Algunas veces, o muchas, nuestro mundo exterior no coincide con nuestro mundo interior. En nuestro corazón hay deseos insatisfechos debido a que nuestras acciones no están en armonía con ellos. Pensamientos, acciones y deseos, cada cual va por su lado llenando de incoherencia nuestro mundo interno con nuestra realidad externa.
El conocimiento encerrado en el I Ching que desde hace 5.000 años sirve de consulta al pueblo chino y que se transmitió a la humanidad de una forma sencilla y clara, tanto para el emperador como para el campesino, tanto en Oriente como en Occidente. En la actualidad todavía aporta orientación para crear armonía entre el mundo interno y externo.
Estamos en un universo dual donde solo existe la luz porque existe la oscuridad, al igual que todo lo que atraemos en el exterior es por las vibraciones que irradiamos desde el interior. La secuencia emocional del comportamiento también refleja esta dualidad con las emociones que nos bloquean y nos impiden movernos con libertad, la libertad que aporta la aceptación de estos sentimientos y conectar con los estados de reconexión.
El pequeño cambio cotidiano influencia tanto en el comportamiento que nos facilita la posibilidad de cambios realmente importantes. A nosotros nos ha resultado especialmente útil darnos cuenta de que podemos escoger en todo momento. Depende de nosotros cada uno de los aspectos y situaciones que forman nuestra vida.
Aunque a veces cuesta de asumir esta responsabilidad, seguir hablando de ese aspecto nos llevaría más allá de lo que pretendemos. Aún cuando la única elección posible parezca ser ir al campo o a la playa, siempre hay algo en lo cual nosotros podemos elegir. Curiosamente, ese tipo de aspectos sobre los que sí podemos elegir pertenecen a los pequeños aspectos de nuestra vida cotidiana. Nuestra vida cotidiana forma la mayor parte de nuestro «tiempo de vida». Es decir, es la mayor parte de nuestra vida.
Si crees que todo es fantástico y que tu momento es muy favorable, está bien, aunque siempre hay algún nivel en el que puedes mejorar. No te conformes con gozar de la belleza exterior, pues muy poco podrás hacer por ti o por los demás. Llega hasta lo más profundo. Observarás así la belleza del diamante después de pulirlo y cómo el esplendor de sus destellos deslumbra su entorno.
Si estás interesado en descubrir que tu vida puede ser mejorada y que realmente en todos los aspectos puedes crear lo que realmente quieres, quizá puedes arriesgarte a consultar el I Ching, pues no hay mucho que perder. Puede que te muestre el camino del Tao, seguir el camino entre los extremos es la única forma de mantenerse en armonía con la fuerza universal.
Solo cuando estés realmente interesado, fascinado y consumido por tu Consciencia; cuando te absorba algo que no sean tus propias reacciones, la puerta de la verdadera Consciencia se abre y muestras tu Ser instintivo y verdadero para el que viniste a esta existencia. Has conectado con la línea media, el filo de la navaja del que no debemos apartarnos.
Cada conocimiento que una persona adquiera; cada conflicto, por mínimo o personal que sea, que se resuelva; cada momento de amor y conciencia, son una gran aportación al planeta y a la humanidad y tienen un efecto beneficioso en el momento en que se producen. Y tienen también el efecto de permitir que muchos otros lo reciban, se beneficien y continúen adelante. Cuando un niño tira una piedra en un lago, en la superficie del agua se dibujan círculos que se amplían hasta perderse en la lejanía; de la misma forma nuestras acciones, pensamientos, sentimientos y comportamientos no son anécdotas aisladas.
Técnica básica de integración con las cartas del I Ching
Primero hay que encontrar el I Ching asociado a alguna situación, tema o meta, para ello se puede utilizar cualquier método. Sin embargo describimos una forma abreviada de utilizar el test para encontrar el I Ching utilizando los estímulos visuales consiste en usar las líneas continuas y discontinuas.
Escoge una carta del mazo al azar mientras piensas en el tema que deseas cambiar. Ahora tienes un hexagrama del I Ching. Recuerda que lo has obtenido pensando en un asunto. Primero puedes leer la información que hay en el libro sobre ese I Ching. Concédete unos minutos y siéntela dentro de ti. A continuación puedes tomar la carta y leer su dorso. En él se explica qué es lo que hay detrás de las apariencias en ese asunto y los posibles cambios que la situación experimentará. Todo ello en relación con otros hexagramas, los cuales también puedes consultar.
Piensa en cómo esta información se relaciona contigo y con la situación consultada. En todas las cartas, antes de la posición de salida, hay una pregunta. Cuestionarte esta pregunta relacionándola con el tema a mejorar es lo que quizá más puede ayudarte a estar equilibrado en la situación. Formúlate la pregunta aún cuando creas que no tiene nada que ver con el asunto original. Intenta sentir la respuesta en tu corazón. Puedes mantener esta pregunta en tu mente, como si fuera un «koan», hasta que la salida tenga pleno sentido para ti.
Creemos que cuando conocemos el problema ya estamos andando hacia la solución. La verdadera comprensión no se olvida jamás, nos da la clave clara y acertada, como la flecha en el centro de la diana.
Es el momento de reforzar la comprensión o de obtener mayor claridad. Te pedimos que busques una persona, con quien te sientas en confianza para compartir. Ambos resultaréis beneficiados.
Pon tu mano izquierda en la frente, tocando las prominencias frontales con un leve contacto – F/O. Mantener la mano en este lugar ayuda a liberar el estrés. Coloca la mano derecha suavemente en el occipital. De esta forma estimulas un área del cerebro que te permite ver la situación desde nuevas perspectivas, lo cual hace que percibas más y diferentes opciones en la situación.
Esta posición de las manos une tu presente con tu pasado, el aquí y ahora con el aprendizaje de tu experiencia, el pensamiento con la acción.
Ahora la otra persona coge la carta que habías escogido y la mueve enfrente de ti dibujando en el aire el símbolo del infinito y tú la vas siguiendo con los ojos, mientras vas repasando mentalmente toda la información adquirida sobre la situación. Da igual si el movimiento de infinito se inicia hacia la derecha o hacia la izquierda. Lo que recomendamos es que siempre se pase por el punto medio hacia arriba. Y sobretodo, no te olvides de respirar de forma tranquila y amplia.
Una respiración bloqueada o muy débil mantiene parados nuestros ritmos vitales, de forma que toda nuestra energía estará pendiente de ayudar a nuestra fisiología, y no estará disponible para resolver el rompecabezas emocional, mental y de comportamiento. A veces, bloquear la respiración puede ser una forma de evitar la solución.
Aún quedan dos cosas que puedes hacer para añadir mayor poder al ejercicio. No son obligatorias, y te aconsejamos experimentarlas, especialmente cuando te sientas cómodo con el método.
Puedes repetir la posición de la secuencia emocional del comportamiento asociada al I Ching
Las palabras en mayúsculas escritas encima del hexagrama en la cara de las cartas son esta posición. La forma de hacerlo es la siguiente: supongamos que el I Ching es el nº 20, cuya posición asociada es completo/melancólico. Primero repites varias veces «me siento melancólico», respirando profundamente hasta que sientas que la mirada fluye sin dificultad en todas las direcciones siguiendo el infinito. Y a continuación repites «soy completo», también respirando profundamente y hasta que sientas fluir la mirada en todas las posiciones.
Es decir, primero se repite «me siento …» con la palabra de la derecha, la cual es el estado emocional que nos bloquea. Y después «Soy …» con la palabra de la izquierda que es el estado de reconexión que nos permitirá resolver la situación.
Si alguna posición de los ojos te es especialmente difícil o enfocarte en esa área te hace estar más tenso, te aconsejamos relajarte e intentarlo poco a poco, hasta que lo consigas plenamente. Otra vez te recordamos la importancia de respirar de forma relajada y amplia. Es un muy buen ejercicio de integración y liberación de la memoria de estrés.
Visualización
Si te es fácil visualizar, o una vez hayas sido capaz de realizar el ejercicio anterior, cierra los ojos e intenta ver el hexagrama. Una vez puedas visualizarlo de forma completa, cada una de sus líneas continuas o discontinuas, manteniendo los ojos cerrados, mira hacia arriba e intenta «ver» el hexagrama ahí. A continuación sigue moviendo los ojos en las diferentes posiciones visualizando el hexagrama en cada una de ellas.
Puedes mover los ojos siguiendo un movimiento de infinito. Si éste te es difícil, también puedes hacer movimientos circulares; en este caso recuerda hacerlos en ambas direcciones.
Este ejercicio te ayuda a integrar algo que ya sabías, que quizá olvidaste y que has traído a la conciencia. Todo lo que te hemos propuesto es para que aflore algo que hay en tu interior y con lo que no encontrabas la manera de entrar en contacto.
Todo lo que encuentres en los libros, en tu mundo exterior, en tu Universo, en el Macrocosmos, es un reflejo de tu interior, del Microcosmos. En ti está el mar y la montaña, volcanes y huracanes, serpientes y halcones, el cielo y la tierra en todas sus formas de energía, en un torbellino de expresión. Son tu camino por esta existencia, ojalá lo anterior te ayude a clarificar tu dirección y te haga más llevadero tu camino.
Francesca Simeón y Juan Carlos Monge
Co-autores del libro El I Ching del comportamiento
www.vidakine.com