Desde pequeños nos llaman la atención las rocas y piedras, no conozco ningún niño que no se sienta atraído por ellas. Mi hija siempre volvía del cole con los bolsillos llenos, y muchas eran regalos para mi. Hasta las más sencillas son hipnóticas, como los cantos rodados de la playa, que nos ofrecen un bello espectáculo para la vista y el oído.
Tanta ha sido mi atracción por ellas que cuando tuve la oportunidad decí conocerlas más en profundidad y me formé en gemoterapia, aunque he de reconocer que como en muchas otras técnicas que conozco la intuición es la que me guía en todo lo relacionado con las gemas y los cristales.
A lo largo de la historia de la humanidad y en todo el mundo se han utilizado las gemas con distintos fines para aprovechar sus dones los cuales eran ya conocidos por Egipcios, Toltekas, Incas, Mayas, etc.
En la India son utilizadas en medicina ayurvédica, en el libro de Henoch ya se hablaba de ellas, Platón las nombró al hablar de la Atlántida, Leonardo Da Vinci valoraba muchísimo las cualidades de la amatista, los Griegos llamaban al ámbar “electrón” por su capacidad de carga eléctrica y las mujeres romanas lo utilizaban para perfumarse o como incienso.
Aún en nuestros días las gemas, minerales y cristales están muy presentes, aunque no seamos muy conscientes de ello, pero podemos encontrarlas en muchas áreas de nuestra vida, estos son algunos ejemplos:
- El grafito de las minas de nuestros lápices.
- El diamante en aplicaciones estéticas como la depilación.
- La halita para conservación de alimentos y curtido de pieles, abono y herbicida.
- La fluorita en la fabricación de aceros y de vidrios.
- La hematita como pigmento, ocre rojo y para polvo de pulir.
- La calcita para fabricación de cementos, cal y materiales cerámicos.
- El yeso que se utiliza en la producción de escayola y como material de construcción en edificios para revestimiento de paredes y molduras.
- El cuarzo que es ampliamente utilizado en la industria de la óptica, en aparatos de precisión y científicos, para osciladores de radio y en relojería.
Las gemas pueden ser sintéticas o naturales:
- Son sintéticas cuando se elaboran en un laboratorio, en terapia no tienen valor por no haber sido creadas por la naturaleza y no poseer vibraciones adecuadas.
- Las naturales son la que proceden de forma natural de la Madre Tierra. Son las que los terapeutas usamos. Dentro de esta categoría encontramos:
Gemas preciosas y semipreciosas: esta forma de catalogarlas procede de la joyería y está en relación con la “oferta y la demanda”. Esta clasificación para los terapeutas, que apreciamos otras cualidades, no existe. Porque todas las gemas, piedras y cristales naturales aún siendo comunes son importantes por la energía que transmiten.
No todas las gemas son minerales, por ejemplo: el lapislázuli es una roca (aunque esté compuesta por minerales) y el ámbar es una resina vegetal fosilizada.
Entre las piedras preciosas se incluyen los diamantes, las esmeraldas, los rubíes y los zafiros. Mientras que el resto están calificadas como piedras semipreciosas.
Los cristales son sustancias puras cuyos átomos, moléculas o iones están dispuestos en un patrón ordenado. Se clasifican por sus formas hexagonales, cúbicos, ortorrómbicos, tetragonales, romboédricos y monoclínicos. En su mayoría son translúcidos. Son menos costosos que las gemas. La sal y el cuarzo son algunos de los tipos de cristales más comunes.
Cuanto mas trabajado esté un mineral o gema, mayor será su precio. Pero si necesitas realizar una terapia con una piedra en concreto por las cualidades sanadoras que ofrece, y el precio es muy elevado por estar tallada y pulida, la alternativa es adquirirla en bruto, pues su energía en lo que nos importa en este caso.
Sus cualidades son muchas, pero las energéticas son las que más me atraen de todas y las que trato de que estén siempre presentes en mi vida y en la vida de los demás. De hecho siempre llevo encima alguna gema o mineral en colgante, pulsera, pendientes, etc. Según lo que necesite trabajar en cada momento utilizaré una u otra. Como terapeuta he de decir que siento un profundo amor, admiración y gratitud por la gemoterapia, ya que las gemas y los cristales nos regalan su belleza y una buenísima herramienta de sanación.
En numerosas ocasiones las personas han encontrado en la gemoterapia la solución a sus bloqueos, tras canalizar a través de los Registros Akáshicos cuál era la terapia adecuada para ellas.
Para poder conocer más en profundidad sus propiedades recomiendo la lectura de algún libro o asistir a alguna formación sobre el tema, puesto que enumerarlas aquí sería imposible ya que su energía actúa sobre nuestro cuerpo físico, emocional, mental y espiritual.
Para elegirlas de un modo adecuado lo más sencillo es seguir la guía interna o intuición, que no falla nunca. Aquella gema que nos llame de forma insistente la atención será la adecuada para nosotros en en ese momento.
Antes de comenzar a trabajar con las gemas o cristales hemos de realizar una limpieza, la cual podemos llevarla acabo al sumergirlas en un poco de agua con sal –pero hay que tener cuidado pues algunas piedras se disuelven y pueden resultar dañadas–, así mismo podemos pasar el mineral por encima de la llama de una vela, para que en este caso sea el elemento fuego quien la limpie, ahumar con incienso, o rociar spray áurico (tipo las flores de Bach).
Los modos de trabajar con su energía son muchos y variados, pero la más fácil y sencilla, al alcance de cualquiera es llevarlas siempre encima, en contacto con nosotros como colgante, pendientes o pulseras. Todo dependerá de lo que queramos conseguir.
Si deseamos dirigir su efecto hacía la materialización de determinados objetivos pueden ser programados de forma consciente. Pueden ser cargados para ayudar a aprobar exámenes, oposiciones, cambiar de casa, montar un negocio, encontrar el amor, etc. Programar una piedra o cristal es centrarnos en un pensamiento claro, directo y específico que manifiesta el deseo que queremos alcanzar.
Si lo que deseamos es convertirlas en un oráculo, podemos seguir el ejemplo de las runas vikingas, las cuales podrás fabricar tú mismo con cantos rodados del mar a los que puedes dibujar con rotulador permanente o tallar los símbolos. O si lo prefieres, puedes comprarlas ya hechas.
Gracias al color de las gemas podemos aplicarlas como colorterapia, según su color y el de cada uno de nuestros 7 chakras principales.
Pongamos por ejemplo que lo que deseamos tratar es la falta de seguridad o confianza en uno mismo, esta situación se la relaciona con un bloqueo en el primer chakra, su color es el rojo por lo que podemos utilizar gemas como el rubí o granate.
A través del sonido también podemos usarlas, haciendo sonar un cuenco de cristal de cuarzo, que emitirá determinadas notas musicales dependiendo de su tamaño y composición, armonizando así nuestro cuerpo físico y energético.
Otras aplicaciones recomendadas son en forma de baños o tomar elixires de gemas, estos nos permiten absorber sus propiedades a través del agua de una forma muy rápida, en baños a través de la piel y en elixir a través del aparato digestivo (funciona igual que la terapia floral), tan solo hemos de introducir el mineral con el que deseemos tratarnos en el agua del baño mientras no bañamos. Pero hemos de tener en cuenta que la gema que utilicemos no sea tóxica o soluble en agua, por ejemplo son tóxicas la turmalina negra y la malaquita, y solubles en agua la selenita, calcita, etc. Para tomar elixires recomiendo que se utilicen los que ya existen elaborados y a vuestra disposición en herbolarios, u otras tiendas, para no correr ningún riesgo.
En otras ocasiones, cuando deseamos trabajar más en profundidad lo ideal es realizar redes con ellas mientras meditamos o nos relajamos. Estas redes se crean distribuyendo diferentes cristales o gemas alrededor nuestro para absorber su vibración desde nuestra aura o de nuestros chakras. Mis preferidas son las que aprendí en los cursos de Geometría Sagrada, que te conectan con los 4 elementos para trabajar diferentes aspectos como la limpieza del campo áurico, enraizar y conectarnos a tierra o elevar nuestra vibración para una mejor conexión con nuestra parte más espiritual (con nuestros guías, ángeles o yo superior).
Una red de cristales es un dibujo geométrico de piedras y cristales para poder generar una energía especifica. Se pueden usar para cualquier propósito como el amor, salud, prosperidad, protección, etc.
Nos podemos ayudar de símbolos ya existentes, pero es importante que tenga algún significado para nosotros o nuestra intuición nos indique cuál es el adecuado para el trabajo que deseamos realizar, algunos de los más conocidos y que se suelen utilizar son:
- Árbol de la vida
- Flor de la vida
- Infinito
- Cuadrado
- Triángulo
- Círculo
- Nudo céltico
- Etc.
Uno de los más utilizados en sanación es la “parrilla” o red de cuarzos sobre el símbolo Antakara de Reiki. Esta parrilla ayuda a que la energía de sanación con Reiki que aplicamos a una persona, situación, animal, planta, etc. Éste activa durante las 24 horas del día haciendo que sea más profunda, rápida y duradera.
Una red muy sencilla que ayudará a equilibrar todos nuestros chakras es colocar una piedra del color correspondiente a cada chakra sobre la zona en el cuerpo donde se sitúan estos puntos energéticos. Podemos usar del primero al séptimo:
- Jaspe rojo
- Ágata corneola
- Citrino
- Aventurina verde
- Caledonia
- Amatista
- Cuarzo cristal
Permanecer tumbados y relajados durante 15 o 30 minutos disfrutando de los efectos de esta red.
Personalmente trabajo a diario con mis amadas piedras, de todos los modos que os he contado, pero mi favorita es dar rienda suelta a mi creatividad a través de la creación de orgonites o transmutadores energéticos que incrementan aun más la energía y la magia que nos ofrecen.
Os invito abrir vuestra mente y vuestro corazón para conectar con la energía de los minerales. Trabajar con ellos es permitir que la magia entre en vuestras vidas. Dejaros sorprender por todo lo que nos ofrecen y regalan solo con su presencia.
Carolina Hernández Santamaría
Terapeuta , maestra y escritora
www.nalamdeva.es