Todo lo que está vivo emite una energía. Todo ser viviente precisa de nutrición para desarrollar su existencia.
En el ser humano se dan los dos tipos de nutrición, de una forma combinada. Por una parte, la nutrición biológica, a través de los alimentos y el agua, y la nutrición vibracional, que se inicia con el aspecto sutil de la respiración.
En el principio no había existencia ni inexistencia; todo este mundo era energía sin manifestarse…
-Himno de la Creación, Rig Veda-
Nutrición biológica
La nutrición biológica permite recibir los elementos nutrientes en el organismo, para su transformación en energía que el organismo puede procesar. Así es como se mantienen las funciones, se producen los movimientos adecuados de los procesos y se consigue mantener un equilibrio saludable, dinámico, diario en lo que se denomina la “homeostasis” del cuerpo.
Las funciones vitales necesitan de esta energía procesada desde los alimentos, como una “gasolina” específica que permite y procesa lo relativo a la digestión, al metabolismo y a la excreción de los elementos residuales y de desecho. Es un circuito maravilloso que permite estar en buenas condiciones físicas, en salud y en equilibrio corporal.
La sugerencia constante e imprescindible es la de mantener una buena dieta, una dieta equilibrada, acorde a las necesidades que cada persona comprende, para el buen funcionamiento y vitalidad de su organismo físico.
Nutrición vibracional
Está en relación directa con la capacidad luminiscente, con la captación y emisión de energía no material de altas frecuencias.
Del mismo modo, la nutrición vibracional, que se inicia con el aspecto sutil de la respiración, tiene otros elementos que se relacionan con este funcionamiento: el medio ambiente de la casa, por ejemplo (que no existan patologías en el edificio, fugas de agua, radiaciones naturales o artificiales que perjudican a la persona y a los seres vivos del hogar).
El medio ambiente laboral también tiene una influencia importante (si se pueden mantener las ventanas abiertas, en las necesidades de ventilación específicas, tejidos artificiales como las moquetas, la radiación de los aparatos y ordenadores, tanto en cantidad como por sus características de emisión).
El éter conforma el Universo y la respiración conforma al hombre
–de Los Upanishads–
La polución también es un elemento a tener en cuenta en las grandes ciudades, ya que las micro partículas en suspensión pueden incidir no sólo en la energía de las personas, sino en el cuerpo físico.
Tenemos que sumar a todo esto el nivel vibratorio de nuestros pensamientos. A lo largo de la vida, hemos generado un mundo de creencias que “parece” darnos una dirección de vida. Con el tiempo, descubrimos la necesidad de reconsiderar todo lo “heredado” y encontrar las propias “pistas de veracidad” que sean válidas para nuestro enfoque vital, nuestras etapas y el desarrollo de nuestra misión.
Nuestras perspectivas de actuación en la vida, los impactos y experiencias que llegan a nosotros, van configurando decisiones que se retroalimentan con la forma de pensar “decidida”. Lo que vamos escogiendo como “valido” y “valioso”, por ejemplo, amplifican la forma de vibrar de la persona. Los pensamientos “recortados” por los miedos, “atrapados” en aspectos traumáticos” o en decisiones “no consensuadas con la almohada” (es decir, lo que la vocecita de la conciencia hace vibrar dentro de nosotros…), imprimen un circuito mental que influye absolutamente en la forma de vivir.
La escala de prioridades que podemos escoger, también es un formato vibrante que plasma una forma de sentir y de actuar determinada. Lo que vibra en esa escala o nos da mas luminosidad vibracional o va opacando la expresividad y la manifestación de la identidad de la persona. Esto se produce como un fenómeno natural de la propia naturaleza de las vibraciones. La acumulación de estos contextos, generan hacia el interior eso que hemos denominado “la sombra”.
Si el sol nutre todo lo que está en la vida, la vibración personal nutre la vida de la conciencia humana
Avanzando en este desarrollo, podemos decir que científicamente, ya se ha constatado que tenemos un circuito energético, con varios centros energéticos que recorren, especialmente, el tronco. Estos centros “irradian” una especie de “electricidad”, una corriente energética sutil, que ofrece su aportación vibracional para ensamblarse, en cada zona, con el correcto funcionamiento y estado de los órganos y sistemas del cuerpo humano.
La emisión y la escucha
El sonido es el otro elemento vibracional, importantísimo, que intermedia entre el cuerpo físico, el cuerpo energético y la conciencia.
Tiene dos aspectos fundamentales: la emisión y la escucha. Nuestra voz hace vibrar todo en la persona: desde la sensación más contundente hasta la oscilación que se genera en el mundo celular y más allá. El campo energético que rodea a las células, también entra en resonancia con la emisión del sonido, tanto vocal como de la música. Otro tipo de sonidos (como los ruidos, por ejemplo), también tienen una gran incidencia en nuestra percepción.
En la emisión encontramos nuestra expresividad vocal: lo que sentimos, lo que pensamos, lo que compartimos, lo que nos define… Nuestra voz es personal, única e intransferible. Expresa, precisamente, nuestra identidad vibracional, ahora, en la vida presente, en la actualidad de estar vivo “aquí y ahora”.
En esas decisiones interiores que comentamos, en cuanto a la vibración del sonido en nosotros, podemos crear una “máscara facial” que se reflejará también en nuestra expresión personal o bien podemos “unificar” las vibraciones y dotar a nuestra sonoridad vocal de un “perfume” vibracional que hace oscilar, en positivo, todas las fibras (o cuerdas, por decirlo así) en todos los contextos, ambientes y personas con las que nos ponemos en contacto.
Si lo respiras… aparece una sensación de abismo… ¿Quiero ser yo en mi yo verdadero? O …¿escojo seguir una corriente establecida y que no “se me vea” por ningún sitio…? Las vibraciones se vacían de contenido, realmente, aunque parecen mostrar autenticidad… se escurren de la escucha y presentan sólo la carcasa, la cáscara (como las nueces). Es una decisión significativa… Nuestra sonoridad siempre nos está esperando para conectar todas las fibras y robustecer lo que he llamado “Estatura musical” (Ver libro The living voice – la voz viviente).
El enfoque sonoro
La nutrición vibracional, pues, nos aporta un conocimiento importante para la vitalidad global de la persona, en tanto que orienta nuestra actuación hacia afuera y nuestro nivel de felicidad interior, por una parte y por otra, se vincula implícita y explícitamente, con la experiencia trascendente de nuestra conciencia en esta biografía humana, la actual.
Precisamente, en todas las culturas se menciona la importancia de “escuchar”, de prestar atención en lo que llega por los oídos para que la información, la sustancia y la “nutrición vibracional”, conecten las sinapsis cerebrales que emitan su energía maravillosa hasta el núcleo de la conciencia y tomemos las mejores decisiones, las mejores opciones, la responsabilidad de hacer florecer nuestra misión en el entorno dado en el que nos corresponde actuar.
La gran aliada: la música
La música es nuestra gran aliada en todo esto. Su naturaleza ondulante “se presenta” vestida de vibraciones melódicas, que nuestro oído humano puede percibir perfectamente. De hecho, tenemos canciones o composiciones que se convierten en “importantes” para nosotros, que reflejan nuestros gustos específicos, que nos traen ciertos recuerdos o bien, que nos aportan sensaciones que “ayudan a recuperar el centro personal”.
Este punto es el fundamental de la nutrición vibracional. Tenemos a nuestra disposición caudales ingentes de energía vibracional nutritiva, si el alimento musical que escogemos “contiene” proporciones armónicas, inspiración del artista compositor y del intérprete, vibraciones cordiales (intenciones amorosas hacia la humanidad, por ejemplo) y conectividad especial con ciertas franjas dimensionales, que también se conforman como espacios vibrantes, organizados en escalas.
La música, precisamente, se configura en escalas, en octavas, como reflejo perfecto para nuestro mundo material, de la danza y del movimiento que las esencias y valores realizan en su vitalidad conciencial, dentro de su “hogar” que es la franja dimensional que las contiene. Es tal la flexibilidad, que la ondulación puede viajar perfectamente en vertical, del mismo modo que el sonido y la música maravillosa está viajando en el tiempo lineal en el que podemos percibirlo.
La nutrición biológica hacia el cuerpo humano, la nutrición vibracional hacia el cuerpo energético y la conciencia. Es un binomio de actividad creado desde una energía de amar, una energía amorosa que unifica lo que denominamos “el cielo con la tierra”.
Algunas composiciones musicales que pueden favorecer el paso de una forma de sentir a otra forma más conectada con lo que brota para florecer en mí.
La música y el sonido vocal siempre construyen puentes y arquitectura sutil para que la conciencia pueda avanzar en su camino trascendente. Lo que encontramos en cada modulación, en cada cambio, resuena con algo esencial “que ya estaba dentro”, queriendo manifestarse con plenitud en nosotros. En nuestra luminosidad, esa que perfila nuestra identidad como seres singulares del cosmos, viviendo esta experiencia humana en el planeta azul, nuestra Tierra.
Somos el único instrumento musical que es capaz de percibirse a sí mismo.
Sugerencias de inicio
- BIO MÚSICA: Arnica Montana.
- MOZART FOREVER BY THE SEA, de Solitudes.
- SUR LE OCEAN, de la película “Los chicos del coro”.
- LUDOVICO EINAUDI: “Una mattina” (investigar en todos sus temas).
- SKY FULL OF STARS, en la version de Symphoniacs.
- LIKE A DIAMOND, en la versión de One Voice Choir.
- HEAL THE WORLD, de Michael Jackson.
Macarena Miletich
Autora del libro:The Living Voice La Voz Viviente. Especialista en Técnicas Vocales. Ex Catedrático de Ortofonía y dicción. Creadora de E.V.E.S (Entrenamiento Vocal para la Evolución Sonora). Master de Universidad Internacional Bircham: “Experto en Evolución de la Conciencia PEC”. (Paloma Cabadas).
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Instagram: @macarenamiletich