas,
denominadas estrógenos, que se produce hacia 50 años cuando termina
la función ovárica, y sobre todo en los cinco a diez años
posteriores al momento de la instauración de la menopausia aumenta este
fenómeno y en algunas mujeres la pérdida de masa ósea puede
llegar a un 3,5 e incluso 10% por ciento anual.La tendencia a perder masa y calidad en el hueso está determinada por factores genéticos, pero también por la vida que se haya llevado, por la alimentación que se haya tenido, si se han tomado determinados medicamentos o si la menopausia ha sido muy precoz.
Una mujer tiene mayor riesgo de sufrir osteoporosis si ha tenido una menopausia
precoz por razones biológicas, quirúrgicas o por cualquier otra
causa, ya que la falta de estrógenos siempre acelera el proceso natural
de destrucción del hueso.
Numerosos estudios indican que además de la alimentación, la práctica
de ejercicio físico diario incrementa la calidad y cantidad del hueso y
está demostrado que los individuos activos tienen una masa ósea
superior a la de quienes hacen una vida sedentaria.
Los huesos tienen tres funciones vitales para el organismo, una mecánica
que permite el movimiento, otra protectora de los órganos vitales y otra
metabólica, que quizás es la menos conocida y es muy importante.
Los huesos son tejidos vivos en permanente actividad que sirven también
para activar las formación de células sanguíneas y se considera
que la osteoporosis es una enfermedad metabólica, la más frecuente
entre las mujeres, porque una buena salud ósea afecta a todo el organismo.
Las proporción de afectados muestra que por cada hombre que sufre osteoporosis
hay seis mujeres que la padecen y mientras que en los hombres está relacionado
con la vejez, hay un 35% de mujeres mayores de 50 con este problema, que se eleva
a un 52% en las mujeres que alcanzan los 70 años.
Se calcula que una de cada cinco mujeres de más de 50 años tiene
en su vida al menos una fractura vertebral debida a la osteoporosis, lo que se
asocia a una importante pérdida de la calidad de vida y a un incremento
considerable de sufrir otras fracturas.
A la osteoporosis se la ha denominado durante mucho tiempo “la epidemia silenciosa”
porque se suele hacer patente demasiado tarde cuando ya se producen las fracturas.
En los últimos años, la OMS ha establecido que además de
la masa ósea, que se puede medir por medio de la densitometría,
es importante la calidad del hueso, un parámetro para el que se están
desarrollando TAC específicos del hueso y resonancias magnéticas
que podrán servir para su medición en un futuro cercano.