Catástrofes naturales y bioreparación de suelos

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He pedido a mi amigo Peter Ash, –que ya conocen los lectores de Natural por la entrevista que publicamos el pasado diciembre de 2012– que me informe sobre soluciones para grandes catástrofes naturales, tales como inundaciones e incendios forestales. Peter aprendió mucho durante los seis meses que pasó en Luisiana trabajando como voluntario en la época del huracán Katrina. En esa época tenía ya mucha experiencia en cultivos dinámicos, gestión de cosechas y organización de recursos humanos. La experiencia de Luisiana le sirvió para especializarse en soluciones para la bioreparación de suelos muy dañados por una intensa contaminación a consecuencia de una gran inundación. La contaminación está siempre en proporción al calibre de la inundación. En la de Luisiana que rompió diques, arrastró casas y toda clase de objetos de muchas entidades diferentes, la contaminación de los suelos fue enorme. La primera fase de la descontaminación empieza con la limpieza a fondo de todo lo que haya quedado de las casas, desescombrado de todo lo máximo posible. No se puede pensar en reconstruir un hábitat sin haber hecho a conciencia la labor de limpieza y desescombrado.

Fue ahí, en ese ambiente de grandes humedales, cuando Peter empezó a darse cuenta de la gravedad del problema de residuos y su efecto en el medioambiente. No le gustó nada lo que estaba haciendo el gobierno, así que decidió asumir la responsabilidad del aprovechamiento y reciclado de residuos en su zona de trabajo. ¿Cómo empezar a restaurar el habitat natural? Tras la primera fase descrita, tomar muestras del suelo contaminado para su posterior análisis. Después, compostar las enormes cantidades de residuos orgánicos que producía el campamento de voluntarios, una media semanal de unos ochocientos kilos. Con el compost, –materiales limpios– construyeron un tipo de surcos alzados. Descubrieron que algunas plantas hiperacumuladoras de metales pesados eran ideales como descontaminantes de suelos y paralelamente empezaron a plantar un huerto de frutas y verduras necesarias para el consumo diario del campamento. Esto, además de suponer un ahorro considerable en la compra diaria de productos frescos, reparaba biológicamente el subsuelo y el espacio entre los surcos. En el proceso se investigaron sistemas de reciclado, aprovechamiento de residuos y bioreparación de suelos contaminados. El sistema funcionó.

  • Desescombro y limpieza en profundidad. Análisis de suelos y posterior sembrado de plantas altamente descontaminantes, hiperacumuladoras de metales pesados.
  • Hacer compost con residuos orgánicos, construir surcos alzados y plantar los productos de consumo diario, frutas y verduras, que además de ahorro, culminan la bioreparación del suelo y siguen produciendo los residuos orgánicos necesarios para el mantenimiento y extensión de la zona a cultivar.
  • Con esto consiguieron reciclado e integración de recursos, desechos cero, bioreparación de suelo contaminado y producción de frutos de consumo diario. Ahorro y mantenimiento del proceso.

En el caso de incendios forestales, la restauración del habitat puede ser más complicada. El incendio de bosques puede a veces formar parte de un proceso de regeneración natural. Aún en el caso de incendios provocados, ¿hasta donde es necesario el control del hombre en el proceso?

Los incendios recurrentes pueden acabar con las plantas endémicas y abrir camino a especies invasivas. Esto lleva ocurriendo desde hace años en nuestro clima mediterráneo. Hay un desconocimiento generalizado de la climatología y de las características geográficas. Esta ignorancia provoca el pensamiento erróneo de riesgo de incendio de la maleza, arbustos y árboles autóctonos y que por tanto deben erradicarse para alejar el peligro de combustible que se les atribuye para el siguiente incendio. Error. Lo que sucede a menudo es que con su sustitución por árboles y plantas foráneos de rápido crecimiento, se está atacando seriamente el habitat natural de las especies, flora y fauna nativas, que pueden acabar en su desaparición y en el desequilibrio medioambiental.

Depende de muchos factores, el cambio climático puede ser uno de ellos, pero el caso es que el habitat natural se regenera. Árboles muertos que renacen, arbustos quemados que crecen de nuevo, porque el fuego no afectó a sus raíces. Muchos sembradíos necesitan de esa limpieza por fuego para renacer con la estación de lluvias. Hay que aprender a utilizar el fuego como herramienta para preparar la tierra para el cultivo y en el caso de bosques, el fuego puede ayudar a mantener un equilibrio armónico entre el hombre y su entorno, incluso el de la fauna autóctona. El fuego puede ayudar a crear pastos para el mantenimiento de animales de caza.

La primera consideración a tener en cuenta tras un incendio forestal es la erosión que producirán las siguientes lluvias. Con frecuencia, el fuego crea una capa vidriosa sobre la superficie del suelo por lo que las cenizas rápidamente arrastradas causan un daño de mayores proporciones. Cuando se esparcen semillas desde el aire, a veces es para bien, pero cuando se utilizan semillas importadas, éstas no proporcionan una buena solución ecológica, porque se producen cambios en el ecosistema autóctono que también afectan a la fauna, con lo que el ecosistema natural se pierde totalmente con el cambio y esto no es una solución.

Se trata de respetar el ecosistema autóctono, flora y fauna. Una solución pasa por protegerle de la erosión cubriendo el suelo con una capa de mantillo orgánico que a veces llamamos «manta de compost». Con o sin sembrado, esto previene la erosión, ya que amortigua el impacto explosivo de la lluvia al golpear la superficie del suelo, porque este mantillo/compost hace que el agua penetre hacia el subsuelo y mantenga la cantidad necesaria para el rebrote. Con el suelo así reparado pueden replantarse árboles y plantas endémicos.

Cuando un fuego es muy devastador, cuando todos los árboles mueren, hay una solución óptima para la restauración del medio ambiente. Los árboles muertos in situ pueden ser un riesgo de fuego futuro, pero no si se los recicla en otro recurso, en astillas o lascas para ser utilizadas como capa vegetal protectora de tierras de cultivo. Este sistema ahorra muchísima agua y nutre la cadena alimentaria del suelo justo con el material orgánico que aman todos los árboles y plantas.

Hay muchas soluciones disponibles para el resembrado y abono orgánico. Pueden añadirse, por ejemplo, a la «manta de compost» algunos polímeros naturales aplicables desde avionetas. En el caso de los declives o rampas, consecuencia de la rotura de terreno para la construcción de carreteras, junto y a lo largo de las mismas, puede hacerse un sembrado de semillas para regenerar la herida, mediante camiones spray. A esto se llama hidrosembrado. Para el seguimiento posterior del sembrado o resembrado es muy recomendable como nutriente el tipo de «compost tea», que puede hacerse desde avioneta o desde tierra mediante sistemas de spray.

Es decir, hay que distinguir:

  • El fuego como aliado en la regeneración de recursos y de un equilibrio armónico hombre/entorno.
  • Plantas y árboles endémicos, no a las especies importadas invasivas que ponen en peligro el hábitat natural y medioambiente.
  • Soluciones para la erosión tras un incendio forestal y para otros casos.
  • Reciclado de árboles quemados en otros recursos, como cubierta vegetal protectora.

Teresa Fernández Herrera 
Press Relations Madrid, ONG Abrazando al Mundo
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