El concepto «Somoción»,
creado por los terapeutas Ángeles García Estalayo, Florian Fischer y Fernando
Gómez Redondo consiste en tratar a la persona en su globalidad, analizando su
situación vital, las posturas físicas que adopta a lo largo del día, su
alimentación, etc. Para el trabajo corporal utilizan sobre todo técnicas
osteopáticas muy suaves. Estos terapeutas pretenden acompañar a la persona,
recuperando su parte corpórea, durante el proceso de detectar el origen de su
conflicto y molestias actuales.
Somoción surgió de una vivencia, en un
encuentro. Todo comienza hace tres años, cuando tres personas nos reunimos en un
pueblo del Parque Natural Cabo de Gata (Almería) para realizar unos cambios y
reajustes en relación con las terapias alternativas. La primera reunión fue en
el jardín de Florian, un hombre muy despierto, pausado: con él nunca hay prisa,
y sin embargo todo fluye. Alemán, tiene un sentido del humor muy agudo. En su
país es muy reconocido como diseñador corporativo, y ahora también como
facilitador del desarrollo. Ayuda a personas, grupos y empresas a cambiar. En
España ha acompañado a los grupos opuestos del Parque Natural en su camino hacia
un manifiesto común a favor del desarrollo sostenible del parque. Él siempre ve
una opción que los demás no vemos.
A su casa acudimos Fernando y Ángeles. Ambos
trabajamos juntos. Queremos un nombre nuevo para la terapia que llevamos
ejerciendo desde hace años, y encontrar un nuevo enfoque. Fernando ha estudiado
Teología, Quiromasaje y Osteopatía. Empezó con la osteopatía hace 20 años, es
muy concienzudo y serio, sabe muy bien en qué consiste su trabajo. Le gusta
mucho la ergonomía del cuerpo y la búsqueda de lo que le conviene. Tiene gran
habilidad para encontrar dónde está el bloqueo.
Yo, Ángeles, en su día fui maestra y disfruté
mucho al trabajar la expresión corporal y la psicomotricidad con niños. Después
he estudiado diseño gráfico y colaborado con un par de revistas, haciendo
páginas de bazar, de artículos para el bienestar. Más tarde me he preparado para
ejercer terapia craneosacral y somatoemocional. Me considero muy intuitiva y
siempre estoy dispuesta a colaborar y organizar. Me gusta mucho la creatividad y
la dinámica.
Desde la primera reunión empezaron las
sorpresas. Todo nos pasaba como al que sale de su casa a comprar fresas en el
mercado y, cuando llega al lugar, descubre estupendas frutas nunca vistas hasta
entonces. Al volver a casa se da cuenta de que se ha olvidado de las fresas,
pero no le importa: está feliz con su descubrimiento.
Nuestros encuentros se van sucediendo en
lugares distintos cada vez; la última, en una casa de Granada con vistas a la
Alhambra. En estos encuentros nos cambiamos a veces de asiento. De esta manera,
vemos las cosas desde perspectivas diferentes. Siempre, antes de empezar una
reunión, Florian presenta alguna sorpresa: un juego original, algún artilugio
curioso o una pieza musical que nos inspire el comienzo. Así, después de
sucesivas reuniones, vamos uniendo y compartiendo nuestras ideas, opiniones y
habilidades. Tenemos momentos emotivos, momentos de mucha risa y a veces hasta
nos estrujamos las neuronas.
Llega el día en que el nuevo enfoque está ya
preparado. Es el momento de encontrar el nombre. Florian está con fiebre ese
día, pero a la mañana siguiente aparece sin hacer ruido, como siempre, y trae
dos posibles nombres. Después de darle vueltas escogemos los tres la palabra «Somoción»,
y añadimos «La dinámica de lo Abierto».
Somos muy conscientes de que son palabras un
tanto abstractas, no siempre fáciles de entender. También hay que aclarar que
son opiniones, experiencias y vivencias nuestras: es nuestra verdad, no creemos
en la verdad absoluta que sirve a todo el mundo. Cada persona tiene su verdad,
tan válida como las demás.
Elegimos Somoción porque representa aspectos
esenciales del ser humano: somos acción, somos emoción, somos relación…
Además, tenemos un cuerpo, soma, con el que vivenciar todas estas experiencias.
«Somo» también viene del latín summum y
quiere decir cima, lo más alto, la culminación de un proceso o de un ser,
el remate o perfección de una obra o cosa. Quitando la parte pretenciosa del
significado, nosotros lo aplicamos a la posibilidad de que cada momento de
nuestra vida pueda ser vivido plenamente y sin titubeos. Nos hacemos testigos de
cada instante, lo completamos con nuestra aceptación.
No necesitamos la salvación como una meta, ni
tampoco nada que nos salve. Cada situación ya está salvada al aceptarla. Por la
aceptación nos salvamos a nosotros mismos.
Al formar parte del universo ya estamos
salvados. Somos parte de la creación y sólo tenemos que tomar conciencia de
nuestro estado natural. En Somocion no buscamos un principio ni un fin, ni un
antes ni un después, ni siquiera una meta. No hay éxito ni fracaso.
Con «La dinámica de lo Abierto» queremos
expresar que somos seres en continuo movimiento y tenemos la posibilidad de
dirigirlo hacia una apertura continua. En esta dinámica juega un papel
fundamental la inteligencia intuitiva con que todos contamos y en la que podemos
confiar. Lo «Abierto» es para nosotros un espacio ilimitado, no tiene forma ni
medida ni tiempo, pero está en cada uno de nosotros. Todos formamos parte de ese
misterio que nos hace interdependientes. No podemos atraparlo, tampoco poseerlo.
Todos estamos unidos en una misma dinámica.
Somos orden caótico y caos ordenado. El espacio abierto facilita descubrir hacia
dónde vamos, qué decisión tenemos que tomar, cuál es el siguiente paso. Esto se
realiza espontáneamente, sin intervención. Esta experiencia es la que nosotros
avalamos con nuestro trabajo: es lo que hemos aprendido y vivido al
desarrollarlo. Es interesante ir de vez en cuando a la sencillez y a la
simplicidad que habita en nosotros, a la confianza. De esa manera el espacio se
abre, y no en una sola dirección sino en todas.
Participamos en la creatividad del universo,
fluimos con el orden espontáneo y caótico donde nada se fuerza, donde laten
infinitas posibilidades y soluciones. Cuando aceptamos la realidad del continuo
cambiar, la espontaneidad se convierte en el principio de acción.
Van alternándose situaciones en las que nos
sentimos bien con otras en que nos sentimos fatal. Dentro de ese espacio que
llamamos «Lo Abierto» cabe todo: lo agradable, lo desagradable y lo neutro.
Lo agradable y lo desagradable reclaman: ¡Acéptame!
Cuando habitamos plenamente nuestro momento no hay nada que
mejorar. Lo necesario aparece solo. Otra cosa es que lo aceptemos: aquí se
revela la dificultad de cada uno. En fin, como ya sabemos todos, ¡la vida se
abre camino! Cuando trabajamos con las personas (a quienes no llamamos pacientes
ni enfermos: ¿hay alguien que no padezca?, ¿hay alguien que no sufra una
alteración?) consideramos los elementos que puedan ayudarnos a encontrar el
origen de sus dificultades.
Primero creamos un ambiente que ayude a la persona a
expresarse. Luego tenemos en cuenta su situación vital, las posturas físicas que
adopta a lo largo del día, su alimentación, sus relaciones y la forma en que ha
asimilado, o no, sus experiencias pasadas; es decir, los residuos que los
pasados traumas han dejado en el cuerpo y en la mente. Tratamos a la persona en
su globalidad. Otro factor que tenemos en cuenta es la influencia del lenguaje
en los estados de ánimo, de uno mismo y en el de los demás. Es de mucha
importancia el lenguaje a la hora de vivir la dinámica, ya que toda expresión
negativa ofrece una alternativa negativa. En definitiva, facilitamos que la
persona viva mejor, más fluidamente, evitando el atascamiento y el bloqueo.
Nuestro trabajo no es psicológico. Es un acompañamiento vivencial durante el
que, rescatando la parte corpórea, la persona ve con total lucidez dónde está el
origen de su conflicto y molestias actuales.
Para el trabajo corporal, utilizamos sobre todo técnicas
osteopáticas muy suaves. Tenemos en cuenta un movimiento interno que hay en el
cuerpo de cada uno y se llama ritmo craneosacral; ayudando así al potencial
autocurativo que todos tenemos.
Nosotros somos facilitadores, no creemos en que alguien pueda
curar o sanar, sino en que la propia persona se puede autocurar con una ayuda, o
teniendo paciencia para que todo el proceso que necesita se vaya resolviendo por
sí solo. Fernando y yo trabajamos actualmente con esta dinámica. Fernando dará
cursos de osteopatía craneosacral en el Aula de Formación de Ecotienda a finales
de marzo. Con Florian estamos proyectando el Instituto Somoción, que tendrá dos
sedes: Rodalquilar (Almería) Y El Escorial (Madrid).
El Instituto Somoción será un espacio abierto a actividades
diversas; a cuantos cursos, conferencias, eventos musicales o exposiciones
puedan caber en el proyecto. Queremos extendernos a todos los que quieren ver,
vivir o entender somoción.