Editorial

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    C
    omo es de esperar,
    la palabra «crisis» continúa protagonizando grandes titulares que, en muchas
    ocasiones, lo único que buscan es un aumento de las ventas. Ya se hizo un
    experimento hace muchos años de un medio de comunicación que sólo difundía
    buenas noticias y, por supuesto, quebró. ¿Por qué? Porque el sensacionalismo
    vende, porque sembrar miedo entre la población es la clave para tenerla
    controlada. Y hablando de «controlar» a la población, el famoso Club Bilderberg,
    también conocido como el «gobierno mundial a la sombra» reúne a diversos líderes
    mundiales para discutir cuestiones candentes y llegar a un consenso más o menos
    global; es decir, que trascienda la soberanía nacional de cada uno de los países
    y que permita articular una política global común. Precisamente esa genial idea
    de la «Globalización» es la principal causante de que cada día que pasa podamos
    presumir de ser un país de contrastes. Contraste extremo entre ricos y pobres,
    entre los que tiran la mitad de sus comida a la basura y el grupo -que aumenta
    progresivamente- de personas que hacen cola en el supermercado de la calle: los
    contenedores de basura. Un peligroso juego de ajedrez en el que somos,
    inevitablemente, los peones. Esperemos que nunca se llegue a un jaque mate.

    Poco podemos hacer la mayoría de los mortales frente a este
    club de élite. Sin embargo, a nivel individual sí podemos hacer, y mucho. De
    muestra, ahí van dos propuestas. La primera es cambiar el chip, que ya «huele»
    un poco eso de echarle la culpa de todo a la manida «crisis». Urge, según los
    maestros espirituales, «escuchar la voz interior», más aún en tiempos revueltos,
    en los que muchos intereses intentan dominar a «la masa» para que actúe como un
    rebaño de ovejas, perdiendo lo único que le da fuerza, potencial, valor y
    sentido: su propia identidad. Esa voz que, como señala el científico Joe
    Dispenza en la entrevista de este número de Natural, le dice a cada uno
    qué es lo que realmente importa. Hacer oídos sordos a demandas que no son las
    propias, a deseos que no son los propios y a sueños que no provienen del corazón
    son herramientas primordiales para la salvación y la sanación.

    Otra idea que desde esta tribuna me gustaría recomendaros es
    realizar cambios, pues ya dice el dicho: «Renovarse o morir» y «Agua que no se
    mueve, caduca». Precisamente, teniendo en cuenta la cifra actual de parados, es
    una estupenda salida dedicarse a las Terapias Manuales, ya que los métodos
    convencionales no cubren todas las necesidades físicas, emocionales y
    psicológicas del individuo; y tampoco se puede estar abusando continuamente de
    los medicamentos, puesto que curan un aspecto, pero dañan el hígado y el
    estómago, órganos vitales para una buena calidad de vida.

    Expomasaje 2009, el VII Congreso Internacional de Terapias
    Manuales, que se celebrará en el Palacio de Congresos de Madrid del 25 al 27 de
    septiembre, es un buen lugar para empaparse de lo que acontece en este sector.
    Además de los mejores profesionales como siempre, este año hemos conseguido en
    Expomasaje la participación de Enrique González Ruano, Jefe del Servicio Médico
    de la Federación Española de Fútbol. El broche de oro lo aportará el popular
    humorista Forges, quien dará su particular visión sobre estas terapias en el
    acto de clausura. En esta revista ya podéis ver el anteprograma de la feria.