Crear confianza mutua, seguridad,
bienestar, estimular al bebé y compartir con él sus mejores momentos son sólo
algunas de las múltiples ventajas que aporta el masaje relajante y emocional a
los más pequeños
Crear
vínculos sanos y de por vida es lo que se consigue con el masaje infantil, el
cual establece un hilo conductor de confianza, seguridad y bienestar a nuestro
bebe, además de proporcionarle cambios óptimos en su fisiología en su relación
con el entorno, en su ser… Actualmente, existe una apremiante necesidad de que
la infancia esté privada de los más importante: el lazo continuo con la madre y
la repentina ruptura con ella a edad muy temprana. Por ello, el masaje infantil
ayuda y refuerza el vínculo entre ambos.
Sus principales beneficios son los siguientes:
1 – Refuerza los vínculos entre padres e hijos: estos
vínculos son los lazos que se establecen entre ambos (biológicos o no) por medio
de relaciones profundas o amorosas que se mantienen y crecen durante toda la
vida, creando elementos que los nutren, como por ejemplo el masaje, amamantar al
recién nacido, llevarlo en brazos, mirarlo a los ojos, contestar a sus demandas
sin pensárselo, etc.
2 – Ayuda a dar un mensaje de respeto y escucha al recién
nacido: el masaje diario es una herramienta para entender mejor el lenguaje
corporal y las señales no verbales de nuestro hijo, incluso podemos anticiparnos
a sus necesidades afectivas y físicas. Así, se crea una interrelación en la que
el bebé sabe que será respetado en todo momento, que no intentaremos forzar
ninguna situación, que será escuchado y atendido. De aquí la importancia de
preguntarle al bebé siempre antes de iniciar un masaje si lo quiere recibir,
aunque sepamos que no nos sabrá contestar con palabras, pero el lenguaje de sus
gestos nos indicará si en ese momento esta dispuesto. Estando atentos a sus
respuestas no verbales, si aún no habla, podremos saber si quiere que iniciemos
su masaje, y sabremos cuándo darlo por finalizado si vemos que aparecen signos
de estrés o lloros tensionales.
3 – Facilita las descargas emocionales: a veces, aparecen
lloros súbitos e intensos que no llegamos a entender, los cuales vemos que no
tienen que ver con el cansancio normal del bebé que se puede producir al recibir
el masaje. Es algo mas profundo, son descargas emocionales facilitadas por la
relajación y la intimidad establecida entre el bebé y la madre/padre.
El pequeño nos abre su corazón y nos expresa de esta manera
el sufrimiento que llevaba en su interior, nos da su confianza y nosotros
tendremos que responderle dándole soporte, sin menospreciar su llanto,
abrazándole, acariciándole rítmicamente y hablándole. Forjaremos así los
vínculos de confianza y seguridad que serán tan importantes para el desarrollo
futuro de nuestro bebé.
4 – Ayuda al bebé a tomar conciencia de todas las partes
de su cuerpo a través de la técnica de los movimientos que se realizan durante
el masaje.
Contacto físico
5 – Estimula,
tonificando la piel del bebé: la sensibilidad de la piel es la primera función
que se desarrolla y la más importante, dado que podemos vivir sin cualquiera de
los otros sentidos pero no sin la sensibilidad de la piel. Hay estudios
realizados en mamíferos y humanos en los que se ha comprobado que el contacto
físico intenso entre el bebé y la madre ha sido esencial para la supervivencia
del niño y la capacidad nutricional de la madre («El tacto», Montague). Es más,
en un experimento llevado a cabo con crías de primates, el profesor Harlow
comprobó que puestos a escoger entre una madre postiza de alambre que tenía
comida colgada en su regazo o una madre de felpa sin alimento las crías
preferían la de felpa a la otra. Con humanos también se probó que a los bebés
que se les alimentaba pero no recibían caricias ni atención emocional a través
del contacto físico afectivo perdían peso.
6 – Aceleración de la mielinización del sistema nervioso
cerebral: (según estudios de Rorke, 1969, y Reinis, 1980). La mielina es un
envoltorio de grasa que recubre cada nervio a manera de aislante, protege el
sistema nervioso y acelera la transmisión de impulsos del cerebro al resto del
cuerpo. En el nacimiento, este sistema esta incompleto y se ha comprobado que la
estimulación sensorial natural a través del tacto acelera este proceso.
7 – Estimulación del sistema respiratorio, circulatorio y
gastrointestinal (relacionados con los cólicos) y sistema neurológico: estudios
hechos con bebés prematuros lo han demostrado (Field, 1986; Raush, 1981; Rice
1977).
8 – Relajación: durante toda nuestra vida estamos en
constante equilibrio entre el estrés y la relajación. Un estrés moderado nos
ayuda a afrontar situaciones peligrosas o de máxima demanda de atención por
nuestra parte. El organismo por medio de la glándula pituitaria produce la
hormona adrenocorticotrópica (ACTH) y el cerebro y el cuerpo se ponen en
situación de alerta para superar esta ocasión puntual, pero si el estrés no para
los sistemas se bloquean y el hecho de aprender y memorizar no se puede llevar a
cabo.
En el momento del parto, el bebé esta preparado con grandes
dosis de hormona ACTH para superar el estrés que sufrirá durante el nacimiento y
la necesidad de aprendizaje posterior en un nuevo medio (fuera del vientre de la
madre). Una vez han pasado los primeros momentos el bebé necesitará el contacto
físico, el sonido del latido del corazón de la madre y el contacto con su mirada
para poder frenar la producción de hormona ACTH y llegar a un estado de
relajación ideal. Es por este motivo que en los hospitales donde las normas son
aislar al bebé de la madre en las primeras horas de vida se han detectado
niveles de hormona ACTH altos entre los bebés, produciéndoles un alto grado de
estrés y llegándoles a bloquear por completo. Con el masaje diario los bebés
aprenden a responder a la tensión con relajación, aligerando tensiones
reprimidas gracias a los toques de relajación utilizados en el mismo por los
padres, eliminando así un alto grado de estrés en sus hijos.
9 – Acción sobre el Sistema Endocrino: aumenta la
cantidad de endorfinas; inhibe la producción de hormona ACTH; ayuda a la madre
aumentando la secreción de hormona oxitocina y prolactina. Esto viene dado por
el contacto piel con piel con el bebé y por el efecto de succión del bebé al
mamar. Estas hormonas ayudan a contraer el útero, estimulan la producción de
leche y ayudan a la madre a contestar adecuadamente a las necesidades del bebé.
Y sobre todo, plasma con amor lo que el más pequeño necesita.