Cada uno tenemos un sonido único
y primordial dentro de la consciencia del Logos o Cristo. Este sonido una vez
que lo escuchamos, es capaz de modificar nuestro estado de conciencia en un
tiempo muy corto, en ocasiones instantáneo.
Existe
un sonido primigenio que permite que tú puedas escuchar el tuyo, que te conecta
a tus planos espirituales más elevados y si tú quieres modificarte, cambiar tus
estructuras geométricas en Luz pura, saltarías de tu estado más denso a ser el
cristal luminoso más perfecto; a ser Consciencia Crística.
Este sonido comienza a vibrar de dentro
hacia afuera, desde el núcleo a la periferia y de nuevo retroalimentando el
núcleo. Imagínalo como una esfera que parte de un punto central y se expande
hacia el exterior, volviendo al núcleo y expandiéndose cada vez en esferas más
grandes, de este modo modifica todo el entorno, aumentando constantemente su
radio de acción sin perder el contacto con el núcleo. Una vez que conectas con
ese núcleo, ya no puedes dejar de hacerlo, porque eso eres tú y estás
permitiendo la manifestación de Cristo en ti. No permitas que la mente te engañe
diciéndote que eso es sólo para unos pocos elegidos: Mitra, Zarathustra, Horus,
Krishna, Jesús, etc. Este último, la muestra más cercana que tenemos de esta
experiencia decía: «Lo que yo hago vosotros lo haréis y más». El tiempo
ya llegó, el ciclo se cumplió ¡despierta! ¡ahora puedes! Ahora es más fácil,
pero se necesita disciplina y un anhelo por encima de todo de llegar a Dios, de
unirse a Él y de ser conscientes de ello y las puertas del reino de los cielos
se abrirán permitiéndote entrar en ti.
Los que llegaron a expresar dentro de un
cuerpo humano la conciencia Crística dejaron su huella, abrieron un camino
energético que el que quiera lo puede seguir. El último, el más cercano así lo
demostró y sigue demostrándolo, porque Jesús no vino y se fue, sigue, ya que
nuestro Jesús es un «arquetipo vivo».
¿Que quiero decir con esto? El físico
Casimir, reconocido en la actualidad por la física cuántica sugiere, que el
espíritu o causa primigenia, equivale a la potencia espiritual reconocida por
los Vedas como la causa original de toda la manifestación. A partir de ella
surge la manifestación cósmica, el universo y el hilo que une ambos estados
(potencial y manifiesto) es un proceso complejo que pasa por preones, quarks,
después partículas elementales, átomos, etc? hasta concluir en la materia de
apariencia consistente, cuando en realidad es un constante flujo de partículas
interactivas moviéndose a velocidades vertiginosas y en constante cambio, y su
origen, el vacío aparente, la potencia espiritual, Dios.
El universo mantiene la coherencia porque
el principio o potencia espiritual del que surge, es inmanente en él. Si la
naturaleza de Dios único es infinita en su potencialidad, tendremos la certeza
de que todo lo que se piensa puede existir. Aunque su realidad pueda ser de otro
mundo y no de éste. Afirmamos que el «Reino de los Cielos», ya que pensamos en
el y su existencia, como nos contó Jesús, no pertenece a esta realidad, y siendo
así, ¿es posible que lo alcancemos?
La física cuántica constata, que la
energía se mueve en diferentes estados vibratorios (cuánticos) que pueden ser
visibles a nuestra realidad o no. Lo que parece estar claro es que de Dios
potencial, donde todo está latente pero inmanifestado existe un «hilo» que
conecta los diferentes estados cuánticos, o como llamaba Jesús a esto «las
moradas del padre son infinitas», como digo este «hilo o vibración» une los
diferentes planos hasta lo manifestado o materia, esto quiere decir que no
estamos aislados y menos como individuos, ya que todo y todos coexistimos en
todos los planos o sopa cuántica a la vez, lo único que tenemos que hacer es
seguir el hilo, no «ver» otras realidades no nos da derecho a decir que no
existan, abramos nuestra mente a otra realidad de ver la vida, y la existencia
nos compensará con expansiones de nuestra conciencia.
Como parece constatar la física cuántica,
todos estos estados de la mente infinita o Dios, están expresándose a la vez, ya
que el tiempo no es algo lineal como pensamos, y el futuro para casi todos es
«algo que está por venir», lo cual puede ser cierto, desde esta observación de
hechos sucesivos en la que casi todos nos movemos, pero no define su verdadera
naturaleza. La naturaleza del futuro no tiene que ver con el tiempo, sino con la
ausencia de él, es decir, con la existencia no manifestada o potencialidad, que
existe fuera del tiempo. El futuro no es «aquello que será», sino lo que ya es,
pero no está aquí. Existe, pero no es de este mundo. La vivencia de un futuro no
es una experiencia relacionada con el tiempo, sino la conexión con otro mundo, y
esta puede ser instantánea.
Tal experiencia supone el conectar con ese
otro mundo a través de este «hilo», o como dirían los científicos cuánticos con
el camino de fase que conduce a él, y esta, es una experiencia fuera del tiempo
y a cuya categoría pertenecen las denominadas experiencias místicas y esto
sucede en el eterno presente que rige otros «mundos o planos». La experiencia,
repito, tras conectar con el «hilo» puede ser instantánea.
El hombre pierde un tiempo precioso
pensando en lo que está por venir, desperdiciando la posibilidad que se le
ofrece a cada instante y que él no ve, porque ignora la existencia de otros
mundos y otras alternativas a su disposición, a la que puede acceder de forma
inmediata. Este acceso nos lleva a la libertad.
Según la cuántica y los Vedas, el universo
se mantiene y destruye, gracias a que quien lo ha creado «lo observa» y
si esto es así, la noticia no puede ser más esperanzadora, nosotros tenemos el
potencial divino. La Divinidad encarnó múltiples veces para recordánoslo. Jesús,
que abrió un camino de cómo volver, dejó el sendero abierto que podemos «observar».
«Las moradas del Padre son infinitas», «el reino de los cielos»
está aquí porque está en ti, sigue el hilo que él mismo dejó; todos los avatares
de la historia siguen vivos, son arquetipos cósmicos, si no los ves es porque
tienes que modificar tu conciencia y tu visión y ¿como se hace esto?, recuerda,
observando, el observador modifica el campo. Para que se
modifique fuera, primero tienes que modificar dentro. La observación es hacia
dentro, donde están las múltiples moradas de tu Padre y anhelo por
encontrarle; voluntad + anhelo = resultado «X», los ingredientes ya te
los dio; conciencia y mente ¡usalos!, sal de la ignorancia, lo que ves y crees
sobre ti no es la realidad, no eres un humano buscando experiencia divina ¡no!
Tú eres Dios viviendo una experiencia humana, pero no te lo crees?
Estudiando y conectándose con las
enseñanzas que la divinidad nos dejó a través de sus encarnaciones nos cogemos
al «hilo». Si eliges escoger a Jesús por ser el más cercano en nuestra
tradición, él te llevará y guiará hasta que expreses la conciencia Crística en
ti, porque es un arquetipo vivo y la observación de esto, te acerca cada
vez más al estado en que se expresa, y en donde pones tu conciencia tu mente y
tu anhelo, en eso te conviertes.
Recuerda, el Eterno Presente existe
fuera del tiempo. La experiencia de expresar la conciencia Crística en ti, no es
cuestión de tiempo, es cuestión de conectarte al «hilo» presente del arquetipo
cósmico que lo expresa y no está en este mundo, está en el «presente « en tu
interior, tu estás viviendo en las múltiples moradas de tu padre ¡ahora! Pero
sólo eres consciente de ésta porque la observas con más atención y no abres tu
mente y tu conciencia a los otros Reinos. Jesús encarnó para decirte que
con un cuerpo humano puedes manifestar al Padre que mora en ti ¿y quién es o qué
es lo que Jesús llamaba Padre? Lo que los Vedas llamaron la causa original de
toda la manifestación, desde donde surge toda la creación, espíritu o causa
primera o de las potencialidades, de allí partiste tu en algún momento de tu
existencia como alma; pero esto no está allá lejos, no, este lugar esta
conectado a ti hasta la materia por ese «hilo», síguelo y verás.
El mar de la potencialidades, o mar de Num,
como llamaban los egipcios, a lo que Jesús llamaba Padre, se expresa de tres
maneras y los vedas nos dan constancia de ello en sus escritos.
La energía de la Trinidad,
Energía Trina o Triuna
Cuando el espíritu de las potencialidades
manifiesta la creación, se convierte en la Trinidad: el Padre, el Hijo y el
Espíritu Santo. El Padre es Dios como el creador que existe más allá de
la creación. El Hijo es la omnipresente inteligencia de Dios que se
encuentra en toda la creación. El Espíritu Santo es el poder vibratorio
de Dios que se convierte en la creación.
Cuando una creación llega a su fin la
Trinidad se funde en el Espíritu Absoluto. Existe un método de conexión con
estas tres energías, que la propia Divinidad envía a los planetas con vida
inteligente en momento específicos de su creación, cuando los seres y el propio
universo van a dar un salto de conciencia, este es uno de estos momentos tan
cruciales.
Se nos entregó este método de Energía
Triuna hace muchos años, se ha mantenido muy reducida su enseñanza, pero un
círculo pequeño de personas la hemos ido trabajando y experimentando. A
diferencia de otras, los cambios son rápidamente visibles con una disciplina de
trabajo y un compromiso y dedicación constante por parte de las personas que
tienen este conocimiento. Tenemos que decir que es poderosísimo y transformador
de la mente, el cuerpo y la conciencia, y si uno persiste y no mezcla otras
técnicas, puesto que esto retrasa su poder de transformación, su expresión y
poder te puede llevar a la consciencia Crística y más.
Sabemos que no todas las personas están
preparadas para una iniciación real como terapeutas, pues se necesita cierto
grado de elevación de conciencia, ser elegido para ello según méritos
espirituales.
En estos momentos tan importantes para la
vida humana y de nuestro planeta, la Divinidad hace una llamada a los seres que
se sientan preparados para ir canalizando la energía de la Trinidad, ésto
aumentará su tasa vibratoria velozmente y la de las personas que sean tratadas
en esta «terapia» y como no, transformará también a nuestro planeta.
La Energía Trina o Triuna actúa y modifica
el karma de las personas. Ello es posible por la presencia de la fuerza
espiritual más poderosa que eleva la conciencia, en esta elevación se acerca más
a Dios y en esa cercanía Dios quema parte o todo su karma.
La Energía Triuna es un medio por el que
el terapeuta iniciado puede adquirir por su propia experiencia un conocimiento
más profundo y amplio del poder de la energía del Espíritu Infinito, de esta
manera conoce la fuente de la Sabiduría, el Amor, la Libertad, la Pureza, el
Poder y la amplitud que caracterizan a esta fuerza espiritual, y ya no es en
base a palabras sino en directa relación con este poder. La Energía Triuna
representa la puerta más poderosa de entrada al mundo espiritual? a las
moradas del Padre.
La Terapia Trina no sólo sana los males
físicos y mentales, molificando los valores de la persona hacia la vida, sino
que libera a las personas del mal original del que parten todas las demás: la
ignorancia; porque la Energía Triuna, trabaja con un poder muy especial
proveniente de la fuente de la sabiduría y llena tanto al paciente como a
terapeuta de este don.
La esta energía no sólo devuelve la salud
física y mental sino que puede llevar a las conciencias a niveles vibratorios
más elevados y sutiles.
Esta terapia de sanación y elevación
espiritual es en este momento una de las «herramientas» más poderosas que tiene
la humanidad para llevarnos y conectarnos con la consciencia Crística, todo es
cuestión de recibir y dar de esta Luz transformadora.
Esta Luz Triuna te permite conectarte con
ese «hilo», que hace posible experimentar toda la creación en ti.
Este es un regalo de nuestra divinidad
para un universo en trasformación acelerada de consciencia.
Todos tenemos acceso a este regalo, pero
sólo unos pocos por su tenacidad, fe y persistencia en éste método divino
conseguirá escuchar su sonido cístico e instalarse en esa consciencia.