Cada mañana cuando me miro al espejo me siento orgullosa de la imagen que éste me devuelve. Esta imagen me da seguridad, me conecta conmigo misma y despierta los recursos que tiene mi cuerpo y que están dormidos. Yo trabajo mi cuerpo porque para mí él es mi templo, es el vehículo con el que he venido a este mundo a evolucionar. Y la evolución es el movimiento, el cambio, es no conformarse con lo que se ha conseguido en un momento determinado y querer avanzar más.
Para ello, se nos van planteando diferentes metas y retos que conseguir a lo largo de la vida y que van variando en función del momento en que nos encontremos y los temas que necesitemos trabajar (familia, trabajo, dinero, pareja, etc.). Para alcanzar dichas metas tenemos que movernos, caminar por la vida y, al final de ese camino, cuando estemos delante de ellas, en última instancia, tendremos que pedir, hablar, comunicar para obtenerlas.
Importancia del exterior
Así la imagen para el Método TRCD no es simplemente lo que se ve desde fuera, lo que reflejamos al exterior. La imagen es cómo nos movemos por la vida para comunicar. Visto desde esta perspectiva es una de los aspectos más importantes que cada individuo tiene y debe cuidar. Cada uno debe darse lo que crea que para él es positivo. Yo hago ejercicio físico, me doy masajes, y cuido y mimo mi cuerpo cada día, pues éste es mi empresa personal y lo que consiga se lo deberé a él.
La gente piensa que cuando te arreglas solamente estás dando importancia a la parte externa, a lo material, pero cuando trabajas tu imagen con conciencia, te estás abriendo a toda esa parte de los recursos inteligentes que tienes dormida y que al conectar con ellos te van a ayudar a avanzar con mayor ligereza y agilidad y a sentirte pleno y tranquilo al ser consciente de lo que vas consiguiendo.
Nosotros hablamos de imagen inteligente, pues hacemos de la imagen una con conciencia, un trabajo desde el exterior hacia lo más profundo que cada uno tiene.
La inteligencia son todos los recursos que tenemos acumulados de nuestras vivencias, que son experiencias que quedan fijadas en nuestro cuerpo y que nos hacen ser «inteligentes». No en el sentido de la puntuación de un test, sino en cuanto a que a más recursos tenga, mejor podré saltar las dificultades y conflictos que se me planteen en mi caminar. Cada mañana es un nuevo renacer, una nueva oportunidad para decir sí a la vida y, por ello, debemos renovar nuestra imagen y, en la medida en que podamos, hacerla lo más divertida posible.
Desde el método TRCD se trabaja con todo lo que hay disponible en el mundo. Es la técnica de la vida cotidiana y trabaja con el color, las figuras geométricas y los números. Con esta variedad de recursos podemos hacer nuestra paleta de colores para aplicarla en todo lo que cada persona necesita en su preparación diaria. Así, nos convertimos en los creadores de nuestra propia vida, elaborando cada mañana la combinación más apropiada para afrontar el día que nos espera.
Para el método TRCD el cuerpo se divide en 3 partes básicas: el cuerpo en sí, que va del cuello a los pies; el subcuerpo, que son los sentidos; y el pensamiento, que se trabaja a través del cabello. Éstas componen al individuo, funcionan como un todo y debemos cuidarlas por igual. Somos como el mecanismo interno de un reloj en el que todo está conectado y, si falla una rueda, fallan todas.
El cuerpo lo podemos trabajar con masaje, ejercicio físico, pintura corporal y el vestir. Tan importante es hacer ejercicio físico como parte de nuestra rutina como vestir con prendas que nos gusten y que nos parezcan cálidas y confortables. Cada parte corporal lleva un color asociado a ella. Por ejemplo, las piernas que nos dan el movimiento tienen el color verde, y las nutriremos utilizando ese color en nuestro vestir. Así, variaremos con los colores de las diferentes prendas como con las texturas o los dibujos que tengan para potenciar la zona que más necesitemos en cada momento.
Puede parecer que trabajar el cuerpo con el vestir es algo raro, pero ciertamente son impresionantes los cambios que hace la gente cuando se abre a utilizar prendas que nunca se ha planteado porque no le gustan. Si le preguntamos por los colores que no soporta lleva, su respuesta, que puede parecer simplemente de gusto personal, nos permite leer los conflictos que tiene en ese momento de vida y darle herramientas para una resolución, para que paso a paso vaya desenredando el problema y pueda finalmente solventarlo.
Conflictos interiores
En cuanto al circuito que siguen, en general, la mayoría de las personas, hay un momento en la vida, en que por cualquier razón nos sentimos frustrados, abatidos, como si la vida nos pudiera… y eso nos lleva a estar más bajos de energía, instaurándose en nuestra vida la pereza. El primer síntoma es dedicar menos tiempo al cuidado personal, simplemente para poder dormir unos minutos más antes de levantarnos por las mañana para afrontar el día, pues esto es lo que nos cuesta. Este caso se aprecia especialmente en el caso de las mujeres con hijos que, al levantarse por las mañanas, tienen muchas responsabilidades de las que ocuparse antes que de ellas mismas. Primero, empezarán por levantarse 5 minutos más tarde para, seguidamente, dejar de maquillarse para salir a la calle y luego se pondrán unos pantalones y unas zapatillas porque «solamente» van a llevar a los niños al colegio. Ese será el principio de un proceso que no será puntual de un día, sino que comenzará cada vez a repetirse con mayor frecuencia y, al final, acabarán en el chándal. Ellas lo tomarán como el uniforme en que se sentirán cómodas, pero será dentro de él, en el que su cuerpo irá cogiendo unos kilos de más, con lo que su ropa nos les entrará.
Este es un ejemplo muy común de descuidar el cuerpo, pero cada cual puede mirar dentro de su rutina y ver en qué aspecto de su vida se ha instaurado la pereza que le hace ser repetitivo y no valorarse y quererse como se merece.
Este no es más que uno de los múltiples casos que existen en el mundo, como puede ser el de las mujeres trabajadoras que se masculinizan para igualarse al hombre, o el caso del hombre que se va dejando de cuidar y va dejando de expresar creando gordura en la papada y en la barriga. Es ahora cuando estas personas tienen que recuperar su parte de cuidado personal, arreglarse y vestirse cada mañana como si fueran a ir a una fiesta, porque la vida es como nosotros queremos que sea. Este cuidado les llevará a valorarse más como personas y esta parte descuidada, al revertirla, les permitirá volver a conectar con los recursos que tienen dormidos, y poder apoyarse en su propia fuerza.
La rutina no es mala, la necesitamos para organizar nuestra vida, para tener una disciplina y un orden en los quehaceres diarios, pero cuando se implanta por completo en nuestro caminar, nos lleva al hastío y al aburrimiento. Nos envuelve en un mundo sin color y sin ilusión que nos puede llevar a la mayor de las tristezas. Así divirtiéndonos y haciendo que cada día por la mañana sea nuestra fiesta, dedicándonos un tiempo (el que cada uno pueda) para cuidarnos y mimarnos, empezaremos la jornada con el sí, desde la positividad, con el movimiento y el cambio, que nos llevarán a afrontar esa jornada con una visión diferente a la del día anterior.
De esta forma, conectaremos con nuestro sentimiento que está compuesto por todas las vivencias que tenemos acumuladas en el cuerpo y que nos hace tener activos todos los recursos para afrontar lo que nos aparezca en cada día, desde el aprendizaje y desde el cambio.
Este sentimiento es el que nos da la belleza que cada cual trae, y viene de dentro, no es simplemente una belleza superficial, estaremos bellos porque lo que emanaremos de lo más interno que tenemos será felicidad y plenitud; porque estaremos en armonía con nosotros mismos y eso se reflejará en todo nuestro alrededor. Además de vestir con conciencia, lo que nos ayuda también a hacer nuestra imagen magnética a las oportunidades de la vida son los complementos. En ellos se engloba todo lo que nos pongamos como adorno. La bisutería, los pañuelos, los bolsos… nos ayudarán a atraer y seleccionar lo que es útil para nosotros. Con esto podemos hacer las combinaciones que cada mañana el cuerpo nos pida, sintiéndonos libres de ir como queramos. Así, nos abrimos a otro concepto de lo que significa arreglarse, puesto que lo comenzaremos a hacer para nosotros mismos y no para los de fuera.
Por otro lado, los sentidos son una de las primeras vías de entrada de información en el cuerpo. Mediante ellos, olemos, escuchamos, hablamos, y vemos lo que el mundo nos presenta. Actualmente estamos expuestos a tal cantidad de información que somos incapaces de procesarla y seleccionarla. Por lo tanto, nuestros sentidos se quedan taponados, pues no tienen el tiempo necesario para digerir, expulsar lo que no es para nosotros y seleccionar solamente lo que en ese momento nos nutre. Es por eso, que debemos protegernos para que, en la medida de lo posible, nos traguemos lo mínimo del exterior.
Esto lo hacemos con la crema, creando una primera capa de protección que podemos utilizar tanto hombres como mujeres. Es conveniente utilizar tanto crema corporal como facial, pues la piel es nuestra primera barrera de protección frente a lo externo.
Cada parte corporal está reflejada en uno de nuestros sentidos, y viendo cómo somos cada uno podemos saber con cuál debemos tener más cuidado. Como ejemplo pondré los ojos: por los ojos nos entra muchísima información visual y, en el transcurso del día, los tendremos más cansados, hinchados, doloridos o irritados y lo achacaremos a nuestro trabajo que nos hace fijar mucho la vista, o a la polución, etc… Esto puede potenciarlo pero, a su vez, se habrán cargado de toda la información que no han podido procesar ni seleccionar a lo largo del día. La cara recoge la información captada de aproximadamente un mes. Después de ese tiempo, los conflictos que no hayamos podido resolver de cada sentido pasarán a la zona corporal con la que se relacionan. En el caso de los ojos la zona con la que se relacionan es la barriga, con lo que se crearán a su vez problemas en la misma. Es importante entonces poder seleccionar lo que más nos interesa, utilizando el maquillaje en todas sus gamas, en sus diversos colores y texturas, ayudándonos a fluir y a lograr nuestros objetivos.
Las uñas también son radares que nos hacen atraer cosas que queremos. Las de las manos para relacionarnos con lo externo, y las de los pies para darnos seguridad en nuestro movimiento. Las protegemos con el esmalte para que no se ensucien de todo lo que tocamos. Aunque sea simplemente una capa de esmalte transparente basta para poner una barrera de protección frente a lo externo.
Como tercera parte tenemos el trabajo con el cabello. El cabello lo trabajamos como un acumulo de los pensamientos que vamos teniendo a lo largo del día. La mente es lo más elevado que el individuo tiene, pero es también nuestro gran enemigo. Al igual que puede llevarnos al sí y a avanzar y conseguir nuestras metas, puede dejar nuestro cuerpo bloqueado en el no y en la obsesión, llevándonos a la paralización. El pelo, además de pensamientos de la mente propia que no paran de generarse y de obsesionarse con cosas que no le sirven de nada para avanzar, lo que se capta del exterior también se va quedando acumulado en él, llenándose de densidad y de negatividad.
Es por ello tan importante realizar una higiene frecuente del mismo. Lavarlo a diario para sacar toda la densidad del mismo, peinarlo y secarlo para oxigenarlo y liberarlo de pensamientos que no nos nutren, y vestirlo con adornos que nos servirán para proteger diferentes zonas corporales o para potenciar temas que tengamos que trabajar en cada momento.
Además, con el Método TRCD se realizan trabajos energéticos con el cabello: masajes que despejan la cabeza dejándola más ligera y positiva; tintes que trabajan temas concretos que necesite potenciar la persona, como puede ser tener más tranquilidad o estar más equilibrado o tener más vitalidad; y cortes de pelo con los que se realiza una estructura en la mente y que pueden ser más específicamente para sacar negatividad, sacar fantasía, ganar más dinero… o lo que cada persona quiera lograr en ese momento de su vida. Este cuidado del cabello es tan importante como cambiar de vez en cuando el look que llevamos para no vernos toda la vida como una foto fija, sino como seres en proceso de evolución con diferentes caras cada día.
Todo lo que variemos en nosotros mismos, en nuestra imagen, nos llevará a tener la mente más clara y despejada y a ver cada día como un nuevo día, completamente diferente al anterior. Así, por mucho que las actividades que vayamos a hacer sean exactamente las mismas que el día anterior, el cambio que estamos metiendo nosotros desde dentro nos llevará a poder enfrentarlas como si se tratase de una constante novedad.
Espero que este trabajo nos ayude a abrir un nuevo concepto de la imagen personal, y que pongamos conciencia en todo lo que realizamos. Puede que así seamos conscientes de lo que viene bien a nuestro cuerpo y empecemos a aprender a hablar con él y a ver qué es lo que necesita. Sobre todo, lo más importante es tener siempre un tiempo para dedicarnos a nosotros mismos, aunque eso signifique levantarnos media hora antes para ir a trabajar. Nuestro cuerpo lo agradecerá y sacará su imagen más bella para abrirnos la puerta a las oportunidades, el ánimo y la alegría.