Enfoca la crisis a tu favor

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    Para contrarrestar el efecto
    colosal que la «psicosis de la crisis» está provocando, podrías prestarle toda
    tu atención a tu propio bienestar innato y contagioso. Si la crisis ha sido
    creada por el miedo que muchas personas han potenciado a la vez, también
    podríamos revertir sus efectos, precisamente enfocándonos en la abundancia y la
    belleza que nos ofrece la vida misma.

    Todos
    habréis oído hablar de la llamada: Crisis económica mundial. Una Crisis social
    no es otra cosa que el reflejo de una crisis emocional colectiva. Una persona,
    albergando pensamientos negativos de carencia a cualquier nivel, por la Ley de
    la Atracción, va a atraer situaciones de carencia a su vida; estas situaciones,
    sin duda y como es fácil de observar, afectarán a los que estén a su alrededor:
    familia, amigos, vecinos, colegas de trabajo? Si un solo individuo, puede
    causarse y expandir tal malestar, ¿Cuál será el poder de expansión del malestar
    cuando, diez personas de un mismo vecindario, están enfocadas en lo negativo: en
    la carencia, el miedo, la inseguridad? ¿Qué crees que estarán atrayendo estas
    diez personas mientras piensan, sienten y hablan, solo desde el miedo y la falta
    total de confianza propia y de autoestima?, ¿qué estarán provocándose a sí
    mismas sino es, más fe en la inseguridad, la rabia, el sentimiento de
    injusticia, o sea, más de lo mismo?

    ¡Fíjate en esto, diez personas negativas
    afectan porque influencian a todo el vecindario! Si seguimos observando la
    realidad de este fenómeno, veremos que este vecindario está aumentando, sin
    darse cuenta, el poder de atraer situaciones de carencia que se extenderán a un
    barrio entero, y este bario, a otros barrios vecinos y así, a ciudades enteras y
    a países.

    Seguro que, si te paras ahora a pensarlo
    tú mismo, podrás ver con claridad la rapidez y la facilidad que tiene para
    crecer este efecto negativo.

    Qué es una crisis

    El resultado de pensamientos negativos,
    repetitivos y transmitidos, albergados, en varias personas simultáneamente. Es
    posible que pienses aún: «Entonces no hay nada que yo pueda hacer para cambiar
    una situación», o bien «irremediablemente me tengo que adaptar a la crisis».

    ¡Falso! Nada está más lejos de la
    realidad. Observa tú mismo ¿Qué es lo que ocurre en tu casa, o en tu lugar de
    trabajo, o bien en una reunión entre amigos, cuando un solo individuo empieza
    una conversación de forma negativa? También puedes pensar ahora que,
    difícilmente, puedes evitar esa ola negativa cuando el periódico que compras por
    las mañanas habla de la crisis, cuando la televisión que escuchas en hora de
    máxima audiencia habla de la crisis, cuando en el bar donde bajas a tomar café
    por las mañanas, tienen la televisión puesta y también llama tu atención, por si
    te hubieras olvidado unos instantes, de la crisis; cuando los colegas en la
    misma oficina, te la recuerdan constantemente para no sentirse solos en su miedo
    a la crisis, cuando aún los amigos o familiares, con los cuales te juntas para
    compartir momentos privilegiados, de bienestar y de gozo, quieren compartir esa
    nube oscura que pesa demasiado sobre sus cabezas.

    ¿Te sentirías culpable de no escucharles
    al menos? ¿Qué tipo de solidaridad, les estás ofreciendo a todos estos, cuando
    te pierdes con ellos por esos niveles de vibración baja y tú mismo quedas
    atrapado? Pero? ¿Te has preguntado qué es lo que tú puedes hacer personalmente
    para evitar y protegerte de esa ola venenosa colectiva, que va creciendo al
    ritmo de la atención que cada uno le va prestando, y que envenena tus días,
    porque tú mismo le permites que se apodere de ti? ¿Crees realmente que es mejor
    engancharte al barco que se está hundiendo, por no salvarte solo?

    Los últimos avances científicos en el
    campo de la física cuántica han corroborado, hace tiempo ya, el descubrimiento
    de que en realidad son nuestros pensamientos e intenciones los que dan forma y
    moldean nuestra realidad. Pondré un ejemplo de los numerosos experimentos que se
    están llevando a cabo: Se divide en dos a un grupo de observadores. A cada uno
    se le pone delante de una olla de agua, puesta a hervir. Al grupo A se le
    instruye para pensar que el agua va a hervir rápidamente. Al grupo B se le
    instruye para que piense que el agua va a tardar mucho en hervir. Los resultados
    son que el agua, efectivamente, tardaba menos tiempo en hervir en el primer
    grupo que en el segundo.

    Vuelve a ti unos instantes y pregúntate:
    ¿Cómo me sentiría yo mismo y qué le aportaría a mi entorno si, en lugar de
    enfocarme yo también en la crisis, me enfocase en la abundancia y la
    multiplicidad de mi vida, en disfrutar y compartirla? ¿Qué ocurriría cuando en
    lugar de añadirle mi voz a esa ya ruidosa colectiva, se la quitara, disminuyendo
    así mi propia ansiedad y sus fuerzas de propagación? ¿Realmente me sentiría
    culpable si eligiera focalizarme única y exclusivamente en la belleza y la
    abundancia? ¿Puede ser que me sintiera ridículo al confiar en mí mismo y en el
    poder divino que me ofrece naturalmente la utilización, a mi favor, de su Ley de
    la Atracción? ¿Qué pasaría en mi propio hogar, si al llegar del trabajo por la
    tarde, disfrutara de la compañía de los míos leyendo algún libro, o bien tocando
    algún instrumento de música en lugar de sentarme a ver la televisión, o de
    olvidarme del tiempo delante de la pantalla de mi ordenador, o releyendo el
    periódico? ¿A quién le molestaría en realidad que yo recuperase mi poder y mi
    libre albedrío, para crecer y poner todo mi empeño y mi atención en lo que a mí
    me gusta y me interesa?
    No le estoy haciendo ningún favor a nadie al maltratarme, enfocándome en el
    miedo y el malestar colectivo. Piensa ahora en el poder de una sola velita
    encendida, en toda una cueva oscura. Verás que, por muy pequeña que sea, tiene
    el poder suficiente de influenciar el espacio a su alrededor. Aunque no alumbre
    mucho habrá transformado inmediatamente la oscuridad profunda, sin ningún tipo
    de lucha ni esfuerzo, en un espacio viable. Infórmate tú mismo y date cuenta: en
    cada crisis, ha habido y hay personas que se enriquecen, personas que no se
    molestan en que haya una crisis o que deciden prestarle su atención a lo bueno.
    Estas personas son ejemplos de que en cualquier momento, se pueden comenzar
    negocios fructíferos.

    Los alumnos que asisten a seminarios de la
    Ley de la Atracción, re-aprenden a utilizar su propio poder de atracción, a
    reconocerse como individuos libres de elegir las experiencias que enriquecen y
    fortalecen sus vidas. La Ley de la Atracción es una ley Universal,
    científicamente probada, y que todos tenemos la posibilidad de utilizar a
    nuestro favor.

    Muchos alumnos, con la ayuda del
    coaching
    de la Ley de la Atracción, están consiguiendo resultados muy
    positivos en los distintos aspectos que cada uno elige; y el hecho de que sea un
    momento de crisis económica, no les está afectando, sino más bien todo lo
    contrario.

    Piénsalo por un momento: el Universo
    quiere que disfrutemos, que gocemos de una abundancia total. En una época en la
    que la mayoría de las personas están enfocadas en lo negativo y en la carencia,
    el Universo está más que dispuesto a ofrecerte todo lo que pidas. Él sólo desea
    que disfrutes. Pues cuanto más disfrutas con tu propia vida, más estás
    aumentando su propia luz. Es fácil de entender si te fijas en el mismo cielo que
    te rodea, solo hay luz y oscuridad. La alegría es luminosa, ella es el motor de
    la vida, ¿Pero, qué estás generando cuando te enfocas en el dolor, en el miedo,
    en la queja, sino más de la misma oscuridad?

    La crisis nunca existió ni existirá a
    nivel social, pues no es ningún tipo de catástrofe natural que se vaya a
    manifestar de repente para destruirnos o, como muchos de nosotros lo pensamos,
    para castigarnos. Necesita empezar primero por un individuo que se la transmite
    a diez; tampoco puede seguir creciendo si estos diez no se la transmiten a cien,
    los cuales la expanden a miles y millones Sí, hay algo, que tú, yo y todos
    nosotros podamos hacer para permitirle un cambio positivo a las cosas es dejar
    de escuchar y ver las noticias. No permitas que nadie te hable de la crisis ni
    de cosas negativas. Protege y aumenta tus vibraciones. ¡Recupera tu poder y
    disfruta de un cotidiano donde el Bienestar y la Paz tienen un sitio
    preponderante. Focalízate en la belleza.