Cada persona que se cruza en tu vida tiene una historia, cada persona es como es por una razón y de cada quien depende utilizar lo que le ocurre como trampolín para impulsar su mejor versión o como excusa para albergar odio, dolor y quedarse atrapado en el victimismo sin avanzar.
De los peores momentos y las mayores tragedias hay quienes tejieron historias en forma de libros, arte, música, cuadros, etc.
Me gustan las historias de superación, tengo debilidad por ellas, debilidad por las personas que teniendo todo en contra crearon puentes y se forjaron alas y cuando muchos les decían: “lo tuyo no tiene solución”, algo dentro de su ser les susurraba: “tú tira para adelante que yo te cubro las espaldas”.
He conocido historias de personas anónimas dignas de la mayor mención, héroes y heroínas que nunca quisieron medallas, que no salen en la TV, ni en revistas pero que la vida los coloca en tu camino y se convierten en fuente de ejemplo e inspiración sobretodo en los momentos de dificultad. Por citar me quedo con un par de ellas:
La historia de una chica que después de vivir años en la calle siendo toxicómana, en su desesperación decidió un día acercarse a la iglesia de un barrio humilde a pedir ayuda, quería salir de la situación en la que se encontraba. El párroco lejos de evadir el problema se implicó hasta el punto que decidió alojarla en su hogar y ayudarla a desintoxicarse. Ella quería realmente curarse y a día de hoy está totalmente restablecida, integrada en la sociedad, dando clases de yoga y haciendo vida normal. El cura no quiere protagonismo, dice que hizo lo que tenía que hacer.
Conocí un poco más de lejos años atrás la historia de un chico que me sorprendió más todavía porque me llevó a darme cuenta del verdadero potencial aparentemente latente que tiene el Ser Humano para obrar verdaderos milagros en su vida y agradeceré toda la vida el poder haber conocido una historia así porque me dio alas, confianza y soporte donde apoyarme, para superar una situación difícil de mi vida.
El argumento que puse en mi mente fue: “Si otros pueden superar cosas así yo puedo con esto y con más”. Este chico se cayó de un séptimo piso y aunque no murió se quedó en silla de ruedas, evidentemente con mucha medicación para soportar los dolores. Su porvenir no era muy esperanzador que digamos, pero como en todas esas historias maravillosas de superación aparecen ángeles humanos que te ayudan a transformar la situación cuando quizás ya te habías resignado a tu desgracia. A través de técnicas mentales, de visualización, que combinó con otras técnicas y trabajo interior titánico, años más tarde volvió a caminar y escribió un libro: “Y entonces me levanté”, pero todavía tuvo que atravesar una prueba más: la de perder todas sus posesiones incluida la vivienda y verse sin nada con mujer y dos hijas. Dice que al perderlo todo perdió también el miedo y sin saber cómo se mantuvo sereno en medio de toda la tempestad. Comprendió con el tiempo que todo lo que había acontecido en su vida le llevó a comprender que su historia estaba diseñada para enseñar a los demás que nada es imposible.
A través del humano limitado que creemos ser vemos múltiples limitaciones pero portamos en nuestro interior una fuerza y capacidad inconmensurable que cuando la vida nos pone a prueba nos puede llevar a crear auténticos milagros cuando nos abrimos a la fe sin la menor duda y trabajamos en la dirección adecuada.
Si estás atravesando una etapa o situación difícil no es más que el aprendizaje que necesitas en estos momentos, no dudes de tu capacidad de superación y aprendizaje, nada queda al azar en el mundo, siempre tenemos delante lo que necesitamos para seguir evolucionando. Ármate de valor y enfrenta tu prueba, no infravalores tu capacidad porque nunca se nos presenta nada que no esté a nuestro alcance, ejercítate con lo que te corresponde porque mañana quizás, y gracias a tu historia, puedas ser fuente de inspiración y superación para mucha gente. Sin ti no hubieran creído hasta donde puede llegar el Ser Humano.
“Dios le da las peores batallas a sus mejores soldados”
Rosana Martínez
instagram/rodriguezrosanamartinez