El aceite de Hipérico, también llamado la Hierba de San Juan,
se obtiene por la maceración de sus hojas en aceite de oliva. Su nombre
en latín ?Hipericum perforatum?, procede del griego hiper
(sobre) y eikon (imagen), para los griegos era por tanto una planta con propiedades
sobre lo imaginable.
Mucho se ha hablado sobre el Hipérico, incluso sobre sus propiedades
antidepresivas que incluso dicen, llevan en Alemania a superar las recetas del
prozac. Vamos pues a enumerarlas y a poner a esta planta en su lugar para el
mayor conocimiento de los lectores de Natural.
Uso externo:
Su riqueza en taninos ha convertido a esta planta desde la antigüedad en
una de las mejores armas para la cicatrización de heridas y la curación
de las quemaduras o llagas. La podemos considerar como el antibiótico
de la Edad Media, por la gran importancia que tuvo esta planta en la curación
de las heridas de guerra. En el siglo XVI se la llamó Hierba de las heridas
y posteriormente Hierba militar.
Mi experiencia con esta planta en la regeneración de la piel es muy satisfactoria,
tanto para quemaduras con unas gotas de aceite esencial de lavanda, que crean
una mezcla muy regenerante de la piel, así como, para aliviar golpes
y hematomas, que, en estos casos acelera el proceso de recuperación.
Para ello aplicar el aceite directamente sobre la piel, o en el caso de que
no se pueda manipular la zona a tratar aplicarlo mediante compresas frías
impregnadas con aceite de hipérico. Constituye un buen remedio para combatir
los dolores corporales especialmente aquellos producidos por afecciones reumáticas,
gota, artritis, ciática, lumbalgia, etc., en aplicación tópica,
y a ser posible, mezclado con aceites esenciales y combinado con emplastos de
arcilla o cataplasmas.
La utilizo externamente para tratar las pieles sensibles, en aplicación
directa sobre el cutis por la noche, mezclando con aceites esenciales calmantes;
caléndula, petit grain, lavanda o manzanilla.
Uso interno:
Antidepresivo: Se ha hablado mucho de este tema, y mi experiencia en estos casos
me ha demostrado que la presencia de hipericina le otorga propiedades antidepresivas
en los casos de depresión leve. Esta substancia actúa en el organismo
de manera similar a como lo hacen las drogas de síntesis sin presentar
los inconvenientes de las mismas. Sin embargo, algunos estudios parecen orientarse
últimamente hacia la hiperforina como principal componente determinante
en esta propiedad. No tiene ningún efecto en los casos de depresión
aguda.
Tónico nervioso: Su uso prolongado -entre unos 4 y 6 meses- constituye
un tónico reparador del sistema nervioso. A diferencia de otros sedativos,
no tiene efectos negativos por acumulación de toxinas en la sangre, sobre
todo para el hígado.
Digestivo: Buen remedio cuando aparece acidez gástrica y, sobre todo,
en el tratamiento de la úlcera de estómago, diarreas y vómitos.
Se ha demostrado la influencia de la hipericina como inhibidor de la acidez.
¿Cuánto debo tomar? Lo recomendado es 3 ml, (una cucharadita de
café) de aceite de hipérico tres veces al día. Y siempre
bajo la supervisión de su médico.
Precauciones:
El uso interno de esta planta debe suspenderse si se toman otros medicamentos
pues presenta muchas incompatibilidades con los barbíturicos, antidepresivos,
narcóticos, inhibidores de la ácidez, etc. En todo caso, si se
ha de tomar algún medicamento o se está tomando alguno, es mejor
consultar al médico antes de emprender curas con esta planta.
Toxicidad:
La hipericina en contacto con la luz solar puede producir efectos de fotosensibilización
en la piel. Por ello se aconseja que, en caso de seguir un tratamiento de uso
externo con esta planta, no se debe exponer la piel al sol.
No deben tomarse preparados de esta planta durante el embarazo.
Conclusión:
Esta maravilla de los pirineos es indispensable en el botiquín casero,
para calmar dolores reumáticos o para aplicar inmediatamente después
de sufrir un golpe.
Es importante proveernos del aceite de hipérico biológico, que
haya sido obtenido mediante maceración en aceite proveniente de cultivos
libres de aditivos químicos, así, nos aseguramos de que permanezcan
intactas sus propiedades.