Es un masaje terapéutico antiestrés cuyo fin es lograr un correcto funcionamiento del organismo y un equilibrio psíquico-emocional, que genere una profunda calma en el espíritu
Con esta intencionalidad une distintas técnicas terapéuticas: «Hot Stone Massage» (piedras basálticas y magnetitas calientes), «Tui Na» (masaje chino), quiromasaje terapéutico, técnicas miofasciales, drenaje linfático manual, reflexología podal y manual y aromaterapia.
Su desarrollo está concebido bajo una mirada holística, puesto que con esta terapia no solo estamos tratando el cuerpo físico del paciente, sino que se trata de penetrar simbólicamente en un plano del pensamiento, para luego, tener su resonancia en el espíritu.
Shen Ho en China significa, «Armonizar el Espíritu»; diciéndolo con otras palabras con este tratamiento buscamos «aquietar el corazón» como base para aclarar la mente y decidir la acción más acertada.
El término taoísta «wu wei» significa «No hacer, haciendo», que en su lenguaje simbólico es «no hacer cuando no hay que hacer, y hacer cuando sea el momento de hacer». Bajo este velo de imágenes se revela la claridad de la mente a la hora de elegir el momento, la acción adecuada y la concordancia con lo que dicta el corazón; no se trata sólo de una acción reflexiva, sino de una respuesta intuitiva, un saber en sintonía con el devenir de los acontecimientos. A esta ecuación de la vida, los antiguos maestros chinos lo llamaban «Cuando el corazón habla», pues sería allí donde reside el espíritu del hombre.
Digamos por lo tanto que la primera intención terapéutica ha sido crear un tratamiento antiestrés, entendiendo por estrés el concepto del estudio de Hans Selye, publicado en 1950, «Stress, un estudio sobre la ansiedad», en el que pudo describir en sus investigaciones un estrés físico y un estrés psicológico. Configuró el Síndrome General de Adaptación (SGA) o Síndrome de Adaptación al Medio.
Determina así a un conjunto de factores bioquímicos y endocrinos que generan una catarata de acciones fisiológicas, que es el resultado de nuestra respuesta al medio. Éstas se incrementan cuando sentimos un estímulo desafiante o amenazador, lo cual requiere un compromiso físico, intelectual, emocional o psíquico para una óptima interacción con el medio.
Por lo tanto esa reacción natural que pone en «alerta» todos los sentidos está comandada por la mente, que genera la primera orden a través del hipotálamo y su conexión con la hipófisis (glándula pituitaria), la cual segrega la hormona ATCH que actúa sobre la corteza de las glándulas suprarrenales, generando una mayor producción de glucorticoides, entre ellos el cortisol, responsable del aumento metabólico de la glucosa en sangre y de la acción anti-inflamatoria.
Así mismo en la médula suprarrenal se incrementa la producción de adrenalina (epinefrina), que se encarga de prolongar la actividad de SN simpático, y la noradrenalina que actúa sobre el SN parasimpático disminuyendo su actividad sobre los órganos internos. También está implicada en ello la glándula tiroides, responsable del aumento metabólico de los tejidos.
Como se demuestra, estas implicaciones bioquímicas generan una serie de síntomas positivos en breve espacio de tiempo, (eustrés-estrés positivo), pero en un tiempo prolongado se convierte en perjudiciales, (distrés-estrés negativo).
En esta primera fase (alerta) podemos encontrar los siguientes signos corporales basados en el aumento de:
- Frecuencia cardíaca
- Presión arterial
- Ritmo respiratorio
- Dilatación de las pupilas
- Metabolismo
- Azúcar en la sangre
- Coagulación de la sangre
- Contracción de los vasos sanguíneos de los órganos abdominales y piel.
A medio tiempo nuestro cuerpo se adapta a las circunstancias estresantes y dichos síntomas se agudizan provocando trastornos y síntomas como:
- Frecuentes cefaleas (temporales y occipitales)
- Disfunciones autonómicas (órganos internos)
- Deficiencia endocrinas y metabólicas.
- Tensión y dolores musculares (cuello, espalda y pecho)
- Limitaciones en factores mecánicos y articulare
- Neuralgia braquial o lumbar
- Anomalías posturales
- Fatigas respiratorias
- Elevada temperatura corporal
- Desordenes estomacales
- Alteraciones dermatológicas (eccemas, caída de cabello)
- Insomnio y pesadillas
- Tics nerviosos (gestos o acciones)
- Irritabilidad y dificultad al reír
- Dificultad para concentrarse y recordar datos
- Miedos, fobias, complejos
- Depresión – sensación de fracaso
Con un estrés prolongado, las alteraciones se tornan críticas y es cuando aparecen cuadros con importantes alteraciones fisiológicas en el organismo, tales como:
- Hipertensión
- Ataque al corazón
- Apoplejía-asma-cáncer
Como vemos, la ingerencia del estrés sobre el organismo es amplia. También cabe plantearse el interrogante sobre la percepción que tiene tal o cual individuo ante el mismo agente «estresante». Tomando un mismo incidente, puede generar respuestas distintas a dos personas igualmente involucradas, lo que significaría que hay una respuesta personal en la que interviene su psiquis y su esquema de pensamiento, por lo tanto no se deben valorar sólo los agentes estresantes, sino también todos y cada uno de los síntomas personales con su propia organicidad (mente-órganos-emociones) y su adaptación al medio.
Según César Alfredo Martínez Plaza, médico del trabajo y coordinador de sistema de prevención. Insht: «los dos problemas de salud más frecuente en la U.E. relacionados con el trabajo son:
- Los trastornos musculoesqueléticos (TME)
- El estrés, que provoca entre un 60% y 40% de bajas laborales.
Según los datos de la Agencia Europea para la Seguridad y Salud en el Trabajo, las malas posturas, los movimientos repetitivos, la estancia prolongada de pie o sentado, y el transporte de cargas son las principales causas de los (TME)».
Distintos tipos de estrés físico sumados a las presiones psico-laborales, generan el caldo de cultivo, para que el organismo sufra trastornos.
Con el tratamiento «Shen Ho» me he querido apoyar en el conocimiento científico a la hora de evaluar el diagnóstico y tratamiento fisiológico y en la sabiduría de la antigua China, en el sentido de comprender al hombre (cuerpo-mente), como sujeto inmerso en un encuadre filosófico taoísta (la salud como armonía de la naturaleza).
A pesar de que estas corrientes de pensamiento parecen tan opuestas, se está comprobando científicamente que no lo son tanto. Por un lado, los estudios neurológicos que están desarrollando en China (donde conviven ambas medicinas) desde 1950; por otro y aún más cercano, las investigaciones que se realizan en la Universidad de Navarra con respecto a la acupuntura y sus efectos reflejos en el sistema nervioso periférico y en el sistema autónomo (órganos regulados por el vegetativo). En estos últimos se comprueba que la «acupuntura puede causar la inhibición presináptica a nivel de las astas dorsales de la médula espinal, modulando así la recepción de los mensajes sensitivos y sensoriales» y también, de igual modo, influye sobre los desequilibrios neurovegetativos (los que nutren los órganos), regulando en ellos las posibles deficiencias, lo que nos demuestra la relación neural de la acupuntura.
Con respecto a las contracturas (síndrome miofascial o miofibrilar) y los puntos gatillo, se hace la acotación de que el dolor referido que se proyecta no coincide con el segmento neural raquídeo del músculo afectado, pero si coinciden en la MTC los puntos gatillos y el dolor referido en los meridianos tendinosos.
Por ejemplo, antiguamente en la MTC se decía de los puntos dolorosos en la espalda (puntos gatillo del síndrome miofasial, hipertonía muscular derivados del estrés) que eran el síndrome de la mochila (la mochila de la vida que pesaba mucho). Como vemos, los puntos gatillos ya existían y conocían las causas que lo provocan. Eran «las pruebas del cazador», tal como las describía C. Jung respecto a los arquetipos del héroe, relacionándolos con el posicionamiento del hombre en base a su instinto de supervivencia, ante la prueba de la búsqueda del alimento para el clan.
En estas imágenes podemos apreciar los puntos gatillos más comunes que se producen en el trapecio y el dolor referido que generan. Los puntos gatillo «coinciden» con puntos de acupuntura y el dolor referido con el meridiano en cuestión.
Se realiza el «arrastre» y «presión» con las piedras calientes a (40-50), con lo cual no es necesario que sean tan intensos, alrededor de 550 torr o 73000 pascal (Pa).
Los músculos implicados en estas maniobras son: trapecio, semitendinoso, semiespinal de la cabeza, suboccipitales, elevador de la escápula, esplenios, romboides, dorsal ancho, largo del tórax, erector de la columna.
Desde la perspectiva de la MTC, se trabaja también sobre los meridianos tendinosos de vejiga, triple calentador, intestino delgado, intestino grueso y vesícula biliar. Nos detendremos también en puntos acupunturales (muchos de los cuales coinciden con PG): VG15, V10 al V17 y V41 al V17, TC15 y TC16, ID9 al ID15 e IG16.
Finalmente, para que la terapia sea completa, me he procurado algunos elementos de apoyo. Dichos elementos son rocas volcánicas calentadas a una temperatura de 40º-50º C, martillos de Jade y cañas de bambú. Además, con la inestimable ayuda de Sr. Eduardo Rodríguez Badiola, vulcanólogo del CSIC (MNCN) y el grupo de paleomagnetismo de la Facultad de CC Físicas de la Universidad Complutense de Madrid, hemos podido comprobar el magnetismo de algunas rocas.
En primer término quiero aclarar, que no todas las piedras volcánicas tienen los mismos componentes y por ende las mismas propiedades terapéuticas. Éstas van a depender de la variabilidad de los procesos del magma que emerjan según:
- La profundidad de los mantos (presión, temperatura, viscosidad)
- El medio en el que surjan (enfriamiento, pendiente, aguas-alturas)
- La cristalización y oxidación
- La interacción de magmas (profundidad-corteza)
Los materiales que nos interesan para la práctica del «Shen Ho», como método terapéutico, han de ser ricas en contenidos ferromagnéticos que por las características de su cristalización contengan magnetita, olivina, auguita, anfiobolita, como el basalto, gabro, basanita, picrobasalto, tefrita, foidita o dunita. Son rocas ultra básicas y básicas, que se encuentran a gran profundidad y a una temperatura entre 1200º-1000º c, desde donde emergen. Se pueden distinguir por las texturas y el peso específico. Dichos materiales pueden generar una resonancia magnética superior al campo magnético terrestre y algo menor que los medios eléctricos terapéuticos, tales como la magnetoterapia, pero con la ventaja de una mayor precisión y temperatura para trabajar la zona afectada.
Desde hace ya un tiempo se emplean en el campo médico los medios térmicos y magnéticos para la rehabilitación y recuperación celular, tisular, bioquímica y sistémica, indicadas específicamente en una serie de patologías, en las que se aconseja tratar.
Con las comprobaciones científicas como apoyo, se puede «justificar» la acción benéfica del tratamiento «Shen Ho», gracias a que las manipulaciones, la movilidad articular y acupresiones, tanto las fisioterapéuticas como las orientales, al realizarse con la concurrencia de las piedras calientes, no son tan agresivas, lo que no quita que sean efectivas, ya que actúan conjuntamente los efectos de la termoterapia y la magnetoterapia, lo cual le brinda un «plus» al trabajo manual.
Entre otros beneficios del tratamiento se puede citar, como específicos de esta terapia, estos efectos de tipo fisiológico-terapéutico:
- Efectos analgésicos
- Efectos antiinflamatorios
- Efectos antiespasmódicos
- Efectos miorrelajantes
- Efectos decontraturantes
- Disminución de la rigidez articular
- Eliminación de los síndromes dolorosos (lumbalgia, tendinitis, miofibritis)
- Desactivación de los puntos gatillo
- Aceleración de la reabsorción de los edemas
- Estimulación de la vasodilatación y de la termorregulación
- Disminución de la presión arterial
- Disminución de la viscosidad sanguínea, al prolongar la velocidad de coagulación
- Activación de la circulación linfática
- Activación del intercambio del Ca+ del tejido óseo, por estímulo iónico
- Aumento de la nutrición celular
- Mejoría de los procesos digestivos y metabólicos.
Como se puede apreciar, el tratamiento «Shen Ho» focaliza su acción y sus efectos en los distintos síntomas que genera el estrés, por lo que constituye una alternativa en medicina natural para abordar este síndrome.
Gabriel Monedero
Terapeuta Corporal
gm.shenho@gmail.com