La meditación (o bien la práctica zen) en la medicina china
es considerada como una terapia. Esta práctica nos ayuda a descubrirnos a
nosotros mismos, y a conseguir la tranquilidad, la serenidad, la compresión, la
tolerancia que ansiamos, a vivir en paz y con felicidad.
Según
cada persona el destino y la suerte son diferentes. Hay gente llena de
obstáculos toda su vida; otra que sube su escalón del triunfo sin esfuerzo;
también hay personas que saben ser felices aunque su destino sea duro; y un
último grupo que se queja sin cesar, aunque tienen todo lo que los demás desean.
¿Ustedes también se quejan de su destino,
de su suerte y de sus dificultades? En realidad, el destino está en las manos de
cada uno. Sólo hay que saber transformar lo malo en bueno, todos podemos ser
grandes empresarios, todos podemos ser lo que queramos ser.
El método para cambiar el destino, la
suerte o la vida, según los grandes maestros de oriente consiste en cuatro
pasos:
1. Cambiar nuestro concepto, idea o punto de vista hacia la
vida.
Nuestra idea y nuestro punto de vista
decide nuestra acción, nuestra acción hace nuestra vida y nuestro destino. El
destino y la suerte es el resultado de nuestra acción, si quieres tener buena
vida debes tener una idea o un punto de vista correcto hacia la vida. Si
llenamos de odio el mundo o la vida hasta el límite se convertirá en un
infierno. Mientras que si tenemos bondad, amor y compresión nos sentiremos
felices, aunque la vida sea dura se cambiará a una vida mejor. Por eso,
eliminemos los malos sentimientos, la idea incorrecta, dejar de ser violentos,
dejar nuestra mala acción y dejar de abandonarnos. Esto hará que nos cambie y
nos ayude a tener fuerzas, la buena suerte vendrá sin pedirla.
2. Cambiar nuestra aptitud y nuestra manera de ser.
Cada uno se enfrenta de distinta manera a
una misma situación y el resultado también es distinto. La gente avariciosa sólo
piensa en llenar su bolsillo; por el contrario, la gente humanitaria piensa en
cómo beneficiar a la sociedad o cómo ayudar a los más necesitados. La gente
envidiosa se enfada o está amargada todo el día, si bien la gente de gran
corazón está contenta a menudo. Cada persona se enfrenta a su vida con distinta
aptitud, se relacionan con distintas amistades y la influencia recibida también
es diferente.
3. Cambiar los malos hábitos.
Los malos hábitos destruyen nuestra vida y
nuestra felicidad, y además pueden traernos malas consecuencias a nosotros y a
la siguiente generación. Si tenemos voluntad para eliminar nuestro mal hábito
podemos llegar a cambiar nuestra vida. Por ejemplo, si tenemos la costumbre de
calumniar a nuestros vecinos, puede llegar el momento en el que no tengamos
buena gente a nuestro alrededor. Pero si corregimos este mal hábito, atraeremos
a buena gente y sanas amistades, que como muy bien sabemos es muy importante en
nuestra vida.
4. Mejorar nuestro carácter y personalidad.
Hoy en día cuando un corazón está enfermo
se puede hacer un trasplante y vivir con mucha vitalidad. En cambio, si nuestra
mente está enferma tendremos problemas con nuestra personalidad, habría que
cambiarla. Si tenemos buen carácter y personalidad, es de lógica que tendremos
mejor vida y mejor suerte.
Usemos nuestra inteligencia para ? Corregir nuestro concepto, ? Cambiar nuestra manera de ser ? Cambiar nuestros hábitos ? Cambiar nuestro carácter y personalidad |
Existen muchos métodos para mejorar
nuestra vida, nuestra suerte. A menudo oímos que hay alguien que dice que no le
han servido de nada estos métodos. Quizá haya sido demasiado ansioso, para los
orientales sin duda existe un método infalible es el camino del Zen.
Zen es la preparación para que conozcamos
bien nuestro interior, comprendamos la vida y a los demás, para aprender a
enfrentarnos al miedo, aprender a enfrentarnos con creatividad a los desafíos de
la vida y alcanzar la meta. La práctica Zen no tiene una técnica ni una
explicación, es una forma de entender la vida y aprender a amarla. Sabemos que
la vida es muy profunda y muy misteriosa, es muy posible que tengamos dudas en
cualquier momento de nuestra vida. La práctica Zen es la mejor respuesta, sin
duda.
También si desea estudiar estudios de Feng
Shui, Chi-kung y Medicina China es imprescindible cuidar y cultivar nuestra
personalidad y carácter. Hay que ser una persona equilibrada y justa. Para la
observación del Chi de la naturaleza o de una persona, se necesita equilibrio y
fuerza mental para que sea correcta y pueda ayudar al prójimo. La práctica Zen
es el mejor camino.
La teoría y la práctica Zen no se separa
nunca, pero Zen según los grandes maestros, es vacío, vaguedad, sencillamente
dejar nuestros malos sentimientos, nuestras malas acciones y seremos como Buda,
un ser perfecto. Además hoy en día el estrés, la ansiedad de tener cada vez más,
etc. nos dificulta conseguir ser un ser perfecto, y el resultado es que tenemos
cada vez más dificultades en la vida, más infelicidad, etc.
Hay que tener en cuenta que son nuestra
mente y nuestro corazón los que hacen que tengamos infelicidad y dificultad en
la vida. Como en el Zen no hay mucho más que decir, sí podemos usar nuestra
inteligencia. Además, si practicamos Zen para dejar todos estos malos
sentimientos y procuráramos ser un ser mejor, quizás por este camino consigamos
ser más felices y tendremos la vida más fácil. Esto es la misma teoría de la
«causa» y el «efecto», que no es cuestión de la vida pasada, es la acción de
esta vida actual, si sembramos bien y actuamos bien en todo momento tendremos
una buena cosecha.
Somos los seres más inteligentes del
mundo, sólo tenemos que usar un poco nuestra inteligencia, conozcámonos como
somos y mejorará nuestro corazón y nuestra vida. Por último, intentar ser mejor
persona, por intentarlo no se pierde nada y ganaremos la felicidad en todos los
aspectos. Hacedlo, no os arrepentiréis.
La práctica Zen es muy fácil, nos
relajamos con Zen, pensamos con Zen, soñamos con Zen, Zen es como nuestro espejo
de la vida. Sin embargo, es un aprendizaje tan profundo, tan misterioso, tan
maravilloso, que no nos aburriremos nunca, cuanto más practiquemos más felices
nos sentiremos. Aparte seremos conscientes de la necesidad que tenemos de
aprender más. Desde aquí podremos ver, día a día, lo maravillosa que es la vida
y no estaremos solos nunca.