Podemos iniciar el estudio de la
hipnosis, hablando brevemente de un personaje importante para la historia de la
misma; James Braid (1795-1860); un neurocirujano escocés que fue precisamente
quien acuñó el nombre hipnosis (Hypnos, dios del sueño en la mitología griega)
para designar este particular «estado de conciencia».
El Dr. Braid comprobó que no hacía falta
pases magnéticos, ni ningún tipo de fluido misterioso tanto animal como cósmico,
para inducir a los sujetos a estos trances que aparentemente son parecidos al
estado de sueño fisiológico. A partir de sus investigaciones tanto él como otros
científicos descubrieron que una de las características esenciales de este
estado era la sugestionabilidad; por lo tanto, la voluntad y la capacidad de
discernir de la persona hipnotizada quedan sensiblemente reducidas y de esta
manera las sugestiones u órdenes que vienen dadas o sugeridas por el
hipnotizador son generalmente aceptadas.
La sugestión juega un papel tan importante
en la hipnosis que, algunos autores, incluso la definen como «un estado de
elevada sugestionabilidad». Para ellos la hipnosis es sugestión; sin la cual no
hay hipnosis como tal.
James Braid logró importantes avances en
el campo de la hipnosis; se dice que primero pidió a un ayudante o criado suyo
que permaneciera quieto y mirando fijamente un objeto brillante, algunos dicen
la llama de una vela. Algunas sugerencias y el cansancio ocular hizo que este
hombre entrase en un estado de profundo sopor, aparentemente estaba «como
dormido». Después siguió investigando para confirmar su teoría. Utilizó incluso
a su mujer; la cual, después de unos minutos de fijación ocular sostenida sobre
otro objeto brillante también entró en trance.
La mirada sostenida sobre un objeto
brillante (o no) produce cansancio y parálisis de los nervios ópticos,
produciéndose entonces el cansancio y el cierre de los párpados. Se ha inhibido,
de esta forma, el córtex cerebral y las sugestiones emitidas por el hipnólogo
van produciendo los distintos fenómenos típicos de la hipnosis.
El Dr. Braid y sus experimentos con la hipnosis
En 1843 publicó Neurypnology: or the Rationale of Nervous
Sleep, su primer y único libro, donde expuso sus ideas al respecto. En él
acuñaba los términos hipnosis, hipnotizar e hipnotizador, que todavía hoy siguen
en uso. Braid definió la hipnosis como un «sueño nervioso» sustancialmente
diferente al sueño corriente. Rechazó la idea de Franz Mesmer sobre los fluidos
magnéticos como desencadenantes del fenómeno de hipnosis, porque cualquiera
podría producírselo a sí mismo siguiendo las reglas que él había desarrollado.
El concepto de Hipnosis
Podemos definir a la hipnosis como una técnica o estrategia
de intervención para dotar al psicoterapeuta de unas valiosas herramientas
psicológicas conducentes al mejor desarrollo de su labor profesional y clínica.
Por lo tanto, actualmente el paciente aquejado de algunos trastornos
psicológicos que demanda la ayuda del terapeuta, recibe una información y ayuda
adicional más completa con esta técnica: la hipnosis.
Una herramienta terapéutica altamente eficaz
Evidentemente se está avanzando en el
mundo de las psicoterapias. El uso de la hipnosis viene condicionado por la alta
eficacia demostrada en su utilización empírica ya que eminentes hombres de
ciencia, tanto del presente como del pasado, la han utilizado eficiente y
eficazmente.
Por supuesto que algunas instituciones o
escuelas de psicología de gran prestigio profesional y académico la han
convalidado. Entre otras, la Asociación Americana de psicología. (American
Psychological Association). Es un método eficaz por que se dan cambios en los
comportamientos y conductas que el cliente o paciente ha demandado modificar (o
mantener). Estos estudios la presentan como una técnica de intervención eficaz
ya que aumenta o potencia otros tratamientos que se realizan en el contexto (o
estado) hipnótico.
La evidencia práctica demuestra que «la
hipnosis, como procedimiento terapéutico, puede ser considerada como una de las
técnicas más antiguas que se conocen para provocar cambios en los procesos
cognitivos, psicofísiologicos, perceptúales y conductuales», tal como ya indicó
Edmonson en 1986. Y por otro lado, también vemos que cualquier psicoterapia que
se realiza en un contexto hipnótico, aumenta su eficacia.
(Cognitivas-conductuales, psicodínámicas, o sistémicas), según estudios de Meta
-Análisis (Smit, Spirstein, Kirsh, y otros). Estos estudios de meta análisis y
las cualidades de la investigación clínica con la hipnosis, permiten augurarle
un extraordinario futuro en su práctica terapéutica.
Todos los grandes de la psicología,
psiquiatría y neurología en Occidente, en el último siglo, han practicado y
divulgado la hipnosis como herramienta clínica y de curación psico-física. Desde
Charcot, pasando por Freud, Janet, Jung hasta nuestro Premio Nobel de Medicina
D. Santiago Ramón y Cajal.
Otras de las razones por las que la
hipnosis debería aplicarse con más regularidad es por su eficiencia: esto quiere
decir que la metodología hipnótica es mucho más corta en duración que la mayoría
de las otras intervenciones. Permite profundizar más en el inconsciente del
sujeto que demanda ayuda y su costo económico es menor.
Se necesitan menos sesiones, y como ya se
ha indicado, es adaptable a otras técnicas o tratamientos, no entra en
contradicción con ninguna (generalmente), incluso es un método que se puede
utilizar tanto individualmente como en grupo. Bien manejada por el profesional
experto, resulta altamente agradable para el cliente que incluso puede despertar
ciertas expectativas y mayor ilusión en el resultado de la hipnosis;
(expectación y fascinación, sugestión, etc.) aspecto delicado este, pero que en
manos del terapeuta avezado será utilizado positivamente.
La experiencia práctica nos demuestra que
en muchos casos, la hipnosis (el estado) funciona por si misma eficaz y
eficientemente en la resolución de problemas tanto físicos como psicológicos, y
otras (la mayoría debería ser lo más apropiado) lo hace como complemento a la
psiquiatría, psicología, cirugía, odontología, preparación al parto y
post-parto, deporte y estudio, etc. Sin olvidar un aspecto que los deportistas
valoran extraordinariamente; el uso de la hipnosis para potenciar su autoestima,
confianza y seguridad en su capacidad, formulación de objetivos, (la P.N.L.) la
Programación Neuro Lingüística aporta la metodología necesaria para convertirse
como si dijéramos en el broche de oro.
Otro aspecto a tener en cuenta en la
terapia es que ésta (en el contexto hipnótico) se hace más agradable, más
llevadera ya que muchas veces el cliente muestra un desagrado o resistencia a
someterse a unas técnicas que requieren auto-control y regularidad, o
simplemente son desagradables de llevar a cabo sobre todo cuando tienen que
dejar hábitos perniciosos como el tabaco, comer menos o cosas que no satisfacen
su gula, etc.
Mención aparte es cuando viven cuadros
agudos de ansiedad, depresiones, situaciones ante las cuales muestran una
tremenda angustia (fobias, operaciones eminentes, cáncer, etc.)
La hipnosis ha demostrado su gran
eficiencia cuando se logra reducir el rechazo, se sugestiona para que reduzca el
esfuerzo requerido introduciendo un cambio en su forma de percepción, el logro
del mantenimiento de la nueva conducta, y además se logra que sienta agrado y
hasta disfrute con su nueva metodología por todos los nuevos cambios que está
experimentando.
En general, podemos decir, que el uso del
trance hipnótico sería de gran ayuda prácticamente en toda intervención tanto
psicológica como médica. Por ejemplo; oncología (cirugía) y rehabilitación
post-operatoria. Su práctica incrementa la eficiencia y la eficacia de
cualquiera de estos tratamientos que el profesional aplica a sus clientes o
pacientes.
Esta técnica tiene una ventaja: en nuestro
entorno cultural es ampliamente conocida. Pero la desventaja es los falsos
estereotipos y su desinformación por parte de la sociedad en general y muchos
profesionales de la medicina y psicología en particular.