El proceso de colapso cuántico es una nueva y poderosa metodología para la transformación personal. En la entrevista que publicamos a continuación, su creador, el Dr. John F. Demartini, afirma que “el resultado de este método para reducir tensiones, resolver conflictos y abrir el corazón está más que probado. Es un medio seguro y eficaz para transformar cualquier forma de tensión o conflicto en estado de amor y gratitud. Ayuda a realizar saltos cuánticos de conciencia en tiempo cuántico. Lo que podía tardar semanas, meses e incluso años, puede resolverse ahora en unas cuantas horas”.
Pregunta. Cuando usted define su proceso de colapso cuántico como una forma segura y eficaz para transformar cualquier forma de tensión o conflicto en estado de amor y gratitud ¿a qué denomina usted “cualquier forma de tensión o conflicto”?
Respuesta. Yo definiría el estrés como un tipo de exageración, o bien como una clase de minimización de lo que realmente es la vida. Siempre que tengamos una distorsión de nuestro entorno o de nuestra existencia, tendremos un conflicto interno, que es lo que yo defino como estrés. Por ejemplo, supongamos que estamos con unos amigos pasando un buen rato, pero tenemos responsabilidades en el trabajo, y realmente deseamos estar en el trabajo, pero queremos pasarlo bien. Esto provoca un conflicto interno, ya que posiblemente sentimos que es importante estar en ambos sitios. Lo que ocurre, en realidad es que estamos exagerando la importancia de estar en ambas partes y esa paradoja es lo que está causando el estrés. Cuando tenemos estrés, nos sentimos desconcertados internamente por el desequilibrio en la perspectiva de estas dos posibilidades, “El proceso de colapso cuántico” vuelve a restablecer ese equilibrio, mediante una serie de preguntas que conducirán a una posición equilibrada. Cuando lo conseguimos, somos capaces de resolver el conflicto interno. “El proceso de colapso cuántico” puede eliminar el estrés, independientemente de la causa que lo esté originando, pudiendo alcanzar el equilibrio y liberarnos de esa gran cantidad de energía negativa, esa gran cantidad de materia que tanto nos está afectando, y convertirla en energía viable que nos permita estar motivados para afrontar la vida. Para todo esto, resulta una herramienta muy potente. El otro día, en Australia, trabajé en el caso de una chica de diecinueve años, cuyos padres, aunque estaban separados, estaban de acuerdo en que su hija necesitaba ayuda. Creían que no tenía una actitud constructiva ante la vida y que estaba malgastándola. Ambos deseaban un cambio en su actitud. Los padres estaban imponiendo sus valores a su hija de diecinueve años. Ella exageraba sobre la represión a la que sus padres la tenían sometida, tratando de controlarla en todo momento, y estaba minimizando el hecho de que en realidad estaban demostrándole cuánto se preocupaban por ella y cuánto la querían. Me puse en contacto con ella y le expliqué que las personas viven de acuerdo con la jerarquía de sus valores, y según los valores de sus padres, ella les estaba desafiando y estaba haciendo cosas que iban en contra de lo que ellos creían más conveniente para ella. Ellos comparten su amor de acuerdo a sus valores, pero los valores de ella son diferentes a los del resto de la familia, percibiéndose de forma distinta y poniendo en peligro algo muy importante para ella, algo en lo que había estado soñando, su viaje a Estados Unidos. Ellos no querían que fuera, ya que estaban preocupados por el tema del terrorismo y otras cuestiones, pero ella quería ir porque representaba una oportunidad. Por lo tanto, estaba sufriendo estrés por la situación de ir en contra de los que ama, sus padres, o ir en contra de su sueño de ir a Estados Unidos.
P. ¿Qué es un quantum y cómo interpreta esta definición física cuando la lleva al ser humano?
R. La palabra “quantum” proviene de Max Plunk, que fue un físico que estudió cosmología y biología, y descubrió que la energía, en forma de luz, en realidad son paquetes de energía denominados quantums. Existen unidades mínimas para todas las energías. La luz llega en quantums, en ondas completas; a comienzos del siglo veinte, los científicos se preguntaban si la luz era una onda o una partícula. En realidad, tiene una naturaleza dual, onda y partícula. El componente de la partícula es lo que se denomina quantum. Yo creo que el ser humano absorbe y emite vida y energía en quantums y la conciencia humana se compone de quantums que puede ser dividida en semiquantums; estos semiquantums equivaldrían a las emociones humanas. Existen emociones positivas y negativas y una síntesis de esas emociones es lo que yo llamo amor. La mayoría de las personas han polarizado estas emociones y creen que amor es sólo lo positivo; el auténtico amor tiene los dos lados, lo positivo y lo negativo, atracción y repulsión, apoyo y desafío. Yo utilizo una definición más amplia del amor, y digo que el verdadero amor, el que yo llamo Amor Incondicional, es una síntesis de las emociones positivas y negativas, una síntesis de alegría y tristeza, dolor y placer, apoyo y desafío, elogio y reprimenda y va más allá de las emociones, es un sentimiento del corazón donde las mayoría de las polarizaciones emocionales son los sentimientos de cuerpo. Cuando tenemos una percepción de un único lado tenemos emociones, y cuando equilibramos nuestras percepciones tenemos el acceso central a la gratitud y al amor, ellos son nuestros curadores, y nuestras emociones son las que causan nuestras enfermedades.
P. ¿Cómo se puede utilizar su método, el proceso de colapso cuántico, en casos extremos de estrés como puede ser la violencia doméstica o las secuelas que deja un atentado terrorista en el seno de una familia por la pérdida de un ser querido?
R. De acuerdo con el concepto del proceso de colapso cuántico, los quantums existen aunque solamente veamos los estados parciales del quantum, que son el positivo y el negativo, y siempre funcionan como una sola unidad, un quantum, que es la estructura mínima del universo. De esta manera, en cada uno de los acontecimientos, ya sea la violencia doméstica o el terrorismo, siempre existen dos lados que forman un todo. El proceso de colapso cuántico está diseñado con una serie de preguntas que ayudan a la persona que está sufriendo estrés a encontrar el otro lado; una vez respondidas las preguntas se encuentra el equilibrio de la situación y el estrés se disuelve. El resultado es una percepción equilibrada de aquello que antes se percibía como un desorden o desequilibrio. Cuando los aspectos positivos y negativos de un evento se encuentran perfectamente equilibrados, el corazón humano se abre para mostrar gratitud y amor, y la mente funciona de forma clara y segura. Lo que hemos descubierto al trabajar con la psicología humana es que, independientemente de lo que veamos en otras personas, lo que en realidad estamos viendo es nuestra propia proyección. En otras palabras, el que mira, lo que se ve y el entorno (lo visto), es siempre lo mismo. Así que, si alguien siente que alguna persona o situación le está haciendo daño, la persona que sufre estrés deberá comprobar si no estará haciendo lo mismo de una forma u otra, en su propia vida. Deberá ver el reflejo del espejo de lo que está viendo. La primera reacción común ante este planteamiento es de rechazo, pues a todas las personas les cuesta admitir que no son víctimas de nada. Este es el primer paso de el proceso de colapso cuántico: en primer lugar, deberán encontrar los aspectos positivos que equilibren a los negativos, y para ello deberán ver su propio reflejo en todo lo que miren. Un ejemplo lo podemos encontrar en el atentado ocurrido en Estados Unidos el pasado septiembre. En Nueva York, el índice total de muertes a fines de septiembre, y en los dos meses siguientes, es en realidad inferior a la media real de esos dos meses, porque aunque la muerte haya estado presente de algunas formas, también se ha reducido en otras. Existe un equilibrio real, simplemente tenemos que mirar. Si solamente vemos muertes y no vemos las vidas salvadas de otras formas, nos volvemos emocionalmente reactivos y esto nos provoca estrés. No obstante, si somos capaces de ver ambos lados en perfecto equilibrio, la muerte y las vidas salvadas, veremos lo que se denomina transformación. La conciencia del quantum se considera transformación. El espejismo del estrés es lo que vemos en un lado o en el otro, ganar o perder, lo positivo o lo negativo. En definitiva, vemos un solo lado, no somos capaces de ver ambos a la vez. Verdaderamente, en Nueva York se producen muertes, pero éstas se han producido de una forma diferente y ha sido una transformación de la vida en muerte. Cuando alguien se da cuenta de eso, su percepción del estrés está cambiando. En realidad, lo que sucede es que algunas vidas se han salvado y otras no. Ahora bien, ¿cuál es la más acertada? Yo no puedo juzgar eso, pero lo que realmente sucede no es que se estén perdiendo vidas, sino que algunas vidas se pierden y otras se salvan.
P. Usted también dice que su metodología permite dar saltos cuánticos de conciencia en tiempo cuántico. ¿Qué es un salto cuántico de conciencia?
R. Yo denomino salto cuántico de conciencia al cambio que se produce en la conciencia de la persona como resultado de haber completado el proceso de colapso cuántico. Estamos muy acostumbrados a ver y a pensar desde la posición de las víctimas, en lugar de ver los acontecimientos como un todo. He tenido la oportunidad de trabajar con cientos de mujeres que han sufrido lo que se denomina violencia doméstica y, en cada uno de los casos en que he trabajado y en los que pude aplicar completamente el proceso de colapso cuántico, la mujeres descubrieron que la violencia doméstica que estaban sufriendo desaparecía, se reducía o bien se detenía, ya que de alguna manera en su interior, cuando estaban sufriendo malos tratos, existía una cierta autoestima de su propia imagen y, siempre que tuviesen esa imagen de aprecio a sí mismas, por encima de los amargos acontecimientos pasados, continuarían provocando acontecimientos en su vida que le ayudasen a aprender a amarlo. Por tanto, lo que he podido descubrir cuando esto se elimina, es que su entorno comienza a cambiar, y todo lo que ella condena, la persona que la está golpeando, todo lo que está intentando evitar y sus temores, cambian. El proceso de colapso cuántico cambia el entorno, porque cuando se cambian las percepciones internas, el ambiente que nos rodea también lo hace. Esta metodología, una vez aprendida, puede ser reproducida las veces que se desee. Aprender a utilizarla es cuestión de un fin de semana. En mi seminario, “la experiencia descubrimiento”, enseño a utilizarla. Lo que percibimos de nuestro mundo se refleja en lo que atraemos. Si nos sentimos dolidos y enfadados, atraeremos los acontecimientos que nos causan esa percepción, por lo tanto el proceso de colapso cuántico nos ayuda a descubrir el orden y los cambios de nuestra perspectiva, de forma que nos permita sentirnos agradecidos por todo lo que nos rodea, por nuestra vida en general. Cuando esto te sucede, todo el entorno cambia. Yo tengo mis propias teorías sobre el modo en que se produce este proceso. La mejor forma de describirlo es lo que se denomina Nine Locality que, en la física cuántica, indica que si se tiene una carga emocional o una partícula cargada, da igual de qué partícula cargada se trate, se verá afectada siempre que se altere su opuesto. Por lo tanto, si tienes un electrón y lo alteras, el positrón cambia al mismo tiempo, independientemente del lugar del universo donde se encuentre. Por consiguiente, si cambiamos nuestra perspectiva, cambia nuestra realidad, podremos interactuar simultáneamente con los cambios. El proceso de colapso cuántico ha sido probado en miles de ocasiones, observando que las personas que cambian su perspectiva, también logran cambiar su entorno. Realmente, tenemos la capacidad de cambiar el entorno que nos rodea, simplemente cambiando nuestra perspectiva. Yo creo que cuando sufrimos una transformación en nuestras conciencias, ésta tiene lugar en el mismo estado de quantum, por lo tanto, se produce en nada de tiempo, es prácticamente instantáneo, pero cuando lo llevamos a cabo, nuestras percepciones cambian, y eso es el colapso del quantum.
P. ¿Cómo define usted una emoción? ¿El amor y la gratitud son dos emociones?
R.- Yo suelo utilizar un término inglés: Energy Emotion (emoción de energía). Yo definiría la emoción como un estado de la mente y un sentimiento que está cargado y polarizado. En psicología lo denominan desórdenes bipolares, es decir que se tiende a ver más los aspectos positivos que los negativos, o que se sienten más los negativos que los positivos; en cualquier caso, se trata de emociones, la emoción de energía. Muchas personas definen el amor como una emoción, pero yo no estoy de acuerdo. El amor verdadero es una síntesis de las emociones complementarias polarizadas. Para mí, la gratitud es una percepción perfectamente equilibrada, ya que cuando vemos las cosas en perfecto equilibrio, vemos todo en su lugar y cuando esto sucede nos sentimos agradecidos. Entonces, la gratitud actúa como la llave de entrada a nuestro corazón permitiendo que salga el amor, que debo decir que se encuentra eternamente en nuestro corazón, esperando a salir y mostrarse en todo su esplendor. Por todo esto, la gratitud es una percepción perfectamente equilibrada, que sirve como llave para abrir la puerta de nuestro corazón, que es donde reside el amor. Además, se presenta de forma conjunta como atributos muy cercanos entre sí.
P. ¿Existen distintos estados de gratitud?
R.- La gratitud es el sentimiento del corazón, cuando tenemos la mente en perfecto equilibrio. Por esa razón, yo no lo denominaría emoción, sino sentimiento, que es algo que tiene lugar cuando se tiene la mente en perfecto equilibrio y lo que sucede cuando no se está equilibrado, es lo que yo denomino emoción. Esto no concuerda con lo que muchas personas nos han descrito, pero en esta ocasión lo estoy describiendo porque pienso que necesita una redefinición. En mi revolucionario programa, “la experiencia descubrimiento”, me gusta explicar que cada uno de nosotros dispone de una escala de sentimientos. En el pináculo, en la parte superior de la escala, se encuentra el amor incondicional, que es el sentimiento, pero cuando se divide el quantum completo del amor incondicional en los dos semiquantums de estado positivo o negativo, se obtienen sentimientos emocionales. Por lo tanto, los sentimientos pueden venir de diferentes percepciones que se denominan emociones, hasta que son integrados completamente de forma sintetizada y equilibrada, momento en que pasarían a denominarse amor. El amor es un sentimiento perfectamente equilibrado, sin embargo, las emociones son sentimientos perfectamente desequilibrados. No creo que existan formas diferentes de gratitud, pero creo que se puede sentir gratitud por cosas diferentes. Puedes sentirla hacia personas, lugares, cosas, ideas, acontecimientos de la vida, no obstante la esencia de la gratitud en una experiencia espiritual o divina, que se produce en el interior de los seres humanos y que es común a todos ellos.
P. ¿Qué es abrir el corazón? ¿Es lo mismo que hablar con sinceridad?
R. Cuando tenemos una percepción perfectamente equilibrada, somos capaces de ver los aspectos positivos y negativos en perfecto equilibrio, y si no estamos encaprichados o resentidos con las cosas, se genera gratitud. Ese es el resultado, la gratitud. Cuando sentimos gratitud, ésta actúa como la llave de acceso a nuestro corazón, no a un corazón físico que se abre y mana sangre, sino que abre lo que se denomina el corazón espiritual, el verdadero centro y la verdadera naturaleza de nuestro ser y, cuando tenemos una percepción perfectamente equilibrada, sentimos gratitud. Esto es lo que nos abre y que algunos místicos orientales llaman el “chacra” del corazón, mientras que las enseñanzas cristianas u occidentales lo denominan el corazón espiritual. Sin embargo, raramente podemos sentirlo en el origen del corazón físico, aunque se esté ampliando a un estado más ordenado. Cuando tenemos ese sentimiento, en realidad se trata de la energía espiritual que es liberada, las intenciones de nuestro cuerpo se liberan cuando abrimos el corazón y salen en forma de palabras de sinceridad. Si no tenemos absolutamente nada que decir, en algunas ocasiones permanecemos en silencio y simplemente sentimos el amor, pero en otras ocasiones tenemos una conversación muy sincera, nos sentimos poéticamente inspirados, tenemos grandes revelaciones, obtenemos soluciones a los problemas, nace la genialidad, nace la música. Los grandes descubrimientos y los grandes logros de la vida, en algunas ocasiones, se presentan en esos momentos de apertura del corazón.
P. ¿El resultado que produce su metodología se ve influido por el nivel educativo y cultural de las personas que lo realizan?
R. No puedo decir que eso sea así. Creo que contamos con personas de casi todos los niveles de la sociedad, aunque no puedo decir que tengamos personas analfabetas. Obviamente, deben tener cierta capacidad de lectura y lenguaje para la comunicación, pero no he detectado que su nivel social o de estudios tengan un gran impacto. Esta metodología es una ciencia que funciona independientemente de su nivel de inteligencia. Se trata de un método que es posible poner en práctica meramente teniendo la capacidad de comunicarse con los demás. La clave se encuentra en ser capaz de comunicarse con ellos de alguna manera, para que puedan realizar el trabajo. Tenemos niños en nuestros revolucionarios programas y están empleando el proceso de colapso cuántico y también contamos con profesores universitarios de primera categoría. Tenemos personas de todos los niveles y cada una de ellas, simplemente siguiendo el proceso, será capaz de completar el proceso de colapso cuántico.
P. No hay dos personas iguales pero ¿qué tienen en común las personas?
R. Bueno, yo creo que las personas tienen determinadas escalas de valores principales. Uno es que les gustaría ser amados y expresar amor, desean ser apreciados y apreciar, sentir que tienen un significado y un propósito, capaces de proporcionar productividad y servicio, y desean ser capaces de sentir que pueden lograr las cosas que tienen en su corazón, sus sueños. Yo creo que este es un factor muy común entre las personas, independientemente de su raza, religión o color. Obviamente, existen diferencias de raza, color y religión, pero estos son aspectos comunes que supongo que estarán presentes en todo el mundo, tanto en jóvenes como en ancianos.
P. Einstein decía: “Si Dios es omnipotente, entonces cada ocurrencia, incluso cada acción humana, cada pensamiento humano, y cada sentimiento y aspiración es también Su Trabajo”. ¿Cómo se explica el libre albedrío si todo lo que ocurre es voluntad divina?
R. Yo lo que digo es que no importa lo que parezca a nuestros sentidos, ya que en realidad forma parte del Orden Divino. Existe un orden implícito, una magnificencia subyacente bajo ello. Sin embargo, no la vemos y la negamos, creamos el espejismo del caos, el desorden y cuando lo hacemos queremos cambiar las cosas, queremos solucionarlas, y cada vez que deseamos solucionarlas, un evento opuesto tiene lugar para contrarrestar lo que estamos haciendo. Por ejemplo, si miramos y exploramos detenidamente lo que yo denomino el Gran Descubrimiento, veremos que cada vez que intentamos ser amables con alguien, otra persona está siendo mezquino con ellos, y cuando tratamos de ser mezquinos con alguien, otro estará siendo amable. Incluso cuando creemos que estamos compensando algo que estaba desequilibrado, esto ya está equilibrado y ordenado. Por lo tanto, nuestra voluntad humana es en realidad parte de la Voluntad Divina, aunque creamos que está separada, y el momento en que la voluntad humana y la Voluntad Divina se encuentran, nos sentimos agraciados, sentimos gratitud por la vida. Desde una perspectiva astronómica o universal, lo que hacemos en este planeta de forma individual resulta insignificante. No podemos ni siquiera percibir las distinciones, que es lo que llamamos voluntad humana, desde una perspectiva astronómica, porque somos infinitamente pequeños en comparación con el universo. No obstante, desde una perspectiva micro/subatómica, somos como un dios. Nuestros pensamientos y nuestra voluntad cambian las emociones de los electrones y de los positrones, así como las partículas del espacio. De esta manera, desde un nivel microscópico, nuestra voluntad humana es enorme, pero desde un nivel macroscópico, nuestra voluntad humana individual resulta insignificante. Dependiendo de la forma en que lo percibamos, definiremos a esa voluntad humana como una paradoja. Sin embargo, en realidad cada juego que desarrollamos y en que participamos, forma parte de un acto divino perfectamente ordenado y equilibrado, y todo está gobernado por la Voluntad Divina. Es nuestra percepción humana lo que nos ofrece las distinciones que nos hacen pensar que estamos haciendo algo fuera de la Voluntad Divina.
P. Usted dice que la calidad de la vida depende de la calidad de las preguntas que hacemos. ¿A qué tipo de preguntas se refiere?
R. Si hacemos la pregunta ¿cómo me voy de vacaciones y cómo lo pago?, podremos obtener un resultado, y si lo que perseguimos es eso encontramos una respuesta. Pero si hacemos la pregunta ¿cómo me voy de vacaciones y que me paguen por ello?, lo que obtendremos es un resultado completamente distinto. De m anera que, la calidad de las preguntas que realizamos determinan la calidad de la vida y de los resultados que obtenemos. Por lo tanto, esto es lo que estoy describiendo. Muchas personas se están haciendo preguntas que las victimizan o les producen desequilibrios y, por medio de mi revolucionaria experiencia, intento ayudarles para que vean el modo de hacer preguntas que les favorezcan. Por ejemplo, la mayoría de las personas no creen y preguntan ¿qué es lo que nuestro amor auténticamente verdadero tiene que hacer y cómo puedo hacer para que me paguen por hacerlo? Por esa razón, la mayoría de las personas piensan: “no tengo el dinero, cómo voy a hacer algo que no puedo permitirme”. Por lo tanto, haciéndote la pregunta sin parar hasta que obtengas la respuesta, incluso si eso significa obtener el mentorazgo y la ayuda de alguien más, nuestras vidas cambiarán, porque si observamos detenidamente, obtendremos una respuesta y las preguntas inteligentes siempre conducen a sabios resultados.
P. ¿ De qué depende la calidad de las preguntas además del nivel educativo y cultural de la gente?
R. No puedo decir que necesariamente alguien con una educación superior vaya a realizar, o esté garantizado que vaya a hacer preguntas de calidad. Un físico dijo: “no es que no sepamos muchas cosas, sino que sabemos que muchas cosas no son así”. Por tanto, yo no diría que simplemente teniendo una educación formal estén garantizadas las preguntas de calidad. Pero sí diría que al rodearse uno mismo de personas que viven una vida de calidad y prestando atención a las distinciones existentes en las preguntas que realizan, se puede conseguir. En mi seminario “La experiencia descubrimieto” yo hago lo que puedo: hacerles preguntas y mostrarles las distinciones. Por ejemplo, la mayoría de las personas manifiestan que cuando se produce un acontecimiento, se sienten traumatizadas por él. ¿Por qué ha sucedido esto? ¿Por qué a mí? En lugar de preguntar: ¿Cuáles son los beneficios que me reporta esto?, ¿cuándo lo he hecho yo anteriormente? y ¿dónde está el evento opuesto que está produciéndose simultáneamente en este momento? Si las personas se hacen estas tres preguntas, el acontecimiento traumático desaparece. Si no lo hacen así, gobernará sus vidas. Por tanto, yo hago preguntas de calidad a las personas, para que equilibren sus mentes y les hagan sentirse agradecidos con la vida, además de para que extraigan el significado de su existencia.
P. ¿Es cierto que todas la personas tienen una misión en la vida? ¿Para qué tienen una misión?
R. Me gusta considerarlo de esta forma: que dentro de lo más recóndito de nuestro ser, nuestra alma, nuestro corazón, tenemos un sentido, un propósito y una misión. Pero nosotros nos convertimos en farsantes o en máscaras que ocultan y velan el auténtico significado del propósito que tenemos en nuestro corazón. Creo que todo el mundo tiene algo a lo que poder dedicar su vida, algo que podrían considerar su misión, su llamada en la vida, pero que tienen demasiadas máscaras, emociones y penas que rodean su auténtica naturaleza, que hacen que la pierdan de vista, o sencillamente les resulta difícil despertar y reconocerla. Pero yo creo que dentro de cada persona hay una misión. Siempre existe el deseo de dedicar la vida a algo.
P. ¿Para qué tienen las personas una misión?
R. Creo que una misión es el camino para que tenga sentido la vida. Algunos filósofos opinan que la vida no tiene sentido, que venimos a este mundo para finalmente morir y que eso no tiene sentido. Otros dicen que no, que la vida es muy lógica, con sentido y con propósito. Yo me suscribo a este concepto y lo hago porque cuando veo a las personas que terminan el proceso de colapso cuántico, las cosas de su vida que creían que estaban desorganizadas, desordenadas, caóticas y llenas de estrés, una vez ordenadas, les proporcionan una renovada sensación de que había sentido y propósito tras lo que estaba sucediendo. Y casi es como si esto les guiase y les dirigiese hacia lo que deseaban dedicar su vida. Por tanto, cuando veo a la gente abrir su corazón, les veo con mucho propósito, pero cuando les veo cerrarlo y se encuentran en el centro de la confusión, compruebo que pierden su misión y que ni siquiera ven el sol, lo ven todo nublado. Así que, yo digo que la auténtica naturaleza de nuestro ser tiene un propósito y una misión.
P. ¿Cómo podemos descubrir nuestra misión en la vida y tener la certeza de que no es un error?
R. En lugar de la palabra error yo prefiero usar la palabra retroalimentación (feedback). En nuestra naturaleza, tenemos sistemas de retroalimentación positivos y negativos, que nos guían y nos dirigen, como un cohete que abandona la tierra con un destino que podría ser la luna y que dispone de unos mecanismos retroactivos de corrección. Por tanto, en lugar de la palabra error, yo prefiero retroacción o palabra retroalimentación. Entonces, ¿cómo descubrimos nuestra misión? Podemos sentarnos en silencio y preguntarnos interiormente: ¿a qué me gustaría dedicar mi vida? ¿Qué es lo que más me gustaría conseguir? ¿Cuáles son las partes más profundas de mi corazón que deseo encontrar? ¿Qué servicio me gustaría proporcionar? ¿Qué es lo que tiene más sentido para mí? Y si seguimos preguntando, descubriremos algunos componentes o quizás la misión en sí. Otra cosa es observar aquellos aspectos de nuestra vida que han sido más satisfactorios, para los que hemos servido, extraerlos y colocarlos como en un puzzle, y se nos revelará por sí sola. Otra forma es prestando atención a nuestros momentos de inspiración, porque yo digo siempre que cuando aparecen esos momentos estamos siendo dirigidos hacia nuestro propósito. Eso puede suceder cuando estamos escuchando música, o viendo una película, o asistiendo a una boda, o en cualquier momento en que nos sintamos inspirados y es necesario prestar mucha atención a ello, porque será lo que nos oriente hacia nuestro propósito. Otra es simplemente escribiendo en un papel a lo que nos gustaría dedicarnos en la vida y leyéndolo todos los días, de forma que lo depuremos cada día viéndolo, por tanto, cada vez más claro hasta que nuestro corazón cante con ello. Y entonces es cuando lo sabemos, cuando alcanzamos un punto en el que estamos bastante seguros con ello y se convierte en un viaje de certidumbre más que en un destino.