La crisis económica ha disparado los casos de obesidad a nivel mundial, ya que ha empujado a los consumidores de muchos países a buscar productos más baratos y, por consiguiente, menos nutritivos.
Esta es una de las conclusiones que se desprenden del informe “Generación XXL”, elaborado por la compañía IPSOS -especializada en identificar las conductas, actitudes y opiniones de la sociedad- que ha realizado en España y otros 84 países a partir de diferentes encuestas e informaciones de instituciones públicas.
El principal factor para mejorar el bienestar personal de los encuestados a nivel mundial pasa por tener una sólida economía en su país (89 %), por encima de otros factores “a priori” más importantes como puede ser comer mejor (81 %), hacer más ejercicio (77 %) o perder peso, señalado por sólo el 60 %.
En el caso de España, casi la totalidad de la población (95 %) confirma este factor, situándose a la cabeza de todos los países europeos, muy por encima de la media global.
El 64 % de la población mundial, según se desprende de los datos del informe, cree que es necesario “vivir mejor”, aunque el 79 % apunta que es algo que hoy en día se ha convertido en más difícil que nunca.
El porcentaje alcanza el 83 % de la población en el caso de España. En este aspecto, existen grandes diferencias entre países; así, por un lado, Indonesia, China y Brasil cuentan con el porcentaje más alto de gente que lucha por mejorar sus condiciones y hábitos vitales, mientras que los europeos, sobre todo Alemania, Gran Bretaña y Suecia se encuentran en el extremo contrario.
La obesidad es uno de los problemas de salud más importante del siglo XXI y así lo evidencian estos datos: el 65 % de la población mundial vive en países donde muere más gente por enfermedades relacionadas con la obesidad que con la malnutrición.
Las conductas sociales a nivel global apuntan a un mundo donde “lo normal es no cuidarse”, según la compañía, que señala que los países desarrollados han pasado a una fase de “sobreconsumismo”, que nos ha hecho alcanzar cifras alarmantes, como que cada año, a nivel global, se consume un 30 por ciento más de los recursos de la Tierra, es decir, más de lo que se puede reabastecer.
De hecho, según IPSOS, si todos los individuos consumiesen al ritmo de Europa harían falta tres planetas como el nuestro para que se pudiese llevar a cabo, y en el caso de Estados Unidos, cinco.
El 17 por ciento de la población ha apuntado como principal escollo para llevar a cabo un estilo de vida más saludable el precio de algunos productos, que les resultan caros, algo que ha hecho que, por ejemplo en el Reino Unido, las ventas de carne de cordero, vegetales frescos y fruta hayan bajado de forma considerable.
También ha provocado que productos envasados como las galletas o la pizza hayan crecido en los últimos cinco años en el país, que las ventas de productos orgánicos hayan caído un 15 % en el último año y que el 23 % de los consumidores se haya dado de baja en el gimnasio.
Por tanto, la epidemia de la obesidad golpea también a Europa: en Gran Bretaña el 23 % de la población es obesa, y el 61 % tiene sobrepeso. Sorprende, además, que Escocia sea el segundo país con más casos de sobrepeso de toda la UE.
Pero, el problema de la obesidad en Estados Unidos comienza a ser alarmante, según los expertos del informe, ya que el 34 % de la población es obesa y el 75 % sufre algo de sobrepeso.
Y quién es el culpable del aumento de casos de obesidad? En el caso de España, el 63 % de los encuestados defiende que el Gobierno debería imponer normativas para controlar aquellos alimentos poco saludables, sólo superados en Europa por los italianos, con un 64 %.
En países como Alemania (43 %), Bélgica (39 %) o Francia (35 %) los individuos no son tan partidarios de esta cuestión.