La Coraza Fundamental

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Empiezo este artículo queriéndome adentrar suave y paulatinamente en el universo que mueve al ser humano a ir al encuentro de si mismo. Una llamada a la que atendemos, por lo general, en un momento de nuestra vida en la que atravesamos por una o varias dificultades. Me encuentro de pronto escribiendo sobre la Coraza Fundamental y me doy cuenta que he ido a parar a lo más profundo con lo que uno/a se puede encontrar en su proceso de Individuación, término éste acuñado por el Dr. Carl G. Jung para designar el camino de la propia unidad, de la autorrealización. Lo primero que es necesario aclarar son dos conceptos: Coraza y Fundamental.

El término Coraza lo introduce por primera vez Wilhelm Reich, el padre del llamado Psicoanálisis corporal denominado «Orgonterapia». En sus estudios clínicos se dio cuenta que la coraza actúa como un anillo, como un segmento inhibidor de la función orgásmica de la vida, a la que llamó «Orgón». Es decir que para Reich estos anillos situados en nuestro cuerpo físico aprisionan la fuerza vital, impiden la circulación de la misma, creando al mismo tiempo la enfermedad, sea ésta física o psíquica.

La coraza, es una protección que hemos instalado inconscientemente en un momento determinado de nuestra vida ante la percepción de un peligro en nuestro entorno. Esta protección se ha podido formar en una edad temprana (incluso in utero) y cuando somos adultos han pasado a nuestra parte inconsciente, es decir, que nos dirigen la vida y nosotros no lo sabemos.

La coraza es un complejo en si misma; tiene su parte física, su parte psíquica y su parte emocional. La coraza física atañe a nuestro cuerpo físico, se encuentra en nuestra musculatura, en los tendones, en las vísceras, en los huesos, en nuestra linfa, etc., la podemos percibir como rigideces musculares, dolores, contracturas y enfermedades.

La coraza psíquica está formada por creencias limitativas, por formas de pensamientos que nos restringen: «no merezco sentirme bien», «no tengo derecho a vivir con alegría», «no lo conseguiré», etc. Todas estas formas de pensamientos, estas creencias permanecen inconscientes y dificultan nuestra forma de vivir, ya que nos mantienen en una especie de supervivencia.

La coraza emocional son las emociones retenidas, rechazadas y no expresadas. Estas emociones permanecen en nuestro inconsciente o preconsciente, se alojan en nuestro cuerpo físico, justamente por que no han podido hacer honor a su nombre: Movimiento, Motion, etc., han quedado aprisionadas en nuestro cuerpo. Pero…

¿Cómo se forma una coraza?

Desde el MLC© (Método de Liberación de Corazas) con el que trabajo entendemos que el cuerpo es la sede de nuestro inconsciente y en él se encuentra toda nuestra historia. Una historia que con mucha probabilidad difiere de aquello que creemos de nosotros mismos, justamente por ser inconsciente.

???? Vol.30 ????????En este método, el cuerpo es el punto de partida de comunicación con nuestro inconsciente. Así, a través de diversos movimientos corporales, la persona va familiarizándose con las diferentes partes de su cuerpo, que en general percibimos al principio como fragmentado, desunido. Estos movimientos específicos van a entrar en comunicación con nuestro cerebro reptiliano, nuestro cerebro más arcaico. Es precisamente en este lugar de nuestro cerebro donde se encuentran nuestros instintos más básicos. Regula los elementos básicos de la supervivencia, regula también las funciones fisiológicas involuntarias de nuestro cuerpo y es el responsable de la parte más primitiva de reflejo-respuesta. Es el encargado del control hormonal y de la temperatura, del hambre, sed, motivación reproductiva, respiración.

Por encima del cerebro reptiliano se encuentra el cerebro límbico, donde se almacenan nuestras emociones, nuestra memoria afectiva, una especie de contador de nuestras experiencias emocionales, y por último en orden de aparición en el ser humano, nos encontramos con el neocórtex, llamado también el cerebro racional. Este permite el control de la emociones y es el que nos facilita el desarrollo de las capacidades cognitivas; memorización, concentración, autorreflexión, ejecución en la resolución de conflictos es la parte más consciente de la persona.

La coraza se forma inicialmente en el cerebro reptiliano. Percibimos un peligro, y nuestro sistema de ataque o defensa se pone en marcha, sin que nosotros podamos hacer nada para detener uno u otro. El instinto nos marca si podemos luchar o tenemos que huir. Cuando somos pequeños estas opciones se reducen a otra tercera por que no podemos hacer ni una cosa ni otra. La tercera vía que toma nuestro cuerpo es la de someterse. Someterse a la situación que nos rodea, adaptarse a una situación que percibimos como peligrosa, requiere acorazarse. Nuestro cuerpo se cierra. La energía vital de la periferia se retira hacia el interior de nuestro cuerpo, hacia la parte más profunda en nosotros, la musculatura de la columna vertebral y el interior del tronco encefálico. En esta retirada la energía vital que es incondicional a los elementos y circunstancias externas nos mantiene a salvo, pero pagamos un precio.

Aquí es donde retomo el segundo concepto del que hablaba al iniciar este artículo: Fundamental. Fundamental quiere decir que en ese espacio profundo se encuentra nuestro dolor primero, ese dolor que no hemos podido racionalizar, ese dolor que hemos sentido, vivido y que por no tener lenguaje articulado cuando ocurrió ha quedado silenciado en nuestro interior, cual un prisionero en una mazmorra sin luz.

El prisionero sigue vivo, de vez en cuando nos hace alguna señal, en forma de dolores físico, malestares emocionales, etc., pero como ni siquiera sabemos que dentro nuestro tenemos un huésped, seguimos nuestra vida más o menos superviviendo. Ese huésped consume mucha energía y es esa misma energía que nos consume, la que impide que pongamos nuestra creatividad en el exterior para poder compartirla con los demás, para poder ofrecer nuestros dones con los que hemos venido a este mundo.

La Coraza Fundamental

Ya sabemos que en nuestro interior existe una energía inhibida, que nos impide vivir plenamente. Cuando digo Vivir quiero hacer hincapié que lo digo con mayúsculas porque Vivir es tomar la vida tal cual es. Una vida con sus luces y sus sombras. Huyo de las tendencias excesivamente positivistas donde ponen su enfoque en ver sólo parcialmente la vida a través de los cristales de la luz. Invariablemente no puede haber luz sin oscuridad, los opuestos idealmente se tendrían que encontrar para acceder a una autorregulación interior.

Desde el Método de liberación de Corazas, nos permitimos ir al encuentro de este huésped interior (que no es otro que una parte nuestra en la sombra) de forma paulatina, suave, profunda y con una gran dosis de comprensión y amor hacia nosotros mismos. En mi práctica diaria y en mi experiencia propia no he visto jamás que una persona haya podido acceder a esa parte profunda de sí mismo para liberarla por la fuerza y con dureza.

A través de movimientos psicocorporales vamos acercándonos a la Coraza Fundamental, después de haber liberado, flexibilizado las otras corazas que rodean a la Fundamental (coraza parental, coraza mal amado, coraza impotencia). El conocimiento durante el proceso psicocorporal otorgará a la persona una perspectiva de su historia vital diferente a la que tenía formada de sí misma, la compresión de su historia y la aceptación de ésta la guiará a un encuentro profundo con ella misma, momento en el cual es posible el encuentro, el diálogo y la reconciliación con el huésped encerrado en la mazmorra. Es la liberación, la flexibilización de la coraza fundamental. Es la liberación de la energía vital primigenia que autodestruía para pasar a una energía vital Creadora. ¡Es entrar en la Vida!

Lurdes Reina
Terapeuta Psicocorporal de orientación Junguiana. Autora de la obra de Natural Ediciones: “Nacer a sí mismo
www.lurdesreina.com