Con la llegada del buen tiempo nos vemos
arrastrados por el consumismo o la necesidad y se hace inevitable adquirir
artículos propios de esta estación estival: gafas de sol, cremas de protección
solar, etc. La pregunta es ¿se puede hacer algo para elegir? El kinesiólogo José
Luis Godoy ofrece algunos consejos para que no te arriesgues a la hora de
decidir lo que vas poner sobre tu piel.
Podríamos elegir qué color usar, qué tipo
de crema ponernos, o elegir el producto que nos vamos a tomar dentro de los que
nos ofrecen asegurándonos de que nos va a sentar bien con un sencillo test de
kinesiología.
No vamos a estar pensando obsesivamente en
qué nos sienta bien o mal dentro de las mil elecciones que vamos a hacer en la
época estival, pero sí podríamos poner esmero en las cosas que realmente vamos a
utilizar constantemente, entre ellas las mencionadas.
Elegir entre dos gafas diferentes puede
ser una ganancia importante, van a ser muchas horas las que filtremos la luz,
pero… ¿Cómo podemos hacerlo?
En números anteriores de la revista
«Natural» (Nº 59 Otoño 2006 y Nº 61 Primavera 2007) he explicado el sencillo
test que la kinesiología nos ofrece. Se trata de hacer una prueba muscular para
apreciar la diferencia que nos muestra el tono del músculo testado cuando nos
ponemos un modelo u otro.
Para ello, nos ponemos de espaldas a la
persona que va a probar las gafas de sol, por ejemplo, y le pedimos que estire
un brazo hacia uno de los laterales de tal manera que quede horizontal, le
aplicamos una presión suave durante unos segundos mientras tiene puesta las
primeras e inmediatamente le pedimos que cambie de modelo y volvemos a realizar
la misma tensión durante el mismo tiempo. Después, observamos los resultados.
Pueden ser variados:
? Que al ponernos las primeras nuestro
tono se debilite notablemente a los segundos de estar resistiendo la suave
presión. Mejor no utilices ese modelo.
? Quizás con los dos modelos, al testarlos
por separado, el tono nos parezca el mismo. En ese caso hay que cambiar
rápidamente de modelo y observar cómo se muestra el tono del test. Lo más normal
es que uno de ellos se muestre débil en comparación con el otro, lo que te
mostrará sin duda cual elegir.
? También puede que incluso cambiando de
modelo, con los dos se obtenga un tono fuerte en el test. Enhorabuena porque en
ese caso puedes llevarte los dos, tu cuerpo no va a sufrir muchas adaptaciones
negativas con ninguno. Un test sencillo nos puede decir cómo el cuerpo reacciona
cuando le ponemos en contacto con algo como en este caso, un estrés visual.
Podemos comprobar una crema solar de la misma manera, eligiendo aquello con lo
que el cuerpo no muestre un cierto tipo de respuesta negativa, por lo menos en
lo que se refiere al test de kinesiología.
También es interesante la ayuda que nos
puede ofrecer cuando se trate de los helados, bebidas refrescantes, e incluso
ropa e instrumentos con los que vamos a realizar nuestras actividades
deportivas, puesto que como se muestra en un simple test, podemos saber de
antemano como va a procesar el cuerpo la información que recibe.
Los test de kinesiología en un nivel tan
simple como el que estamos comentando pueden servir de gran ayuda si tenemos
imaginación a la hora de preguntar al cuerpo.
Ante la pregunta: ¿Tiene algún tipo de
contraindicación? La respuesta es no. ¿Es fiable, es científico? ¿Qué mejor
instrumento de medición que nuestro cuerpo, en el instante presente, para
indicarnos qué es lo que le sienta mejor o peor? Qué modo más sencillo y
objetivo de ver qué estímulo le pone fuerte o le debilita (a nivel muscular).
Esto es sólo la punta del iceberg que es
la Kinesiología Holística. Realizando las preguntas precisas y conociendo el
lenguaje adecuado para comunicarnos con el cuerpo, la cantidad de información
que éste revela es fantástica. Información individualizada aquí y ahora.
No se trata de un test médico. No hablamos
de patologías, ni de tratamientos farmacológicos. Nuestro test, aplicado por un
terapeuta experto, nos va a desvelar mucho sobre lo que necesita una persona. En
Kinesiología es tu propio cuerpo el que elige, y nosotros somos meros
intérpretes.