¿Cómo es que hay personas que parece que hayan nacido bajo una estrella afortunada mientras que otras siempre van por la vida peleando con dramas, desafíos y dificultades? ¿Realmente podemos crear nuestra propia realidad y transformar una vida de mala suerte en otra de buena suerte continuada? ¿Quieres saber más y cómo hacerlo?
El factor suerte puede explicarse comprendiendo la sincronicidad: ésta y la cocreación forman parte de los sistemas de diseño benevolente que todos tenemos a nuestra disposición. La sincronicidad te guía para que conozcas a las personas que se supone que debes conocer, y hace que se desenvuelvan las situaciones que potencialmente podrías tener. El resultado es que tu vida se mueve más deprisa y que, debido a ello, hay un mayor equilibrio.
A lo largo de mi vida ha habido muchas ocasiones en las que otros me han dicho: «¡Monika, es que tú tienes tanta suerte!» Normalmente, mi respuesta siempre gira en torno a un tema y una afirmación centrales, como por ejemplo: «¡Sí, sí tengo!», pero secretamente, entiendo que la suerte no ha tenido nada que ver. Lo que se percibe de mí como «suerte» ha sido creado por mi intención y un foco de concentración constante, y por seguir las sincronicidades a las que presto atención. Así pues, ¿qué es exactamente este «factor suerte» y cómo podemos hacer que forme parte de nuestra realidad cotidiana?
En términos sencillos, tenemos que conectar, simplemente, con el sistema benevolente que todos y cada uno de los Seres Humanos del planeta tienen a su disposición. Para la mayoría de personas, la dificultad radica en que sus creencias a menudo les impiden ver la estructura de la sincronicidad; son muy pocos, en realidad, los que creen que podemos influir en fuerzas aparentemente externas a nosotros para manifestar nuestra realidad. Yo fui introducida en el tema de la sincronicidad por medio de los mensajes canalizados de Kryon, transmitidos por Lee Carroll, su canalizador original. A continuación presento parte de un extracto de lo que Kryon nos dice sobre el sistema:
De Kryon: Existe un sistema que mi compañero lleva años enseñando en estas reuniones. Es un sistema que hemos mencionado en incontables mensajes pero, en realidad, nunca le hemos dedicado toda una canalización entera como estamos haciendo hoy. Se trata de un sistema que la mayoría de vosotros ni siquiera sabéis cómo se utiliza pero que algunos utilizáis constantemente, solo que simplemente, no sabéis cuándo lo estáis haciendo, puesto que no guarda ninguna lógica con lo que habéis aprendido.
Este mensaje va a tratar sobre cómo funciona la sincronicidad, y lo subtitularemos «La desaparición de la campana de Gauss»… (risa de Kryon) Cuando te pasa algo bueno puede que tus amigos digan: «¡Qué suerte tienes! Mira que hay pocas probabilidades de que pueda pasar algo así, ¡pero a ti tenía que pasarte! ¡Tienes una suerte!» Cuando entras en una situación difícil, algo habitual para la humanidad como una operación quirúrgica, y sales de ella con unos resultados positivos más allá de toda expectativa, puede que tus amigos vuelvan a exclamar: «¡Qué afortunado/a eres! ¡Has tenido mucha suerte!». Y después, de un modo u otro, sigues «teniendo suerte» una y otra vez.
Quizás vas a algún lugar y, accidentalmente, conoces o te encuentras justo a la persona adecuada que conoce a otra que tiene justo la información adecuada que estabas buscando, y esto te lleva a acabar obteniendo o recibiendo exactamente aquello que querías. ¿Qué probabilidades hay de que suceda algo así? ¡Tus amigos están asombrados!: «¡Es increíble la suerte que tienes!» Eso es lo único que pueden decir los Humanos, ya que simplemente, en la realidad que ellos perciben no hay ninguna otra explicación. La idea de que, en realidad, puedas estar doblando la curva de promedio de la denominada «campana de Gauss» y, por casualidad, utilizando un sistema que está disponible no se les ocurrirá jamás.
Los Humanos no ven la estructura de la sincronicidad; no forma parte de ningún tipo de sistema que ellos utilicen. Creen que la vida es, simplemente azar. La única estructura que se utiliza es el establecimiento de objetivos, la planificación y los sistemas de previsión o anticipación: los Humanos creen que solo éstos pueden ayudarlos a controlar su vida, que únicamente pueden hacerlo a través de este tipo de sistemas. De hecho, este es el único modo en que los Humanos pueden lograr cosas en la «linealidad» en que viven, para poder llegar a un objetivo preestablecido. En este sistema lineal, independientemente del tipo de proceso que hayas estudiado que te llevará de A hasta B, debe haber un objetivo. Algunos de vosotros tomáis estos objetivos y los pegáis a la puerta de la nevera para poder verlos cada día: se trata de un proceso lineal bien conocido para un Ser Humano lineal.
Pero, ¿y si os dijese que existe un proceso que no es lineal y que únicamente tiene objetivos conceptuales? Un objetivo conceptual es el que dice: «Querido Dios, sitúame en el lugar adecuado aunque yo no sepa dónde está. Querido Dios, cuando lo hagas, haz que sea cómodo para mí y ayúdame a ver su sentido. Házmelo fácil y tráeme las situaciones y sincronicidades adecuadas para situarme en ese lugar que desconozco». ¿Qué os parece eso?
Si pronunciases esta frase a alguien de la calle te dirían: «¡Tú debes de ser de la Nueva Era!». Os ven como tontos y como si fueseis flotando por ahí sin ningún objetivo, esperando que, de algún modo, el Universo os muestre el camino. Se ríen… Pero el Ser Humano que comienza a utilizar la sincronicidad como su sendero de vida está, simplemente, cambiando «la caja de creencias» para incluir algo que está a disposición de todos pero que no está en tres dimensiones. De hecho, algunos ya lleváis mucho tiempo utilizando este proceso, solo que, simplement, no sois conscientes de ello (…)
La sincronicidad puede situaros en lugares hermosísimos; puede salvaros la vida, y a menudo lo hace; anula todas las características kármicas que os han estado llevando de acá para allá, empujándoos y tirando de vosotros, por siempre jamás; cambia la forma en que la gente piensa de vosotros porque vosotros cambiáis; cambia la forma en que vosotros pensáis de los demás porque se os pone en los lugares adecuados para que veáis quiénes sois; reordena aquello que creéis porque comenzáis a tener un refuerzo de la acción, y sabéis que está funcionando. Podéis ir con la cabeza bien alta y decir a los demás que no tenéis ni idea de adónde vais… ¡y que estáis orgullosos de ello! En todo momento, vosotros estáis más sanos que ellos, y sois más felices que ellos, y amáis a personas a las que ellos no piensan amar. ¿Comprendéis lo que estoy diciendo?
Se trata de un cambio en la percepción de la vida. Es un cambio en todo aquello que se ha enseñado a los Seres Humanos en la tercera dimensión, y no es «dejarse ir y dejárselo todo a Dios»: es un trabajo conjunto, una nueva redisposición que es conceptual y que exige un trabajo por vuestra parte, lo exige.
Esperad la sincronicidad, pero si no llega cuando vosotros pensáis que podría hacerlo no os decepcionéis: simplemente, ¡es que no tenía que llegar! Los Humanos sois graciosos. Fijaos en las expresiones que utilizan muchos de vuestra cultura; ¡lo saben!: «Bueno, supongo que tenía que pasar»… ¡No tienen ni idea! ¡Sí! (risa de Kryon). O: «El universo me ha enviado un mensaje…» ¡No tienen ni idea de que es así exactamente! Exactamente así.
Bien, pues esta es la mecánica de cómo funciona. Es muy hermoso, y es precisamente para vosotros. Constantemente se está emitiendo información útil y benevolente, incluso por parte de las almas no creyentes; su «parte divina» se halla activa y sabe que las estáis oyendo, y ayuda a las almas viejas a ir de A a B. Más aún, os ayuda a encontrar procesos y principios y a personas que puedan ejercer una influencia en el planeta. Esto es lo que es nuevo.
¿Entiendes el mensaje de Kryon? Kryon nos enseña que la curva de promedio conocida como «campana de Gauss» es la física de los objetos inanimados. Pero la conciencia humana activa ¡puede anular por completo la idea de esta curva! ¿Es posible que puedas cambiar tu vida? ¿Qué deseas cambiar? Dios, la fuente creadora, comprende lo que quieres, y está siempre listo para participar en ayudarte a crearlo. Quizás ha llegado el momento de reconocer la divinidad interior y tener la predisposición de escuchar y esperar la sincronicidad que deseas. Que no te sorprenda si oyes decir a alguien «¡Ostras, es que tienes tanta suerte!»
Monika Muranyi
www.originalkryoneuropa.com