Toda enfermedad, sea psíquica o
física, comienza por un desequilibrio a nivel energético sutil. Posteriormente,
si este desequilibrio se mantiene, se expresará también en otros niveles
La
Organización Mundial de la Salud define la salud como un estado de bienestar
físico, psíquico y social. Cuando este bienestar se menoscaba, en alguno de
estos aspectos, se habla de enfermedad pero ¿cómo aparece la enfermedad? En la
actualidad, la medicina conoce la causa de unas pocas enfermedades pero ignora
la de la mayoría de ellas. Algunas, como la hemofilia, tienen una causa
genética. En otras, se ha podido identificar un agente causal. Es el caso del tabaco
y el cáncer de pulmón o el del consumo de alcohol y la cirrosis hepática. Dentro
de estos agentes causales, cada vez se va dando más importancia a factores
psíquicos o emocionales como responsables de ciertas enfermedades. Así, por
ejemplo, se reconoce que cuando una persona se encuentra deprimida también se
deprime su sistema inmunitario, volviéndose mucho más susceptible a padecer
infecciones. Igualmente, el estrés o la ansiedad crónica están en el origen de
muchas afecciones. Sin embargo, se desconoce la causa de la mayoría de las
enfermedades, algunas de ellas tan frecuentes como el asma o la hipertensión
arterial.
Desde el punto de vista de Sahaja Yoga,
toda enfermedad, sea psíquica o física, comienza por un desequilibrio a nivel
energético sutil. Posteriormente, si este desequilibrio se mantiene, se
expresará también en otros niveles. Para entender estos conceptos es necesario
conocer, aunque sólo sea esquemáticamente, la estructura de este cuerpo
energético al que nos referimos.
El cuerpo energético
Está compuesto de una energía, denominada
Kundalini, que se encuentra en estado latente en el hueso sacro: tres canales
situados a lo largo de la columna vertebral y siete centros energéticos llamados
también chakras.
Los dos canales laterales se corresponden
con el sistema nervioso simpático y son dos cadenas continuas que se cruzan a
nivel de la frente formando dos globos de energía que ocupan los hemisferios
cerebrales. El canal izquierdo nos proporciona la energía que nutre nuestro
deseo y está relacionado con las emociones y con el pasado. Su energía es la que
sustenta nuestro subconsciente.
El canal derecho es el que nos proporciona
energía para la acción, esto es, para llevar a cabo aquello que deseamos movidos
por la energía del canal izquierdo. Está relacionado con la razón y la lógica.
Su energía es la que alimenta nuestro ego y es la parte de nuestra psique con la
cual nos identificamos.
El canal central se corresponde con el
sistema parasimpático y, a diferencia de los canales laterales, presenta una
discontinuidad a nivel del abdomen. Esta brecha es la causa de que Kundalini no
pueda ascender por sí misma hasta nuestro cerebro. Con el método de Sahaja Yoga
se cierra esta desconexión, haciendo posible el ascenso de la energía por el
canal central, conectándonos con el presente, el aquí y el ahora y, en
definitiva, con el plano de lo real.
Los chakras se corresponden a nivel físico
con los plexos del sistema nervioso autónomo y regulan, tanto los órganos
físicos como las funciones o cualidades de nuestro psiquismo. Iremos viéndolos
uno por uno:
El
Mooladhara
se corresponde con el plexo pélvico. A nivel físico regula el recto, vejiga,
próstata, parte del útero y órganos genitales. En el plano psíquico genera
cualidades como la inocencia, pureza, sabiduría, sentido común y espontaneidad.
Es un chakra muy importante, ya que es el soporte donde se apoya la energía
Kundalini para su ascenso por el canal central. Se bloquea por una sexualidad
inadecuada, pudiendo originar enfermedades de la próstata, cáncer del cuello del
útero, Sida o esclerosis múltiple. Su obstrucción se percibe por una sensación
de pinchazo en la zona media del talón de la palma de la mano.
El
Swadhistan
se corresponde con el plexo aórtico e inerva el útero, ovarios, riñones,
glándulas suprarrenales, páncreas, bazo, parte del intestino grueso y parte del
hígado. A nivel psíquico es responsable del conocimiento puro, de la percepción
intelectual, la imaginación, del sentido de la estética y de la creatividad en
los diferentes aspectos de nuestra vida. Puede afectarse por el consumo de
alcohol, drogas o por actitudes como el mal humor, la rabia o el exceso de
actividad mental, produciendo entonces enfermedades hepáticas, intestinales o
diabetes. Su obstrucción se percibe como pinchazos, hormigueo o presión en las
yemas de los pulgares.
El
Nabhi
se localiza en el plexo solar y se encarga de la inervación del estómago,
intestino delgado y parte del grueso, parte del hígado y sistema linfático.
Genera en nosotros el sentimiento de satisfacción y bienestar. Puede obstruirse
por una alimentación inadecuada, ansiedad, problemas relacionados con la vida
familiar o apego al dinero, originando enfermedades digestivas, renales o
alergias. Si está bloqueado se percibirán las sensaciones descritas
anteriormente, pero localizadas en la yema del tercer dedo.
El
Vacío
no es un chakra sino el área que se corresponde con la brecha o desconexión
existente en el canal central, situado a nivel del abdomen. Tiene relación con
el Principio del Maestro, es decir con la capacidad de discernir lo que es
positivo para nuestra evolución de aquello que no lo es. Su obstrucción se
percibe en la periferia de las palmas de las manos.
El
Anahata
tiene su expresión física en el plexo cardíaco. Regula el corazón y los
pulmones, así como el sistema inmunitario. Cuando este chakra está abierto
produce un sólido sentimiento de seguridad, amor hacia los demás y un adecuado
sentido de responsabilidad. Puede obstruirse por una relación inadecuada entre
padres e hijos (bien por sobreprotección o por abandono) o por una mala relación
de pareja, originando asma, arritmias, anorexia nerviosa o una inmunidad
debilitada. Su obstrucción se percibe en las yemas de los dedos meñiques.
El
Vishuddhi,
situado en el plexo cervical, se encarga de la comunicación y regula las
glándulas tiroides y paratiroides, el cuello, oído, nariz, faringe, laringe,
boca, dientes, lengua, los sentidos del gusto y del olfato, la parte anterior de
los ojos y la expresión facial. Genera un sentimiento de colectividad y también
de desapego del resultado de nuestras acciones. Puede bloquearse por el
sentimiento de culpa, arrogancia, ironía, sarcasmo o una relación inadecuada
entre hombres y mujeres, causando faringitis o laringitis crónicas, problemas de
audición o enfermedades del tiroides. Su obstrucción se siente en los dedos
índices.
El
Agnya
se localiza a nivel del quiasma óptico, formado por el cruce de los nervios
ópticos en la base del cráneo. Regula la visión, así como las glándulas
hipófisis y pineal. Sus cualidades son el perdón y la compasión. Cuando la
Kundalini lo atraviesa, relaja nuestra mente y produce una disminución de los
pensamientos, pudiendo llegar a alcanzarse un estado especial de conciencia al
que denominamos «Conciencia sin pensamientos», en el cual uno percibe su
verdadero Ser. Se bloquea por un exceso de ego, sentimientos de odio, rencor o
por una baja autoestima, pudiendo originar problemas de sueño o disfunciones de
la hipófisis. Su obstrucción se siente en la yema del cuarto dedo.
El
Sahasrara está situado en el área límbica del
cerebro y en él están representados los otros seis chakras, integrando todas sus
cualidades. Regula diversas funciones relacionadas con la conducta y las
emociones. Se bloquea por actitudes materialistas, percibiéndose la obstrucción
en forma de pinchazos, hormigueo o presión en el centro de las palmas de las
manos.
Ejercicio de la realización
Para poder aplicar los métodos de
auto-curación Sahaja es preciso que previamente se haya despertado la propia
energía Kundalini, lo cual se puede hacer a través del siguiente ejercicio:
Sentado sobre una silla, frente a una
fotografía de Shri Mataji, deja la mano izquierda reposando sobre la pierna,
con la palma mirando hacia arriba, todo el tiempo que dure este ejercicio.
Coloca tu mano derecha sobre el corazón
y, de una forma relajada, pregunta tres veces interiormente a tu energía
Kundalini: «Madre, ¿soy yo el espíritu?».
A continuación, coloca la mano derecha a
la altura del estómago y pregunta tres veces: «Madre, ¿soy yo mi propio
maestro?».
Con la mano derecha en la parte inferior
del abdomen, presionando un poco sobre la ingle izquierda, repite seis veces:
«Madre, por favor, dame el conocimiento de la verdad».
Coloca de nuevo la mano a la altura del
estómago y haz la siguiente afirmación diez veces: «Madre, yo soy mi propio
maestro».
Sube la mano derecha al corazón y, con
confianza, afirma unas doce veces: «Madre, yo soy el espíritu».
Con la mano en la parte izquierda del
cuello, gira la cabeza hacia la derecha y afirma unas dieciséis veces: «Madre,
yo no soy culpable de nada».
Ahora, coloca la mano sobre la frente y,
presionando ligeramente las sienes, repite varias veces: «Madre, yo perdono a
todo el mundo y me perdono a mí mismo».
A continuación, coloca tu mano en la
nuca y repite varias veces: «Madre, si he cometido algún error en contra de mi
espíritu, por favor perdóname».
Manteniendo los ojos cerrados,
presionamos con la palma en el centro de la cabeza y damos un masaje, girando
en el sentido de las agujas del reloj, pidiendo con humildad: «Madre, por
favor, dame la conexión con el divino».
Ahora, permanece unos minutos en
meditación. Cuando termines, levanta tu mano derecha unos 10 cm. por encima de
tu cabeza y observa qué sientes. Compruébalo también con la otra mano.
El fluir de la energía lo sentiremos como
una suave brisa fresca saliendo de las palmas de las manos y de lo alto de la
cabeza. Si existen obstrucciones en alguno de los chakras, lo percibiremos como
una sensación de pinchazos, hormigueo o presión en la yema del dedo relacionado
con el chakra que se encuentre bloqueado, ya que existe una correspondencia
entre los dedos y algunos puntos de las manos con los diferentes chakras.
Igualmente, si tenemos bloqueos en los chakras la percepción no será de brisa
fresca, sino de calor, ya que en su ascenso, Kundalini comenzará a limpiar los
centros obstruidos, desprendiéndose calor en este proceso.
Métodos terapeúticos Sahaja
En Sahaja Yoga disponemos de métodos muy
sencillos y eficaces para desbloquear los chakras y permitir así que Kundalini
pueda fluir más fácilmente por el canal central:
– Introducir en el organismo
(particularmente en las partes afectadas) energías positivas procedentes del
exterior. Todos los objetos, personas, lugares, etc. emiten alguna clase de
energía. Shri Mataji es una persona iluminada y encarna o -podríamos decir- que
canaliza una energía muy pura. Es una fuente de energía positiva y su fotografía
también lo es. Por esto, la mayor parte de los trabajos de Sahaja Yoga, y en
particular los que tienen que ver con la meditación, se realizan frente a una
fotografía de Shri Mataji.
La posición es sentada, con las manos
extendidas sobre las rodillas y las palmas hacia arriba. Cuando un chakra está
obstruido en su parte izquierda, -esto lo sabremos porque sentiremos pinchazos,
hormigueo o presión en la yema del dedo de la mano izquierda que se corresponde
con dicho chakra-, extenderemos la mano izquierda hacia la fotografía de Shri
Mataji para recibir su energía y pondremos la mano derecha sobre la parte
izquierda del chakra, que es la que está obstruida. Esto es lo que denominamos
«dar vibraciones a un chakra». Otra opción es, sin variar la posición de la mano
izquierda, hacer con la mano derecha un movimiento circular en el sentido de las
agujas del reloj a nivel de la parte izquierda del chakra bloqueado. A esta
técnica la llamamos «dar un bandhan al chakra». Si la obstrucción está en la
parte derecha se hace al contrario. Si percibiéramos pinchazos en las yemas del
mismo dedo de ambas manos, esto nos indicaría que el bloqueo afecta al chakra en
su totalidad. Para su limpieza procederíamos igual que si se tratase de una
obstrucción en la parte izquierda, pero colocando la mano derecha en la parte
central del chakra o dando un bandhan a este nivel.
Siempre que iniciemos un trabajo de este
tipo (meditación o terapia) es necesario empezar y terminar poniendo sobre
nosotros una protección de nuestra energía sutil. Es lo que en Sahaja Yoga
llamamos un bandhan, que consiste en hacer siete veces un arco con la mano
derecha de un lado a otro del cuerpo pasando por encima de la cabeza. Además,
ayuda a la protección subir la energía Kundalini mediante un gesto que se hace
con las manos.
Quitar energías negativas
– Expulsar energías negativas que se han
asentado en el cuerpo sutil y son causa de bloqueos y disfunciones.
Para ello, equilibrar la energía del canal
izquierdo cuando hay síntomas que indican obstrucciones en él (calor, pesadez o
muchos pinchazos en la mano izquierda), colocando esa mano hacia la fotografía
para recibir energía positiva y la mano derecha hacia la tierra, por donde se
descarga la energía negativa.
Equilibrar la energía del lado derecho,
dirigiendo la mano derecha hacia la fotografía y la mano izquierda hacia arriba,
con la palma hacia atrás, de forma que la energía negativa salga hacia el
elemento éter.
Otras opciones son la limpieza a través
del elemento agua (se introducen los pies en un barreño con agua al que se ha
añadido un puñado de sal) o mediante el elemento fuego (se utiliza la llama de
una vela para limpiar el canal izquierdo o la parte izquierda de los chakras).
– Mover la energía de lugar para favorecer
el equilibrio o ayudar a su movimiento natural para desbloquear zonas o chakras
afectados, realizando determinados movimientos con las manos.
– Despertar las energías sutiles
constructivas que ya están en nuestro organismo y que la enfermedad ha
«adormecido». Esto se hace utilizando determinadas afirmaciones que hacen
referencia a las cualidades de los diferentes chakras.
El objetivo de todas estas técnicas es
conseguir limpiar nuestro cuerpo sutil para que una mayor cantidad de energía
Kundalini pueda fluir por el canal central, nutriendo los diferentes chakras.
Como consecuencia, los órganos y músculos que dependen de ellos se irán
relajando y curando en caso de que estuvieran enfermos. La agitación mental y el
continuo fluir de pensamientos se irá calmando, experimentando entonces un
estado de gran bienestar y paz interior.