Activar la combinación de antioxidantes y factores de transferencia

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    El proceso de oxidación, gracias al cual usted recibe oxígeno vital para su organismo, produce molestos derivados denominados radicales libres, e incluso los alimentos que ingiere, descompuestos en carbohidratos, grasas y proteínas, atraviesan su propio proceso de oxidación, en el cual se crean más radicales libres.

    Ciertos agentes del exterior también pueden aumentar los niveles de oxidación en el organismo, como el humo del tabaco, las comidas fritas, el ozono, la exposición excesiva al sol, ciertos fármacos, las radiaciones, la contaminación del aire y el estrés.

    Los radicales libres son moléculas de oxígeno a las que les falta un electrón compartido, y esto les hace inestables. Estas moléculas impredecibles comienzan a atacar a células para robar electrones al proceso. Cuando esta situación llega a un nivel de fuera de control, como ocurre muchas veces, nuestro cuerpo entra en un estado denominado estrés oxidativo.

    En términos simples, los radicales libres son esencialmente los que nos hacen envejecer, cuanto mayor es el daño de los radicales libres más rápido envejece nuestro organismo. Las enfermedades cardiacas, arteriosclerosis, rigidez de las articulaciones, arrugas y envejecimiento prematuro, son sólo algunos de los signos que indican que el
    organismo no está ganando la batalla contra los radicales libres.

    Los científicos han desarrollado un nuevo complemento de factores de transferencia (FT) con frutos que tienen alto contenido de antioxidantes (arándano, uva roja, saúco, granada y açai).

    Los factores de transferencia son un sistema de mensajería inmunológica sumamente efectivo, formado por pequeños enlaces peptídicos compuesto por 44 aminoácidos. Fueron diseñados por la naturaleza para transferir importante información de inmunidad.

    Actualmente los FT se aíslan del calostro de la vaca y de la yema de huevo. Las vacas tienen un sistema inmunológico heroico, que les permite sobrevivir bajo condiciones sumamente antihigiénicas.
    Estos sistemas inmunológicos heroicos producen formas potentes de factores de
    transferencia. Las gallinas depositan sus factores de transferencia dentro del huevo para transmitir a su descendencia una biblioteca descriptiva con instrucciones e identificadores microbianos para el sistema inmunológico.

    Aquellas personas con hipersensibilidad a la leche o al huevo pueden estar tranquilas, pues los FT no pueden producir ninguna alergia. Los factores de transferencia, por sí mismos, no son alergénicos. Los alérgenos comunes presentes en el calostro, tales como las inmunoglobulinas y la caseína, son retirados de los productos.

    La función de la mayoría de drogas o medicinas es reemplazar, en vez de fortalecer el sistema inmunológico. A menudo la toxicidad de una droga para cierto microbio o célula cancerosa tiene también efectos negativos en otras partes del cuerpo. Por su parte, un suplemento fortalece al cuerpo desde el interior, trabajando con el cuerpo en vez de pasar por alto sus funciones naturales. Este método reduce el riesgo de los efectos colaterales tóxicos. El suplemento inmunológico más antiguo podría ser el factor de transferencia que se encuentra en los huevos y el calostro. La combinación de
    los factores de transferencia y antioxidantes, en conjunto, permite que nuestro organismo se sienta mejor, controle el estrés con efectividad y consiga revertir los signos de envejecimiento y lograr una importante protección antioxidante para las células.

    De este modo, se puede explicar la capacidad de protección de las células contra el daño del ADN, que se asocia con las células malignas y otras enfermedades crónicas. Dichos antioxidantes junto con los factores de transferencia3 (que contribuyen a elevar la efectividad del sistema inmunitario) son los componentes más exclusivos y efectivos que se han descubierto con estos fines.