El masaje infantil – Primer paso de la estimulación temprana

El tacto es el primer sentido que se desarrolla, es el medio de comunicación por excelencia del recién nacido. Los bebés necesitan de ese contacto para poder desarrollarse como seres seguros.

Para que el bebé se convierta en un ser autónomo capaz de pensar y sobre todo ser feliz debe primero aprender a ver, oír, hablar, sentir. Desde que nace hasta los tres o cuatro años, hace los aprendizajes más importantes de su vida.

Brindarle al niño una correcta estimulación le abre el camino a desarrollar todo el potencial que posee. Los padres deben dedicar un tiempo adecuado a programar actividades, jugar, buscar el contacto.

Ahora bien, ¿cómo comenzar con esa estimulación?

El masaje infantil debe ser el primer paso de la estimulación temprana. El tacto es el primer sentido que se desarrolla, es el medio de comunicación por excelencia del recién nacido. Los bebés necesitan de ese contacto para poder desarrollarse como seres seguros y a lo largo del tiempo lograr una autoestima adecuada.

Los niños que han recibido menos contacto físico suelen padecer mayor ansiedad, con el tiempo demuestran menos habilidades en sus relaciones sociales y en la comunicación con los demás.

El masaje es una forma de estimular, de conectarse, de establecer vínculos, de conocerse.

El masaje infantil implica una conexión profunda con el bebé, es un arte que ayuda a comprender su lenguaje no verbal y a responderle con una escucha respetuosa. Es un arte que se basa en la importancia del contacto piel a piel como herramienta de comunicación, relación y afecto entre el bebé y sus padres.

Con el masaje comienza un juego de miradas, sonrisas, palabras, escuchas que posibilitan que los padres y su hijo se conozcan, que establezcan una relación afectiva que formen un vínculo adecuado de apego.

Existen muchas técnicas de masajes para bebés y niños. Cuando los padres comienzan a conocerlas y compartirlas con sus hijos descubren un aspecto hasta ahora desconocido. Son muchos los comentarios que hacen con respecto a las preferencias de su bebé: «A mi bebé le encantan los masajes en los pies»; «Es capaz de quedarse más de 20 minutos mientras le masajeo la espalda»…

Las diferentes tipos de técnicas pueden adaptarse de acuerdo a las características de los niños, pueden combinarse para obtener mayores beneficios.

Hay niños que pueden recibir masajes completos, otros quizá sólo masajes en los pies-reflexología. A medida que va pasando el tiempo se pueden ir ampliando el tipo de masaje. Siempre debe ser una actividad placentera.

Para dar un masaje es necesario conocer bien las técnicas, haciéndonos eco de las palabras de Frédérick Leboyer (1976):

«El masaje de bebés es un arte tan antiguo como profundo. Simple pero difícil porque es simple. Como todo lo que es profundo. En todo arte hay una técnica. Que es necesario aprender y dominar».

Frédérick Leboyer es quien trae a occidente el Shantala, hoy por hoy la más popular de las técnicas de masaje para bebés a nivel mundial. Recorriendo la ciudad de Calcuta descubrió a una mujer sentada en el suelo, con sus piernas estiradas, y sobre ellas su bebé al cual le estaba practicando unas suaves caricias. Largo tiempo quedó observando absorto este acto que semejaba una danza. El nombre de esa mujer era Shantala y es en su honor y reconocimiento que la técnica toma su nombre.

Shantala, como toda técnica de masaje, se recomienda lejos de la comida. Se utiliza aceite durante toda la sesión. Luego llega el momento del baño que quitará el exceso de aceite, y completará la relajación.

La mamá puede permanecer sentada en el piso con las piernas extendidas y ubicar al niño recostado sobre sus piernas, previamente colocará una toalla con un nylon o material impermeable por debajo. Esta es la forma habitual que adoptan las madres en la India, aunque se puede adoptar la más conveniente, sea sobre la mesa o en el piso (siempre y cuando se lo proteja del frío y la dureza de la superficie).

Aquí presentamos el masaje Shantala:

Pecho

El bebé deberá estar boca arriba y la madre de frente. El masaje comenzará por el centro del pecho (esternón). Las manos relajadas se apoyarán suavemente sobre el bebé y se desplazarán hacia cada costado con un suave deslizamiento, de manera sincrónica. Como alisando las páginas de un libro. Sobre la misma zona y partiendo de uno de los costados se realizará un suave deslizamiento hacia el hombro opuesto, en forma alternada, primero una mano y luego la otra. Luego, con deslizamiento palmar desde el estómago hacia la zona baja abdominal.

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Aquí las manos trabajan una después de la otra, con deslizamiento palmar desde el estómago hacia la zona baja abdominal.

La misma maniobra se repite, pero esta vez elevando las piernas, y utilizando, si lo desea, el antebrazo para realizar el deslizamiento.

Otra alternativa consiste en realizar círculos sobre el abdomen en sentido horario (a favor de los fluidos intestinales).

Brazos y piernas

Luego ubicar al bebé de costado (si se torna dificultoso lo dejamos boca arriba). Tomar el bracito desde el hombro con una mano en forma de brazalete, y deslizamos hacia la

muñeca donde estará la otra mano sosteniéndolo. Repetir la maniobra alternando las manos. Las dos manos partiendo desde los hombros en forma de brazalete deslizarán hacia la muñeca realizando en el trayecto una leve torsión.

Las mismas maniobras que en brazos se realizarán en las piernas con el niño boca arriba.

En los pies, el deslizamiento con los pulgares se efectuará en forma alternada sobre la planta (desde el talón hacia los dedos).

Espalda

A continuación dar vuelta al bebé y colocar boca abajo. El bebé se ubicará en posición transversal con respecto a la mamá. Luego se efectuará el desplazamiento con las dos manos, en forma alternada desde los hombros hacia la zona sacra. Retornar suavemente y repetir.

Una mano será colocada como sostén en las nalgas y la otra comenzará el recorrido desde la zona alta (base del cuello) hacia la zona baja de la espalda hasta encontrarse con la otra mano. Sosteniendo los pies con una mano, se repite la secuencia incluyendo en este recorrido a las piernas.

Cara

En el rostro, los masajes partirán del centro de la frente. Con los dedos de ambas manos se deslizarán hacia las sienes de manera sincrónica. Con los pulgares se realizarán deslizamientos sobre los costados de la nariz, haciendo presión al subir. Partiendo desde los ojos, apoyando suavemente los pulgares, realizar un recorrido por los costados de la nariz hasta llegar a la comisura de la boca.

A continuación se realizan unos ejercicios de yoga para bebés.

Recuerda disfrutar cada momento de estos masajes. Vívelos intensamente como los vivirá el bebé. Debes respetar las necesidades del niño, sus tiempos, y dejar que la intuición te vaya guiando.

Finalizados todos los masajes, tómalo en brazos y siente su calidez. Si el niño se ha relajado lo suficiente como para dormir, déjalo que lo haga. De no ser así puedes continuar con algún ejercicio de estimulación.

¡Disfruta el momento!

María Inés Cerna
Psicopedagoga. Estimuladora Temprana
www.cerna.es