¿Como nos afectan los pensamientos de los demás?
En el capitulo 30 de La Creadora (Natural Ediciones), mi primer libro, explico de manera muy fácil y sencilla como funcionan nuestros pensamientos y el poder que tenemos con ellos para con los demás.
Siento que es algo que debemos aprender, saber y tener consciencia de ello, dado que si tomamos responsabilidad ante esto nos evitaremos muchos malestares y sobretodo podremos avanzar y evolucionar más rápida y fácilmente.
Los pensamientos son energía, con ellos vamos creando nuestra vida y por ello hay que tener conciencia y procurar pensar de manera positiva, pensar bien, pensar cosas buenas, pensar desde el corazón, pensar de manera constructiva y creativa porque de esta manera iremos creándonos una vida positiva, feliz, alegre, amorosa. Y sobretodo sana.
Me sorprende encontrar a personas que todavía no comprenden que siendo pesimistas y pensando lo peor, esperan que en sus vidas sucedan cosas maravillosas. Es algo imposible. Si eres una persona negativa, tóxica, una persona que siempre piensa lo peor, que espera lo peor, que piensa que la vida es algo tormentoso, esperar que teniendo estos pensamientos pueda sucederle algo bueno en la vida, es algo “impensable” y nunca mejor dicho.
La ley de la atracción es una ley universal y funciona para todos, absolutamente para todos.
El efecto boomerang también existe y como no, es para todos. Es decir, lo que emites es lo que el universo te devuelve multiplicado. En definitiva, es más sano estar atento a lo que pensamos y emitimos para así vivir tranquilos de que lo que vamos a recibir es algo bueno, seguro. Aunque no todo el mundo piensa de la misma manera, ni tiene esta creencia y sobretodo, muchos que no son conscientes de lo que sucede en sus vida al pensar de manera insana. Es más, lo que les sucede a ellos y lo que les llega a los demás.
Es muy importante pensar por nosotros mismos y tener control de nuestros pensamientos, si nos dejamos pensar por ellos entonces iremos como un caballo desbocado, sin control sobre nosotros y dándole el poder a esos pensamientos y por ende a los demás. Nos dejaremos arrastrar por esos pensamientos y seguramente por las opiniones y lo que piensen los demás de nosotros será sin duda algo que nos afecte sin poderlo remediar.
Si somos nosotros los que elegimos qué pensamientos tener, con cuales nos quedamos, qué pensamientos emitimos hacia nuestros amigos, pareja, seres queridos, familiares etc. y cuales son los que emplearemos para crear nuestros objetivos, seremos los directores de nuestra vida y podremos definir y focalizarnos bien en todo aquello que deseemos crear, materializar, conseguir y las relaciones con nuestro entorno se verán favorecidas en el plano general. Y por supuesto, nosotros nos sentiremos fenomenal con nosotros mismos y con nuestro entorno.
Es de vital importancia saber como funciona el pensamiento, porque es energía, y como toda la energía, se convierte en materia, se materializa en algo, se solidifica.
Y hay que tener claro que la energía sigue al pensamiento. Los pensamientos proyectados en algo o hacia alguien viajan a través del espacio y del tiempo, se desplazan en forma de ondas y por supuesto llegan donde has decidido que lleguen.
Si tienes un pensamiento negativo repetitivo, esto hace que tu estado emocional sea bajo, hablando vibracionalmente, dado que de tanto pensar en negativo, tu parte emocional se ve afectada y como consecuencia tu estado de animo se verá alterado y afectado por esa emoción a la que estás dando poder y fuerza a través de ese pensamiento. Y no solo eso, sino que además tu vibración, tu frecuencia vibracional se verá afectada y bajará de intensidad y ello te llevará a bloquear alguno de tus vórtices de energía y se creará un desequilibrio energético y espiritual en ti que te llevará a un malestar físico y a la larga a una patología o enfermedad.
Si utilizáramos más nuestra inteligencia emocional, estaríamos mucho más pendientes de nuestros pensamientos y sobretodo prestaríamos más atención a lo que sentimos cuando pensamos mal o de manera insana.
Pensar bien tiene sus consecuencias, positivas, por supuesto. Y pensar mal también tiene las suyas. Negativas, es obvio. Cada cual elige donde quiere estar, que quiere sentir. Si usas tu inteligencia emocional, desde luego harás lo posible para pensar bien, dado que ello te hace sentir bien.
La fuerza de un pensamiento es tan poderosa que nos maravillaríamos de lo que somos capaces tan solo con pensar. Si alguien piensa mal de ti, por ejemplo, esa persona tiene doble problema:
- Ese pensamiento insano que tiene hacia a ti, sea cual sea, le está creando un malestar emocional, si no consigue revertirlo, poco a poco se irá agrandando el malestar que tenga contigo y a ti te llegará en forma de energía ese mal pensamiento de ella, de manera que empezarás a sentir que no te apetece frecuentar su compañía, ni tener conversación con ella y obviamente poco a poco te irás alejando y apartando. Aunque en realidad es la propia persona la que está construyendo esa barrera de lejanía contigo.
- Pero lo peor es para la otra persona, dado que esos pensamientos insanos que tiene hacia ti, se han ido convirtiendo en grandes monstruos disfrazados de rencor, ira, rabia, envidia, esa persona cada vez piensa peor de ti, empieza a encontrarte defectos en todo, nada de lo que haces le gusta o está bien y entonces toda esa carga que va proyectando hacia ti y que tu recibes de alguna manera, a ella le es devuelta multiplicada, por ley universal, dado que todo lo que das es lo que recibes. Y es lo que ella está generando en su interior.
Si proyectas pensamientos insanos y negativos hacia alguien, juicios, críticas, esa energía tarde o temprano te es devuelta y además multiplicada, con lo cual, el malestar que has generado en la otra persona, en el receptor, te será devuelto a ti, como emisor.
Esto es algo que sucede a diario y que las personas no son conscientes de cómo les hace retroceder en su evolución esta manera de funcionar y como les hace bajar su propia vibración y frecuencia. Lógicamente si estoy pensando mal, mi frecuencia vibracional no es elevada, dado que estoy en una vibración densa, provocada por mis pensamientos insanos y negativos y estoy emitiendo pensamientos insanos desde un estado de emocionalidad insana. Y esto no me hace evolucionar, esto me hace involucionar y quedarme adherido a esas energías densas y por consecuencia, si no dejo de pensar así, si no soy capar de revertir esos pensamientos, cada vez me iré hundiendo más y más en mi propia baja vibración, con lo cual, va a ser difícil poder ascender a un estado más positivo y amoroso si no pongo remedio a esto.
Cuantas veces nos habrá pasado de sentir que alguien nos “mira mal”, nos “piensa mal” y al final hemos comprobado que así era. (sobretodo las personas que somos altamente sensibles y con una capacidad superior para saber y captar asta los pensamientos que nos llegan, como dardos envenenados de un emisor que no sabe que tenemos este don de identificar hasta la persona que nos está “pensando mal”)
Quizá en un momento dado nos hemos encontrado con esa persona y de tanto retenido hacia nosotros en su interior, al entablar una conversación con nosotros le han empezado a salir los resentimientos, la negatividad, la rabia por las orejas, a borbotones y entonces nos hemos quedado estupefactos de comprobar todo lo que esa persona tenía reservado en su interior para nosotros y ahora nos lo suelta, de sopetón.
Obviamente, no tenemos porque aceptar todo eso que nos vuelca, con lo cual, por respeto hacia nosotros mismos y por amor propio, la cortáis en seco y no le permitís seguir. O bien, aguantáis estoicamente todo cuando os vomita verbalmente pero haciéndoos a un lado para que no os ensucie toda esa verborrea emocional insana que ha guardado para este gran momento. Haciendo uso de vuestro gran corazón y de vuestra paciencia y amor incondicional, aguantáis el bombardeo, pero desde luego, tendréis que daros una ducha para limpiaros energéticamente y para disolver toda esa densidad que fue disparada hacia vosotros. Y eso, se hace con la intención. Y pensándolo así, tal cual.
Lo inteligente es poder hablar las cosas y poder comunicarlas desde el corazón. Si hay algo que no te ha sentado bien que te hayan dicho, si hay algo que no te ha gustado, si hay algo que quizás en lo que nos estás de acuerdo es mejor comunicarlo en el momento. Si hay algo del comportamiento de alguien que no estás de acuerdo y es alguien querido, puedes comunicárselo. Pero desde luego tienes que tener e cuenta que cada cual es libre de pensar y de hacer lo que le de la gana con su vida. Y tú no eres quien para juzgar, criticar la manera de ser o de hacer de alguien. Y que si nos respetamos podremos seguir avanzando libremente en armonía sin entorpecernos unos a otros.
Estamos en un momento muy bonito de la evolución humana. Estamos pasando de una dimensión a otra, de un nivel evolutivo a otro y esto debería ser sabido y aprendido ya por todo el mundo, para poder evolucionar.
Sin embargo, se sigue cayendo en los mismos errores, tropezando con las mismas piedras y además echándole la culpa a la piedra por estar en mitad de nuestro camino.
Reaccionar ante una agresión verbal no te hace evolucionar, –si reaccionas, no evolucionas-. Devolver la pelota tampoco, emprender actos de destrucción ya sea a través del pensamiento, la palabra o la acción no es evolucionar y lo que es más, es involucionar. Y en estos momentos delicados de transformación planetaria en los que estamos viviendo un desorden, un caos, un desbarajuste tópico, típico y normal antes de poder empezar en un nuevo orden, es muy fácil que perdamos el norte, se nos ofusquen las ideas y nos dejemos llevar por tal barullo de energías emergentes y flotantes por las que estamos atravesando después de este gran “meneo” de índole mundial.
Comprender que esta transformación, que este gran cambio evolutivo es para todos y que cuanto más alineados, equilibrados, armonizados estemos, cuanto más sintonizados, conectados y bien anclados en nosotros mismos, en nuestro ser, con las nuevas energías del planeta, con nuestro diseño original, con la parte más evolucionada de nosotros mismos, con la sabiduría, conocimiento e inteligencia divina y universal, antes podremos dejar de tambalearnos y antes podremos avanzar y pasar al otro lado donde nos espera esta nueva manera de ser, de vivir y de experimentar. Desde los nuevos paradigmas de una conciencia más evolucionada, expandida y elevada. Siempre adelante manteniéndonos firmes en nuestro ser y fieles a nuestra verdad.
Si te encuentras atascado en esto y no consigues avanzar, te recomiendo La Conexión® para reconducirte definitivamente y dejar atrás todo cuanto te hace retroceder en lugar de ir hacia delante en tu vida. O quizá, si ya estás conectado, una sesión de A.S. Activación del Ser® para poder desbloquear algunas de las partes atascadas que te impiden avanzar.
Hay una señal muy clara para saber si lo estamos haciendo bien o no con nuestra alma, con nuestro propósito divino, si verdaderamente estamos avanzando o quizá vamos hacia atrás. ¿Te sientes bien contigo mismo? ¿Te sientes a gusto, feliz, orgulloso de ti, contento de cómo eres? ¿Te sientes en paz, con tu conciencia tranquila y seguro de ti, feliz de ser como eres y de cómo va transcurriendo tu vida? Entonces es que estás en el camino correcto. Sigue adelante y muy pronto verás todo lo que has avanzado y todo lo que has conseguido cambiar.
Y recuerda que lo que piensen los demás es su problema. Ellos son responsables de sus pensamientos y de su realidad. Tu eres responsable de ti y de los tuyos y de la realidad que vas creando con ellos. Si tu conciencia está tranquila, si tus pensamientos son sanos y positivos de nada te tienes que pre-ocupar. Simplemente te tienes que ocupar de ir resolviendo tu vida y de ir disolviendo todas esas energías que ya no te facilitan el avance e ir dejándolas atrás.
Montserrat Fernández Romera
La Conexión® y A.S. Activación del Ser
Coach de la Nueva Conciencia
Experta en Gestión Emocional
Creadora-Comunicadora-Divulgadora-Autora-Maestra-Facilitadora-Formadora
www.lacreadora.es · www.activaciondelser.com
Libros: “La Creadora”, “El Mundo que Yo Creo” y “Creando Unidad”, “La Conexión®” de Natural Ediciones