Acupuntura versus Medicina Occidental

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Acupuntura – La Medicina Tradicional China (MTC) no sólo es la etnomedicina propia de los pueblos orientales sino y sobre todo, es un cuerpo doctrinal sustentado en sólidas bases biofísicas que permite integrar la terna Cielo-Hombre-Tierra como circunstancia indispensable en el desarrollo psico-físico armónico de los seres vivos, sobre todo del ser humano.

La MTC forma parte de las Medicinas Vitalistas que son todas aquéllas que consideran a la energía como principio integrador y regulador de toda circunstancia físico-química y estoy hablando de las medicinas tradicionales de todos los pueblos y culturas antiguas impregnadas de la filosofía naturista del Cielo (padre) y Tierra (madre).

En base a este principio la enfermedad se desencadena a partir de la disfunción energética y sigue un proceso evolutivo que provoca la disfunción bioquímica (no hay química sin energía) la funcional y la orgánica según el siguiente esquema.

Propuesta terapéutica

Actuar, pues, sobre la cúspide biológica es prevenir desequilibrios bioquímicos, funcionales y orgánicos.

Por ello hay que insistir en la bioenergética como ciencia básica en el tratamiento y prevención de las enfermedades (acupuntura, homeopatía, cromoterapia, aromoterapia, musicoterapia, etc.).

La MTC se rige por unos criterios totalmente distintos de la Medicina Occidental sobre todo en la diagnosis, ya que el nombre de la enfermedad no tiene sentido sino es en un contexto sindrómico propio y exclusivo de la MTC. Por ejemplo una úlcera de estómago se define como una insuficiencia del Yin de estómago en colaboración con un probable embalamiento del Yang de
Hígado generalmente originado por causas emocionales (Shen). El enterobacter pilori no es más que un microorganismo oportunista que al igual que cualquier otro ser vivo, se reproduce, si el medio le es favorable. Es un chivo expiatorio, al igual que ocurre con los virus y otros microorganismos.

En China, origen y madre de la Acupuntura, los estudios de Acupuntura se realizan en centros o escuelas universitarias y los titulados obtienen el mismo rango que los formados en los centros de estudios de medicina occidental.

Por tanto, existen y coexisten dos tipos de medicinas perfectamente diferenciadas y paralelas, la Medicina Tradicional China con sus teorías milenarias como son la acupuntura, la fitoterapia china, el masaje tui-na, el qigong, las moxas, las ventosas, etc., y la Medicina Moderna con su farmacopea de síntesis, su cirugía, etc.

El que quiere ejercer la MTCh tiene que estudiar el programa de que consta esta carrera universitaria en su país de origen.

La Acupuntura se basa en la existencia del denominado cuarto sistema o sistema energético, también llamado redes de meridianos, capaces de captar e inducir una determinada información e interaccionar con las funciones bioquímicas, siendo el sistema nervioso un mero puente físico de comunicación.

Los elementos de diagnóstico de la Acupuntura no tienen nada que ver con los clásicos de la medicina occidental ya que se habla de síndrome de calor interno o de flemas, humedad o síndrome de estancamiento de la sangre, etc.

¿En base a qué criterio se pretende subrogar la medicina mecanicista o física estos conceptos totalmente distintos y propios de las medicinas vitalistas que consideran a la energía como fuente integradora y reguladora de toda forma físico-química?

Bien es verdad que el ser humano es también una estructura bioquímica y física por ello hay que conocer los principios fisiológicos que rigen los órganos internos, las principales actividades bioquímicas, la anatomía física, la fisiopatología, etc., a fin de valorar el estado de la enfermedad y
la conveniencia o no de practicar un determinado recurso terapéutico.

Por ello es imprescindible cierto nivel de formación
sanitaria occidental y por ello también los sanitarios en general y los médicos en particular pueden ser excelentes profesionales de la MTC por su preparación previa, siempre y cuando sea capaz de integar la ortodoxa académica de tipo cartesiano con el empirismo filosófico místico de la MTC. Esto es, renunciar al mecanicismo y aceptar los postulados vitalistas.

Por ello la bioenergética se convierte en el puente de paso que permite integrar la biofísica y la bioquímica en un disciplina puente.

Resumiendo, la acupuntura, como parte de la MTC, tiene su propia anatomía (vías energéticas), su propia fisiología (ley Yin-Yang, 5 Movimientos y sistema Zang-Fu), sus propios elementos de diagnóstico (pulsos, tez, lengua, niveles energéticos, etc…) y su propio tratamiento (puntos de acupuntura, ventosas, moxas, masaje, hierbas, etc.).

Que pueda ser complementaria, de primera elección, coadyuvante, etc., de la medicina occidental, es lógico, ya que lo importante es tratar de curar al paciente a través de todas las técnicas que hayan demostrado su eficacia y carencia de efectos nocivos.

Durante milenios, los pueblos y las culturas orientales han tenido a la Acupuntura o técnicas afines como su propia medicina, sin renunciar por ello a la cirugía si fuera preciso y como última medida a tener en cuenta y para nada han precisado de la materia médica occidental. Todos los pueblos han tenido su propia etnomedicina basada en la tradición y en la utilización de los recursos que les proporciona el medio en donde coexisten.

Hasta que irrumpió un ciclón modernista sostenido y alimentado por fuertes intereses multinacionales que han acabado con la cultura popular supeditándola a unas normas adecuadas a su particular juego de intereses, ridiculizando y despreciando a los sanadores nacidos del conocimiento de la naturaleza y de tradición milenaria.

Afortunadamente para la humanidad no han podido acabar con ciertas etnomedicinas como la China, Ayurvédica, Chamánica, etc.no les ha dado tiempo a destruirlas y ahora resurgen con fuerza como respuesta clamorosa de una humanidad que ve cómo fracasan las expectativas que se generaron con el modernismo de Pasteur.

Si es así y quieren que la Acupuntura pase a ser un recurso terapéutico exclusivo para el tratamiento sintomático en reumatología, traumatología, fisioterapia, etc., perdiendo su esencia de tratamiento integral (cuerpo, mente, espíritu), nada más tienen que regularla como especialidad sanitaria, quedará automáticamente absorbida dentro del contexto mecanicista y por tanto en la súper especialidad, cumpliéndose inexorablemente el hecho de que el árbol les impide ver el bosque. En MTC no existen especialidades, pues todo es interdependiente.

Proponemos para la Acupuntura una legislación que la considere independiente de la medicina oficial con igualdad de rango (licenciatura), paralela, complementaria y/o alternativa, en donde el grueso de la enseñanza sea la propia de su materia específica y el resto la suficiente y necesaria para conocer la anatomía, fisiopatología? básicas. Proponemos, simplemente, no ser más papistas que el Papa y actuar de acuerdo a la experiencia acumulada por otros pueblos y civilizaciones y no sólo por defender unos privilegios corporativistas que nos parecen, en todo caso, inconsecuentes y no concordantes con la realidad humana.

Tomemos como ejemplo el modelo original de China y de las Universidades de algunos Estados norteamericanos en donde se estructuran los estudios de MTC siguiendo el siguiente esquema:

  • A) Asignaturas troncales comunes para Medicina Occidental y Medicina Tradicional China con anatomía, fisiología, patología, etc. Equivalente a una horquilla de 60-100 créditos.
  • B) Asignaturas específicas de acuerdo a la elección posterior de alumnos dirigido a una u otra rama. Equivalente en MTC a una horquilla entre 100-150 créditos.
  • C) Al finalizar tienen igualdad de rango y si quieren pueden hacer postgrados ampliando sobre temas de su propia medicina o completándose con la otra rama médica, dando lugar a los diversos grados universitarios.