La voz es una conquista de la Evolución. Lo que hemos descubierto en esta investigación, en el siglo XX y siglo XXI que comienza a plasmarse en este libro THE LIVING VOICE LA VOZ VIVIENTE, (Ed. Natural 2019), es que la voz humana refleja en la actitud completa de la persona, es decir, en su presencia –mas allá de la personalidad–, el avance en conocimientos, su decisión hacia mejores perspectivas vitales (que es siempre aconsejable) y su progresiva conexión con el mundo sutil a través del formato ondular.
La realidad es que unimos ondas sonoras con ondas cerebrales cuando nos planteamos el parámetro de la “coherencia”, por poner un ejemplo. Insertamos de forma automática las vibraciones del corazón en ondas que eléctricamente son medibles (gracias a la capacidad tecnológica que disfrutamos en la actualidad) cuando nos dejamos fluir en sentimientos positivos, amorosos y superiores. Insertado en la ética, por supuesto.
Por su capacidad creadora
La verdadera conquista es utilizar el sonido de forma adecuada, devolver a las ondas sonoras su rango y su capacidad creadora. En estos momentos, así lo estamos haciendo con la naturaleza física del planeta, devolviéndole al globo terráqueo su capacidad de auto gestión, de comunicarnos mejor con los recursos que promueve la interacción perfecta hombre/planeta y avanzar con el trato que se merecen todos los seres vivos, además de las mascotas.
El sonido, desde su nivel biológico, cristaliza mundos de creencias en lo religioso, las filosofías o modelos sociales, por ejemplo. Se escurre la intención humana hacia la inercia en estos mundos de creencias según distintos impulsos: por miedo, por supervivencia o por una supremacía sobre otros sistemas, supremacía mal aspectada o no reflexionada de un modo íntimo.
El sonido, desde su verdadera naturaleza, necesita estar en constante comunicación con su esencia vibracional, insertar y transmitir “la verdad de las cosas, de la vida”, trenzar vibraciones en lugar de distanciarlas o separarlas de su naturaleza íntima…
Porque nutre, para favorecer un estado saludable
Las ondas necesitan gozar de buena salud en sus oscilaciones, mantenerse en un estado vibratorio nutritivo dentro de su “cuerpo ondular” y reflejarlo en el ser humano, en la Naturaleza y en todos los seres vivientes.
Si se cristaliza, entramos en la repetición, la inercia y el desgaste progresivo. Se generan algo parecido a cercos energéticos, consolidados por estos miedos de los que hablamos y pueden convertirse en muros infranqueables que nos engullen dentro de sí. Incidiendo, al final en la salud, en la expresión o en el mundo emocional. La falta de alimento vibracional está en paralelo a lo que significa la nutrición biológica.
Así como es el aliento del sol respecto a la vitalidad de los seres vivos en el planeta, así es la vitalidad del sonido para la naturaleza sutil, para el pulso de todo lo creado. Hablamos del campo energético que pulsa en los seres vivos.
En primer lugar, el sonido es nutrición, en segundo lugar es comunicación y desde la tercera perspectiva luz, convirtiéndose en vehículo ascensional, según integremos todos estos parámetros.
La apariencia fisiológica del sonido, su materialidad, se ve ampliada en su “campo áurico” que son las octavas superiores y los sonidos armónicos que aparecen, como pétalos florecientes, igual que las flores responden al agua, a la luz del sol y al amor con que las cuidamos.
Porque la belleza del sonido sana
La belleza se manifiesta totalmente cuando las oscilaciones llegan a vibrar en el sistema de franjas energéticas organizadas en matemáticas, luz y geometría: todos esos peldaños invisibles que construyen la vida desde la célula hasta la más elevada conciencia.
Y ¿cómo vincularse a esta belleza total, a esta capacidad sanadora? Introduciendo y trenzando de forma armoniosa la emisión de vibraciones positivas, superiores, cordiales (del corazón) de forma consciente, entrenada y valorada.
¿Cómo no apuntarse a este proceso, ya exponencial –que va a mayor velocidad cada vez– de transformar nuestro sonido vocal gracias a este mayor conocimiento y a esta actitud, ya de conciencia?
La flexibilidad del sonido es parecida a la flexibilidad muscular, sólo que pertenece a otra naturaleza creativa. Es menos densa, se mueve por los elementos con capacidad de ampliar o sintetizar, una de sus características espectaculares: es ambivalente en su capacidad expresiva.
El adiestramiento amoroso de la conciencia se apoya en desarrollar como habilidad este entrenamiento ondular. A través de frases positivas, primeramente; de empatía y de afirmaciones especiales; de lecturas profundas y llenas de sentimientos superiores y universales; de comunicación con personas que ya van delante en este camino a las que es necesario respetar y escuchar, del auto diálogo (tan importante, porque conecta el yo interior con el yo exterior), son los caminos (y rutas neuronales) para coger nuevos impulsos en cada tramo de nuestra biografía.
A mayor unificación en la belleza de los sonidos y de los sentimientos, manifestamos en la emisión de la palabra, en la música y en el canto la verdadera “imantación” que sentimos, más allá de la piel, que nos producen ciertas melodías y canciones… Este entrenamiento tiene cabida en nuestra actividad y en nuestra meditación; en estados de conciencia especiales, a través del binomio “silencio de altura” y sonido de calidad, porque todo ello nos eleva hacia lo que somos en la verdad de nosotros mismos.
El momento es ahora
Todo esto es lo que se manifiesta a través de la capacidad sanadora del sonido. Es nuestro momento, ahora es el punto de inflexión para coger esta perspectiva y expresar, en la Palabra y en el Canto, en la comunicación más consciente y más iluminada, la mejor versión de nosotros mismos, que se amplía constantemente, si la actitud personal sigue la pauta de la matemática fractal: crecimiento hasta el infinito.
Nos sentimos enraizados en nuestra verdadera naturaleza si conseguimos que, como seres humanos, podemos ir entroncando el sonido físico (como materia prima o masa madre vibracional) con el mundo sutil que vibra, como el aleteo de los pájaros. Se trata de expresar nuestro ser como “versión personalizada del cosmos” hecha canción de vida en este maravilloso planeta. Entonces, el brillo personal consigue la fusión total con la energía que mueve todo el universo. La voz es una manera de amar enlazando vibraciones como enlazamos abrazos. Merece la pena probarlo.
Macarena Miletich
Especialista en Técnicas Vocales y Consultora Vocal. Instructora de Arquetipos. Cursos y Talleres de Sonido y Sensibilidad del Ser®. Autora del libro THE LIVING VOICE LA VOZ VIVIENTE (Natural Ediciones).
macarenamiletich@gmail.com