No hay ser humano en este planeta que no quiera vivir muchos años y con salud. Todos desearíamos vivir para siempre, pero estamos biológicamente limitados. No obstante, hay muchos factores que se han demostrado pueden extender nuestra longevidad más allá de lo comúnmente establecido. En este artículo pretendo resumir algunos de esos factores que pueden marcar una diferencia en tu vida, y hacer que esta sea más saludable y longeva.
Recuerdo hace muchos años, mientras trabajaba en una fábrica de productos naturales, un compañero de trabajo me dijo: “¿Tú sabes que se ha demostrado que los delgados viven más que los que tienen sobrepeso?” No sé si me lo decía porque era delgado, pero me llamó mucho la atención. Tanto, que me puse a investigar el asunto. Eso fue hace más de veinte años atrás, y este ha sido un tema que nunca he dejado de investigar.
La longevidad ha ido en aumento durante el siglo pasado gracias a los avances médicos y las mejoras en el estilo de vida. No sólo ha aumentado la esperanza de vida media desde 1900, sino que un mayor número de personas están viviendo hasta edades más avanzadas, esto ha sido impulsado en parte por una fuerte disminución de la alta tasa de mortalidad infantil que caracterizó los principios del siglo XX.
La esperanza de vida está en 80 años de edad en los Estados Unidos y alrededor de 83 en Japón. En Australia, Canadá y el Reino Unido se sitúa entre los 81 y en España en 82 años, según las estadísticas de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico.
Obviamente existen algunos factores que promueven la longevidad los cuales te explico a continuación:
La restricción calórica
A lo largo de los últimos cincuenta años se han llevado a cabo un gran número de estudios científicos donde se ha mantenido a diversas especies de animales con una dieta restringida en calorías durante un tiempo prolongado. En todos los casos, los animales “a dieta” vivien más y con más salud que aquellos que son alimentados según su apetencia.
Un estudio del Instituto Nacional de Salud (National Institute of Health) proporciona una de las primeras pistas sobre el impacto de la restricción calórica sostenida en los adultos. Los resultados de un ensayo clínico de dos años muestran que la restricción de calorías modificó los factores de riesgo para las enfermedades relacionadas con la edad e influyeron en los indicadores asociados con una vida más larga, como la presión arterial, el colesterol y la resistencia a la insulina. El estudio fue publicado en la edición de septiembre de 2015 del Journal of Gerontology.
El vegetarianismo
Varios estudios en vegetarianos observaron una disminución de la mortalidad por cardiopatía isquémica, probablemente debido a menores niveles de colesterol sérico total, menor prevalencia de obesidad y mayor consumo de antioxidantes. Muy probablemente, un amplio consumo de frutas y verduras más la exclusión de la carne hacen a los vegetarianos más saludables. Entre las poblaciones más longevas que hay en el planeta, este es un factor común. O bien no comen carne nunca, o la comen de forma muy esporádica.
Es bien sabido que el consumo de cualquier animal y en cualquiera de sus formas genera unos residuos metabólicos que afectan a nuestro organismo de diversas formas. Sólo hay que observar a las poblaciones más carnívoras del planeta y comprobar que cuanto más carnívoras, más rápidamente enferman, envejecen y mueren.
Si añadimos a esto, las “fábricas” ganaderas donde los animales son expuestos a numerosas sustancias tóxicas, como las hormonas de crecimiento o los antibióticos, entenderemos porqué debiéramos de huir de estos “alimentos sangrientos” y tóxicos.
El pH adecuado del organismo
La sangre ácida (con bajos niveles de pH) puede crear residuos tóxicos y ácidos (acidosis). Esta es una circunstancia casi desconocida y peligrosamente destructiva, ya que puede conducir a enfermedades crónicas como las enfermedades del corazón y el cáncer. Los problemas serios de la salud tales como energía baja, aumento de peso no deseado, rendimiento atlético pobre y envejecimiento acelerado, inflamación y desórdenes autoinmunes, aumentan cuando en el organismo hay un ph ácido.
Cuando la sangre tiene un pH ácido, el cuerpo entra en una espiral de descomposición silenciosa y volverse más susceptible a estas enfermedades degenerativas insidiosas. Cuando se administra elementos (agua y alimentos) con capacidad alcalinizante, el cuerpo puede reconstruir, reparar, rejuvenecer y permanecer joven.
La positividad
Un estudio hecho en Alemania identifico nueve factores claves que contribuyen a una mayor longevidad, entre ellos están: La capacidad de adaptarse, innovar y aprovechar las oportunidades. Y La capacidad de los padres para fomentar el desarrollo psicológico positivo en los niños. Es decir, si vives la vida de manera positiva te enfermas menos y vives por más tiempo.
Hoy se sabe que una mente positiva genera endorfinas que son las llamadas hormonas de la felicidad. Hay una relación directa entre las endorfinas y nuestra salud. Y si logramos mantener un organismo saludable, estamos en el camino adecuado para alargar nuestra existencia en este planeta.
Juan Torrontegui
Técnico Superior en Dietética y Naturópata
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