Para alcanzar el éxito personal de cada uno, lo primero que hay que tener en cuenta es: ¿cómo se encuentra, cómo está nuestra empresa personal?
Empresarios de nosotros mismos – La palabra empresa o empresario puede sonar como algo lejano y alcanzable solamente para individuos que arriesgan y montan un negocio propio. Lo que no sabemos es que todos, desde que nacemos, tenemos nuestra propia empresa: esa empresa somos nosotros mismos, esa empresa es nuestro propio cuerpo. Por lo tanto, nuestra principal responsabilidad, la cual debemos priorizar por encima del resto de responsabilidades de nuestra vida, es cuidar del mismo, mimarlo y darle lo que nos pida para así nutrirlo y hacerlo fuerte para seguir avanzando y creciendo en cada etapa de vida.
Desde el nacimiento iniciamos un viaje como navegantes por el mar de la vida, ¡hay tanto que aprender! Tendremos momentos estables, ventiscas y marejadas, habrá subidas y bajadas como las de las olas del mar. Somos los capitanes de nuestro propio barco que es nuestra propia vida la cual adornaremos como más nos guste y como mejor podamos, encaminados a nuestro éxito personal. Habrá facetas del viaje en que seamos marineros avezados y habrá otras que nos resulten hazañas insuperables, pero estamos ahí y seguimos navegando diariamente, creciendo y en rumbo hacia el éxito.
Para alcanzar el éxito personal de cada uno, lo primero que hay que tener en cuenta es: ¿cómo se encuentra, cómo está nuestra empresa personal? No importa nuestro rol social, que seamos hombres o mujeres, que trabajemos fuera o seamos amos de casa. Lo importante es que todos tenemos facetas diferentes a lo largo del día o en diferentes períodos de vida dentro de nuestra globalidad como individuos: así por ejemplo, una mujer, será madre, trabajadora, empresaria y también habrá mujeres que no hagan nada. Todas estas facetas están bien, no es más ni mejor una que otra, lo importante es disfrutar, valorarlas y sacarles el mayor partido posible.
Si yo, por ser madre o por ser trabajadora, descuido mi empresa personal que es mi propio cuerpo, si lo abandono y dejo de dedicar un tiempo a mi cuidado, a lo que me haga sentirme contenta y con alegría… lo que voy a conseguir a la larga es dañar mis relaciones más cercanas; con mi pareja, con mis hijos, etc. y eso puede que me lleve finalmente a enfermar corporalmente.
Voy a describir a continuación los ejemplos que tengo más cercanos, pero cada cual debe analizar su empresa particular y observar que todos los aspectos de la misma son muy importantes aunque por momentos tengan prioridad unos sobre otros, pero siempre debemos dedicar un tiempo a nosotros como individuos, un tiempo a nuestra pareja y un tiempo a nuestra familia como globalidad, o a nuestros amigos.
La mayoría de las mujeres antes de ser madres, se dedicaban tiempo a ellas mismas pero en cuanto llegan los hijos dicen que no tienen tiempo ni de pintarse las uñas, ni de ir a la peluquería tranquilas o dedicar una tarde a sus amigas. Han cambiado sus prioridades y ahora su mundo gira en torno al bebé, son madres y la mujer que eran está olvidada.
Al igual, muchas parejas con una relación armónica y positiva, después de haber creado su propia familia, no han vuelto a dedicar tiempo a ellos como pareja; ir al cine juntos o a cenar solos, etc. No quiere decir que tengamos que estar siempre juntos, para nada, con una pareja no se pueden tener todas las aficiones en común, cada cual debe tener su propio espacio personal y eso es sano, pues estar separados airea y despeja y así los ratos juntos se viven mejor.
También hay empresarios que tienen negocios florecientes, familias estupendas pero a los que el cuerpo está avisando que algo falla, tienen sobre la espalda tantas tensiones y nudos musculares que no es posible que tengan una jornada de trabajo placentera o que puedan jugar con sus hijos tranquilamente.
Esto quiere decir que si yo, como norma general, y por el motivo que sea, no me arreglo; que en casa siempre voy con la misma ropa, que no me importa que esté rota y sea vieja, lo que recibe, al mirarme mi pareja, es algo antiguo, y para nada atractivo y con el tiempo dejará de prestarme atención. O que si llevo a los niños al colegio en chándal y sin peinar o voy a hacer la compra sin arreglarme lo más mínimo, lo que hago, es que cada día me debilito más. Mi cuerpo no está cuidado, y ¡debo hacer algo Ya! Cosas que me hagan coger ilusión de nuevo y cambiar eso, porque si no lo hago, este cuerpo, que es mi vehículo para la vida, cada vez se sentirá peor, perderá estructura y ensanchará y acabaré finalmente enfermando.
Si tu cuerpo está mal, es que tu vida no es tan redonda como tú piensas. No se trata de que las cosas o las personas estarán mejor cuanto más tiempo les dediques, ni que por quedarte en casa y no trabajar, tus hijos van a estar mejor educados. Tú estarás mejor cuidándote cada día, aunque te dediques solamente 30 minutos para hacer algún ejercicio sencillo y prepararte cada mañana, y al estar mejor vibrarás eso a tu alrededor y tus relaciones serán armoniosas y fantásticas.
Recordad que debemos arreglarnos por y para nosotros mismos y para nada nos arreglamos para lo social. Yo me gusto cuando me miro al espejo, me siento cuidada y guapa, entonces eso lo vibraré hacia fuera y será lo que reciban los demás de mí: bienestar y seguridad.
Debemos aprender a disfrutar de cada momento que vivamos, sin pensar en todo lo que tenemos por hacer, con la mente en el ahora y no en lo pasado o en lo que está por llegar puesto que eso nos merma la energía. Puede que, por lo general, os de la impresión de dedicar poco tiempo a la familia, o a vuestro cuidado personal pero si ese tiempo aunque sean 15 minutos al día es de calidad, es decir, si cuando estáis en un determinado lugar haciendo un rol dentro de la globalidad, estáis al 1000 x 1000 ahí, entonces podréis sentiros satisfechos porque estaréis dando el máximo a cada persona con la que os relacionéis.
Os invito a que si os sentís identificados con alguna de las situaciones comentadas anteriormente toméis conciencia de ello, abráis vuestra inteligencia y retoméis vuestra empresa personal; no me importa la edad ni lo que llevéis a vuestras espaldas. Todos hemos pasado y pasaremos en nuestro proceso de vida lo que a cada cual le toca y en nuestra mano está el aprender de nuestros fracasos o el quedarnos en la queja y la amargura. Sé que es duro afrontar una enfermedad, pero no menos duro es perder un hijo o que tu matrimonio de años desaparezca.
El grado de dureza de los golpes de la vida lo ponemos nosotros, cada uno de nosotros somos únicos y exclusivos por lo tanto tenemos que afrontar los mensajes de la vida como vienen y hacer caso de nuestros recursos inteligentes. La inteligencia de la que yo estoy hablando no es un cómputo de puntos, resultado de un test; me refiero a una inteligencia emocional, que no es más que ser hábiles y capaces con los obstáculos que nos encontramos frente a los cuales nos paralizamos y nos derrumbamos pues desconocemos nuestra capacidad de resistencia emocional, que es enorme.
Nuestros recursos inteligentes afloran justo en esos momentos en que sentimos que la situación ya no puede ser peor, son situaciones extremas, cuando pensamos que la vida no nos puede golpear más fuerte y nos golpea de nuevo y vemos que aún nos quedan fuerzas para emprender y avanzar.
Lo que observo con la experiencia es: lo que más le cuesta retomar a la gente que se ha abandonado, es la constancia, es el encontrar un espacio y un tiempo para hacer algo por y para él/ella mismo/a, para mimar de la manera que cada uno considere oportuno a su empresa personal.
Desde el método TRCD de reequilibrio corporal, la empresa corporal, es la terapia de la propia vida. Es muy importante sacar plenamente la rutina de la vida. Todo lo que crea rutina en nuestro entorno es muerte y paralización. Así que os recomiendo estas sencillas pautas para que os ayuden a cada cual a conectar con el color y la ilusión.
Es importante conectar con el color, pues el mismo nos llena nuestro foco motor, nos llena el impulso de vida y nos sube el ánimo por duro que sea el día que tenemos que afrontar.
Visualización: Tumbado en la cama con los ojos cerrados iré respirando por la nariz el color blanco que dividirá mi cuerpo en 2 partes (2 mitades de cabeza a pies, derecha e izquierda). Una vez el cuerpo dividido iré viendo los siguientes colores: verde, azul, naranja, blanco, lila, amarillo y rojo que irán formando unas grandes llaves desde mi cabeza hasta mis pies y las cuales las sujetará una arandela de color dorado, y me dará vitalidad llenando mi cuerpo de vida para afrontar el día con entusiasmo.
Desayuno de la sonrisa:
- 1 vaso de zumo de naranja natural
- 1 tostada de pan integral con mantequilla y mermelada de ciruela.
- Café con leche.
Una vez tengamos nuestra empresa personal preparada podremos entonces crear una gran empresa externa que nos llene de entusiasmo, desde la positividad y el avance.
Belén Aragón Pellicer
Reequilibradora Corporal TRCD
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