Evolución de la P.H.E y el Cuerpo Cúantico

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    Si queremos sacarle un poco de jugo a nuestra vida, sabemos que necesitamos evolucionar. Constantemente nuevas circunstancias requieren del avance de lo mejor de nosotros. En consecuencia, también cambiamos los procesos que utilizamos para conseguir nuestros objetivos. La P.H.E. es un proceso que consta de aspectos teórico/prácticos con los que averiguamos aquello que le está ocurriendo al paciente, sin que él nos lo tenga que explicar, y las Bioinformaciones Cuánticas que su cuerpo nos solicita para poner en marcha el propio orden de sanación; puesto que las evidencias nos han demostrado que no hay mejor médico que el interior del propio enfermo. Hace dos años presentamos la P.H.E. como una técnica de bioenergética con Bioinformación Cuántica Inteligente Natural que se estaba abriendo paso con rapidez en diferentes espacios artísticos y de salud. Hoy, queremos compartir líneas de investigación que nos han llevado a tratar con éxito casos sorprendentes que oficialmente se piensa son intratables o que no se pueden curar. Sin embargo, cuando comenzábamos a informar al gran público de la existencia de la P.H.E., no nos atrevíamos a imaginar hacia dónde nos irían acercando los acontecimientos que han ocurrido desde entonces y que van mostrando a grandes zancadas la progresión y consolidación de un procedimiento terapéutico que, apoyado en las raíces de la bioenergética china, ayurvédica y la vanguardia de la física cuántica, mejora la salud y la vida de cientos de personas cada día. Y tan sólo será necesario seguir las indicaciones de dos estructuras subatómicas que cada persona tenemos interiormente: el Paramorfograma (PM) y el Cuerpo Cuántico (CC). Lo que sí hicimos en aquel entonces fue explicar resultados impactantes que con frecuencia teníamos al aplicar su sencillo protocolo de sesión en cuestiones tanto físicas, como psíquicas o artísticas: con una sesión habíamos logrado evitar una operación de glaucoma, quitarle a una señora migrañas que desde hacía cinco años la postraban en cama 3/5 días al mes, que un señor recuperase la audición de un oído que además le molestaba desde niño, que un niño de tres años se librara de la operación de amígdalas, que un escritor terminase una novela en la que llevaba estancado casi trece años o que una gatita se librase de una operación por calcificación de vértebras. La variedad de campos en los que teníamos alegrías planteaban interrogantes tanto a quienes nos solicitaban información como a nosotros que, después de años de trabajo con variadas técnicas de medicina natural y psicoterapias, nunca nos habíamos encontrado con algo así. A riesgo de aparecer como unos «curalotodo», expusimos aquello que ocurría a la vez que nos entregamos con pasión a comprender sus mecanismos íntimos de acción. Acertada decisión que nos llevó a descubrimientos fundamentales en la bioenergética y al hallazgo de los nuevos materiales con los que en la actualidad también estamos colaborando en cuestiones relativas a la mejora de las anomalías radicadas en el desarrollo y la complejidad del sistema nervioso central humano y animal.
    Los efectos en el embarazo
    Y ahora, permitidme un inciso. Esta semana me vino a ver E.L. que ha tenido su primer bebé hace un mes y una semana: «Todos los médicos en el hospital venían a verlo. Nació sin rojeces y no había pasado ni un minuto y ya miraba a todos en silencio y callado. Cuando todos los niños lloraban, él los miraba extrañado ya que sólo se queja cuando tiene hambre. Casi desde que nació duerme sus ocho horas y no nos despierta para nada por la noche. El pediatra nos dijo el otro día: tiene un nivel de atención y dominio de sus movimientos que supera a un niño de tres o cuatro meses. ¡Estamos tan contentos! No quedábamos en cinta y habíamos ido a varias clínicas, y con la P.H.E. no sabíamos que a la alegría que teníamos cuando me quedé embarazada todavía le esperaba lo mejor».
    Otro inciso. Estas navidades hablé con unos amigos que durante el embarazo ella se hizo las sesiones de la P.H.E. «Tenemos ganas de que veas a nuestra hija, estamos impresionados con ella.» «¿Por qué no venís el viernes?» «Pues tenemos ganas porque dentro de poco ya va a cumplir un año, pero no te lo pierdas, no podemos ir el viernes porque desde hace varios meses va a clases particulares de inglés.» Son muchas las parejas que nos dicen cosas así a los profesionales de la P.H.E y por ello es una gran satisfacción saber que esta técnica esté cubriendo con excelencia también este espacio sagrado que es el quedar embarazada, el parto y el postparto con éxito. Estos niños, mientras los demás están resfriados o se pierden las clases, muestran una salud física y mental que marca la diferencia. ¿No podríamos mejorar la sociedad con un sistema menos traumatizante que el que a menudo utilizamos para quedar embarazadas, parir y sacar a nuestros hijos adelante en los primeros años de sus vidas? ¿Por qué desde hace unos pocos años la mayoría de los niños y sus papis se pasan horas en visitas médicas en otoño, invierno y primavera? Enfermeras, profesionales de la salud: la P.H.E. Evita esto.
    La competencia a la «Máquina»
    Pero sigamos con lo que íbamos. En aquella primavera del 2009, conscientes de que nuestros hallazgos formaban parte de una ola global que en arte transformaba la postmodernidad, en la técnica los procesos de la consecución de nuevas energías y materiales, en la biología los caminos más allá del ADN con lo epigenético, etc., dábamos una perspectiva de cómo en la medicina natural estaba afectando este avance global. Y después de aludir a la tremenda aceleración integrativa que desde los años 80 se estaba implementando en todos los rincones del saber humano nos dejaba traspuestos a quienes en los años 70, al Quiromasaje del Dr. Ferrándiz empezábamos a sumar las primeras Manipulaciones Vertebrales, la imposición de manos y los primeros pasos de la Acupuntura y el Shiatsu. Recuerdo cómo en los 80 nos vimos invadidos por la tecnología electromagnética, los múltiples tipos de masaje, Osteopatías, Fisioterapias, Kinesiologías, Craneo/Sacrales, Reikis, Aurículomedicina y derivados; y perplejos nos dejó la llegada de la tecnología láser, la cuántica, los sistemas de biorresonancia, etc. Todo parecía indicar que el camino a seguir era este: el de la hipercomplejidad tecnológica sutil. Hoy incidimos un poco más en esta cuestión que entonces sólo hicimos constatar. Era y es tal el despliegue de los éxitos de «la Máquina» ? llámese como se llame: láser, cuántica, etc.- que ¿cómo iba a haber algo fuera de eso que le hiciese competencia o que, puestos a soñar, pudiese hacerle sombra? Nadie podría hacerle jamás sombra a la «Máquina». Por lo tanto, el sistema curativo por excelencia sería el «Maquinal», a través de las posibilidades que la máquina aportaría al ser humano. ¿Al « Ser» Humano, dijo usted? me indica perpleja la mente de montones de ustedes, lectores que conmigo advierten la paradoja.
    ¡Sí, esa era la cuestión! Y sigue siéndolo ya que mientras pensábamos así, decíamos que el software del ordenador llegaría a dominar y curar al creador de sus programas. Y el creador del software es un Ser Vivo, que reside en el ahora imprevisto, no es una máquina más. La Máquina nos va a energetizar, a desbloquear energías, funciones y estructuras varias, nos va a eliminar virus y bacterias, y a decir lo que comer que nos hace bien, y muchas cosas más? Y, ¿qué haremos con aquello que es la fuente de nosotros mismos y que está más allá de la «Máquina» y lo maquinal, y de lo que depende y en lo que prende la esencia, la raíz del movimiento sanador? Bendecimos a la «Máquina» por sus múltiples beneficios y aportamos un poquito en algo diferente: la cohesión e implicación del ser en la vida, su organización y su sistemia con el haber y el tener, con lo eco-psico-corporal, sus circunstancias y su misión. La P.H.E. logra su objetivo al implicar y restablecer el sí mismo de la persona, afectado por las consecuencias de los distintos avatares de la vida, logrando afinar los efectos en el proceso autobiológico y autobiográfico del paciente. Bendecimos y nos aprovechamos de los muy diversos beneficios de «La Máquina» y luego nos vamos con la P.H.E. a poner todo eso en congruencia y coherencia con aquello que, estando más allá de la bioenergía, implica nuestra consciencia y nos hace únicos con únicas circunstancias, y así afinar nuestro camino y nuestro destino. Aquellos y éstos, son y eran tiempos en los que el despliegue tecnológico parecía que no iba a dejar cabida a una P.H.E. excesivamente sencilla, demasiado artesanal, con materiales naturales, con muy bajo costo que en un mes de trabajo se amortiza y con un sencillo protocolo que además tú te lo puedes hacer a ti mismo y tu vida se multiplica. ¿Captáis lo que esto puede significar para un cierto Sistema Vigente (SV)? Parecía imposible y, sin embargo, está sucediendo. Lo que nunca sabrán las máquinas es que nuestro cuerpo tiene un lenguaje directo por el que muestra con claridad la secuencia precisa de acciones que necesita en cada instante de la sesión de P.H.E. para sanar su biología, su psicología, su creatividad, su bioenergía y algo que está mucho más allá de ellas. El haber hallado la comprensión de este lenguaje de su interior sabio hace seguro nuestro trabajo.
    Campos Neurosimbílicos
    Ahora la evolución de la P.H.E. nos lleva al año pasado, poco antes del verano, cuando dábamos a conocer los resultados de una de nuestras líneas de investigación y que nombramos como Campos Neurosimbílicos (CNS); algo que la P.H.E. llevaba investigando en los últimos años y cuya localización representa un gran avance en la bioenergética. Lo sabíamos por la psiquiatría, por la neuropsicología, por Hammer… y ahora hemos logrado constatarlos en su nivel bioenergético, pudiéndolos no sólo comprobar sino también investigar y tratar. Son como nubes vibratorias que aparecen en lugares específicos del cuerpo cuando la persona ha vivido impactos traumáticos y cuyos efectos frenan el avance de casi todo tipo de terapias y medicinas que la persona utiliza para mejorar. Sanar la memoria celular vibratoria de los efectos de estos acontecimientos conlleva un renacer renovado cuyo florecimiento invade todas las facetas de la persona. Con estos descubrimientos, la P.H.E. está uniendo el quehacer de psicoterapeutas y terapeutas en el camino de conseguir que las personas pongan en marcha y liberen ese enorme potencial que llevan dentro. Por esto, seguiremos difundiendo el mensaje de que para que el ser humano avance en su evolución de una manera más completa es preciso no sólo el tratar su biología y su psicología sino también su bioenergía. La bioenergía guarda en su memoria celular vibratoria a nivel sutil, no sólo los programas de funcionamiento biológico, sino también tendencias de múltiples aspectos de nosotros mismos, reflejos de nuestro sí mismo profundo o Yo cuántico. «A parte de las mejoras físicas, lo que más me impacta es la riqueza de posibilidades y soluciones nuevas que las personas descubren y ponen en marcha»? me decía ayer una facilitadora de la P.H.E. Y uno se pregunta, ¿cómo es posible que ocurra esto? Pues parece ser que al acercarle al cuerpo la bioinformación cuántica que nos pide, se organiza la bioenergía en su parte cuántica y así incidimos, no sólo en la desactivación de los bloqueos que guarda nuestra memoria de los desórdenes traumáticos, sino también en otros que sin llegar a ser tanto, sí que están afectando a la sensación de seguridad, autonomía, confianza, valoración? y que como también estaban inscritos en nuestra memoria sutil, hacían nada fácil sostener nuestro tesón hacia nuestros objetivos.
    Avances como éste de los CNS, nos animaron a aceptar en consulta casos que hasta ese momento no nos atrevíamos a pensr que pudieran mostrar mejoras. Uno de estos seres extraordinarios que nos llegaron a consulta fue C. L. «C.L. tiene 21 años. Está sentado junto a su madre en la sala de espera para recibir una sesión de P.H.E. Tiene la cara y la cabeza tapada por su jersey. A unos pocos pasos y junto a su mamá está A., de más o menos la mitad de años que él, sentada en su eterna silla de ruedas. Salgo y veo la escena y le digo a la madre de C.L.: «¿C.L. no ha venido hoy?» «Pues no, ha decidido venir un poco más tarde». Entonces C.L. destapa su cabeza y se levanta hacia mí. ¡Horror, lleva unos dientes de Drácula y pretende alcanzarme con sus potentes brazos! Al alejarme unos pasos se acerca a A. que está en su silla observando la situación con un poco de miedo? ¡Vaya, primero mi mamá me lleva a un sitio raro en el que parece que me pueden ayudar a mejorar para poder dejar un día de estar en mi silla de ruedas en todas partes, y ahora resulta que aquí también vienen a tratarse vampiros! ¡Lo que me faltaba!- parecía pensar A. para sus adentros. C.L. vino por primera vez en mayo del año pasado sentado en la silla de ruedas en la que llevaba veinte años: no acertaba a pronunciar palabras inteligibles, con retraso mental, crisis de epilepsia cada día, la cara asimétrica y con dificultad de manejar sus manos. A la quinta sesión de P.H.E. vino andando. Hoy se lleva cada vez alguna revista de la consulta, no para de hacer preguntas y sopas de letras, pronuncia perfectamente y viene cada vez mejor, a no ser que sea el día que juega a baloncesto y trate de emular a su ídolo Gasol aterrizando como puede. Su destino de Lisencefalia (cerebro con apenas circunvoluciones) lo iba a llevar a la muerte prematura en ese deterioro continuo. Hoy, la ciencia no se explica cómo puede estar funcionando cada vez más normal y con esa cara de sexsimbol.»
    En la P.H.E. somos conscientes de que a la medicina natural le hacen falta seminarios o campus en los que profesionales de diferentes campos puedan compartir sus experiencias mientras aprendan algo nuevo, alternando el trabajo individual con el de pareja y grupo. Laboratorios de inspiración, evolución y descanso aderezados con efluvios de amistad y creatividad. Esto es magnífico porque nos abre diferentes perspectivas a la hora de encarar las cuestiones que se nos plantean a diario en consulta y nos consolida como valor fundamental que esta sociedad necesita para que la prevención y la responsabilidad avancen como pilares esenciales en la construcción de un mundo más sano. Y así el verano pasado, también para nosotros fue un avance la organización del primer seminario en un sitio privilegiado de la naturaleza.
     Y después llegó el otoño que nos bendijo con la intuición de la forma de acceder a materiales de Bioinformación Cuántica más potentes. Algo tras lo que andábamos desde hace más de cuatro años. Una vez llevada a cabo esta intuición, y comprobada en múltiples sesiones con nosotros mismos y los pacientes, actualmente las nuevas bioinformaciones forman casi la totalidad de los materiales que ahora se están utilizando. Estas Bioinformaciones Cuánticas Naturales están allanando el camino en dos especialísimos campos:
    1) A actuar con eficacia en el desarrollo del sistema nervioso central y ciertas de sus anomalías.
    2) A actuar en un campo que tarde o temprano la humanidad tiene que afrontar: hacerse cargo del precio que nos cuesta hacernos humanos; es decir, siendo animales, adquirir un lenguaje con el que tenemos la oportunidad de ir un poco más allá. Quizás podríamos mejorar algunas de las consecuencias que parecen derivarse de ello. Sin entrar más en esta compleja cuestión, nos parece que estamos mejorando la conexión y fluidez en los procesos cerebrales y emocionales que intervienen en el paso de la etapa de lo Pre-símbico del sujeto a la etapa de lo Simbólico y la consolidación de la adquisición del lenguaje y el significado. Así lo hemos comprobado gracias a los resultados que estamos observando en niños y adultos al organizarles la memoria celular de los procesos vitales que vivieron hasta los cinco años. Sabemos que con los ilimitados logros y posibilidades que conlleva la adquisición del lenguaje, hay otra parte que no está clara relativa a las pérdidas. Pensamos que podemos contribuir a recuperar alguna de esas pérdidas que están llevando a la humanidad a distanciarse más de la cuenta del gran océano de energía que mueve la vida, y esto no sólo tiene una pérdida en cuanto al enorme potencial de capacidad regenerativa celular de salud sino al modo en el que utilizamos el pensar y el sentir. Pensamos que estamos colaborando en lograr un flujo compatible entre los dos, que está en la base de variadas disfunciones actuales en los niños, dado que la complejidad de la sociedad basada en las tecnologías de la información a ellos les toca muy temprano y con mayor complejidad durante la adquisición del manejo de los símbolos, del paso de animal a humano.
    Funcionamiento de la técnica
    ¿Qué hace que puedan darse estos resultados en campos tan variados del saber y la conciencia humana? Alrededor y en las inmediaciones de nuestro cuerpo hay algo más que vacío, existen movimientos y vibraciones que vienen a representar algo así como otro cuerpo nuestro, o un reflejo de él en un estado energético. Este doble de fuera no sólo se conecta con nuestro cuerpo a nivel electromagnético mediante lo que se llama cuerpo bio-plasmo-reticular (estructura vibratoria que existe a unos 3/5 cm bordeando toda nuestra piel) y por el que ambas realidades se comunican a nivel electromagnético sino que también existe entre ambos una realidad cuántica por la que están sutilmente conectados. Esta realidad cuántica subyace al mundo atómico de tal manera que cuando nosotros cambiamos su estructura y función, siguiendo las indicaciones que el cuerpo nos comunica en el doble, ese cambio afecta primero al mundo subatómico que pasa el nuevo orden a los átomos de nuestro cuerpo, éstos a las moléculas, éstas a las células, y así sucesivamente. Este movimiento lleva a las glándulas endocrinas y exocrinas a rectificar sus productos elevando la calidad y el rendimiento de hormonas, neurotransmisores? con lo que no sólo el cuerpo se pone en orden sino que nuestra mente y la psique también. Lo que en la actualidad estamos comprobando es que algo ocurre en el cerebro de nuestros pacientes con las neuronas y la neurogénesis ya que, si no fuese así, no podrían mejorar o sanar.
    La sesión de P.H.E. conlleva la organización que el cuerpo necesita a nivel de chacras, de meridianos, del eje Craneo/sacral etc. y, con los últimos materiales, los pacientes tienen la curiosa sensación de experimentar osteopatía craneal sin la ayuda de algo o alguien externo.
    La clave: Representación de Objetos
    Por todo esto decimos que hoy es real una medicina que incluso Lovecraf o Borges hubieran caído en la tentación de tachar como ciencia ficción. ¿Porque? Porque, ¿quién iba a imaginar que en este presente íbamos a poder sanar por la representación de los objetos, por la representación de los procesos, por las Fórmulas Cuánticas, por la Representación? Cuando decimos que la P.H.E. sana por la Representación de los Objetos queremos decir que en vez de darle a la persona a injerir una determinada medicina para que se desencadenen una serie de procesos en su organismo y la lleve a la condición deseada, lo que hacemos es acercarle a su cuerpo, por ejemplo, una microfotografía que representa ese proceso, o una microfotografía en la que aparece ese determinado componente a nivel microscópico que necesitaba para efectuarse ese proceso. Para que esto se pueda realizar hay que llevar la bioenergía de la persona a un determinado estado o vibración. Esto lo conseguimos gracias a las Bioinformaciones Cuánticas unos filtros de la casa Kodak que permanecen vibrando en la misma longitud de onda, mismo nivel vibratorio, durante más de 250 años. Así pues, tenemos referencias estables para llevar al cerebro del cliente a un estado vibratorio en el que algo más profundo que el cerebro actúa en el cerebro y lo dirige hacia el cambio deseado por unos caminos originales para cada persona y su situación. Parecido a la manera con que el acupuntor pone las agujas en lugares determinados del cuerpo así nosotros ponemos esos filtros que pesan unos pocos gramos consiguiendo nuevos estados vibratorios a nivel electromagnético y a nivel cuántico. Hasta hace unos pocos años sólo podíamos lograr utilizar la parte electromagnética, lo que limitaba los resultados; el lograr poner en marcha un protocolo, una serie de pasos en la sesión con la energía del cliente en el nivel cuántico, nos ha llevado a conseguir resultados como los que explicamos y que ponen en entredicho la noción estándar muy arraigada de que se puede hacer poco ante anomalías genéticas o congénitas, o que el origen de todo es el cerebro o el ADN. Sabemos que desde el 2008 la biología oficial está teniendo un cambio de paradigma más patente gracias a los avances en la psico-neuro-inmuno-endocrinología, a la epigenética y la reflexión sobre teorías como los Campos Mórficos de Rupert Sheldrake.
    Sanar por la Representación es un milagro que nos abre las puertas a un modelo de utilización de los recursos naturales del planeta Tierra muy diferentes a los que estamos habituados y hace posible sostener un ecosistema que nos beneficie a todos los seres vivos y no sólo a cierto Sistema Vigente (SV). Pensemos que la homeopatía funciona gracias a una dosis de componente pequeñísima o a la energía de ese componente diluido y diluido miles de veces, pues en P.H.E. es como si trabajásemos con la representación de esa dilución; lo que hacemos es trabajar con la representación de una bioenergía que hace posible el orden de diferentes cualidades de la Vida, con su microfotografía o con la del cambio a conseguir en óptimo nivel. Imagínate que quieres estar muy contento y te enseñamos una foto de una vez que te lo pasaste bomba, de inmediato notas que pareces entrar en él, si lo sigues mirando y recordando lo que estaba pasando cuando te hicieron la foto, tu cara va a ir cambiando y las facciones de aquella sonrisa van a aparecer en ella. Pues algo así, sólo que es tu parte cuántica la que de inmediato al contacto con la microfotografía, con la bioinformación, impulsa lo más sutil y más biológico de ti hacia aquello, empujando desde esa profundidad a todos los aspectos de lo que somos hacia allí.
    También estos nuevos materiales que durante el pasado año hemos ido descubriendo, han hecho posible que nuestra investigación sobre el Paramorfograma (PM) y el Cuerpo Cuántico (CC) fuese más precisa. Recordamos que el PM y el CC son dos estructuras reales vibratorias que existen en nosotros a un nivel subatómico a más de 30 escalones de profundidad por debajo de los Chacras y los meridianos de acupuntura. Luego es un orden muy profundo el que se logra en las sesiones. Lo que explica que chamanes y grandes maestros de yoga confirmen los notables cambios que la P.H.E. conlleva a nivel de los nadis más importantes del Ayurveda: Ida, Pindala y Sutsuma; fundamentales para la salud y la espiritualidad.
    Este progreso en la comprensión del CC, tanto de su estructura como de su funcionamiento fue lo que constituyó la base de la ponencia que la P.H.E. hizo en octubre pasado en Econat10 ayudados en la presentación por el excelente trabajo de «La Bombilla». Son fases de la P.H.E. que despiertan interés mucho más allá de nuestras fronteras siendo tanteada por algunas universidades y científicos de renombre.
    Desde 1920 hasta ahora, la física cuántica nos ha invitado a un fantástico viaje. En la etapa en la que nos encontramos estamos familiarizados con la medicina cuántica y últimamente con el Médico Cuántico. ¿No era ya el momento de darle al médico cuántico un poco más de sentido? La célula es a la biología lo que el Cuerpo Cuántico es a la Medicina Cuántica.
    ¿Qué trato de mostrar al exponer esta evolución? Que la P.H.E. es una técnica que lleva a la medicina natural a la vanguardia de las medicinas. Estamos dando respuesta a personas en situaciones complejas que a menudo la medicina alopática no puede con su potentísimo arsenal. Necesitamos técnicas que midan el estado y los cambios en los clientes, que den seguridad a los ciudadanos que aportan una complementariedad de elevado nivel, que por sus resultados se argumenten. Sencillas de aplicar y que evolucionan tanto al profesional como a su paciente. En la P.H.E. tenemos muy claro que hay un esencial objetivo al que llegar a través de una buena salud. También tenemos la responsabilidad y el reto de llevar a la medicina natural al lugar que siempre tuvo, aunque con más rigor y eficacia, para bien de todos. Colaboremos liberando y afinando la inteligencia, para que con cautela y eficacia podamos demostrar a esta sociedad que todavía hay un sentido más allá de los análisis, algo que no sólo evoluciona el sentido de salud (evolutiva) sino que es capaz de con entusiasmo y vitalidad prender la mente y el corazón del mundo.
    Nota: Siempre que en la revista impresa aparece “CNS” nos estamos refiriendo a los “campos neurosimbólicos”.