Las claves de la kinesiología holística

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    Partiendo de la idea de que el cuerpo contiene toda la
    información necesaria, la kinesiología es una técnica que se basa en preguntar
    al cuerpo y observar su respuesta. Muchas veces solo recuperando pequeñas partes
    del cuerpo o actitudes de él se produce el gran milagro: «La autorregulación».
    La kinesiología holística es un camino interminable donde tienen cabida todas
    las formas de terapia, nutriéndose cada una de la otra.

    La primera vez que te hacen un test muscular de kinesiología
    te sorprende, es una experiencia que nunca deja indiferente. El terapeuta te
    pide que extiendas un brazo o una pierna y ejerce una ligera presión uniforme,
    cómoda de mantener con tu fuerza. Acto seguido te hace una pregunta o te pide
    que recuerdes un estado o una emoción. Justo cuando estas concentrado en ello
    vuelve a repetir con la misma intensidad la presión contra tu brazo o pierna
    extendida. Resultado…

    Es curioso observar cómo, si tienes algún tipo de emoción
    estresante, pasados dos o tres segundos desaparece la fuerza que estás
    intentando mantener contra la ligera presión del terapeuta. ¿Qué está
    sucediendo? ¿Me he quedado sin fuerza?

    Vuelves a ponerte normal, en la situación relajada, sin
    pensar en nada en concreto y la respuesta del tono muscular de tu brazo vuelve a
    ser fuerte, manteniendo la suave y continua presión que ejerce el terapeuta.

    Si repites otra vez el test concentrándote en el estado de
    estrés observas la misma caída de tu tono muscular, pudiendo repetir la
    experiencia una y otra vez hasta observar que siempre va a ser así. ¿Qué está
    pasando? Que tu cuerpo se está mostrando ante un estado que recuerda, junto con
    el estrés que guarda la emoción con la que viviste el momento, o mejor dicho,
    con la emoción que se grabó en ese momento.

    Se podría pensar que es más fácil preguntar a la persona si
    tiene algún estrés con algún recuerdo, pero cuando haces los test descubres que
    la mayoría de las personas no van a tener conocimiento de que le ha dado estrés
    o por qué le ha dado estrés a su cuerpo.

    ¿Qué significa esto? Que la misma situación, con las mismas
    personas, y las mismas palabras, le pueden haber estresado al cuerpo por mil
    motivos diferentes como todos sabemos, y la persona lo va a guardar diferente
    según lo viva. Si ese día no ha tomado agua o algo fresco, si tenía una
    regulación corporal diferente, las condiciones climáticas, ambientales, el
    sonido, el tono, etc., van a decidir muchas de las veces el resultado final de
    cómo la persona grabó el acontecimiento. Es por esto por lo que muchos
    terapeutas han decidido incluir los test de la kinesiología en sus consultas,
    beneficiándose de las respuestas de sus pacientes ante la pregunta que le
    interese, con vistas a realizar su terapia.

    ¿Qué le podemos preguntar al cuerpo? Si la pregunta es clara,
    prácticamente todo. Si somos fisioterapeutas, osteópatas, o cualquier otro tipo
    de terapeutas manuales, es fácil saber que lesión tiene, sencillamente tenemos
    que poner al paciente en una postura que creamos que ha sido la causante y
    preguntar al cuerpo, si guarda algún estrés o no con nuestro test de
    kinesiología.

    Por ejemplo, un esguince. Puede que sepamos exactamente cómo
    se produjo la lesión y de qué manera se torció el pie, con lo que sabremos cómo
    trabajarlo. Los resultados mandan y un esguince cuesta muchas veces más trabajo
    de recuperar que lo que dicen los manuales.

    Si pudiéramos saber en qué dirección exacta ocurrió el
    accidente, tendríamos un punto de partida excelente para saber por dónde
    empezar, y para ello, solamente hay que ir colocando el pie en diferentes
    posiciones y observar el resultado de nuestro test. Podríamos estresar cada
    estructura próxima a la dañada en diferentes direcciones para comprobar si
    alguna tiene relación o guarda parte de la información del conjunto general que
    va a componer la lesión.

    Esto es lo fundamental, el conjunto general de informaciones
    que el cuerpo no ha podido procesar y se muestra como una imposibilidad de
    utilizar dicha articulación. La palabra clave es «holística», todo el ser en su
    conjunto el día del accidente no pudo con un cúmulo de informaciones que sumadas
    produjeron un estrés determinado, y cuyo resultado se muestra como una lesión,
    mostrándonos una frase que dice: ¡Para! No me muevas hasta que sepa cómo
    resolverme, no me utilices más a no ser que me des la información de cómo
    recuperarme para seguir siendo útil al conjunto.

    Como en el ejemplo primero, ese mismo paso en un día
    diferente, con un estado general diferente, o unas condiciones ambientales
    mejores, posiblemente no se hubiera producido la misma lesión o simplemente se
    hubiera quedado en una inflamación pasajera. ¿Por qué motivo entonces unas
    lesiones se recuperan y otras son imposibles habiendo tenido el mismo estrés o
    el mismo impacto? La respuesta es que cada lesión va a guardar muchos
    componentes y cuantos más se puedan resolver mejor. Trabajar todo en conjunto es
    mejor para el resultado de la terapia. Está claro que debajo del impacto físico
    se esconde una estructura dañada, pero… ¿cuántos componentes más se esconden
    debajo de esa lesión? Si unimos este ejemplo al anterior, la respuesta es
    rápida, ¿qué pasa si le hago recordar el momento del accidente a la persona
    tumbada y relajada?

    Fácil, si me da un estrés en mi test de kinesiología, su
    cuerpo está diciendo que de alguna manera guarda más cosas que las simplemente
    físicas, y puede que no pueda solucionarlas, al igual que le es imposible sanar
    por sí solo el esguince. Si el terapeuta cuenta en su arsenal de trabajo con
    flores de bach, por ejemplo, podría mirar qué flor le beneficia en este caso.

    Es muy fácil encontrarnos con un test en el que cae el tono y
    poder buscar cuál de nuestras flores lo recupera, poniendo de nuevo «fuerte a la
    persona» simplemente acercándosela. Lo mismo ocurre si el terapeuta es
    homeópata, que si bien su manual le dice que hay que usar árnica (muy
    interesante siempre en inflamaciones), se da cuenta que al acercarle lycopodium
    responde mejor al test que está realizando.

    De la misma manera podríamos buscar la posición idónea para
    colocar un vendaje e inmovilizar la articulación de tal manera que el cuerpo al
    utilizarla sufriera el mínimo estrés posible, porque desde que la persona baje
    de la camilla y se apoye en el pie o utilice la articulación dañada, su cuerpo
    se va a ir adaptando para no recibir más dolor, con lo que se producirán las
    temidas lesiones secundarias debido a las adaptaciones.

    Tenemos tres cremas para utilizarlas como anti-inflamatorios
    y un aceite que normalmente colocamos aleatoriamente sin ningún criterio sobre
    la persona, pero ¿podría servirnos el test muscular para saber cuál le va a ir
    mejor en este caso en concreto? ¿Le vendría bien tomar algún tipo de sal
    mineral? ¿Este calzado es el correcto? ¿Hay alguna flor en las terapias
    emocionales que le pueda servir para estos días? ¿Qué homeopatía sería la
    indicada dentro de nuestro botiquín? ¿Sería interesante colocarle alguna aguja
    de acupuntura?…

    La lista de preguntas y respuestas puede ser interminable
    dependiendo de la especialidad del terapeuta y de sus conocimientos. La
    kinesiología es una técnica que se basa en preguntar al cuerpo y observar su
    respuesta.

    De entre los diferentes tipos de formas de preguntar
    directamente al cuerpo nos encontramos con dos formas interesantes que se
    realizan a través del movimiento, Kine.

    El Dr. Goodhart en los años 60 descubrió el reflejo muscular
    anteriormente descrito, desarrollándose en Estados Unidos donde recibió un
    impulso en los años siguientes al aplicar muchos terapeutas de diferentes áreas
    en sus consultas las técnicas que fueron incrementando el método.

    • La parte emocional tuvo un desarrollo gracias a muchos como
    Andrew Varity, el Dr. Sheldom, o Diamond, que nos mostraron sus conocimientos
    viniendo a España a impartir sus cursos. Por otra parte Rafael Van Asche,
    descubrió otra forma dinámica de preguntar al cuerpo, consistente en estirar muy
    suave los brazos para observar las cadenas musculares, repitiéndose el reflejo,
    situación estresante para el cuerpo, sea emocional, física, química, energética
    o sutil, da como respuesta un reflejo en los brazos (Arm Reflex, AR, reflejo del
    brazo en inglés), mostrando como una cadena se acorta con respecto a la otra.

    La utilización de ambos sistemas, es diferente y se utiliza
    para distintas cosas dependiendo del resultado que queramos conseguir. Si bien
    para una consulta en la que la especialidad no es la kinesiología, va a dar
    igual cómo se trabaje, para entrar en terrenos más profundos debemos saber qué
    método utilizar.

    Cuando Rafael Van Asche introdujo la kinesiología en España,
    era la época en la que los terapeutas buscábamos una forma de trabajo global,
    intentando trabajar al ser en su conjunto, observándole no como la suma de sus
    síntomas, sino como un todo que de alguna manera había perdido una información,
    la información de la salud.

    Regulación de todos los sistemas del cuerpo

    Rafael introdujo la kinesiología utilizando diferentes
    técnicas que englobaban a todo el ser en su conjunto, de ahí el nombre de
    holística. Para regular los diferentes sistemas que componen el cuerpo: físico,
    químico, emocional, energético, chakras, etc., se utilizan diferentes protocolos
    que varían con cada persona y con el día que ésta es tratada.

    El sistema físico nos permite preguntar qué tipo de
    información podemos trabajar, se hacen técnicas muy selectivas, puesto que no
    hace falta estar haciendo todo un protocolo que a lo mejor no tiene nada que ver
    con lo que la persona está necesitando, pudiéndonos permitir elegir dos o tres
    técnicas exclusivas dentro de todas las que conozcamos, elegir una dirección de
    masaje o drenaje, o simplemente comprobar que no es necesario dar masaje.
    También podemos constatar que el drenaje no estaría indicado por cualquier causa
    que no nos habíamos fijado antes, como puede ser una infección en la zona, y
    todo ello con un simple test. La parte química va a venir muy marcada por dos
    conceptos fundamentales, drenar o nutrir. Comprender cuál de estas dos
    informaciones va a ser interesante realizar y cuándo, o bien si es interesante
    utilizar las dos, va a ser casi determinante en el resultado de la labor del
    terapeuta.

    En este apartado nos encontramos una franja de trabajo muy
    amplia en la que dependiendo de la formación del terapeuta, el test de la
    kinesiología holística le puede ayudar en gran manera. Los libros clásicos nos
    hablan de que somos lo que comemos. Pero después de años observando que a una
    persona le falta calcio, por ejemplo, por este axioma dándole calcio se debería
    de solucionar su problema.

    La evidencia nos habla de que no ocurre así. Entonces ¿cómo
    podríamos enunciar mejor la frase? Sencillamente: somos lo que absorbemos de lo
    que comemos. Muchas veces nuestro cuerpo no absorbe o recibe un nutriente y nos
    empeñamos en repetir la toma durante años como es el ejemplo del calcio.

    Durante años intentamos dar a nuestros niños y personas
    adultas calcio con la idea de que tenemos que cuidar nuestros huesos para no
    padecer de ellos, y por más que les damos lácteos para que esto ocurra, nos
    encontramos con que cada vez hay más personas con problemas de huesos,
    osteoporosis, etc.

    Y cuanto más parece que a los niños se les da más productos
    lácteos para el crecimiento, nos encontramos con más alergias, problemas de
    piel, asma, etc. Parece otra vez que el manual que estudiamos para poder ayudar
    al crecimiento óseo no tiene nada que ver con los resultados reales. El test de
    kinesiología holística nos sirve también para comprobar si algo no está bien
    para el cuerpo. Al igual que cuando ponemos a la persona en un estrés emocional,
    o en una postura que el cuerpo recuerda como daño, cuando le ponemos un poco de
    alimento en la boca el test de la KH nos indica si la persona lo va a recibir
    con estrés o no.

    Es interesante ver cómo el 70-80 por ciento de las personas
    cuando se les hace un test con un poquito de leche en los labios la respuesta es
    un AR. Es decir, el cuerpo muestra un estrés indicándonos la incapacidad que va
    a tener el cuerpo en procesar dicho producto.

    Un kinesiólogo va a tener un montón de botecitos con los
    productos más habituales de comida y va a chequear cada uno de ellos en tu
    cuerpo, comprobando con qué productos vas a tener estrés, lo que nos va a
    indicar que para poder absorber o procesar dicho producto el cuerpo va a tener
    que realizar un esfuerzo que muchas veces se va a trasformar en un proceso
    crónico obligando al cuerpo a mostrar una reacción constante en la dura labor de
    eliminar dicho producto. Es el caso de los estreñimientos crónicos, problemas de
    piel, alergias, asma, sinusitis, y muchos de los problemas de estancamiento en
    los diferentes órganos. Con un simple test podemos comprender muchas cosas que
    han venido sucediendo en ese cuerpo durante años. Un desayuno de lácteo con
    trigo, azúcar y café seguro que ha condicionado la vida de mucha gente, o por lo
    menos de su intestino. La realidad es que hay muchas personas que siguen
    insistiendo en tomar cosas que les dañan, pero claro cuando les preguntas su
    respuesta es que creían estar haciéndo lo mejor.

    De nuevo como al principio del artículo, si preguntas
    directamente, la persona te va a contar una cosa, pero cuando preguntamos con el
    test de KH la respuesta muchas veces es diferente… Ésta va a ser la norma en
    una consulta de kinesiología. Preguntar siempre al cuerpo, incluso cosas que
    para la persona parecen ya solucionadas. Esto se realiza en todas las partes del
    cuerpo.

    Debemos revisar todos los accidentes, cicatrices, esguinces o
    problemas físicos anteriores de cualquier tipo. Comprobar hábitos de
    ejercicio–descanso, así como horarios de trabajo, etc. Nunca sabemos qué le está
    dando un estrés importante a la persona y puede que ésta crea que lo que hizo
    está resuelto, o lo que está haciendo es lo más indicado para su salud.

    Los deportes, diferentes actividades o no-actividad pueden
    ser determinantes para que una persona no este recibiendo de la vida lo que
    necesita, y la mayoría de las veces la persona no es consciente de qué le
    beneficia o enferma. Con el test podemos apreciar si son beneficiosos los
    diferentes alimentos que tomamos así como los suplementos que nos aconsejan.

    Probar productos de herboristería requiere una pequeña
    habilidad y saber qué estamos preguntando, es muy fácil, pero como siempre, hay
    que tener cuidado para preguntar cosas que al cuerpo le van a ser prioritarias.
    El test se puede utilizar para cosas simples como lo anteriormente expuesto,
    pero cuando se trata de recuperar a una persona siempre es importante que sea un
    profesional de la kinesiología el que ayude a organizar qué es lo importante
    mirar y qué no.

    Digamos que lo que nos puede ayudar es a saber en qué momento
    y qué cosas son convenientes mirar y cuándo hacerlo. Un kinesiólogo puede
    trabajar en colaboración con cualquier terapeuta (ya sea físico, químico o
    emocional) para indicarle dónde el cuerpo reacciona, problemas prioritarios, o
    bloqueos insalvables como pueden ser las cicatrices, donde el cuerpo ya hizo lo
    que pudo, pero que sigue dando problemas a distancia, y difícilmente un
    terapeuta normalmente tenga en consideración o sepa cómo mirarlo.

    Los focos de la boca, sinus, lesiones antiguas, hábitos
    diferentes ya sean de comida, posturales, etc., pueden no tener importancia, o
    tanta que se pasen por alto en una consulta normal, por la imposibilidad de
    mirarlos, pero para un kinesiólogo pueden tener tanta importancia que sean
    imprescindibles de mirar antes de tratar a la persona, siendo determinante
    muchas veces para la posible recuperación del paciente. Actitudes emocionales
    mantenidas que muchas veces creemos ser nosotros y que son maneras que
    aprendimos en su día para defendernos, trabajar más, evadirnos, etc., y que
    mantenemos pensando que es nuestro carácter, pueden estar haciéndonos el
    suficiente daño de por vida al ser una tensión innecesaria que no hemos sabido
    cómo eliminar o cambiar.

    Al hacernos un test podemos comprobar que esa actitud rápida,
    enérgica, incansable, o justo todo lo contrario, le da estrés al cuerpo. Si
    estamos con un profesional puede que nos sepa ayudar a recuperar la información
    que se esconde detrás de ese estado aprendido que se repite de por vida,
    haciéndonos vivir ese papel constantemente e impidiéndonos vivir otras partes de
    nosotros mismos que muchas veces no sabemos ni que existen.

    Con el test de la KH podemos acceder a tiempos pasados donde
    se produjeron los traumas en momentos en los que no teníamos elección para hacer
    otra cosa o resolver conflictos de otra manera, en la niñez, juventud, en
    momentos de la vida importantes, simplemente recordándolos y sintiendo la
    emoción del momento, puesto que como sabemos, para el cerebro no existe el
    tiempo, cualquier emoción antigua nos pone con la misma tensión aprendida de
    cuando se produjo.

    Llevo años viendo cómo se puede ayudar de muchas maneras que
    parecen insospechadas por lo inaccesible que es llegar donde están los bloqueos
    y la imposibilidad de ver dónde se producen. Muchas veces sólo recuperando
    pequeñas partes del cuerpo o actitudes de él se produce el gran milagro: «La
    autorregulación».

    En años de cursos para enseñar a diferentes terapeutas de
    muchas formaciones, he tenido la suerte de aprender respondiendo a sus preguntas
    sobre cómo testar formas de trabajo que ellos habían aprendido y que no sabían
    cómo colocarlas en su protocolo. Ello me ha llevado a descubrir nuevas formas de
    trabajo interesantes que es necesario compartir y disfrutar viendo los
    resultados.

    La kinesiología holística es un camino interminable donde
    tienen cabida todas las formas de terapia, nutriéndose cada una de la otra. La
    parte física deja, una vez resuelta, muchas veces posibilidad de conocer qué
    tipos de actitud están debajo de tus hábitos emocionales o de alimentación, como
    han podido comprobar muchos de los deportistas profesionales que han pasado por
    mi consulta. Y al revés, después de una dieta, muchas personas han descubierto
    su cuerpo después de años de inactividad propias de su incapacidad de moverse.

    Con la kinesiología terapeuta y paciente aprenden que muchas
    veces el problema no se encuentra donde ellos creían que estaba, aliviando a la
    persona de sufridos esfuerzos en eso que le han dado a nombrar como «crecimiento
    personal» que muchas veces es como un castigo, ya que luchas contra ti mismo.

    Y para el terapeuta es el camino de la humildad, ya que en la
    mayoría de los casos, el problema no suele estar donde él creía que estaba en un
    principio, teniendo que seguir el hilo del proceso a través del test, por donde
    nos va indicando.

    Agradecer siempre a todas las personas que han emprendido
    caminos aventureros abriendo paso a nuevas formas de conocimiento. A todos
    aquellos que encontraron una pequeña antorcha y alumbraron a los que veníamos
    detrás permitiéndonos coger su testigo. A los que por muy descabelladas que
    fueran las técnicas que proponían, como en este caso el test, se atrevieran a
    utilizarlo, enseñarlo y ampliarlo para multiplicar la forma de poder hacer esta
    forma de entrega que es ser terapeuta. A los que la humildad les permite seguir
    sorprendiéndose, como niños, de todo.