Escuela Libre – El niño necesita un espacio fuera de aulas e integrado con la naturaleza, participando diariamente del contacto con el todo, con animales, arena, agua, plantas, etc., un espacio ¡abierto a la vida!
Invito a compartir un nuevo enfoque de la educación, uno que engloba una perspectiva más amplia, grande, holística, cuántica, etc.
Una visión de la educación apegada a nuestra auténtica misión vital, al mágico paseo por la vida. Un nuevo encuadre, objetivo, preciso, concreto, dónde se tenga en cuenta la luz, aquella que brilla en el interior de cada uno, la verdadera esencia del individuo. Invito a cada fotógrafo en su pequeño estudio, a cada artista con su gran obra, a depositar su confianza, amor y respeto por el objeto de su creación: los hijos.
El despertar de la conciencia nos habla en detalle del poder del individuo, del don de cada persona, que unido a la responsabilidad nos dará como resultado una gran capacidad creadora. Somos hacedores de nuestra propia realidad. ¡Una visión cuántica de la vida!
Conciencia viene del latín «concientia», que significa conocimiento, un conocimiento que viene de dentro, del interior de la persona. Hablamos de un nuevo paradigma científico. Somos co-creadores del universo y nos comunicamos a través de la conciencia. Para trabajar con conciencia cada uno debe experimentar consigo mismo, con el objetivo de reconocer su poder, y de esta forma, ser capaces de crear, para lo cual es preciso evitar la dualidad, los juicios, el bien y el mal. Llevemos ahora esta conciencia a los diferentes espacios de nuestra vida.
Cuando hablamos de salud, hablamos de coherencia. Ser responsables de nuestros pensamientos, sentimientos y posteriores acciones, es un estado de coherencia emocional que evitará el conflicto y los posteriores síntomas, dolores o enfermedades. Ésta se convierte pues en la llave de nuestra sanación, la clave de nuestro guión, la puerta a nuestro destino. Pero ¿cómo vamos a ser coherentes si nos dicen lo que tenemos que pensar, sentir o cómo y cuando actuar? ¿Cómo vamos a ser creadores si nos limitan con juicios y creencias sobre lo que hacemos bien o mal? ¿Cómo vamos a ser responsables si nos dirigen, nos dicen lo que tenemos que hacer, decir, cómo y cuándo aprender?
Y… ¿qué tiene que ver todo esto, la salud, la responsabilidad o la conciencia, con la escuela libre? Pues todo. Acercamos pues la conciencia a este concepto de escuela. Si todos somos uno y estamos unidos por conciencia, entonces en cada uno de nosotros está presente ese conocimiento, partimos de que educar no es sinónimo de enseñar ni de acumular conocimientos. Educar es un arte, el arte de integrar nuestra propia sabiduría del ser para poder estar.
Tenemos en cuenta la conciencia, o el conocimiento intrínseco del ser humano. Se trata de un método que busca el aprendizaje desde dentro, desde la curiosidad del niño, desde la voluntad de aprender entendiendo éste como una necesidad básica de la persona, que se obtiene desde la experiencia. ¡Estamos aprendiendo constantemente!
Un método que habla de libertad, algo innato en el hombre. Libertad para elegir, para ser responsables, para tomar decisiones, etc. Una libertad por tanto con responsabilidad, sin juicios, sin etiquetas, donde se respeta el propio ritmo, una confianza que potencia la capacidad creadora del niño. Pasamos del aspecto dual competitivo al aspecto integrador creativo. Un mundo en que cada uno se hace responsable, donde se es uno mismo, donde la dualidad de bueno y malo no existe y se pueden expresar todo tipo de emociones. En definitiva, donde se puede actuar con coherencia.
Un lugar sin control, pero con límites, porque todo ser responsable sabe y asume que todo acto tiene sus consecuencias.
Un lugar donde el espacio se tiene en cuenta, un espacio para saltar, reír, cantar, subir, bajar, manipular, donde estamos en continuo movimiento, resultando éste fundamental para el desarrollo motor del niño y que está estrechamente relacionado con las plasticidad cerebral, con la creación de circuitos neuronales, formándose gran parte de éstos en la infancia (81%). Un espacio fuera de aulas e integrado con la naturaleza, participando diariamente del contacto con el todo, con animales, arena, agua, plantas, etc., un espacio ¡abierto a la vida! que permite un desarrollo de los sentidos, colaborando así en la integración sensorial que se da también en la infancia.
Un espacio donde se respeta el proceso creativo de cada uno, sin censuras, desde su esencia. Un lugar donde las relaciones sociales se dan de forma continua en el entorno, sin divisiones, separaciones o edades, donde todos compartimos como lo hacen todas las células de nuestro cuerpo, cooperando y colaborando. Un enfoque holístico de lo que es la vida, sin esperar recreos, dónde el medio en sí es un espacio de interacción, de compartir, de elegir compañía, de aprender a estar solo, de juego. Allí aprendemos jugando.
Invito a compartir un nuevo enfoque de la educación, uno que engloba una parte grande, amplia, holística, cuántica… Una visión apegada a nuestra auténtica misión vital, la del poder creador, esa que con coherencia y conciencia conformarán y crearán el mágico paseo de nuestra vida.
Ana Díez Cuesta
Terapeuta Biodescodificación. Naturópata.
AMPA Escuela Libre FREETIME. Burgos