Hierbas, frutos, tallos y semillas guardan múltiples secretos para alcanzar una óptima salud digestiva. Después de cada comida o durante la preparación de la misma, el bienestar estomacal es posible.
Las especias siempre han sido un elemento culinario utilizado y recurrente a lo largo de la Historia. Poco a poco ha ido consagrándose como un elemento ideal gracias a su uso medicinal y gastronómico, sobre todo después de que lo implantaran los griegos y los romanos.
Hoy en día, la medicina natural se ha convertido en uno de los principales aliados de la salud corporal. Incluso muchas personas sustentan una “fe ciega” en estos condimentos y con religiosidad consumen infusiones, caldos y pomadas elaboradas de manera natural.
Por ejemplo, según la medicina ayurvédica, un antiguo sistema medicinal del hinduismo, las especias pueden calentar o enfriar la temperatura corporal y se les utiliza para tener un impacto positivo en el sistema digestivo, tanto para aliviar malestares como para regular el tracto gastrointestinal. De este modo, no es de sorprender que las especias se han asociado a las dietas. Incluso el maestro y filósofo chino Confucio recomendó comer jengibre en cada comida para mejorar la digestión.
Hoy en día los expertos también coinciden en señalar las propiedades beneficiosas para el organismo de la medicina natural. Desde una perspectiva sistematizada, la nutricionista Belinda Martínez sostiene que la principal característica de las especias es su potencial antioxidante, más en personas con sobrepeso por altos niveles de estrés oxidativo.
La especialista cree que reducir la sal es una parte muy importante de la salud, porque frena el riesgo de hipertensión y derrames, mientras que las especias ayudan a reducir la cantidad de sodio en la cocina porque mejoran el sabor de los alimentos.
El sistema digestivo, como parte del cuerpo humano es muy complejo. Así, hay múltiples especies que se pueden consumir. Una de ellas, y con grandes beneficios, es la canela, la cual facilita la digestión estimulando la secreción de saliva y la producción de jugos gástricos, factores que ayudan a la degradación de los alimentos.
Otra de las celebres especias es el ajo, un antibiótico natural que contiene alinasa, una enzima que permite la disminución de microorganismos y ayuda a las personas que poseen Helicobacter pylori, una bacteria que produce úlceras y gastritis.
Sin duda que la salud estomacal comienza desde el momento en que se preparan los alimentos y no hay mejor forma de hacerlo que con las especias que da la naturaleza.
Fuente: Elsalvador