Editorial

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    Es curioso cómo se refleja el Yin y el Yang en todas las parcelas de la vida. Esta perfecta combinación de elementos implica un movimiento cíclico constante, en el que cuando uno alcanza su punto máximo, ya contiene parte del otro y viceversa. «La vida», decía el filósofo taoísta Chuang Tzu, «es la mezcla armónica del Yin y el Yang». La Real Academia de la Lengua define el Yin como: «En la filosofía china, especialmente en el taoísmo, fuerza pasiva o femenina que, en síntesis con el Yang, constituye el principio del orden universal».
    Si trasladamos esta teoría a los tiempos que corren, se me antoja comparar, a gran escala, el Yin con el calentamiento global, suceso que el planeta y los seres vivos sufrimos de forma pasiva (aunque hemos participado activamente en este proceso); y el Yang con la evolución de la conciencia que estamos desarrollando los seres humanos. El exterior se modifica sin cesar, pero las personas somos cada vez más conscientes de lo que sucede en todos los ámbitos.
    De acuerdo con esta premisa, para mejorar la situación medioambiental cada uno de nosotros tiene un poder limitado. Podemos tomar medidas como no derrochar agua, usar bolsas de tela y reciclar lo más posible o controlar el consumo energético de nuestra vivienda, etc. Sin embargo, a nivel personal el poder absoluto reside en nuestro interior. Confiar en nosotros mismos y en el Universo es un gran avance para la Humanidad.
    Pero no todos piensan lo mismo. Precisamente hace unos días leíamos en un diario digital nacional que, según un estudio sobre el uso de internet como fuente de información sobre salud «son más los pacientes que recurren a la red que los que visitan en persona la consulta de un médico». Este dato se refería a un elevado porcentaje de mujeres con cáncer de mama de Estados Unidos, que emplea internet para buscar información de la enfermedad.
    Las estadísticas son sólo eso, datos concretos de una muestra de la población, pero el daño de la noticia residía en el titular, que indicaba que las páginas web de medicina alternativa ofrecían información incorrecta sobre el cáncer. Es muy difícil que se caigan los tabúes, pero no es cuestión de fe pensar que las Terapias Naturales funcionan. La Medicina Natural previene y, a veces, cura; se preocupa por la causa, por evitar el problema, no como la Medicina Alopática que va al efecto, cuando ya el daño está hecho. El Yin necesita del Yang y el ciclo vital así lo ha demostrado desde el inicio de los tiempos, así que: «Por favor, señores, dejen de obcecarse, la verdad absoluta no existe y menos en cuanto a lo que se refiere al ser humano y su salud». Y por supuesto, cada uno tiene el derecho de solicitar todas las opiniones necesarias para elegir libremente la opción más adecuada cuando de su bienestar, salud y vida se trata.
    ¿Alguien se cree con derecho a llamar «borregos» a quienes confían en sí mismos, en el poder autorregulador del cuerpo y en personas inteligentes y preparadas que, sin usar tratamientos invasivos, pueden mejorar su salud? ¿Tenemos claro que son cada vez más médicos los que emplean Terapias Naturales para curar a sus pacientes?
    Eso sí, si alguien ha de echar piedras sobre nuestro tejado que sea personal ajeno al sector de la Medicina Natural, y no quienes forman el magnífico colectivo de las Terapias Naturales y que están ayudando a miles de personas a mejorar su calidad de vida cada día.
    Debates aparte, lo que importa es la realidad y no tanto la búsqueda de polémicas o el manido sensacionalismo. Desde «Natural» queremos celebrar con vosotros una gran noticia, los próximos días 19, 20 y 21 de septiembre se celebrará en Madrid ECONAT 2008, el IV Congreso Internacional de Medicinas Naturales. Los asistentes tendrán la oportunidad de entrar en contacto con terapias milenarias y otras más actuales: Medicina Tradicional China, Homeopatía, Medicina Ayurvédica, Naturopatía, Drenaje Linfático, Fitoterapia, Kinesiología, Dietética y Nutrición, etc. Una oportunidad única que no os podéis perder, ya que también se ofrecerán conferencias prácticas y talleres, impartidos por los mejores profesionales en cada materia. Por cierto, asistir a este congreso es muy parecido a la Medicina Natural: alivia, reconforta y no tiene efectos secundarios.