Entrevista a Isabel Pérez Broncano

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    La terapeuta Isabel Pérez
    Broncano nos recibió en su centro Rannvai, en la emblemática Casa de las Flores
    de Madrid (Argüelles). En armonía con la paz y la energía positiva que se
    respira en su centro, resultado de un atinado estudio de Feng Shui, Isabel
    analiza el sector y su propia evolución como reflexóloga podal, técnica en la
    que lleva ya 20 años trabajando.

    Nacida en Cáceres, Extremadura, «tierra de
    conquistadores», Isabel Pérez Broncano sólo vivió allí hasta los tres años,
    luego se trasladó a Madrid donde actualmente dirige el centro de terapias
    naturales, Ranvvai. Reconoce que desde pequeña siempre se ha sentido como una
    persona rara, especial, un poco diferente. Cuando llegó a la adolescencia quiso
    dedicarse al mundo de la estética y estuvo bastantes años cuidando sobre todo la
    belleza de la mujer. Poco a poco me fui dando cuenta de que para mí era mucho
    más importante la belleza interior que la exterior.

    Por eso, Isabel empezó a formarse en
    Naturopatía, en la antigua escuela Hipócrates donde me quedé como profesora y
    hasta el día de hoy he seguido formándome. Se fue a Barcelona intercambiar
    formación, impartía cursos de reflexoterapia en la escuela de José María
    Villagrasa y a la vez recibía formación en medicina energética. Se especializó
    también en macrobiótica, hubo unos años en los que era muy reconocida.

    Pregunta: ¿Cuáles son las bases de la macrobiótica?

    Respuesta: Es
    una alimentación muy terapeútica. Yo la experimenté en mí incluso para tratarme.
    Cuando estudié naturopatía empecé a ser vegetariana porque yo quería saber cómo
    era cambiar de alimentación para podérselo contar a otros. Con la macrobiótica
    me pasó igual, tuve un problema personal importante y tuve una dificultad grande
    a nivel de enfermedad y salí adelante con la macrobiótica, con la reflexoterapia,
    con técnicas naturales, sin ponerme nada de medicación de ningún tipo, así que
    los médicos no daban crédito a lo que pasaba.

    Me resultaba muy fácil añadirle cosas a la
    reflexoterapia, de modo que al cabo de unos años empecé a pasar consulta. Me di
    cuenta de que tenía una habilidad especial, una facilidad grande para mezclar
    por ejemplo, la Medicina Tradicional China con la reflexoterapia, con la técnica
    metamórfica, con la alimentación, etc.

    He trabajado en distintas escuelas, además
    de Hipócrates, luego trabajé en el antiguo Instituto de Medicina Alternativa que
    dirigía Moisés Cobo, posteriormente trabajé para la escuela Dharma doce años. En
    todos estos centros he diseñado yo mis propios cursos. Más adelante publiqué el
    manual gráfico «Reflexología Integral» y un póster con el fin de facilitar a los
    estudiantes el estudio de esta terapia. Finalmente, hace unos años monté mi
    propio centro Ranvvai. Centro de Terapias Naturales. Al principio, en 2005,
    empecé con dos socios durante un año y se llamaba de otra manera, «Sincronía», y
    al final me quedé yo con la dirección del centro en solitario hasta hoy.

    P: ¿En qué puede beneficiarnos la macrobiótica?

    R: Como su
    propio nombre indica, «macro» es grande y «biótica» es vida. Entonces sería un
    poco como la gran vida. Por otro lado los macrobióticos tienen fama de ser muy
    estrictos y muy rígidos y hay una gran parte de verdad. La macrobiótica puede
    ayudar mucho, pero también puede hacer que uno se haga obsesivo porque es muy
    estricta en sus planteamientos. Un porcentaje muy alto de alimentación
    macrobiótica está formado por el grano, el cereal; y otro porcentaje son algas,
    también se usan fermentos.

    En general, una dieta tipo podría ser un
    desayuno de cereal, o bien en forma de pan. Típicamente macrobiótico sería una
    crea de arroz con una cucharada o más de compota, por ejemplo, de manzana o de
    crema de almendras.

    La comida consiste básicamente en una sopa
    de miso, que es lo que neutraliza y prepara al estómago para digerir otras
    cosas, algas para que aporten proteínas, minerales y pueden sustituir muchos
    alimentos como la leche, por ejemplo. Y luego como un plato combinado donde va
    un 50 por ciento de arroz o pasta integral (preferentemente arroz) y un poquito
    de proteína vegetal, que puede ser tofu, seitán, etc. o también lentejas o
    azukis (legumbre roja con forma de riñón), en invierno. Si la persona está sana
    puede haber una pequeña cantidad de crudos y una cantidad de verdura. Pero en
    términos generales no utilizan casi nada los alimentos crudos, las frutas, las
    ensaladas. La macrobiótica saca las solanáceas (la hierba mora, la tomatera, la
    patata, la berenjena, el pimiento y el tabaco) porque son alimentos muy
    expansivos. A nivel terapéutico podríamos decir que la macrobiótica sigue una
    línea de equilibrar el yin y el yang, y considera que en los procesos
    degenerativos que son procesos muy yin, muy dilatados y lo que hacen es poner
    unas dietas bastante restrictivas, bastante yang para que las células no sigan
    ese crecimiento desorbitado que ha empezado en un proceso degenerativo. Luego
    también se puede utilizar cuando estás sano. Yo misma bajé bastante de peso y
    conseguí una figura mucho más equilibrada porque es verdad que te limpia mucho
    de acumulaciones. Es una alimentación que te limpia de retenciones más allá de
    lo que es la grasa y más allá de lo que es el alimento, la macrobiótica es una
    filosofía de vida y limpia a nivel profundo, lo que en un momento dado se ha ido
    acumulando en forma de cartucheras, piernas cansadas, etc.

    P: ¿Qué significa Ranvvai?

    R: Son las
    iniciales de siete colores del arco iris: rojo, amarillo, naranja, verde,
    violeta, azul e índigo. El centro Ranvvai (ranvvai.com) está ubicado en un
    edificio mítico, en el barrio de Argüelles es conocido como «la casa de la
    flores» en Madrid y es donde vivió Pablo Neruda. En estos jardines se reunían
    todos los poetas de la Generación del 27 y cuando estalló la guerra Neruda se
    marchó de nuevo.

    El símbolo de la escuela es la rosa
    blanca, que a mí me encanta, es una energía muy protectora y a nivel espiritual
    tiene mucha fuerza.

    P: Cuando un paciente acude a tu consulta, ¿qué terapia
    sueles emplear y en base a qué criterios?

    R: Utilizo una
    mezcla de diferentes terapias, de diferentes culturas, china, por ejemplo. He
    llegado a estudiar dos años de hipnosis clínica, puedo hacer una sesión de
    relajación. También hago el apoyo de una dieta, en caso de que sea necesario.
    Casi siempre utilizo la reflexoterapia, hago digitopresión aplicada a los puntos
    reflejos de sus pies. Esto hay gente a la que le sorprende mucho, de cómo puedo
    seguir el hilo de la sesión mientras hago reflexoterapia. Mis manos a veces se
    van solas y confío en que saben adonde ir.

    Mi consulta, la verdad es que es muy
    integral, al igual que mi obra que se titula: «Reflexología Integral». Para mí
    utilizar una terapia sola supone como una vuelta a la medicina convencional y a
    mí eso no me gusta. Yo cuando veo a una persona no la veo el cuerpo separado de
    los pies, la veo en todo su esplendor.

    P: ¿Cúales son las técnicas que se conocen como reflejas y
    para qué son más adecuadas cada una?

    R: Con la forma
    de trabajar que yo utilizo, todas las técnicas me parecen adecuadas, porque no
    me ciño a utilizar una u otra, reflexoterapia facial o metamórfico, sino que a
    eso le sumo cómo está la persona mentalmente, emocionalmente… Me dejo llevar.
    No me parece que podamos hablar de qué técnica es mejor para qué persona. Yo
    sigo la máxima de que no hay enfermedades, hay enfermos.

    En realidad, varío la técnica en función
    de cómo sea la persona. Es decir, si tengo una persona muy mental delante,
    intento darle muy poca información. A lo mejor le pido que cierre los ojos y que
    sienta como le hago reflexoterapia en los pies. Si veo que la persona no para de
    pensar la ayudo con técnicas de relajación para que se centre en «aquí y ahora».
    Intento que la persona escuche el aire, escuche la música, que vea de qué color
    es el aire que entra, para que no pueda estar divagando a nivel mental.

    Asimismo si, por ejemplo, la persona tuvo
    problemas en el momento del parto (vueltas de cordón al nacer) la puedo empezar
    a tratar con reflexoterapia y luego aplico metamórfico porque quiero que trabaje
    la etapa de pre nacimiento y nacimiento.

    Dentro de las técnicas reflejas se
    encuentran la reflexoterapia podal, en la que llevo trabajando 20 años. Pero en
    Rannvai hay especialistas en técnicas reflejas como la reflexoterapia facial.
    Otras técnicas reflejas son el tuina, la terapia sujok, la auriculoterapia, etc.

    P: ¿Es usted partidaria de la regulación de las terapias
    naturales o es mejor que se quede el sector como está?

    R: Pues yo a
    veces pienso una cosa y otras, lo contrario (risas). Porque a mí en estos 20
    años no me ha ido mal, tal y como están las cosas. Yo soy terapeuta,
    sencillamente, y como ser humano me llena el ver cómo los pacientes mejoran y
    que el boca-oreja funciona tanto en los cursos como en las terapias. Nosotros
    tenemos una parte que está regulada, a lo mejor no como la gente quisiera, pero
    si tenemos un epígrafe en el que cotizamos, sí que somos profesionales.

    Por otra parte, yo también formo
    profesionales y veo como la gente que aún no tiene una experiencia que la
    respalda, se siente insegura. Para mí lo fundamental es que la profesión sea
    reconocida, no es una cuestión de título, sino de profesionalidad. Vivimos en un
    mundo de titulitis, donde es más el tener que el ser. Y yo creo que hay médicos
    que tienen muchos títulos y que son inhumanos, otros no.

    Un terapeuta debe ocuparse de su propio
    crecimiento personal, de su propia valía personal, de qué clase de persona soy,
    por qué hago esto… Me preocupa transmitir a mis alumnos que han de trabajar
    consigo mismos, que si quieren ayudar a otros tienen que hacer sus propias
    terapias personales, su trabajo de crecimiento personal para que lo que estén
    transmitiendo sea válido de verdad. Por eso el lema de Ranvvai es «cambiar yo
    para que cambie el mundo». Si cada uno, como granito de arena cambiara,
    repercutiría en el mundo entero.

    P:¿Qué tipo de sanación se ofrece en el centro?

    R: La de usar una energía positiva que beneficia al ser
    humano y que se puede hacer con piedras, gemas o con las manos. En el centro es
    Margarita quien hace sanación espiritual y también sanación por arquetipos. Ella
    trabaja con las manos, es canalizadora de energía superior. Según como sea la
    persona, a veces conviene empezar por reflexología y luego hacer sanación,
    mientras que hay gente a la que es mejor darle directamente sanación. Los
    arquetipos son figuras geométricas que simbolizan diferentes órganos y lo que se
    hace mentalmente, simbólicamente es ver qué figura geométrica o qué símbolo está
    afectado en la persona y también se reproduce esa figura para que la persona se
    vaya equilibrando.