El concepto de cadena muscular constituye un avance científico a la hora de
trabajar el cuerpo con posturas. Las correcta ejecución de las asanas potencia
los efectos favorables del yoga, pero sobre todo evita lesiones y ayuda al
practicante de esta técnica a sufrir lo menos posible y disfrutar de la kriya,
lo que es sin duda uno de los objetivos de esta técnica. Y es que la postura o
asana se realiza con movimientos lentos y conscientes evitando el espíritu de
competición.
El yoga es una técnica holística y global, y es uno de los
sistemas o métodos más antiguos para desarrollar el potencial integral del ser
humano en todos los aspectos. Para el Yoga, el cuerpo, lejos de ser un
obstáculo, es cuidado y mimado por numerosas técnicas ya que se considera un
vehículo muy valioso en la búsqueda de la verdad. Estas técnicas físicas fueron
practicadas desde la antigüedad por los yoguis en los bosques y montañas,
siempre en contacto pleno con la Naturaleza.
Por ello, muchas de estas posturas fueron bautizadas con el
nombre de animales, aves y elementos de ésta. El Yoga trabaja a la vez la parte
física y psicológica. Desde el primer momento, y para que una postura o
estiramiento sea considerada como tal, ésta debe reunir las condiciones
siguientes: estabilidad, confortabilidad, inmovilidad, todo ellos sin esfuerzo
excesivo y con la respiración adecuada. Rechaza la competición y, sobre todo, el
contorsionismo, y lo que realmente busca es conocerse, conquistarse. Con tal
finalidad se contemplan los mensajes y sensaciones que surgen durante la
práctica. Estos estados de atención o concentración que recomienda el Yoga
durante su práctica son estados de presencia o testigo que relajan la mente,
calman los pensamientos y preparan al practicante para la técnica reina del Yoga
que es la meditación o contemplación. Si esta práctica no es el propósito de
todos los practicantes del Yoga, igualmente se benefician de un estado
psicológico más tranquilo, agradable y feliz.
En el Yoga la autodisciplina empieza por el cuerpo,
cuidándolo y conservándolo sano, relajado y flexible, el mayor numero de años
posible para que el practicante pueda realizar mejor las técnicas superiores,
sobre todo la meditación, donde se precisa permanecer quieto, desconectar el
cuerpo y los sentidos, con el fin de que la conciencia se manifieste.
Ahora bien, centrémonos en el cuerpo. Los textos antiguos del
yoga hatha yoga Pradipita, Geranda Samhita… enseñan cómo son las posturas y
señalan sus nombres, pero no precisan ni pormenorizan cómo deben ser ejecutadas.
En occidente la vía que más se practica es la combinación del método Hatha Yoga
y Raja Yoga. Yoga físico o de las energías y Yoga mental o de la meditación,
respectivamente. En el primero se practican las técnicas físicas, las posturas (asanas),
y en el segundo se realizan las técnicas de respiración (pranayama), técnicas de
relajación, interiorización (pratyahara), la concentración (Dharana) y la
meditación (Dhyana). Siendo nuestra sociedad muy diferente de aquella donde
floreció el yoga, parece lógico que las posturas y en general el yoga, como todo
en la naturaleza siga evolucionado y adaptándose a los tiempos modernos, a sus
necesidades, costumbres y problemas. Los reajustes hechos en la técnica del
Yoga, están de acuerdo con la ciencia actual y vienen de la mano de principios
como cadenas musculares, globalidad, compensaciones, y aparecen con las terapias
modernas de éxito y fama como son la reeducación postural, la biomecánica o la
osteopatía, fomentadas por maestros de prestigio internacional como P.E.Souchard.
Estos métodos, con sus objetivos y contenidos, actualizan las
técnicas físicas, posturas y estiramientos del yoga, han sido practicados y
valorados durante años según sus efectos prácticos, y aceptados por sus buenos
resultados. Un ejemplo: no podemos trabajar de igual forma músculos diferentes
como estáticos y dinámicos (espinales y abdominales), sobre todo cuando la
diferencia se basa en argumentos científicos.
Así las diversas escuelas trabajan el cuerpo de manera
diferente: unas trabajan el cuerpo de forma pasiva, otras insisten en las
posturas activas, las hay que realizan pocas posturas, y otras utilizan
movimientos suaves y lentos para acompañar y desarrollar la
atención-concentración. El concepto de cadena muscular constituye un avance
científico a la hora de trabajar el cuerpo con posturas. Por ejemplo, los
músculos estáticos organizados en cadenas evolucionan hacia el acortamiento, la
retracción y por tanto hacia la debilidad, volviéndose demasiado potentes, duros
y difíciles de estirar (sobre todo los de la espalda). Por el contrario, los
músculos dinámicos, se estiran, evolucionan hacia la debilidad (hipotonicidad) y
se alargan con facilidad (abdominales). Los músculos encargados de erguirnos
oponiéndose a la gravedad con el tono elevado son contrarios a los dinámicos
(que nos mueven), con el tono reducido, y cuando paramos de movernos éstos
regresan a su estado natural y se relajan.
El principio de cadena muscular es inherente a la reeducación
postural, y nos evitará el trabajo segmentario estirando la mayor cantidad de
músculos posibles sin deformar el cuerpo, corrigiendo los defectos posturales,
sin contraindicaciones para las lesiones músculo-esqueléticas, ya que está
basado en la biomecánica más moderna con el fin de conseguir los mejores
resultados de las posturas asequibles a todas las edades.
Con el fin de lograr mejores resultados, la respiración
acompaña a la postura, (exceptuando ciertas posturas que en su fase estática se
hacen muy relajadas), utilizando la respiración como vehículo de concentración.
La mecánica respiratoria desempeña un gran papel en la ejecución de las
posturas, sobre todo de aquellas ejecutadas de forma activa. Muchos músculos del
cuerpo tienen dos misiones: suspender las costillas en contra de la gravedad y
abrir la caja torácica para que los pulmones puedan expandirse. Alguno de estos
músculos son: diafragma, escalenos, intercostales, pectorales menores, etc. Si
se trabaja demasiado con las técnicas inspiratorias se crea entonces un desfase
y se retraen más los músculos inspiradores. La técnica consiste en espirar a la
vez que se estiran los músculos inspiradores con el fin de facilitar aún más su
estiramiento y relajación.
Hoy en día se sabe que al estirar el extremo de un músculo
deformamos el otro extremo; así, cuando se corrige la zona lumbar, muchas veces
se deforma la zona cervical. Los músculos largos no son paralelos al hueso,
tienen un componente de oblicuidad así que, cuando se estira un músculo, este
componente se convertirá en una rotación de los segmentos óseos.
Esto ocurre, por ejemplo, con los músculos de las piernas (semitendinoso,
semimembranoso). Cuando los estiramos en una flexión anterior, se origina una
rotación de fémur y un pie en eversión. Estos trucos o compensaciones evitan y
deforman el cuerpo impidiendo un estiramiento correcto, cosa que no ocurre en
los estiramientos globales del cuerpo.
La mayoría de los dolores y problemas mecánicos están
situados en la espalda sobre todo a nivel lumbar y cervical. Debido a la
naturaleza de la musculatura posterior del cuerpo (músculos paravertebrales) y a
su tendencia al exceso hacia el acortamiento y rigidez las posturas de
hipertensión no pueden sentar bien a la columna vertebral.
Cuidado con las posturas de híper-extensión
Muchas posturas de hipertensión como el arco, la cobra, el
saltamontes, el camello, la rueda, tanto por delante (músculo, psoas, diafragma)
como por detrás (masa común, músculos espinales) arquean demasiado estas
curvaturas lumbar y cervical con tendencia a potenciarse y acortarse pudiendo
ser muy agresivas y peligrosas para la columna vertebral. En la parte anterior
del cuerpo, los músculos abdominales son estirados y por lo tanto debilitados,
ya que aumenta la distancia costillas-pubis. La vértebra lumbar L-5 se desliza
hacia delante y el sacro se horizontaliza porque no posee músculos por detrás
que se lo impidan.
Sin embargo, las posturas de extensión en decúbito supino
(cara hacia arriba) tales como el puente, el pez, etc, carecen de peligro y son
buenas como contraposturas a las de flexión, cuando son bien ejecutadas. Los
brazos y las piernas están atados al tronco por potentes músculos, y todos los
movimientos de gran amplitud se hacen a costa de deformar o arquear la región
lumbar y cervical. Estas compensaciones no ocurren cuando se separan los brazos
hasta un cierto ángulo. Estas y otras razones evitarán deformar el cuerpo,
siendo el yoga físico asequible a cualquier persona, incluso a las que padecen
graves lesiones. Trabajando con prudencia y conocimiento con estos pequeños
principios se notarán grandes beneficios.
Mientras se ejecutan las asanas se debería dirigir la
atención a la zona que se está trabajando, sin distracción alguna, y sentir
todas las sensaciones del cuerpo, haciendo la postura de forma agradable,
evitando el sufrimiento o el dolor. Es necesario hacer relajaciones entre
posturas aprovechándolas para desarrollar la atención (presencia o testigo) con
el fin de calmar la corriente de pensamientos o bullicio mental. Así se relaja
la excesiva actividad neuronal del cerebro.
Para obtener el máximo de beneficios, y no perjudicar en nada
al cuerpo, las posturas deberían reunir los siguientes principios:
1º- Mantener siempre el estiramiento axial de la columna
vertebral.
2º- Estirar a la vez todos los músculos paravertebrales
evitando las compensaciones y respetando las curvaturas fisiológicas de la
columna vertebral.
3º- Combinar las posturas activas con las pasivas, unas
trabajan más los músculos en excéntrico y otras la movilidad articular.
4º- Trabajar con la espiración forzada y por la boca con las
vías respiratorias libres a fin de facilitar el estiramiento de los músculos
inspiradores que se encuentran la mayoría en el tronco. Así la espiración
acompañará al estiramiento.
5º- El estiramiento muscular es directamente proporcional al
tiempo: cuanto más tiempo se mantenga la postura, más longitud muscular se
ganará (sobre todo en las posturas activas como apunta la reeducación postural).
6º- Durante la ejecución de la postura, mantener la armonía
en la forma física, evitando las posturas que deforman el cuerpo, a la vez que
se estiran los músculos causantes de las deformaciones posturales.
La asana se realiza con movimientos lentos y conscientes
evitando el espíritu de competición, relajando todas aquellas zonas del cuerpo
que no participan en las posturas como suele ser el rostro.
Los conceptos expuestos con anterioridad sobre el trabajo
físico y mental, requieren un conocimiento actualizado de las ideas que la
ciencia moderna aporta. Estos conceptos combinados con la práctica basada en la
sabiduría milenaria del Yoga se unifican, sin que se produzca antagonismo entre
ellos, para lograr una mayor salud y autoconocimiento.