Este es el significado etimológico de Primavera. Una época, tras el frío invierno y antes del caluroso y seco verano, para que La Vida renazca y se renueve, floreciendo en todo su esplendor.
La Naturaleza con su estallido de luz, color, olor y abundancia es el mejor ejemplo de la plenitud y diversidad del Amor y la Vida.
Pensar o hablar de primavera es hacer participar, en nuestros pensamientos, imágenes o palabras, a términos como luz, sol, claridad, alegría, color, amor, juventud, frescor, amistad, florecer, crecimiento, brotar, paz. Lo que produce un estado anímico expansivo, enérgico, novedoso, risueño, poderoso y de agradecimiento.
Es época de transformación y cambio. Del hielo, al agua; de la hibernación al despertar; de las ramas secas a las coloridas flores, y del útero a la vida física. Todo en el ambiente es fresco, nuevo, cálido y lleno de ilusión y futuro. El comienzo de otra etapa del círculo vital donde podremos recoger los frutos de nuestras cosechas y volveremos a plantar nuevas semillas de vida.
Los seres humanos, como parte de la Naturaleza, tras el período de introspección, decisiones y acciones que se convirtieron en nuestras semillas de deseos, sueños, objetivos y metas, estamos preparados y expectantes ante los brotes de nuevas experiencias.
Nos despojamos de nuestras pesadas coberturas de limitaciones, negatividad, dudas y miedos; y salimos a la luz y frescor de nuevos paradigmas y retos. Los frutos se corresponden con la siembra. Si cosechamos vientos, recogeremos tempestades. Si cosechamos amor, recogeremos belleza, bondad y plenitud. Es la Ley de la Vida en acción. Acojamos nuestras experiencias, las deseadas y no deseadas; las que nos gustan y las que no, dando gracias por la libertad de elección y la enseñanza y aprendizaje que nos permitirán una nueva siembra y una nueva cosecha.
Todo es cambio. Todo es temporal.
Damos la bienvenida a estos primeros brotes de nueva vida, que nos recuerda que hoy es un nuevo y maravilloso día, con nuevos proyectos que plantar, cuidar, calentar y regar, a fin de recoger los magníficos frutos de amor, belleza, generosidad, colaboración, salud y prosperidad que llenarán de luz, color y frescor nuestras vidas y las de nuestros semejantes.
Y así es.
Ana Novo
La Comadrona Espiritual®
www.creoycreo.com