Terapia de Polaridad

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    La Terapia de Polaridad es un arte terapéutico que se fundamenta en el reequilibrio de los campos electromágneticos y sutiles del cuerpo y en la visión de que la vida es un proceso de la energía que va más allá de la forma física. La Terapia de Polaridad se basa en técnicas manuales como la Quiropraxia, Osteopatía, Reflexología, Posturología y métodos psicológicos que provienen de la Medicina Ayurvédica.

    La Anatomía Inalámbrica

    En Polaridad, en lugar de hablar sólo de tejidos, órganos o de la bioquímica celular, estudiamos y aplicamos como base subyacente de éstos lo que llamamamos la “Anatomía Inalámbrica” y que se refiere a todos los circuitos, campos y pautas energéticas que fluyen en el cuerpo. La energía vital que parte de una fuente neutra no polarizada penetra en el ser humano a través de su centro energético de la frente recorriendo el cuerpo por unos canales centrales de arriba a abajo llamados en sánscrito Ida, Pingala y Sushumna. Cada uno de estos tres canales tiene una polaridad determinada. Se observa también que la energía va reduciendo su intensidad y vibración a la vez que va descendiendo por el cuerpo. Esta energía primaria va formando en su recorrido por el eje central del cuerpo los diferentes Chakras o Centros Energéticos y cinco campos ovales de influencia que corresponden a los Cinco Elementos que forman la naturaleza. Estos son, según la Medicina Ayurvédica, el Etér, el Aire, el Fuego, el Agua y la Tierra. Estos cinco Elementos guardan una estrecha relación con las funciones y los procesos corporales y mentales que dirige cada Chakra, y son en realidad fases o niveles de una misma energía.

    La Ley de Polaridad
    Esta Ley explica el fluir de la energía en todas sus fases y niveles de la vida. Todas las fuerzas de formas de energía obedecen al mismo principio. Tanto si hablamos de energía sutil, como energía nuclear, eléctrica, electromagnética, calor o luz. Desde el átomo hasta el sistema solar todas las estructuras poseen campos electromagnéticos y tienen funciones polarizadas. El Principio de Polaridad dice que la energía fluye a partir de una fuente neutra en forma expansiva y con una polaridad positiva se mueve hacia la periferia. Una vez agotado el impulso primario, esta energía vuelve a la fuente con una polaridad negativa. O sea, que la energía en su fluir forma siempre un circuito entre dos polos, uno de repulsión de polaridad positiva y otro de atracción de polaridad negativa, buscando siempre el equilibrio en un polo neutro. La Ley de Polaridad nos dice que todo tiene su opuesto o dual. Arriba y abajo, izquierda y derecha, hombre y mujer, día y noche, futuro y pasado, bueno y malo, inspiración y espiración, enfermedad y salud, y así una interminable lista. En el hombre vemos que esta Ley se manifiesta en todos los aspectos siendo todas las funciones y estructuras polares. En lo mental vemos que existe un cerebro con dos hemisferios. En lo físico vemos la circulación sanguínea, la respiración, el intercambio hormonal como funciones polarizadas. Tenemos órganos duales como los pulmones, o partes del cuerpo como los brazos u ojos que también son pares.

    El Cuerpo Polar
    El Cuerpo podemos dividirlo en las tres polaridades en que fluye la energía. La parte de cabeza y cuello será positiva, el tronco será neutro y las extremidades inferiores tendrán polaridad negativa. Si contemplamos cada parte mencionada del cuerpo como una unidad podemos decir que encontraremos también tres zonas, cada una de una polaridad. Con esta visión podríamos ir reduciendo como unidades independientes zonas corporales cada vez más pequeñas. El Principio de la Polaridad siempre se cumple expresándose en la forma según el plan establecido por la fuente. Todo el cuerpo muestra también zonas reflejas que son en realidad vínculos energéticos entre diferentes partes del cuerpo. Quiere decir esto que cualquier estructura corporal o función mental tiene infinidad de reflejos en todo el cuerpo, los cuales sirven también de base para el tratamiento.

    Los Tres Principios Energéticos
    La energía fluye siempre según unas pautas determinadas y los tres Principios describen cómo son esas pautas o modos en que se mueve la energía. Los tres principios se describen según los tres Elementos que tienen movimiento físico. Estos son el Aire, el Fuego y el Agua. El Principio de Aire emana del canal central neutro Sushumna y se mueve en espiral transversal alrededor del cuerpo. Esta corriente comunica la periferia del cuerpo con el núcleo y se relaciona con el Sistema Nervioso Parasimpático. El Principio de la energía Fuego se mueve en una espiral centrífuga. Proporciona energía para las funciones vitales . Influye en el sistema nervioso simpático. El Principio de Agua fluye en largas corrientes lineales que emanan de los centros energéticos y se mueven de arriba a abajo. Estas corrientes están relacionadas con el sistema nervioso central. Estas tres corrientes básicas están en constante interacción con el fin de dirigir todos los procesos corporales. Sirvan de base para describir otras pautas energéticas que se relacionan con los Cinco Elementos.

    Los Patrones Energéticos
    La energía tiende a organizarse en ciertas formas o patrones. En Polaridad conocemos diferentes patrones que organizan las funciones, los procesos y la estructura del cuerpo. El primer patrón energético que organiza el sistema es el llamado “Patrón Natal”. Este se forma en el momento de la concepción cuando las tres fuerzas necesarias para crear al hombre se unen. En la concepción interviene el semen, que es la fuerza masculina de polaridad positiva, el óvulo con su energía femenina de polaridad negativa y el Alma o la Conciencia Individual de polaridad neutra del nuevo ser. En ese momento se fijan unas características y cualidades energéticas en el feto que proceden de la herencia genética de los padres, tanto física como mental, y de la influencia de los planetas del Cosmos. A partir de entonces la energía empieza a fluir en tres fases, creando las relaciones energéticas en todo el cuerpo que corresponden a la acción de los cinco Elementos. Otro patrón energético básico es el de los “Triángulos Entrelazados”. Este organiza las relaciones del sistema nervioso, y las polaridades superior-positivas e inferior-negativas. El triángulo superior tiene su base en el cráneo y se relaciona con la conciencia. El triángulo inferior tiene como base pelvis y sacro, y se vincula con las reservas vitales y generativas. La relación entre los dos organiza el flujo energético del sistema nervioso. Hay más patrones energéticos conocidos como la “Estrella de Cinco Puntas”, el “Patrón Evolutivo”, etc.

    Los Cinco Elementos
    El elemento “Aire” gobierna el movimiento, y de su combinación con otros elementos resultan diferentes cualidades del movimiento, por ejemplo el temblor, la contracción, etc. Rige la actividad mental, la concentración y es soporte de la expresión de la emociones conscientes. En el cuerpo físico se manifiesta en los hombros, pulmones como polo positivo; en los riñones como polo neutro, y en los tobillos como polo negativo. La emoción relacionada es el “deseo”. Las personas “Aire” suelen ser delgadas, ligeras y altas. El elemento “Fuego” dirige el sistema digestivo y el metabolismo corporal, y tiene relación con la capacidades vitales y de discernimiento de la mente. El elemento Fuego gobierna todas las funciones fisiológicas como el sueño, la sed, etc. Corporalmente se manifiesta en la cabeza (polo positivo), plexo solar (polo neutro), y en los muslos (polo negativo). Emocionalmente se realciona con la ira o la rabia. Las personas “Fuego” suelen ser musculosas aun sin haber practicado deporte. El elemento Agua rige la creatividad y la intuición. Es el potencial generador de vida. Contiene las emociones inconscientes o el polo irracional. Lo encontramos en los senos. El polo positivo se relaciona con las mamas; la pelvis es el polo neutro y los pies son el polo negativo. Emocionalmente rige el apego a las cosas o a las personas. Las personas “Agua” pueden ser robustas moderadas y de aspecto “rollizo”. El elemento Tierra forma los sólidos como los huesos, tejidos, etc. Las tres fases de este elemento las encontramos en el cuello como polo positivo, colon como polo neutro, y rodillas como polo negativo. La emoción asociada al elemento Tierra es el miedo o la inseguridad. Las personas Tierra suelen ser robustas, de cuello grueso y corpulentas. El elemento Éter se relaciona en lo físico con los espacios corporales como los huecos viscerales. En lo mental crea el campo necesario para poder expresar las emociones, facilitando la manifestación de los otros cuatro elementos. El éter es una energía de polaridad neutra, es el nivel más sutil de manifestación de la energía y el más cercano a la fuente. Si el campo energético de este elemento está liberado, nos aportará armonía y equilibrio en nuestras vidas. Los cinco Elementos forman también esquemas repetitivos que encontramos expresados en el cuerpo en las diferentes zonas que tienen forma similar. Como ejemplo vemos que la mandíbula encaja perfectamente en la pelvis. El diafragma en el centro de la cara, y la columna vertebral se puede situar en el hueso y cartílago de la nariz.

    Nutrición Energética

    Una nutrición natural es clave para un estado de salud óptimo. Las costumbres equivocadas que tenemos en alimentación pueden llevarnos a la enfermedad. Los hábitos desmesurados suelen enmarcar nuestra ansiedad existencial. En polaridad vemos que los alimentos, independientemente de su aporte en sustancias nutritivas bioquímicas, como las vitaminas, las grasas o proteínas, los minerales, etc., tienen y aportan al hombre unas cualidades energéticas determinadas. Según las características energéticas de cada alimento que ingerimos, así también nos encontraremos en gran medida enfermos o sanos. En polaridad hemos clasificado según esas cualidades energéticas cada alimento a uno de los cinco Elementos. Basándonos en esta clasificación y en el estado del paciente, se le recomienda un tipo de alimentación energética concreta. También incluimos en el tratamiento una “dieta purificadora” cuando vemos que el sistema energético de la persona está muy intoxicado a causa de residuos alimenticios. Esta dieta purificadora consiste en un purgante hepático natural, una infusión desintoxicante y una dieta especial sólo vegetal que excluye proteínas, carbohidratos, féculas, sal, etc.

    Yoga de polaridad
    La vida es movimiento. El movimiento, es decir, el ejercicio físico acelera el proceso del flujo de energías sutiles. Las restricciones o bloqueos energéticos se producen precisamente a causa de nuestra creciente inactividad física. Cuanto más grande es la congestión de la energía, mayor es la sensación de agotamiento. La falta de movimiento produce rigidez tanto física como mental. Las articulaciones se vuelven poco flexibles y dolorosas, y los tejidos y vísceras acumulan toxinas. Los Ejercicios del yoga de polaridad pretenden liberar las sutiles corrientes energéticas de los cinco Elementos. Se intentan reequilibrar patrones desorganizados de la estructura, liberar los bloqueos orgánicos, reequilibrar el sistema nervioso y soltar las tensiones musculares y emocionales. En el yoga de polaridad participamos activamente en el proceso de curación practicando ejercicios energéticos. Se trata de ejercicios posturales de estiramiento, a veces dinámicos, trabajando a la vez con la respiración y la expresión verbal o corporal. Se pretende conseguir una mayor autoconciencia de las tensiones y bloqueos para facilitar la expresión emocional a través del cuerpo y la voz.

    El proceso corporal, mental y emocional
    El tratamiento en la terapia de polaridad se basa en tres tipos de contactos y entradas diferentes, cada uno de ellos con una gran amplitud de gama. Estos tipos de toques están relacionados con el concepto hindú de las Gunas. Las Gunas, según la filosofía vedanta, son los factores que en la psicología yogui determinan la estructura esencial de todas las cosas. Son el Sattva (neutro), que es un contacto y proceso suave. Es un toque para crear espacio corporal y mental, abrir resistencias y equilibrar el sistema energético. El contacto correspondiente al Guna Rajas (polaridad positiva), es estimulante y sirve para dirigir e impulsar las energías de una zona del cuerpo a otra y apoyar para el cambio de actitudes y hábitos no beneficosos. El tercer tipo de toque está en relación al Guna “Tamas” (polaridad negativa). Es un contacto profundo en el tejido, que se hace con la finalidad de liberar bloqueos energéticos crónicos y muy estancados. El tratamiento corporal es el eje de la terapia, y se sustenta en este entendimiento de las tres Gunas polarizando digitomanualmente las tres fases de las corrientes energéticas, de los cinco Elementos y sus patrones y principios energéticos. Las frustraciones y tensiones mentales y emocionales que sufrimos, las experimentamos al mismo tiempo en lo psicológico y en lo corporal. No es que la mente sea siempre la causa exclusiva de los conflictos o enfermedades, sino que más bien hay que verlo como un mismo proceso energético. Son dos polos que se relacionan constantemente (cuerpo-mente), que forman un circuito cerrado. Cuando uno de ellos sufre bloqueos, el otro aspecto o polo se ve afectado porque las corrientes de energía no llegan con la intensidad suficiente para un funcionamiento equilibrado del sistema. El terapeuta actúa apoyando el proceso energético de la persona con una actitud de “neutralidad” activa. Interveniene con el próposito de despertar las fuerzas curativas del paciente con la conciencia de no añadir dolor innecesario al proceso. La finalidad de la terapia es ayudar a que se produzcan los cambios progresivos para obtener mayor conciencia personal, más salud y equilibrio emocional. En resumen, la terapia de polaridad trata con técnicas específicas los centros, corrientes y patrones energéticos, los campos de energía de los cinco Elementos y sus reflejos en todo el cuerpo. Asímismo se trabaja el ritmo craneosacral, el sistema nervioso central y autonómo, las tensiones y los desequilibrios estructurales. También entra a explorar las frustraciones mentales y emocionales, así como la conducta y los hábitos inadecuados. La terapia de polaridad es efectiva tanto en casos de disfunciones físicas como en enfermedades orgánicas, en casos de sufrimiento emocional o problemas de relación, y también como método de autoconocimiento personal.

    El Camino hacia la Salud
    Si no escuchamos con sinceridad nuestro cuerpo y los avisos que nos da de que algo no funciona bien, si ante cualquier dolor o malestar físico o mental nos limitamos a tomar medicamentos, sean sintéticos o naturales, y esperamos que la curación venga de fuera, lo más probable es que esa curación no se produzca nunca. En cambio, si reconocemos que la capacidad de cambiar y curar está en nosotros mismos (aunque si es necesario buscamos ayuda), y comenzamos a hacer algo diferente para superar nuestros conflictos y actitudes destructivas, es posible que nos encontremos en este camino a veces largo y díficil, a veces enriquecedor y placentero con “el equilibrio interno y la salud”.