Organometría BioFuncional

    1961


    Con un aparato de electroacupuntura se consigue medir, de forma exacta, el
    estado energético de cada uno de los meridianos y, por lo tanto, de cada uno de
    los órganos. Por ello podemos detectar trastornos de tipo degenerativo,
    intoxicaciones crónicas, al igual que intolerancias y trastornos inmunológicos.
    Al estimular el poder de autorregulación del organismo se curan enfermedades
    actuando desde el origen, si bien hay que reconocer que también es el método
    preventivo por excelencia.

    La electroacupuntura es un método de diagnóstico y
    terapéutico bioenergético que nos permite reconocer los factores o las cadenas
    causales de las patologías. Para ello, nos servimos de unos complejos aparatos
    técnicos que nos permiten medir el estado energético del organismo y que, a su
    vez, nos ayudan a regular de forma positiva este estado energético. De esta
    manera se consigue estimular el poder autorregulativo del organismo, y por lo
    tanto, curar enfermedades desde su origen, que es lo que realmente debería ser
    la meta a alcanzar por todos.

    Las bases de la electroacupuntura de Voll (EAV) las
    encontramos principalmente en la acupuntura china, en principios de la
    homeopatía y en principios de la electrofísica. Por otro lado, la
    electroracupuntura de Voll nos posibilita demostrar de forma electrofísica las
    relaciones interorgánicas existentes. Esto nos hace ver que un dolor de cadera
    puede ser ocasionado por un foco dental del canino, que aparentemente no
    presenta problemas. O que el trastorno reumático que padecemos hace tantos años
    es debido a un foco latente en las amígdalas.

    Por este motivo podemos deducir que de poco sirve tratar
    repetidamente a un enfermo de su cistitis crónica si el origen de ésta se
    encuentra en una sinusitis mal curada. Para poder restablecer de forma
    definitiva a este paciente, en primer lugar debemos tratar el foco latente
    situado en el seno frontal. El gran problema está en reconocerlo con los métodos
    convencionales. La electroacupuntura de Voll nos permite realizar este tipo de
    diagnóstico. Además es el método diagnóstico que nos permite reconocer una
    enfermedad antes de que ésta se manifieste mediante sus síntomas clínicos. Por
    lo tanto, también es el método preventivo por excelencia.

    Orígenes y evolución

    La EAV tiene sus inicios a finales de los años cuarenta,
    cuando se intentó desarrollar un aparato electrónico con el que se podía
    demostrar y medir el estado energético del organismo. Fue el Dr. Reinhold Voll
    quien consiguió revolucionar este sector de la medicina mediante sus múltiples
    estudios, en los que demostró electrónica y físicamente la existencia de los
    puntos de la acupuntura china y por lo tanto, de los meridianos. Además, también
    demostró la existencia de nuevos puntos anteriormente desconocidos, sumándose
    con el paso del tiempo más de 1.000 puntos. Para regular las tendencias
    patológicas de los puntos de electroacupuntura, en vez de pinchar éstos con
    agujas como es conocido de la acupuntura china, el Dr. Voll se sirvió del
    aparato de electroacupuntura y de más de 30.000 preparados homeopáticos.

    Como es de suponer, las posibles combinaciones entre puntos y
    preparados son innumerables. Y aunque los resultados terapéuticos obtenidos eran
    muy satisfactorios, realizar una terapia bajo estas condiciones era muy duradero
    y, tanto para el paciente como para el terapeuta, muy molesto, agotador y
    costoso. Este fue el motivo principal de la crisis existencial que padeció este
    método.

    Hoy en día, con los avances técnicos, la acumulación de datos
    y experiencias terapéuticas, el Dr. Rossmann, entre otros, ha conseguido
    racionalizar de una forma muy notable este método sin perder su efectividad. De
    tal forma que, con medir como mínimo 120 puntos, valerse de unos 1.000
    preparados estándares y, por su puesto, de un aparato de electroacupuntura de
    alta calidad, se consigue la terapia más efectiva y por lo tanto más
    satisfactoria.

    Desde mi punto de vista la denominación de electroacupuntura
    es inapropiada, ya que nos hace pensar que dicha técnica es dolorosa. Por un
    lado tenemos la palabra «acupuntura», que consiste en pinchar unas agujas sobre
    la piel; y por otro lado la palabra «electro», que la relacionamos con corriente
    eléctrica. Como es de suponer, no debe ser nada agradable conectar dichas agujas
    a la red eléctrica. Todo esto nos hace creer que estamos viendo una película de
    tortura. Absolutamente nada de lo mencionado ocurre. Ni se pinchan agujas en los
    puntos de acupuntura, ni tampoco se conecta al paciente a una red de 220
    voltios, si no que se mide el estado energético de dichos puntos a través de una
    sonda o electrodo. Estos aparatos funcionan con bajo voltaje y la corriente
    eléctrica de medición es de aproximadamente un voltio, y como todos sabemos,
    está por debajo de cualquier batería habitual. Al ser un método indoloro y sin
    efectos secundarios (excepto en casos muy limitados como portadores de
    marcapasos), está indicada para todas las personas, para niños e incluso bebés.

    El aparato de electroacupuntura consiste en un aparato
    medidor, en el cual hay una entrada para un cable al que se conecta un electrodo
    inactivo o de mano. Este electrodo debe ser idóneamente de latón porque hay
    productores que trabajan con otros materiales que pueden falsificar los datos,
    por ejemplo en caso de intolerancia o alergias. Por otro lado, tenemos una
    salida para un cable al que se conecta un electrodo medidor, llamado también
    sonda o lápiz medidor.

    El funcionamiento

    El paciente sostiene en una mano el electrodo de mano por el
    que se le aplica una corriente mínima de un voltio. El terapeuta cierra el
    circuito midiendo la resistencia eléctrica del organismo hacia la corriente
    eléctrica transmitida. Esto lo hace con el electrodo medidor o sonda,
    directamente sobre el punto de acupuntura o de medición. Esta resistencia
    eléctrica se presenta en kiloohmios mediante un instrumento de medición.

    El Dr. Heine demostró que justamente en estos puntos de
    acupuntura se encuentra un orificio en la fascia corporis superficialis,
    por la cual se abastece a la piel con nervios y vasos sanguíneos. Podríamos
    decir que estos puntos son electro permeables, mientras que el resto de la piel
    es más impermeable a la electricidad. La consecuencia es que la resistencia
    eléctrica cutánea en estos puntos de acupuntura es menor que en las áreas
    cutáneas exentas de puntos.

    La resistencia eléctrica del punto medido varía según el
    estado energético del meridiano relacionado con dicho punto. Si confrontamos a
    este punto de electroacupuntura con un estímulo eléctrico, podremos observar la
    reacción del meridiano correspondiente a través del instrumento de medición.
    Este instrumento lleva una escala del 0 (que equivale a 600 kiloohmios) al 100
    (que equivale a 0 kiloohmios). El estado energético ideal o, mejor dicho,
    fisiológico de los puntos de electroacupuntura es de 50 (que equivale a 95
    kiloohmios).

    Si medimos un valor superior a 50, nos indicaría que en este
    punto de electroacupuntura, y por consiguiente en el meridiano correspondiente,
    habría un exceso de energía. Esto corresponde a un estado Yang según el
    principio de las polaridades. Los valores comprendidos entre 50 y 80 representan
    un estado irritativo del órgano vinculado a dicho meridiano. Valores
    comprendidos entre 80 y 100 representan un estado infeccioso (-itis).

    Si medimos un valor inferior a 50, nos indicaría que en este
    punto de la EAV, y en consecuente del meridiano correspondiente, habría un
    déficit energético, lo que equivale a un estado Yin, según el principio de las
    polaridades. Los valores comprendidos entre 50 y 30 representan un estado de
    debilidad del órgano vinculado al meridiano medido. Valores entre 30 y 0
    representan un estado degenerativo
    (-osis) y en casos extremos, cancerígeno.

    Observar la reacción de la aguja del instrumento de medición
    es para el terapeuta de gran valor diagnóstico. La aguja, frecuentemente, no se
    mantiene en una posición fija sino que desciende con más o menos amplitud y
    velocidad, lo cual nos informa de la gravedad de cada enfermedad. A este
    fenómeno se le conoce como «caída de aguja».

    Hemos visto que con este test se puede conseguir un
    diagnóstico de forma prácticamente indolora, limpia y rápida; y lo que es aún
    más fascinante e importante, un diagnóstico de tipo preventivo. Antes de
    presentarse los primeros síntomas de una enfermedad podemos ver las tendencias y
    las acumulaciones de pequeños trastornos en nuestro organismo.

    La punta de la sonda de medición suele tener un grosor entre
    2 y 3 mm. Con esta punta se presiona exactamente sobre el punto de
    electroacupuntura, con una presión comprendida entre 300 y 500 ponds. Los puntos
    más frecuentes son medidos en las manos, en los pies y en la cabeza, de tal
    forma que ni siquiera es necesario despojarse de la ropa, lo que siempre resulta
    ser más agradable para el paciente.

    En cada dedo se encuentran tanto por el lado lateral
    (externo) como por el lado medial (interno), un meridiano o vaso que nos da
    informaciones sobre su órgano correspondiente. En cada uno de estos meridianos
    se haya un punto de control que nos informa del estado general de este meridiano
    y una serie de puntos que nos informan de una parte en concreto del órgano
    vinculado a este meridiano.

    Como vemos, es una forma diagnóstica que nos permite
    encontrar los trastornos energéticos con gran precisión, tanto si la enfermedad
    está en sus inicios (sin presentar síntomas), como en un estado avanzado.

    Los medicamentos, además de tener un efecto farmacológico
    como el que conocemos de los analgésicos, también aportan una información
    energética como la que conocemos de los remedios homeopáticos, aunque mucho más
    leve, ya que no han sido potenciados. En uno de los muchos tests que el Dr. Voll
    ha realizado con su aparato de electroacupuntura, descubrió que en uno de sus
    pacientes obtuvo datos de medición extraños. Era un paciente que padecía de la
    próstata. Como era de suponer, el aparato de electroacupuntura presentaba
    siempre unos valores de medición elevados en los meridianos relacionados con
    este órgano. Un día, el aparato mostró una mejoría repentina e inesperada.

    Diagnosticar patologías con el test de medicamentos

    Sin saber el porqué de esta mejoría, el Dr. Voll se dedicó a
    buscar el factor ocasionante de ésta. Finalmente reconoció que tenía que estar
    en relación con la chaqueta del enfermo. Después de quitarse la chaqueta, los
    valores obtenidos por el aparato de electroacupuntura volvieron a empeorar
    drásticamente. Al inspeccionar la chaqueta encontró, en uno de los bolsillos, un
    medicamento para trastornos de próstata que le había recetado otro médico.

    Siempre que volvía a acercar el medicamento al cuerpo del
    paciente, los resultados mejoraban. Esto era debido a que la información
    energética de ese medicamento favorecía el estado energético del meridiano
    relacionado con la próstata (y probablemente, como efecto secundario, empeoraría
    el estado energético de otros meridianos como consecuencia de los efectos
    secundarios, pero éste es otro tema).

    En conclusión, desde aquel entonces se utiliza la
    electroacupuntura como un método infalible para comprobar la tolerancia e
    intolerancia de medicamentos, remedios y demás sustancias, sobre todo si se
    trata de encontrar el remedio homeopático idóneo para cada enfermedad e
    individuo. Con este método podremos encontrar, de la misma forma, los productos
    alérgicos, sin tener que dejarse someter a los múltiples y molestos tests
    cutáneos conocidos comúnmente. Desde los tiempos del Dr. Voll, el método de la
    electroacupuntura ha avanzado mucho. Hoy en día tenemos la suerte de poder
    recurrir a un alto número de preparados especialmente fabricados para el
    diagnóstico a través de la electroacupuntura. Además de los remedios
    homeopáticos, también podemos servirnos de los nosodes y los organoterápicos.
    Tampoco debemos olvidarnos de los grandes avances en el sector de la informática
    que nos facilitan el trabajo y el archivo de las innumerables informaciones con
    las que se afronta diariamente un terapeuta de electroacupuntura.

    Nosodes son remedios homeopáticos portadores de informaciones
    energéticas de gérmenes y tejidos enfermizos previamente esterilizados y
    potenciados según los principios homeopáticos. Estos preparados son introducidos
    en el circuito paciente / aparato, pudiendo apreciar la reacción de nuestro
    organismo frente a la estimulación únicamente energética de esta sustancia. Los
    organoterápicos son los preparados orgánicos producidos según los principios
    homeopáticos de órganos de animales sanos. Para mejor comprensión voy a
    describir de forma sencilla un ejemplo de medición y diagnóstico. Un paciente
    acude a la consulta con molestias en el abdomen. Después de una anamnesia
    profunda, el terapeuta se dedica a medir cada uno de los meridianos a través de
    los diferentes puntos de medición. Seguidamente archivará y analizará los
    valores obtenidos.

    El meridiano del intestino delgado indica un estado
    energético excesivo. El instrumento de medición indica un valor de 92. Como ya
    habíamos visto anteriormente, esto nos hace pensar que el paciente padece
    probablemente de una enfermedad con irritación o inflamación del intestino. El
    terapeuta comprueba diferentes ampollas de nosodes incorporándolos en un
    portador especial de ampollas, llamado colmena, que va conectada al circuito del
    aparato de electroacupuntura con el que medimos de nuevo el punto de
    electroacupuntura alterado. En cuanto se encuentre una nosode que provoque que
    la aguja del instrumento de medición descienda alrededor del valor de 50, lo que
    demuestra el estado fisiológico, habremos encontrado la nosode y en definitiva
    la enfermedad ocasionante de esas molestias abdominales. En este caso ha sido
    una ampolla de la nosode «Morbus Crohn». De esta forma podemos diagnosticar
    muchas enfermedades, intoxicaciones crónicas, alergias, intolerancias… sin
    necesidad de análisis molestos o incluso dolorosos. Los avances técnicos y, en
    concreto, los nuevos programas informáticos facilitan en gran medida el trabajo
    del terapeuta, ya que la información energética de cada enfermedad puede ser
    transmitida y archivada en dichos programas de forma digitalizada. De esta forma
    se puede llegar a diagnosticar aún más rápido y de forma más sencilla. A esta
    forma de efectuar un diagnóstico mediante medicamentos se le llama «test de
    medicamentos» o nuevamente «ajuste de resonancia entre paciente y medicamento».

    La terapia con la EAV

    Por muchos y buenos conocimientos que pueda tener un
    terapeuta, de poco le servirán si los aparatos de electroacupuntura no funcionan
    perfectamente. Si los aparatos no presentan unos sistemas exactos de control,
    como por ejemplo un detector de puntos de medición electrónico o un controlador
    de presión que nos indica la presión adecuada que ejercemos, con el electrodo
    medidor, sobre el punto de medición por nombrar algunos, los resultados
    obtenidos serán falsos y, como consecuencia, la terapia será inefectiva. Las
    formas terapéuticas son múltiples. La terapia consiste en regular el estado
    energético del enfermo y así estimular sus propiedades autorregulativas para
    conseguir una autocuración del enfermo. Para estimular y regular el estado
    energético del enfermo podemos servirnos de los preparados homeopáticos, nosodes,
    organoterápicos, alergenos potenciados, etc. con los que hemos podido
    diagnosticar el trastorno del paciente a través del «test de medicamentos».
    Podemos estar seguros de que el preparado seleccionado es el idóneo, ya que para
    efectuar el diagnóstico hemos medido los puntos, reconociendo los meridianos con
    tendencias patológicas. Éstos los hemos podido corregir confrontando al paciente
    con la información energética del medicamento idóneo.

    El preparado seleccionado puede ser ingerido como lo
    conocemos de la homeopatía, en forma de gotas, glóbulos o pastillas y también
    puede ser inyectado. Otra forma terapéutica es la utilización de información
    energética en forma de impulsos eléctricos muy leves los cuales son aplicados
    con el aparato de terapia de electroacupuntura.

    Después de los múltiples tests realizados en los últimos
    cincuenta años, se ha podido averiguar el tipo de impulso y la frecuencia
    específica con la que se pueden tratar muchas patologías. Con los aparatos de
    EAV se puede regular exactamente la frecuencia específica y seleccionar los
    diferentes tipos de impulsos eléctricos que han de ser emitidos. De esta manera
    podemos tratar por ejemplo una artritis, empleando una frecuencia de 9,6 hz.,
    una ciática con 9,7 hz. o taquicardias con 1,2 hz.

    Estos impulsos son transmitidos al meridiano afectado
    mediante la sonda de medición o a unas áreas más extensas por unos electrodos de
    mayor superficie, lo que es totalmente indoloro. Simplemente se aprecia un
    ligero cosquilleo. Para todos aquellos que deseen ser acupuntados, estos
    impulsos también pueden ser aplicados directamente sobre las agujas mediante
    unas pinzas especiales. En este caso está demostrado que el efecto tonificante o
    sedante es más intenso que a través de la manipulación clásica de las agujas de
    acupuntura.

    Indicaciones de la EAV

    La EAV está indicada para multitud de patologías, sobre todo
    crónicas, entre las que destacamos: reúma, ciática, sinusitis crónica,
    borreliosis, artritis, alergias, asma, soriasis, neuro-dermitis, problemas
    gastrointestinales, enfermedades degenerativas, úlceras, micosis, problemas
    metabólicos, enfermedades cardiovasculares, angina de pecho, taquicardias,
    hipertensión, flebitis, edemas, varices, neuralgias, espasmos, problemas renales
    de la vesícula y próstata, cálculos, etc.

    Por el contrario, también hay casos en los que este método,
    en concreto el terapéutico con electroestímulos, está contraindicado. Es de
    suponer que pacientes portadores de marcapasos deben prescindir de este método,
    debido a que los aparatos de EAV pueden alterar el funcionamiento de los
    marcapasos. En el caso de embarazo también lo considero contraindicado. Aunque
    personalmente no conozco casos en los que la EAV haya provocado alteraciones en
    el embarazo, es preferible, por razones de seguridad, prescindir de este método.