La mayoría de los seres humanos sobrevive, no vive. Creo que ya es hora de analizar un poco lo que estamos haciendo pues cuanto antes seamos conscientes de ello, antes podremos disfrutar de una vida plena y feliz. Para ello, sin duda, tendremos que luchar contra nuestro ego pues será el que nos diga que no estamos tan mal así y el que nos desanime en cada esquina distrayéndonos de nuestro objetivo.
Sin prisa pero sin pausa. Así nos adentraremos en nuestro caminar. Hallar la felicidad parece que siempre haya sido la meta de la humanidad pero también parece que a lo largo de esta búsqueda a menudo nos hemos extraviado o desviado por muchos motivos e intereses que no teníamos a priori. Hemos perdido el tiempo adaptándonos a una vida en ciertas ocasiones cómoda, y otras, ni siquiera. Esto nos hace perder el rumbo de nuestro navegar y olvidarnos de lo principal. De este modo, corremos el riesgo hasta de perder la capacidad de reacción. Cuando nos damos cuenta de ello, a veces ya han pasado los años… y así hemos sacrificado nuestra felicidad engañosamente. Hemos hecho un trueque: la hemos cambiado por lo aparentemente confortable. En algunos momentos, la hemos buscado de manera obsesiva y claro, así no la encontramos.
Por todo ello no debemos sentirnos culpables, ¡No! Lo que sí debemos hacer es ¡Reaccionar ya! y comenzar una nueva andadura que no tardará en darnos sus frutos y satisfacción.
Un nuevo enfoque será necesario y es sencillo: debemos ante todo aprender a perdonarnos y a querernos más. Sí, querernos más, mimar a ese niño que todos llevamos dentro, hablar con él para ver qué le pasa. Esto puede parecer extraño pero nos sorprenderán tanto sus respuestas como los resultados. Lamentablemente estábamos inmersos en otros temas que creíamos importantes y que en el fondo, ahora lo vemos, no lo eran tanto.
En realidad, la felicidad está ciertamente en nosotros mismos y es allí donde la encontraremos sosegadamente. Puede haber muchas sendas para llegar a ese camino y digo camino porque ciertamente la felicidad está en ese caminar. Todas estas vías son válidas, pues somos únicos. Lo importante es empezar a dar los primeros pasos, luego, cada uno a su ritmo.
Hay varios factores que entran en juego: El Amor hacia uno mismo y hacia los demás, el desarrollo de la creatividad que todos tenemos y que hemos arrinconado en muchos casos, la coherencia con nuestros actos, la actitud positiva a adoptar frente a la vida, pues, aunque tengamos problemas personales o dificultades (cosa inevitable a veces ya que no depende solamente de nosotros), si pensamos un poco, nos daremos cuenta de que de estas situaciones también se aprende, ¡Y mucho! (Debemos alegrarnos por las lecciones que nos da la vida y aprovecharlas al máximo), aprender a conocernos y a estar atentos a lo que nos dice nuestro cuerpo.
Sí, nuestro cuerpo nos habla, ¿Pero, acaso le hemos escuchado alguna vez? También es importante plantearse interrogantes, ser críticos con uno mismo y estar atento a lo que sentimos. ¡La pregunta es lo importante! pues en ella está inscrita ya la respuesta. Cuando nos hacemos una pregunta en realidad ya estamos dando la respuesta aunque sea de modo inconsciente. Esto es un trabajo personal muy efectivo y no debemos sentirnos culpables ante las respuestas.
Ciertamente, cuando en ocasiones no le vemos la salida a nuestros problemas o no nos vemos capaces de desenredar el ovillo con nudos que tenemos, entonces es necesario acudir a un especialista (psicólogo o analista). Posponerlo sólo retrasaría la posibilidad de aclararnos y proseguir nuestro camino hacia la felicidad y la paz interior. ¡Todos necesitamos aunque sólo sea un leve «retoque»! Es la mejor inversión que podemos hacer en nosotros mismos para aprender a conocernos, para nuestra felicidad y para la relación con los demás.
Hay algo que aprendí y que me ayuda paso a paso y es que esa felicidad anhelada no está en el futuro, por venir, sino claramente en el momento presente: es decir aquí y ahora. ¡Dejemos de buscar y disfrutemos! Saboreemos plenamente cada instante. No solemos hacerlo así porque no nos detenemos en ello, estamos inmersos en otros temas al parecer siempre más urgentes. Después, seguimos buscando afanosamente, y… equivocadamente, postergando ese alto en el camino siempre para más tarde… Sin duda en ese momento también la meditación puede ser de gran ayuda, ¡Y a cualquier edad!
Eso es lo que quiero resaltar por una parte: ¡No hay edad! ¡Nunca es tarde! Siempre estamos a tiempo para engancharnos al carro de la felicidad, para subirnos al tren y vivir plenamente nuestra vida.
Por otra parte diré que nos pueden ayudar muchos métodos: en realidad, cualquiera que nos haga feliz, con el que nos sintamos a gusto. Probando iremos descubriendo. El probar uno y otro no es una pérdida de tiempo, es nuestro camino, el que nos ayudará a descubrir aquello con lo que disfrutamos y que nos hace realmente feliz. En esta etapa son importantes las lecturas, asistir a seminarios, talleres y conferencias, ver exposiciones, escribir, pintar, estudiar canto o tocar ese instrumento que tanto nos gustaba, relacionarse con otras personas y hacer ejercicios físicos suaves. Las respiraciones profundas y conscientes de yoga resultan así mismo beneficiosas, etc., y todo lo relacionado con lo que nos gusta y nos hace vibrar.
Pienso que ciertamente por mucho que busquemos en libros u otras teorías, a largo plazo, eso sólo será una asistencia, sin duda importante, pero no es más que una ayuda para aprender a conocernos mejor. A pesar de ello creo que es necesario y bienvenido en un momento dado en nuestro caminar.
Este apoyo es bueno también, sin embargo al mismo tiempo no ha de impedirnos seguir caminando ni frenarnos. Podemos inclinarnos en la búsqueda de nosotros mismos a través de muchas lecturas que nos ayuden, también de todo cuanto potencie nuestra creatividad. ¡Eso ya es más activo! Lo cierto es que la creatividad es sinónimo de expresarse y todo aquello que nos facilite la expresión creativa es enriquecedor. Nos elevará como personas pero, no nos olvidemos de que lo único que nos hará llegar a nuestra meta, es precisamente, darnos cuenta de que ¡no hay meta! sino disfrute en la andadura, saboreando plenamente la vida. Es dar un pasito y luego otro y así sucesivamente adentrándonos por nuestra senda. Eso es lo que en verdad importa. Todo está en el camino. No detenerse más que para el disfrute y la contemplación aquí y ahora y luego seguir caminando.
Puede que alguien piense, ¡puedo equivocarme! ¡Errar! Y entonces, ¿habré perdido el tiempo?… Claro que no, eso sigue siendo parte de la vida, si llevamos en nuestra bandera el Amor y la alegría, nada hemos de temer. La vida nos enseña el hilo a seguir desde el corazón. Él es nuestro guía.
Deseo que todos encontremos, tarde o temprano, lo que buscamos: el sentido de la vida, para ello entonces no olvidemos vivir con Amor, alegría y creatividad.
En resumen, cinco puntos fundamentales para andar por este camino de la felicidad.
- Amor: el Amor hacia uno mismo en primerísimo lugar, pues sin ello todo lo demás es imposible, luego hacia todos y hacia todo. Así se abre nuestro corazón y nos llena, devolviéndonoslo con creces. No hay más que intentarlo, ponerlo en práctica… ¡y veréis!
- Alegría: la alegría es la compañera que nos hace caminar más ligero, la que contagia y la que atrae. Sí, nos hace atractivos/as. ¡Ya lo habréis comprobado!
- Creatividad: la creatividad es lo que nos va a permitir encontrar nuestro propio camino. Lo que emana de nosotros haciéndonos felices. Sencillamente lo que nos gusta y lo que nos habla. ¡Sin duda, es ella quién nos enseña el camino a seguir!
- Actuar: no se pierde nada. Todo está por ganar. ¡Atrévete a realizar tus sueños! Si creemos firmemente en ellos, se cumplirán. Muchas técnicas podrán ayudarnos también aquí como por ejemplo la visualización interna (¡poderosa herramienta!). Esta técnica también se puede aplicar a otros muchos campos en la vida.
- Coherencia: poner en práctica lo que nos dicta nuestro corazón y nuestra mente o sea aquello en lo que creemos.
Aquí y ahora es dónde podemos hallar la felicidad. El porvenir está pues en el Amor, la Alegría y la Creatividad.
Ya lo decían los romanos… ¡Carpe Diem! (Aprovecha el momento).
Carmen Dominique Sánchez González
carmen_domi@hotmail.com