Como ya hemos informado a nuestros lectores en anteriores números de Natural, en la Unión Europea existen tres Directivas en fase de tramitación que suponen una verdadera amenaza para la salud de los consumidores y un atentado contra la libertad.
La autora de este artículo forma parte de una asociación internacional, la ANH (Alianza para la Salud Natural), que intenta impedir su aprobación definitiva y que ya ha logrado notables éxitos en los tribunales de justicia. Según Carlos Viñas, autor de uno de los artículos publicados en esta revista, ?este año y el próximo, con la vista de la acción legal contra la Directiva sobre Complementos Alimenticios en el Tribunal de Justicia Europeo y el proceso de enmiendas a las directivas sobre Productos Farmacéuticos para Uso Humano y Plantas Medicinales Tradicionales pendientes, las Regulaciones sobre Alegaciones de Nutrición y Salud en revisión y en espera de una nueva votación y la reunión del Comité del Codex Alimentarius sobre Nutrición en noviembre, son absolutamente cruciales y podrían ser completamente decisivos para el futuro?.
El texto que sigue se enmarca dentro de la campaña emprendida por ANH contra estas tres directivas y pretende concienciar a los consumidores de la necesidad de impedir su aplicación. De lo contrario, el 1 de agosto de 2005 más de 300 vitaminas, minerales y sus derivados, así como sustancias relacionadas, serán definitivamente prohibidas, eliminando del mercado europeo más de 5.000 productos naturales. Y esto es sólo la primera fase de la ?Directiva sobre Complementos Alimenticios?.
?Elena sufría desde hacía años de ataques muy fuertes de bulimia, especialmente por las noches. Después de cenar, y aún con sensación de plenitud, no podía controlar las ganas de comer chocolates y dulces. Una vez ingeridos, sentía remordimientos, culpabilidad y ansiedad (ésta propia de la excitación que produce el azúcar). Esto le producía insomnio. Por las mañanas se despertaba agotada, con una sensación de resaca continua, náuseas, apatía?
Elena acudió a un terapeuta y por su recomendación comenzó a tomar vitamina B 6 en dosis altas (100 mg). En pocas semanas, su bulimia desapareció, y también los demás síntomas. Un tiempo más tarde fue a comprar una nueva tanda de vitamina B 6 , pero por equivocación la dependienta le vendió un frasco de pastillas de 50 mg.
Sin darse cuenta, Elena siguió el tratamiento, pero a los pocos días, y sin entender por qué, sus síntomas volvieron, con menos intensidad pero igualmente desagradables. ¿Qué estaba pasando? Junto con su terapeuta descubrió que la cantidad que había estado tomando de vitamina B 6 era menor, exactamente la mitad. Elena, para funcionar óptimamente, necesitaba un mínimo de 100 mg diarios de esta vitamina. Mientras los toma, su salud no se resiente. Se podría decir que Elena es dependiente de una dosis determinada de vitamina B 6 .
Óscar entró en una depresión que le estaba durando dos años. Dejó de trabajar y de hacer vida familiar. Prácticamente, se pasaba todo el día en cama con las persianas bajadas, rodeado de oscuridad. Los antidepresivos les estaban sirviendo de poco. Por recomendación de un terapeuta comenzó a tomar niacina (vitamina B 3 ) en dosis altas (un mínimo de 500 mg diarios) y en un par de meses volvió a ser el que era. Volvió al trabajo, comenzó a viajar como antes y a disfrutar de su familia. Mientras Óscar toma vitamina B 3 está libre de su depresión. También él es dependiente de una vitamina, en este caso de una dosis específica de vitamina B 3 .
La comida no nos aporta todos los nutrientes
Ser dependiente de nutrientes no es ni raro ni poco natural. Somos dependientes de la comida; por lo tanto, también lo somos de los nutrientes.
Es vital que entendamos la importancia de los nutrientes en nuestro organismo para poder defender pasionalmente esta campaña. Estamos hablando de algo básico, tan básico como el aire que respiramos. Si nos pusieran normas para respirar, si no nos permitieran obtener el oxígeno que cada uno necesitamos, según nuestras necesidades, para mantenernos vivos y sanos, ¿qué haríamos? Seguramente, luchar por nuestros derechos. Igual debemos luchar por conseguir la libertad de poder darle a nuestras células la materia prima, o sea, los nutrientes necesarios, para que dichas células funcionen correctamente.
El organismo está compuesto de carbohidratos, proteínas, grasas y agua. Sin embargo, el hecho de juntar todos estos compuestos no crea un ser humano. Para que esto ocurra hace falta energía y ésta se fabrica en el interior de las células gracias a unas enzimas que para ser activadas dependen, a su vez, de vitaminas y minerales. Por lo tanto, todos necesitamos nutrientes para sobrevivir. Son tan importantes que, si no comemos, morimos. Sin embargo, hay un concepto muy importante dentro de las medicina natural que es: No basta con sobrevivir; es necesario disfrutar de una salud óptima. Y aquí es donde juegan una importantísima labor los suplementos nutricionales. No solamente nos ayudan a luchar contra las enfermedades, sino que potencian nuestra salud y con ello la prevención de enfermedades.
Hasta hace unos años, se creía que la alimentación bastaba o debía bastar para mantener la salud. Extraordinarios científicos y profesionales de la salud como Linus Pauling, el Dr. Rath, el Dr. Abraham Hoffer, el Dr. Carl Pfeiffer y muchos otros, han ido demostrando con sus estudios e investigaciones que no es así.
Hoy en día estamos sobrealimentados pero desnutridos, y aunque tengamos mucho cuidado con lo que comemos y cómo lo comemos, la mayoría de los alimentos que ingerimos no nos aportan los nutrientes que requerimos para estar bioquímicamente equilibrados.
Esto es debido, por ejemplo, a una desmineralización de los terrenos (en un artículo publicado en The Sunday Times el 8 de febrero de 2004 se hace referencia a un estudio llevado a cabo donde se muestra que, en general, los vegetales han perdido la mitad de su contenido en sodio y calcio, un cuarto de su contenido en hierro y un 76% en cobre. Los nutrientes en las frutas también han disminuido en un 27% sus niveles de hierro, cobre y zinc) y/o al tiempo que tarda el producto, una vez recolectado, en llegar a las tiendas. Por eso es importante tomar suplementos nutricionales como complemento a nuestra alimentación. Por otro lado, necesitamos tomar suplementos nutricionales para protegernos de los antinutrientes a los que estamos expuestos y que no podemos evitar completamente, como son la contaminación, pesticidas, conservantes y otras sustancias que nos roban nutrientes del organismo. Y no olvidemos las necesidades bioquímicas de cada individuo, porque no todo el mundo desgasta nutrientes de la misma manera, ni tiene las mismas necesidades nutricionales.
La Directiva de Complementos Alimentarios (DCA) de la Unión Europea tiene como meta prohibir que el ciudadano tenga acceso libre a complementos alimenticios y vitamínicos naturales. Algunos de los cuales pasarán a ser medicamentos, de venta únicamente en farmacias, y sólo podrán ser adquiridos con receta médica. Según esto, si, por ejemplo, la vitamina C pasa a ser un medicamento ¿dentro de un tiempo también tendremos que ir a la farmacia a comprar fruta y verduras?
Por otro lado, la Directiva sobre Productos Farmacéuticos y la Directiva sobre Productos a base de Plantas Medicinales Tradicionales pretenden convencernos de que la mejor forma de superar las enfermedades y recuperar nuestra salud es proporcionándole al organismo fármacos (sustancias químicas), la mayoría tóxicas, que siempre producen efectos secundarios y jamás ?curan? la enfermedad (únicamente alivian los síntomas, causando otros nuevos).
¿Receta médica para las plantas medicinales?
Estas directivas tienen un objetivo común y es evitar por todos los medios que el ciudadano se decante por la prevención y por el cuidado de su salud de forma natural. Esta postura no interesa económicamente: es mejor para estas directivas que los pacientes no resuelvan sus problemas de salud y que sigan dependiendo de por vida de los fármacos para controlar el colesterol, la hipertensión, la diabetes etc.
Estos pacientes son rentables, son consumidores de por vida de fármacos. Por el contrario, que estos pacientes encuentren un tipo de alimentación sana, que consuman suplementos nutricionales potenciadores de su salud y que temporalmente recurran a plantas medicinales inocuas no interesa. En primer lugar, porque con este enfoque posiblemente resolverán la raíz de su enfermedad; en segundo, porque prevendrán otras enfermedades; y en tercero, porque la industria farmacéutica, aunque quisiera fabricar productos naturales, no podría patentarlos y, por lo tanto, no podría enriquecerse con su venta.
Por todos estos motivos están luchando salvajemente para que se retiren del mercado todos estos productos (suplementos nutricionales y de fitoterapia) y que el ciudadano dependa única y exclusivamente de los fármacos para tratar sus problemas de salud. Con esta actitud claramente se está demostrando que nuestra salud no interesa; interesa nuestra enfermedad, y el objetivo principal es tener el monopolio de ésta.
Algunos nutrientes y ciertas plantas medicinales se podrán conseguir con receta médica y en dosis limitadas. Sin embargo, en la carrera de medicina apenas se estudia nutrición y fitoterapia y es nula la formación sobre la función de cada uno de los nutrientes necesarios para el organismo y de cómo la fitoterapia interactúa en nuestro organismo. Por lo tanto ¿cómo se puede pasar la responsabilidad del uso de suplementos nutricionales y de fitoterapia al sector de la medicina alopática, si ésta no tiene ninguna experiencia en ese campo? Es más, si hasta ahora la mayoría del sector médico ha rechazado, se ha burlado y ha menospreciado el efecto de estas sustancias en nuestra salud ¿cómo ahora van a pasar a recomendar dichas sustancias? Convertir los suplementos nutricionales y fitoterapia en ?fármacos? sólo va a conseguir un objetivo primordial: que no se receten, que bajen sus ventas y que dejen de ser competencia de los fármacos. Así de sencillo y así de inmoral.
Personalmente, creo que tanto los suplementos nutricionales y la fitoterapia como los fármacos tienen un lugar en la salud y enfermedad de todos nosotros. Lo ideal es disponer de todos ellos, teniendo la libertad de escogerlos según creamos conveniente.
Sin embargo, la Directiva de Complementos Alimenticios, la Directiva sobre Productos Farmacéuticos y la Directiva sobre Productos a Base de Plantas Medicinales Tradicionales, con su nueva legislación, nos dificultarán la posibilidad de tomar nutrientes y plantas medicinales, de recurrir a un sistema de curación y prevención natural, con escasos efectos secundarios, más barato a la larga, y sobre todo nos coartará nuestra libertad de decidir sobre nuestra salud. Y lo peor de todo es que detrás de esta legislación, hay un fin económico y no realmente una preocupación por nuestro organismo. No dejemos que decidan por nosotros.
Es imprescindible que nos unamos TODOS en esta campaña organizada por The Alliance for Natural Health (ANH). Tenemos muchas posibilidades de frenar este problema y de conseguir el derecho a utilizar productos naturales para tratar nuestra salud y enfermedad. Sin embargo, sólo lo conseguiremos con el apoyo y el esfuerzo de TODOS. Podemos contribuir de muchas formas: escribiendo a nuestros parlamentarios, donando dinero, pasando la voz y los textos que lleguen a nuestras manos, firmando siempre que encontremos recogida de firmas? Para disponer de toda la información acerca de esta campaña, la ANH ha creado una web que se puede visitar en www.alliance-natural-health.org
Yo, personalmente, como terapeuta y como consumidora de suplementos nutricionales y de fitoterapia, junto con Elena y Óscar, y tantas otras personas que hemos encontrado la salud a través del uso de sustancias naturales, queremos seguir viviendo sanamente y sobre todo, con libertad.