Una médico epidemióloga nos mostró el otro día en una conferencia que existe una epidemia de salud mental:
“Nunca hemos estado tan conectados y tan poco vinculados”.
La soledad digital
Nos relacionamos cada vez más en modo digital; nuestros vínculos pierden humanidad. Evitamos llamar por teléfono “para no molestar” olvidando que la voz comunica mucho más que el texto, que la comunicación real es un proceso de ida y vuelta que requiere compartir un tiempo común donde los corazones conectan. De modo que nuestros vínculos se debilitan y se vuelven impersonales.
En los jóvenes se intensifica al máximo. Utilizan avatares para comunicarse; fabrican estereotipos que no son ellos modificando sus cuerpos con filtros, y comunicando en las redes sobre lo que piensan que los otros quieren oír, buscando un like. Cuando se relacionan en persona, tienden a usar en mismo lenguaje telegráfico carente de profundidad que se emplea en las redes. Esto los lleva a desconectar afectivamente de los demás.
El Eurobarómetro es el índice de referencia de los ciudadanos de la CE. El de junio de este año, publicado en octubre, muestra que:
- El 89% de los encuestados consideró que la promoción de la salud mental es tan importante como la de la salud física.
- El 62% afirmó que los últimos acontecimientos mundiales habían afectado su salud mental.
“Los problemas de salud mental son más frecuentes en los grupos de edad más jóvenes.” Un 59% de los jóvenes entre 16 y 24 años ha experimentado este último año algún problema de salud mental.
Otra encuesta afirma que los jóvenes experimentan en la actualidad un grado de soledad mayor que en cualquier otra edad, incluidos los ancianos. También que los que experimentan soledad tienen tres veces más probabilidades de problemas de salud mental que los que no la experimentan.
El vínculo presencial
El vínculo humano real se establece mirándose a los ojos sin los filtros de las pantallas; es necesario sentirnos, escucharnos, abrazarnos y dialogar, compartiendo información acerca de nosotros mismos.
Es por ello que quiero hacer hincapié en la presentación en el mercado de los juegos de mesa un producto poco común, de esos que yo llamo Unicornio blanco, porque cuesta poco y tiene mucho valor.
Se llama Kii: un juego con características especiales. Con la apariencia de un simple conjunto de tarjetas, es sin embargo una potente herramienta que permite a los participantes traspasar las habituales limitaciones de comunicación.
Un encuentro a través del juego que permite descubrir lo más natural, original y profundo de cada participante, mediante, como afirma la creadora: “preguntas que no te has hecho nunca y tu cerebro siempre ha necesitado responder”.
Son preguntas que permiten abrir la mente y el corazón a una experiencia de comunicación más plena.
En el fondo anhelamos escuchar y sentirnos escuchados, y el Kii nos da la oportunidad de vivir tan gratificante experiencia.
La comunicación auténtica que se da a través del juego se hace profundamente necesaria, casi diría que imprescindible en este tiempo. El abuso de tecnología en la comunicación humana nos ha sustraído vínculos e intimidad, conduciéndonos a un aislamiento con apariencia de compañía; a la soledad digital.
Para mí, la experiencia del Kii es semejante a contar historias alrededor del fuego que en la antigüedad era práctica habitual entre los grupos humanos, pero con la inmediatez y las características propias del siglo XXI. Cada participante en el juego lo experimenta de forma diferente, sin embargo, en todos se expresa un sentir común que conmueve e invita a la cercanía.
Acerca de la autora
El juego ha sido creado por Nieves Mesón, bióloga y escritora.
Fue profesora de instituto de Formación Profesional en un barrio madrileño donde abundaban las familias con escasos recursos económicos
Afrontó cada día el reto de dar a los jóvenes algo más que unos conocimientos conceptuales. Les abrió su vida, entró en las de ellos y los invitó a apoyarse unos a otros, mostrándoles valores y propósito.
Gracias a su espíritu innovador se especializó en una comunicación humana que enriqueciera al alumnado.
Basándose en sus muchos años de docencia, y tratando de aunar neurociencia y comunicación personal, surgió la idea de crear una herramienta que, con apariencia de juego, formulara preguntas inéditas, inteligentes y poderosas, con el fin de lograr establecer vínculos reales entre las personas, sacando a la luz lo que tenemos en común, más allá de lo que nos separa.
Después de varios años de intensa experimentación con una gran diversidad de grupos salió a la luz el Kii: un producto sencillo pero sumamente eficaz a la hora de lograr relaciones auténticas, de calidad.
La enriquecedora experiencia solo puede descubrirse experimentándola.
Fernando Sánchez
Experto en promoción de proyectos innovadores
www.kiiexperience.com