El sistema Xin Yi (corazón y
mente) del templo de Shaolin tiene 1.500 años de historia y es el origen del
Kung-Fu. Este estilo tiene dos partes: el Nei Kung y el Wai Kung. El Nei Kung es
la parte interior y esta compuesto de Tai Chi Chuan, espada de Tai Chi, empuje
de mano, Chi Kung, longevidad, etc. El Wai Kung es la parte exterior y a su vez
está integrado por formas, armas, Suai-Chao (lucha libre), Chin-á (defensa
personal), Santa (combate libre), Pu Chi (combate contra otras artes marciales),
etc.
Los orígines del Sistema Shaolin Xin Yi se remotan al año 295 d.C. La
dinastía Pewe, que tenía el poder en esos años, estaba interesada en que se
extendiera el budismo en China para así tener un medio de apaciguamiento de la
conflictiva situación social. De esta forma se pidió a la vecina India que
mandara un gran maestro a la vez que se emprendía la construcción de un
monasterio. Este monasterio se encontraba situado en el monte Shaoshi, que es
hoy el distrito Dengfeng, del municipio de Zhengzhou, en la región
administritiva de Henan. Este será el más famoso y legendario monasterio Shaolin.
El nombre del maestro venido de la India era Tamo, conocido en Occidente como
Bodhidharma. El viaje desde su lugar de origen fue muy largo, penetró por el sur
para evitar la inmensa cordillera del Himalaya, pasó por Guangdong, tomando
dirección norte cruzó el río Yang-Tse-Kiang hasta llegar en el 527 d.C. al monte
Shaoshi. Allí se dedicó a difundir su escuela budista Chanzong o del Dhyana (más
conocida como Zen su nombre japonés) caracterizada por la contemplación y la
meditación.
Los prolongados estados ascéticos y de meditación en posiciones estáticas con
las piernas cruzadas provocaban en los monjes cansancio y debilidad. Por esto y
por la necesidad de defender el monasterio de los numerosos ataques externos,
Bodhidharma creó el estilo Xin Yi.
Posteriormente fue desarrollado por los monjes convirtiéndose en la escuela
Shaolin. Ha sido transmitido hasta nuestros días a través de 14 generaciones de
maestros. Durante casi 1.500 años, su enseñanza permaneció secreta dentro de los
monasterios, y no fue hasta el año 1958, que el gran monje Tai Yi Zhen Rhen (13º
generación) decidió divulgarlo fuera de los mismos.
Uno de sus doce discípulos es el Gran Maestro Xia Zi Cai, a él le encomendó
la labor de difundir el estilo Xin Yi en Europa, tarea a la que se ha dedicado
arduamente durante los últimos 15 años.
Su particularidad es la de combinar la técnica del Tai Chi Chuan y la armonía
del Chin Kung. Exige movimiento lento, lleva la fuerza en el interior y la
gracilidad en el exterior, las manos suaves y relajadas transforman la fuerza en
suavidad, apreciándose sólo esta última y uniendo perfección y flexibilidad de
forma continua e ininterrumpida.
Se distingue de los otros estilos de Tai Chi porque ha permanecido inalterado
durante sus 15 siglos de existencia, practicándose de igual forma generación
tras generación. Es el único que admite la celebración de campeonatos, siendo su
forma abreviada de 24 movimientos, (5 minutos, 15 segundos) y la completa de 78
movimientos (14 minutos, 30 segundos), mientras que en el resto de los estilos
de Tai Chi el número de las secuencias puede variar dependiendo del maestro con
el que se aprenda y practique.
La práctica continuada de los ejercicios de Tai Chi Xin Yi mejora el tono
muscular y estimula el corazón; las posturas de flexión y extensión ejercitan el
tejido conectivo del esqueleto aumentando el riego sanguíneo, lo que redunda en
una mayor oxigenación de la médula ósea, que es la encargada de la producción de
globulos blancos.
Al aumentar el número de estos, la capacidad del cuerpo para luchar contra
las infecciones aumenta considerablemente, lo que contribuye a la prevención de
numerosas enfermedades.
En China se utiliza como terapia y ayuda al tratamiento de enfermedades entre
las que puede contarse: hipertensión, arritmias, afecciones cardiacas y en
general que afecten al sistema cardiovascular, transtornos nerviosos,
agotamiento, dolores reumáticos, articulares y de ligamentos, osteoporosis,
sistema digestivo y endocrino y en general la disfunción de las glándulas de
secreción interna.
A nivel mental, la práctica del Tai Chi Xin Yi, reporta a su vez una serie de
beneficios nada despreciables y nos permite acercarnos en silencio a nuestro
verdadero ser, proporcionándonos momentos de paz de los que surgimos renovados
con la mente limpia y dispuesta a afrontar las situaciones de cada día de una
manera más fresca y espontánea, librándonos del estrés que intenta regir
nuestras vidas en la sociedad occidental.
En definitiva, no se trata simplemente de un deporte o arte marcial, sino de
un sistema de ejercicio y respiración que incluye aspectos terapéuticos y
preventivos y cuya técnica se destina a fortalecer el cuerpo, mejorar la salud y
la mente, cargándonos de energía positiva y descargando las tensiones
acumuladas, remitiéndonos en este punto al siguiente dicho muy popular en China
que reza así: ?El que practica Tai Chi Chuan con regularidad obtendrá la
agilidad de un niño, la fueza de un leñador y la sabiduría de un anciano?.