La Nutrición Ortomolecular y el Método I.N.C.A.

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    Abrahan Hoffer, Linus Pauling, Richard A. Passwater, Michael
    Murray, Joseph E. Pizzorno, Mathias Ratch, Michael Janson, Richard Firshein?, en
    Estados Unidos y Catherine Kousmine, Alain Bondil, André Denjean, Philippe-Gastón
    Besson, Luc Moudon, J. Fradrin, Jean Seignalet, Claude Lagarde?, en Europa,
    todos ellos y muchos otros, excelentes profesionales, han promulgado la
    terapéutica nutricional como herramienta indispensable para recuperar y mantener
    una buena salud. Los primeros, frecuentemente encuadrados en la llamada
    Nutrición Ortomolecular, y los segundos habitualmente relacionados con la
    Nutriterapia o la Nutrición Celular Activa. Los métodos y recomendaciones de
    unos y de otros han sido canalizados a través de infinidad de libros,
    conferencias y congresos.

    Hoy en día diferentes Asociaciones y Sociedades de
    investigación, documentación y formación se mueven en torno a estos métodos, que
    sólo los profanos, ignorantes o presuntuosos, se atreverían a poner en tela de
    juicio. Efectivamente, miles de investigaciones en todo el mundo y millones las
    experiencias prácticas recogidas, demuestran que la corrección alimentaria y el
    aporte de cantidades óptimas de nutrientes vitales, puede ser más que suficiente
    para mejorar trastornos de salud crónicos y complejos.

    Lo llamemos Nutrición Celular, Nutrición Ortomolcular,
    Terapia Ortomolecular, o como lo ha acuñado el profesor Seignalet «Alimentación
    Ancestral», todos y cada uno de estos términos están relacionados con la
    Corrección Alimentaria como soporte fundamental para generar cambios profundos,
    pero no agresivos, en el organismo con el objetivo de mantener o recuperar la
    salud. Todos los precursores de la nutrición terapéutica están de acuerdo en que
    las medidas fundamentales de sus métodos pasan por la dieta sana y el aporte de
    complementos nutricionales ricos en nutrientes vitales que difícilmente son
    aportados exclusivamente con la dieta (aunque ésta sea correcta).

    Después de 15 años de analizar y utilizar los métodos de
    Precursores de la Nutriterapia y comprobar los resultados de aplicar sus métodos
    creo que puedo plantear con criterio y rigor lo que vengo a llamar: El método
    I.N.C.A. (Instituto de Nutrición Celular Activa), que consiste en la
    sintetización y concretización de todos los métodos que se pueden considerar
    abalados por el rigor científico y llevarlos a un marco común práctico y
    sencillo de aplicar.

    El Método que el Instituto de Nutrición Celular Activa (I.N.C.A.)
    utiliza y propone es el agrupamiento y síntesis de los estudios y experiencias
    de los profesiones de la Nutrición más cualificados, de las últimas décadas. La
    sencilla, pionera y eficaz metodología de la Dra. C. Kousmine y del Dr. J.
    Fradin, la inestimable aportación científica del Profesor J. Seignalet, la
    concretización conceptual en micronutrición del Dr. C. Lagarde , y por otro
    lado, las experiencias y estudios en bioquímica, aplicada a la nutrición, de
    precursores del otro continente, como el Dr. Linus Pauling o Richard A.
    Passwater.

    En esta metodología de trabajo, el Bienestar Emocional, la
    Alimentación Sana y el Ejercicio Físico, forman el triángulo de la profilaxis de
    la salud (¿quién se atrevería a dudarlo?). Desgraciadamente por factores
    medioambientales (alimentación errónea, polución medioambiental, etc.),
    estresantes e higiénicos es necesario en muchos casos recurrir cíclicamente a
    otros tres pilares: La Detoxificación Celular Activa, la Reestructuración
    Biológica Celular y otras Acciones Específicas. Con estas últimas es posible, en
    muchos casos, recuperar la salud perdida, buscando entonces un verdadero
    Mantenimiento del Sistema, es decir, conociendo las tendencias constitucionales
    individuales y los factores del entorno que influyen particularmente, utilizar
    las herramientas necesarias para mantener el sistema en buenas condiciones.

    Pilares fundamentales de la nutrición ortomolecular

    Fase 1


    ? Estimulación emuntorial

    ? Detoxificación hepática

    ? Higiene intestinal

    ? Control del Ph

    ? Neutralizar radicales libres


    Fase 2


    ? Equilibrar el sistema endocrino

    ? Equilibrar el sistema inmunológico

    ? Equilibrar la actividad enzimática

    ? Soporte de nutrientes esenciales individualizado


     

    ¿Por qué es necesaria una Detoxificación Celular Activa?

    Encontramos sustancias tóxicas en todas partes, desde el aire
    que respiramos, hasta los alimentos que comemos o el agua que bebemos. Por otro
    lado, nuestro propio cuerpo en el desempeño de ciertas funciones metabólicas
    produce sustancias tóxicas. Podemos afirmar, ahora más que nunca, que la
    capacidad individual que poseamos para detoxificarnos de todas estas sustancias
    a las que estamos expuestos, será un importante condicionante de la salud global
    que tengamos.

    Existen básicamente 4 grupos de toxinas:

    1º METALES PESADOS

    Lo que incluye: plomo, mercurio, cadmio, arsénico, níquel y
    aluminio. Estos metales tienden a acumularse en el cerebro, los riñones y el
    sistema inmunológico, donde pueden perturbar gravemente el funcionamiento
    normal.

    La mayoría de los metales pesados que se encuentran en el
    organismo son el resultado de la contaminación ambiental producida por la
    industria. Estos se inhalan o se ingieren después de depositarse en las cosechas
    de alimentos, en el agua potable y en la tierra. Las fuentes más comunes de
    metales pesados, además de la procedencia industrial, incluyen plomo de los
    pulverizadores de pesticidas, de los utensilios de cocina, y de las soldaduras
    de las latas de hojalata; el cadmio y el plomo del humo de los cigarrillos;
    mercurio de los empastes dentales, del pescado contaminado y de los cosméticos;
    y el aluminio de los antiácidos y de los utensilios de cocina.

    Se está reuniendo cada vez más información que indica que la
    intoxicación crónica por metales pesados es un gran problema en la sociedad
    moderna. Se deberían de realizar todos los esfuerzos posibles para reducir los
    niveles de metales pesados. En especial en aquellos individuos que están
    expuestos a altos niveles. Los trabajadores que se hallan expuestos a mayores
    niveles de toxicidad son: los fabricantes de pilas, los encargados de las
    gasolineras, los pintores, los instaladores de techos, los soldadores, los
    dentistas y los joyeros.

    Los primeros síntomas de una intoxicación por metales pesados
    son vagos y se atribuyen a otros problemas. Estos síntomas iniciales pueden
    incluir cefaleas, fatiga, dolores musculares, indigestión, temblores,
    estreñimiento, anemia, palidez, aturdimiento, y mala coordinación. La persona
    que presente una intoxicación por metales pesados aunque sea leve, experimentará
    una capacidad disminuida para pensar y concentrarse. A medida que la toxicidad
    aumenta, se incrementa la gravedad de los signos y los síntomas.

    2º PRODUCTOS QUÍMICOS TÓXICOS

    Lo que incluye: Disolventes (materiales de limpieza,
    formaldehído, tolueno, benceno, etc.) pesticidas, herbicidas, aditivos
    alimentarios, fármacos, alcohol y otros tóxicos químicos.

    La exposición a estos productos químicos puede producir
    síntomas psicológicos y neurológicos como la depresión, los dolores de cabeza,
    la confusión mental, la enfermedad mental, hormigueo en las manos y en los pies,
    reflejos nerviosos anormales y otros signos de deterioro de la función del
    sistema nervioso, extremadamente sensible a estas sustancias químicas. Se ha
    observado una mayor incidencia en las alergias respiratorias en aquellos cuya
    exposición a estas sustancias es habitual.

    El órgano que fundamentalmente se encarga de este tipo de
    toxinas es el hígado, que afortunadamente es capaz de soportar la tremenda carga
    que recae sobre él. Al menos durante un tiempo considerable. Es lógico que todo
    tratamiento nutricional que tenga como objetivo la desintoxicación, otorgue en
    dicha acción un lugar preponderante al hígado. Por esta razón, en la fase de
    Desintoxicación celular es interesante utilizar nutrientes que ayudan a los
    mecanismos de desintoxicación del hígado tales como la metionina, la taurina, el
    glutatión, los antioxidantes, la alcachofera, el rábano negro, etc.

    3º RESIDUOS BACTERIANOS Y ALIMENTARIOS

    Los residuos bacterianos y/o alimentarios que llegan a la luz
    intestinal pueden ocasionar diferentes tipos de trastornos de salud. Cada vez
    más investigadores coinciden en que en la etiología de numerosas enfermedades el
    intestino desempeña un rol determinante. Esta es la razón por la cual la Higiene
    Intestinal debe ocupar un lugar predominante en cualquier terapéutica
    nutricional.

    4º PRODUCTOS DE DESECHO DEL METABOLISMO PROTEICO

    Ciertos productos de desecho tóxicos, derivados de la
    descomposición de las proteínas, tales como el amoníaco, la urea y otros, son
    eliminados fundamentalmente gracias a los riñones. Por lo tanto, la alimentación
    hipotóxica, nula o baja en proteína animal, el consumo de abundante agua y
    ciertas plantas y oligolementos que estimulen a nivel emuntorial, pueden ser
    medidas interesantes a la hora de completar las acciones de detoxificación.

    ¿Por qué es necesario un aporte suplementario de nutrientes
    esenciales?

    He conocido en estos años muchas personas aparentemente «bien
    alimentadas», incluso «gorditos/as» que estaban desnutridos. Sí, son aquellos
    que consumen muchos alimentos hipercalóricos pero pobres en nutrientes vitales,
    aquellos que comen en abundancia carne, pan, pastas, comida rápida, muy
    condimentada, azúcar, repostería, lácteos, etc. Estos alimentos no aseguran un
    aporte óptimo de vitaminas, minerales y oligoelementos, especialmente si son de
    la calidad mediocre que habitualmente se consume.

    Por otro lado, los métodos de cultivo agrícola afectan
    negativamente a la calidad de nuestros alimentos. El objetivo, ahora más que
    nunca, es producir y producir, no importan las herramientas que se utilicen
    (pesticidas, fertilizantes químicos, aditivos sintéticos durante el procesado,
    etc.) aunque, además de intoxicar, jueguen con la genética o modifiquen la
    composición del terreno.

    Por ejemplo, mucho del terreno agrícola, contiene muy poco
    selenio. Este mineral es un protector importante contra las enfermedades
    cardiovasculares y el cáncer. Las investigaciones han demostrado que quienes
    viven en las regiones cuyo suelo posee un bajo contenido de selenio presentan un
    mayor riesgo de contraer cáncer, aunque consuman una dieta que incluya alimentos
    procedentes de otras zonas geográficas. A pesar de que el selenio, el cromo y el
    yodo son indispensables para la nutrición humana, no son necesarios para
    cultivar plantas sanas y casi nunca son añadidos al suelo agrícola.

    Con frecuencia los alimentos se cosechan cuando aún están
    verdes y se dejan madurar durante su transporte, en el mercado o incluso en el
    hogar. En consecuencia, no adquieren su dotación completa de minerales y
    vitaminas, la cual aumenta considerablemente durante las últimas etapas de
    maduración.

    Para llevar los alimentos a los mercados antes de que se
    pudran, los agricultores los recogen prematuramente y los «maduran»
    artificialmente, en el momento adecuado, para que parezcan frescos. Además, el
    transporte y el almacenamiento de los alimentos, ya sea en el mercado o en casa,
    hace que los nutrientes se deterioren. En tres días de almacenamiento
    frigorífico las frutas y las verduras pierden cantidades importantes de vitamina
    C y todavía más a temperatura ambiental.

    Los frutos secos pierden vitaminas A, C y E si se exponen al
    oxígeno y la luz. Esto no significa que los alimentos almacenados carezcan
    totalmente de valor, sino que su bajo contenido de nutrientes hace que sea
    preferible consumir alimentos biológicos, vivos, frescos, con la menor
    manipulación posible, evidentemente más ricos en nutrientes vitales.

    Citaré sólo unos breves ejemplos:

    El 40 % de la vitamina A, el 100 % de la vitamina C, el 80 %
    del complejo B y el 55 % de la vitamina E pueden perderse durante el
    procesamiento, conservación y calentamiento de los alimentos. El pan blanco
    tiene sólo el 20 % del cinc, el 25 % del hierro, el 30 % del cromo, el 40% del
    calcio y el 60 % del magnesio contenidos en el pan de trigo integral. El
    triturado extrae el 86 % de la vitamina E, el 80 % de la vitamina B3, el 75 % de
    la vitamina B6, el 67 % del ácido fólico y el 50 % de la vitamina B5 del pan de
    trigo integral. El corte de los alimentos inicia las reacciones enzimáticas y la
    oxidación que destruyen las vitaminas. El sobrecalentamiento o recalentamiento
    destruye más del 80 % del contenido de algunas vitaminas. La pérdida media de
    minerales en las verduras es del 32% del calcio, el 45% del magnesio, el 46% del
    fósforo y el 48% del hierro. Gran parte del contenido mineral y vitamínico de
    una alimento puede eliminarse con el agua de cocer y, si se pelan los alimentos,
    con la piel.

    Nunca podemos estar totalmente seguros del contenido
    vitamínico y mineral de un alimento. Los valores en libros y tablas tienen
    carácter orientativo, ya que la cantidad real presente en el alimento que se
    sirve puede oscilar hasta en mil veces con respecto a dichos valores.

    A modo de resumen:


    1º. La industrialización alimentaria arroja serias dudas
    sobre la cantidad y calidad de los nutrientes vitales que contienen los
    alimentos.

    2º. La alimentación moderna, los alimentos procesados y el
    modo de cocinar reducen a mínimos el aporte de micronutrientes vitales,
    provocando subcarencias.

    3º. Es imposible saber el contenido de los nutrientes
    descubiertos recientemente que están presentes en los alimentos, porque las
    tablas de alimentos no están preparadas para incluir estos elementos.

    4º. Con frecuencia resulta necesario un aporte adicional de
    vitaminas, minerales y oligoelementos de calidad, que de otra manera sería
    imposible proporcionar en cantidades óptimas.

     

    … y además el estrés

    El estrés, ya sea emocional, físico o causado por lesiones o enfermedades,
    agota los nutrientes del organismo, especialmente, la vitamina C, el complejo
    B y el Zinc. Por otro lado, la vitamina B6 y el ácido pantoténico juegan un
    papel vital en la fisiología del estrés. La vitaminas C y E y el Zinc
    favorecen la recuperación frente al estrés. Dado que el estrés es parte
    cotidiana de la vida de la mayor parte de la población de los países
    industrializados, la toma adicional de nutrientes debería formar parte, tal
    como lo es la dieta sana y el ejercicio físico regular, de la profilaxis
    humana.

     

    Espero en un próximo artículo poder explicar como aborda la
    Nutrición Ortomolecular algunas de las consideradas «enfermedades misteriosas»,
    tales como la Fibromialgia o el Síndrome de Fatiga Crónica.